Fondo de Armario

El Nani, sentencia por una desaparición

Por: | 09 de septiembre de 2013

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Se cumplen 25 años de la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que condenó a 3 policías a penas de casi 30 años de cárcel por un delito de "detención ilegal con desaparición forzosa" de un ciudadano español, Santiago Corella. Esa sentencia se dió a conocer el 7 de septiembre de 1988. Los hechos se produjeron hace ahora 30 años, en 1983 y constituyeron un escándalo político de hondo calado que esta sentencia palió por significar un triunfo de los valores del Estado democrático "frente a las resistencias todavía existentes en sectores del propio aparatro judicial", según el editorial que publicó EL PAÍS al día siguiente de hacerse pública la sentencia.

El 17 de mayo de 1984, Soledad Montero, una mujer de 29 años de edad, presentó una denuncia contra los inspectores del grupo III de la Brigada Regional de la Policía Judicial por la desaparición de su marido, Santiago Corella, conocido por su apodo de El Nani, también de 29 años. Fue detenido el 12 de noviembre de 1983 acusado del atraco de una joyería de Madrid y de la muerte del propietario de la misma. Luego se demostró que era inocente de esos delitos.

La versión policial del asunto era que al día siguiente de ser detenido, varios inspectores condujeron a Corella a un descampado de Vicálvaro (Madrid), donde tenía escondidas armas, y tras encontrarse una pistola y una escopeta de cañones recortados, el detenido manifestó que las había comprado en un lugar próximo al descampado. Cuando se dirigían a pie al sitio indicado por el Nani, dió un fuerte tirón, empujó al policía que lo llevaba sujeto por un brazo y se fugó lanzándose por un barranco. Los policías observaron que había conseguido librarse de las esposas. Fin de la historia.

El caso era que tras su detención e interrogatorio, el médico de guardia en las dependencias policiales de la Puerta del Sol firmó un parte reseñando las lesiones que presentaba el cuerpo de el Nani: "erosiones en ambas axilas; contusión pectoral izquierda; contusión región lumbar; erosión pierna derecha; contusión epigástrica; herida segundo dedo mano derecha; equimosis brazo mismo lado, cara dorsal; erosiones en ambas muñecas". La policía las explicaba por la resistencia que opuso en su arresto. En el mismo operativo policial se detuvo a Ángel Manzano, que presentó una denuncia por malos tratos tras ser atendido de sus lesiones y ser intervenido quirúrgicamente en el Hospital Provincial. Así que transcurridos varios meses sin recibir ninguna señal de vida, la esposa de Corella, que fue detenida también aquel día, activó con su denuncia el proceso judicial que acabaría, 5 años después de ocurridos los hechos, con la sentencia condenatoria arriba mencionada.

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El caso encarna el abuso en la aplicación de le legislación antiterrorista. La secuencia de los acontecimientos fue la siguiente: Testigos presenciales aseguraron que a el Nani se le detuvo a la 1 de la tarde. Su compañero de desventuras Ángel Manzano decía que le vió ya detenido a las 4 y cuarto de la tarde. Oficialmente se le presentó ante la Brigada Regional de Policía Judicial pasadas las 6 de la tarde y una hora después fue enviado un télex al ministro del Interior solicitando la incomunicación de Corella, Soledad y Manzano, por pertenecer a "una banda organizada y armada". En el télex, en contra de lo que realmente ocurrió, se asegura que no habían sido efectuados registros domiciliarios. El ministro no tardó ni media hora en conceder la incomunicación solicitada, esto es, la aplicación de la ley antiterrorista de 1980.

El juez Andrés Martínez Arrieta consideró al concluir el sumario del caso que la desaparición de el Nani era un misterio, pero que existían indicios de que en la actuación policial contra los familiares y amigos de el Nani que también fueron detenidos y conducidos a la Puerta de Sol pudieron cometerse delitos de detención ilegal, privación del derecho de asistencia letrada al detenido y malos tratos y torturas. En el sumario se decía que "resulta extraño que un detenido, débil por las lesiones que padecía y adicto a sustancias estupefacientes, se escape a tres funcionarios de policía en, un terreno llano".

Y se añadía: "por otra parte, en el libro de prevención de calabozos, de la Inspección de Guardia, se aprecia en el asiento correspondiente a Santiago Corella, en su parte derecha, una tachadura realizada con Tipp-ex, líquido empleado para subsanar errores mecanográficos, debajo de la cual aparece el término RIP, indicativo del fallecimiento de Santiago Corella en comisaría. Con posterioridad se ha descubierto que la fotocopia de la hoja del libro de prevención ha sido manipulada para impedir que el juzgado tuviera conocimiento del término RIP que reflejaba su original, el cual, cuando fue requerido para su presentación en el juzgado, fue igualmente manipulado, tachando el término RIP junto al nombre de Santiago Corella". Y por lo tanto, se pedía el procesamiento de los funcionarios que participaron en los hechos.

De hito en hito se fue abriendo en España la caja de Pandora de la mafia policial, una larga saga de trapacerías, apaños y meros delitos protagonizada por servidores públicos para quienes la Transición a de la democracia transcurría a sus espaldas y a su pesar.

Habría que hablar del joyero Federico Venero o de Jaime Mesía Figueroa (nieto del primer conde de Romanones), o del superatraco a la sucursal de Banesto de la plaza de la Lealtad de Madrid (botín de más de 1.200 millones de pesetas, más de 7 millones de euros en joyas y lingotes de oro). Olía a podrido y en España se iniciaron varios sumarios judiciales que apuntaban directamente contra esta mafia policial que también fue la responsable de la desaparición de el Nani.

La sentencia dictada hace ahora un cuarto de siglo condenó a 29 años de cárcel a 3 policías y absolvió a otros 4 policías acusados en el juicio. También se afirmaba en la sentencia que el ministerio del Interior no controlaba rigurosamente la aplicación de la ley antiterrorista. El Supremo confirmó la sentencia dos años más tarde y en 1996, una juez declaró el fallecimiento legal de Santiago Corella por haber transcurrido más de 10 años desde su desaparición.

En 2003, cuando se cumplieron 20 años de su desaparición, se publicó un reportaje de Francisco Javier Barroso en EL PAÍS sobre el caso que se tituló de una forma muy adecuada para concluir: ¿Dónde está el cadáver de El Nani?

Imagen del tribunal, con los policías acusados sentados de espaldas a los periodistas, el primer día del juicio, el 13 de abril de 1988 / RICARDO GUTIÉRREZ

Imagen sin datar de Santiago Corella, el Nani

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Sobre el autor

Juan Carlos Blanco

, filólogo y periodista, tiene una larga trayectoria profesional vinculada al archivo de EL PAÍS, del que ha sido responsable durante más de 15 años. Por sus manos ha pasado mucho de la Historia, con mayúsculas, de este periódico y este país.

Sobre el blog

Noticias antiguas, historias ya contadas. Siempre de actualidad. Una mirada a las informaciones de hoy tomando como referencia la hemeroteca de EL PAÍS, donde se guarda mucho y muy valioso de lo que hemos sido y somos como ciudadanos.

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