Fondo de Armario

20 años de la batalla de Mogadiscio

Por: | 03 de octubre de 2013

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La batalla de Mogadiscio alcanzó una enorme popularidad gracias a la película de Ridley Scott basada en el libro, publicado primero en 29 entregas en The Philadelphia Inquirer y escrito por Mark Bowden. Los días 3 y 4 de octubre de 1993, hace ahora 20 años, tropas de elite de EE UU realizaron una operación militar en Somalia que sirvió de argumento para Black Hawk derribado, la película de Scott, en 2001 y dos años más tarde para un videojuego también muy popular que tuvo el mismo nombre.

Somalia apenas generó noticias en EL PAÍS durante años, pero a partir de 1991 cambió mucho la situación con el derrocamiento de Siad Barre, dictador desde el golpe de Estado que encabezó en 1969. Su credo político era el socialismo científico, que pretendía aclimatar a la realidad somalí. Su derrocamiento tuvo mucho que ver con un factor clave de esa realidad somalí, los clanes. La capital se convirtió en una escombrera y la lucha sin cuartel entre clanes y subclanes pulverizó al país, azotado -para empeorar las cosas- por persistentes hambrunas, que hacían de Somalia "la tierra olvidada por Dios".

El infiermo somalí tocó la conciencia de muchos países, entre ellos EE UU, que ofreció a la ONU enviar 20.000 soldados para garantizar la distribución de la ayuda humanitaria. Se abría paso la idea de que debía ponerse freno a una sangría humana cifrada en centenares de miles de personas. Ya desde el principio los señores de la guerra, título que ostentaban los dirigentes de los clanes y subclanes que se disputaban el control territorial del país, se opusieron a semejante despliegue de tropas alegando que su presencia en el país implicaría una grave cesión de soberanía.

El presidente Bush ordenó la intervención el 4 de diciembre de 1992 con la esperanza de que para el 20 de enero de 1993, fecha del relevo presidencial, hubiera concluido. España cedió la base de Morón para facilitar el despliegue y 14 países participaron en el operativo militar auspiciado por la ONU.

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El desembarco de las primeras tropas estadounidenses y francesas devolvió "una aparente normalidad a sus calles, repentinamente bulliciosas. "Se acabó el terror", susurran risueños sus habitantes a los oídos occidentales. Pero Mogadiscio está rota por el rencor y la pobreza después de dos años de guerra. Para los grupos armados, la presencia internacional resulta molesta, y la violencia sigue latente." Así describía Maite Rico, enviada especial del periódico a Mogadiscio, sus impresiones sobre el terreno. Dos días más tarde contaba la calurosa bienvenida de la gente de Baidoa a las tropas.

Pero la violencia no terminó y los incidentes eran cada vez más graves, como el ocurrido en febrero de 1993, cuando una multitud trató de asaltar la embajada de EE UU y 9 somalíes murieron en la refriega.

Pronto se vió que una operación bendecida como humanitaria se enlodaba por el rechazo de aquellos a quienes se había acudido a salvar y el goteo y la entidad de los enfrentamientos creció hasta que en junio de 1993 se ordenó una operación militar punitiva que pretendía apaciguar el país. La situación empeoró cuando cascos azules paquistaníes se tomaron la justicia por su mano reprimiendo una manifestación en respuesta a la muerte de 24 compañeros pocos días antes.

Así pues, los cascos azules cambiaron su estrategia de ayuda humanitaria para involucrarse en la guerra, como explicaba entonces Maite Rico en su crónica desde Mogadiscio. Y también aumentó el rechazo de la población. Un bombardeo sobre un barrio de Mogadiscio mató a 80 somalíes -o a 13, según EE UU- y la enfurecida población mató a 2 fotógrafos de prensa, uno británico y otro alemán. Eso ocurrió en julio.

El 3 de octubre, hace ahora 20 años, 5 soldados de Estados Unidos murieron cuando los dos helicópteros en los que viajaban fueron abatidos por misiles tierra-aire. Esta fue la información del primer día de la batalla, pero al día siguiente, el balance era devastador: 13 soldados muertos, 75 heridos y 7 desaparecidos. La conmoción causada por el desenlace de esta batalla y sobre todo por imágenes como la reproducida arriba, en la que un grupo  de somalíes arrastra el cadáver mutilado de un soldado estadounidense muerto en la batalla, hizo que el presidente Clinton anunciara el envío de un contingente de 200 soldados y de material militar pesado para reforzar sus tropas. Pero ya quedó claro que las cosas se habían torcido de mala manera. Quedarse ya no era una opción. Quince meses después de llegar, salieron de Somalia las últimas tropas de EE UU. EL PAÍS ofreció la información en un breve. La violencia siguió y en marzo de 1995 salieron de Mogadiscio los últimos cascos azules: lo hicieron a la carrera.

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Llegados a este punto, y tras la brega obligada para colocar el tema en suerte, viene el plato fuerte, tres grandes historias publicadas en EL PAÍS Semanal: Fort Apache en Somalia, de Guillermo Altares (10-2-2002); Así mata un 'Navy Seal', de Quino Petit (17-6-2012) y La caza del hombre, de Jesús Rodríguez (21-10-2001). Disfruten de 3 reportajes que son muy recomendable lectura para marcar el 20º aniversario de La batalla de Mogadiscio. (Pinchar en el enlace para acceder al pdf)

El cadáver mutilado de un soldado de EE UU muerto en la batalla de Mogadiscio, arrastrado por las calles de la ciudad el 4 de octubre de 1993 / REUTERS

Las soldados Judith Beer (d), 20 años, y Tara Feyes, 20, en bikini y con sus armas M-16 al hombro, caminan por la playa de Mogadiscio el 11 de julio de 1993. Los domingos eran días de playa para las tropas de EE UU allí desplegadas. / REUTERS

Grupos  de somalíes acarrean diversos objetos en el aeropuerto de Mogadiscio (Somalia), después de que milicianos somalíes invadieran el aeropuerto, tras la partida de los cascos azules, el 1 de marzo de 1995./ REUTERS

Hay 2 Comentarios

Estados Unidos consideró que la ONU no le apoyó en esta misión y por ello (aparte de otros fallos en su gestión de cuatro años) no apoyó la elección a un segundo mandato de Butros Butros-Ghali, así Kofi Annan les pareció una mejor opción.

Interesante artículo, aunque echo de menos alguna referecia al célebre Mohamed Farrad Aidid, quien fue elegido, de entre todos los señores de la guerra, como el "malo" oficial del conflicto por Occidente. También se podría matizar la adscripción de Mohamed Siad Barre al, ejem, "socialismo científico"; cuando Moscú decidió que el etíope Megistu Haile Mariam era un aliado más interesante, Somalia, que disputaba a Etiopía el Ogadén, se acercó a los EE UU y decayó el entusiasmo hacia el "marxismo - leninismo"-

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Sobre el autor

Juan Carlos Blanco

, filólogo y periodista, tiene una larga trayectoria profesional vinculada al archivo de EL PAÍS, del que ha sido responsable durante más de 15 años. Por sus manos ha pasado mucho de la Historia, con mayúsculas, de este periódico y este país.

Sobre el blog

Noticias antiguas, historias ya contadas. Siempre de actualidad. Una mirada a las informaciones de hoy tomando como referencia la hemeroteca de EL PAÍS, donde se guarda mucho y muy valioso de lo que hemos sido y somos como ciudadanos.

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