
Margaret Thatcher, fotografiada por Gorka Lejarcegi en su visita a Madrid de 1995
Margaret Thatcher ha estado muy presente en las páginas de opinión y en los artículos de los columnistas del periódico desde muy temprana fecha. Este recorrido por una selección de esos artículos permitirá comprobar que su figura a nadie dejaba indiferente. Una tribuna publicada el 13 de febrero de 1977 firmada por Jesús Rouco la denominaba lady de acero, y afirmaba que así era como la llamaban los soviéticos.
José María Alfaro publicó un artículo En torno al triunfo de la señora Thatcher. Fue el 18 de mayo de 1979 y en él señalaba que su victoria electoral representaba un cambio y señalaba que "la efectividad de este cambio parece avalada, en primer término, por la
circunstancia de ser una mujer la elegida para dirigir el Gobierno. El
feminismo de todos los colores -y grados de enardecimiento- está de
enhorabuena. Los que siempre defendimos la abolición de las diferencias
entre los dos sexos tenemos la sensación de haber acertado la jugada." Y abundando, decía lo que él pensaba que se esperaba de ella: "un cambio de postura, de actitud, de enfoque, frente a las angustiosas
interrogantes de nuestro tiempo y nuestro mundo. Es muy probable que la
esperanza -inconsciente, por supuesto- de no pocas personas radique en
lo que la sensibilidad femenina pueda afectar en relación con el
hallazgo de distintos tratamientos y exploraciones ante los problemas
que nos ahogan."
Cuando los conservadores revalidaron su triunfo electoral en 1983, José María de Areilza publicó un análisis titulado El talante de Margaret Thatcher. Esta es su tesis: "la implacable certeza con que afirma y en que apoya sus convicciones ha
dado el triunfo a Margaret Thatcher. En tiempos de mudanza profunda, de
metamorfosis viscerales, de cambios históricos, la firmeza del
gobernante es, en si misma, un elemento de atracción para la gran masa
indecisa o confundida ante el giro sorprendente y angustioso de los
cotidianos acontecimientos mundiales."
Poco después, Francisco Umbral comenzaba su Spleen de Madrid del 14 de junio de 1983 así: "El otro día hemos hablado aquí de "la derecha que viene". Bueno, pues
viene con la pena de muerte al hombro, como una guadaña, sobre el carro
de heno y muertos que hace tantos siglos recorre Europa. La señora Thatcher,
de quien su hija nos revela el detalle conmovedor de que, durante la
campaña electoral evitó ponerse sus mejores galas exhibe, ahora, ya,
casi pornográficamente (y qué mal les queda la pornografía a las
viejas), la gala medieval, luciente y atroz, de la pena de muerte."
Rosa Montero dedicó a la primera ministra británica su columna de última página del 16 de abril de 1983. "Sufre la Thatcher una vocación oculta de virreina, de gran señora blanca
educaesclavos, y su sino fatal le ha hecho nacer en una época en la que
los esclavos se rebelan. Ya no hay orden en el mundo, esto es el caos." Derribos coloniales se tituló esa columna. Otra más le dedicó el 30 de abril de 1988, titulada Liberales, en la que abominaba de un proyecto de ley presentado por el Gobierno de Thatcher prohibiendo la promoción de la homosexualidad. Comenzaba así: "Para servidora, que es anglófila, la sociedad británica ha sido como un
espejo de civilización en que mirarse. Pero ahora los vientos de la
Historia son nefastos, y la Thatcher, que galopa en el huracán de la
reacción como una bruja en toda regla, está pudriendo el azogue y
dejando el reflejo hecho una pena."