Como viene siendo habitual todos los años por estas fechas, el Banco Central Europeo (BCE) acaba de publicar su informe anual sobre Estructuras Financieras, donde compara entre los distintos países de la Eurozona, tanto en términos de evolución reciente del negocio y parámetros financieros como en otros más estructurales referidos a capacidad instalada, estructura empresarial y grado de concentración. Y todo ello, a su vez, distinguiendo entre los tres grandes sectores que componen el sistema financiero: bancos, seguros y pensiones, y resto de entidades, con especial consideración a los fondos de inversión.
De los numerosos ámbitos de análisis y comparación que un informe de tal envergadura permite abordar, queremos centrarnos en los referidos a la estructura empresarial y competitiva de los diferentes sistemas bancarios nacionales de la eurozona, que delimitan la actual configuración de la unión bancaria. Al fin y al cabo, si el negocio bancario en la eurozona se enfrenta a un problema estructural de generación de márgenes, al que el previsible contexto de tipos cero durante un largo periodo de tiempo no va precisamente a ayudar, cobra un mayor protagonismo aspectos de gestión vinculados a productividad y eficiencia. En este marco es donde vienen arreciando de nuevo los mensajes desde diferentes organismos (FMI, BCE, etc.), animando a operaciones de concentración que ayuden a conseguir mejoras en esos parámetros de productividad y eficiencia.
Pues bien, en dicho contexto merece la pena destacar cómo el sistema bancario español presenta parámetros más favorables en comparación con los de la media de la eurozona, y muy especialmente con los otros tres grandes países de la misma (Alemania, Francia e Italia).
Comencemos por capacidad bancaria instalada. Frente a la “torticera” utilización de la red de oficinas española como el argumento para acusar a nuestro sistema bancario de ineficiente, el mencionado informe del BCE permite utilizar dos parámetros que, a nuestro juicio, son más relevantes que el de la red de oficinas. Uno es el del número de entidades, relevante en tanto en cuanto cada entidad debe soportar unos servicios centrales que sin duda son menos productivos que la red de oficinas. Y el otro es el de empleados relativos a negocio o a clientes potenciales. Pues bien, como ilustra el cuadro adjunto, en uno y otro parámetro el sistema bancario español presenta registros favorables con la media de la eurozona, y muy especialmente con los tres mayores países de la misma.
Sin entrar en consideraciones de coste, o de negocio unitario, en España hay un empleado de banca por cada 236 habitantes; ese mismo ratio es de 166 en la eurozona, 126 en Alemania, 163 en Francia, o 203 en Italia. Y si hablamos de entidades bancarias, en España existe una por cada 213.000 habitantes, frente a una por cada 60.000 habitantes en la eurozona, 142.000 en Francia, 92.000 en Italia, o tan sólo 46.000 en Alemania.
Esas diferencias en cuanto a número de entidades se trasladan también si hablamos de concentración, medida como la cuota que sobre el total de activos bancarios representan las cinco mayores entidades de cada país, como ilustra el gráfico siguiente. España presenta el grado de concentración más elevado entre los cuatro grandes países europeos, siendo esos los países relevantes a efectos de comparación, por cuanto los países pequeños, que en muchos casos albergan a grandes bancos (“national champions”), tienen un mayor sesgo en cuanto a concentración. De hecho, es España el país en el que más se ha incrementado la concentración desde el inicio de la crisis.
Finalmente, por si la comparativa entre censo de entidades y grado de concentración no fuese suficiente, la traducción de todo ello a unidades monetarias (coste), y muy especialmente a ratio de eficiencia (“cost to income”, o gastos de explotación sobre margen de explotación), no deja tampoco margen de duda, como ilustra el gráfico siguiente.
España presenta un ratio de eficiencia claramente inferior (es decir, mejor) que la media de la eurozona, y sin duda frente a los tres mayores países de la misma, cuya eficiencia es la peor, especialmente en al caso de la banca alemana.
Todo ello en absoluto debe llevar a autocomplacencia, y sin duda que el sistema bancario español debe realizar ajustes de capacidad adicionales para seguir ganando en eficiencia. Pero desde luego los tres grandes países europeos deben realizar esfuerzos superiores. Asimismo tampoco parece deducirse un caso claro para incidir en mayores niveles de concentración en el caso español.
Hay 2 Comentarios
El sistema financiero español y Peruano estan corructos. Se debe trabajar mucho todavía para clarecer a donde va el dinero de los impuestos adquirido, si quiere imponer su importancia histórica en el nuevo milenio con las nuevas tecnologias debera de cambiar su sistema de pagos como realizan en el banco de la nacio todos los meses con los odiados Cronograma de pagos mensuales. un sistema antiguado y opsoleto que continua hoy en día.
https://cronogramadepagos.com/
Publicado por: Multired virtual | 11/03/2021 20:32:42
No cabe duda que el sistema financiero español debe trabajar mucho todavía, si quiere imponer su importancia histórica en el nuevo milenio.
Publicado por: diseño de paginas web en bogota | 22/11/2016 22:03:08