A la 1 de la madrugada del 27 de noviembre de 1983, un Boeing 747 Jumbo de la compañía colombiana Avianca rozó dos lomas montañosas y cayó envuelto en llamas en una pequeña vaguada de Mejorada del Campo, a 10,5 kilómetros de distancia de la cabecera de pista de Barajas, hacia donde se dirigía para aterrizar. El avión llevaba a bordo 192 pasajeros y murieron 181. Es la segunda peor tragedia aérea de la historia de la aviación española. Hoy se cumplen 30 años.
Desgraciadamente, 10 días más tarde, colisionaron dos aviones -un DC-9 de Aviaco y un Boeing 727 de Iberia- sobre las pistas del aeropuerto de Barajas y murieron 93 personas. Si el accidente de Mejorada generó gran inseguridad, la conmoción y el miedo de los españoles después de asistir en tan pocos días a dos tragedias aéreas en Madrid son imaginables y convirtió en un imperativo político la creación de una comisión parlamentaria que investigara ambos accidentes.