Madrid preolímpico

 

 

La ciudad de Madrid ha presentado en 4 ocasiones su candidatura olímpica. La primera de ellas, la más desconocida de todas, fue durante el franquismo. Madrid compitió por ser sede de los JJ OO de 1972. La candidatura se presentó en 1965 y al parecer fue el propio Comité Olímpico Internacional el que animó al Gobierno a presentar a Madrid como sede. Finalmente, Munich fue la ciudad que consiguió la designación, aunque Madrid estuvo realmente cerca de conseguirlo.

Parece ser que Manuel Fraga y el propio Franco estaban entre los acérrimos partidarios de la candidatura, que fue muy cuestionada por los responsables económicos del Gobierno y hasta por el alcalde de Madrid, Carlos Arias Navarro, que no acudió a la reunión del COI en Roma para dar su apoyo a la candidatura de la ciudad. En un periódico de la época se escribió que "el Ayuntamiento, tal como está su economía, lo más que podría aportar es el tradicional vino de honor a los visitantes". O sea, que estábamos lejos de una candidatura que concitara adhesiones inquebrantables.

Juan José Fernández se refirió en un artículo de 1993 a la candidatura de forma poco elogiosa: "La campaña madrileña fue desastrosa. El proyecto de celebrar varias competiciones en Barcelona, como la natación, el remo, la vela o el baloncesto; la no presentación de planos del futuro estadio olímpico -que aún hoy no está terminado, si es que puede serlo el de Canillejas- y la ausencia del propio alcalde de Madrid, Carlos Arias Navarro, en la 64ª Sesión del COI, en Roma, para defender la candidatura, pusieron el triunfo en bandeja a la capital bávara."

Las 3 candidaturas posteriores de Madrid para ser sede olímpica han tenido en el estadio de La Peineta su instalación deportiva emblemática. En ella se instalará el pebetero, se celebrarán las ceremonias de inauguración y clausura y las pruebas de atletismo de los Juegos Olímpicos. Su inauguración marcó el inicio de este ciclo de 3 candidaturas consecutivas para ser sede.

Apenas dos años después de los JJ OO de Barcelona, el suplemento de Madrid de EL PAÍS abría su edición del domingo 24 de julio de 1994 con el titular Los cerebros de Barcelona 92 preparan ya el sueño olímpico de Madrid y en la información firmada por Javier Casqueiro y José Manuel Romero se reseñaba la conclusión de un informe encargado por el Ayuntamiento de Madrid para ver sus posibilidades: "Madrid reúne todas las condiciones: por su importancia en Europa -su población, por sus infraestructuras hoteleras y de transportes- para ser la próxima capital europea que albergue unos Juegos Olímpicos".

Faltaba poco más de un mes para la inauguración de La Peineta y ya se soñaba con los Juegos, aunque no se llegara a optar finalmente a la organización de los que se celebrarían en 2008 en Pekín. La información sobre los proyectos urbanísticos y las instalaciones deportivas que irían asociadas a la candidatura se agrupó ese día bajo el cintillo El comienzo de un sueño. Tras no pocas vicisitudes, Madrid presentó por fin su candidatura para albergar los Juegos Olímpicos de 2012. En julio de 2005 se tomó la decisión y Londres fue elegida como sede. Todos recordamos esa extraña votación y por encima de todo, la pregunta envenenada de Alberto de Mónaco: "Con un tono pausado y sereno, eligiendo muy bien las palabras, Alberto de Mónaco se preguntó por las garantías de seguridad después del estallido de un artefacto de ETA junto al estadio olímpico de La Peineta. El atentado, que no causó víctimas, se produjo el 25 de junio. Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid, dirigió una mirada más que seria al futuro monarca y cedió la palabra al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que garantizó la absoluta seguridad de los Juegos en el caso de que se concedieran a Madrid."

Pero Madrid no se rindió y de inmediato se anunció que no se retiraba de la carrera olímpica. Aún no estaba claro si se optaría por los de 2016 o se esperaría a los de 2020, pero el compromiso era firme y no había fisuras políticas que dificultaran la apuesta olímpica. La presunta debilidad de los contrincantes hizo que Madrid volviera a competir por los siguientes JJ OO, los de 2016. El alcalde Gallardón tomó su decisión en junio de 2006, antes de cumplirse el primer aniversario de la derrota anterior. EL PAÍS tituló la información Gallardón insiste en el sueño olímpico.

En el capítulo de ocurrencias felizmente no llevadas a cabo, se barajó la posibilidad de que Iñaki Urdangarin adoptara el papel de catalizador de la candidatura de Madrid como sede olímpica de 2016, intentado emular la figura de Sebastian Coe, cuyo desempeño se consideró decisivo en el éxito de la candidatura londinense. Más tarde hemos conocido presuntos turbios manejos que afectaron a la candidatura Madrid 2016 y que se investigan en el curso del caso Urdangarin.

De nuevo la decepción se empeñaba en enterrar el sueño olímpico de Madrid. Ana Alfageme y Daniel Verdú contaban que en el avión de vuelta de la derrotada delegación española se comentaba abiertamente que el COI engañó a la candidatura española, porque su presidente, Jacques Rogge, "había asegurado que la rotación de continentes -esa regla no escrita que implica que los Juegos han de saltar de un área del mundo a otra en cada ocasión, vigente desde Melbourne 1956- no era un obstáculo para Madrid y por animar al Rey a acudir a Copenhague para defender el proyecto español haciéndole creer que tenía opciones." Esa información se tituló Ahora toca reflexionar, aunque el alcalde Gallardón ya se mostraba favorable a insistir... Y en esas estamos, a la espera de pasar del Madrid preolímpico a Madrid 2020.

Ceremonia inaugural del estadio de La Peineta celebrada el 6 de septirmbre de 1994 / CRISTÓBAL MANUEL