Hace ahora 35 años que se celebró en la Audiencia Nacional el juicio contra tres hermanos, Eleuterio, Manuel y Raimundo, apellidados Sánchez, pero conocidos por sus apodos, El Lute, El Lolo y El Toto. El Lute fue detenido por última vez el 3 de junio de 1973 y desde esa fecha permanecía en prisión a la espera de juicio. Había sido condenado a muerte por bandidaje y se le conmutó la pena capital por cadena perpetua -30 años- sin posibilidad de beneficiarse de ningún indulto ni amnistía común. Enemigo público número uno durante los años finales del franquismo, personaje temido, tuvo bien ganada fama de fuguista.
Su figura se mitificó y durante los primeros años de la Transición hubo peticiones de indulto llegadas de instancias internacionales. Que Sánchez se rehabilitara durante su estancia en prisión, contra todo pronóstico, dadas las duras condiciones penitenciarias y su perfil delincuencial, agrandó la sensibilidad social hacia su persona, convertida en un mito y un símbolo en la época. La gente había seguido con fruición las historias de sus crímenes, sus huidas y detenciones como hazañas de un desheredado de la fortuna enfrentado al poder. Maravilló su redención: salió del analfabetismo, adquirió cultura, emprendió estudios y mostraba conciencia cívica.
"Tres imperativos morales parece que tiene hoy el país, por encima o por debajo el apremio económico: sacar al Lute, traer el Guernica y leer la novela de Semprún premiada con el Planeta." Eso escribió en octubre de 1977 Francisco Umbral glosando una recogida de firmas en un manifiesto pidiendo la libertad de El Lute.
En mayo de 1978 se decidió que comenzara a disfrutar del régimen abierto, y la noticia se ofreció en la portada de EL PAÍS acompañada de una fotografía del día de Eleuterio cuando se disponía a cenar en la cárcel de Alcalá. Fue trasladado desde el penal de Córdoba para iniciar este nuevo régimen y en la información se decía que "el director general de Instituciones Penitenciarias, Carlos García Valdés, tiene este traslado por muy importante, y de las consecuencias que se deriven de esta experiencia puede depender el que se consolide una nueva etapa en la vida penitenciaria española." Nada menos.
Debía ser juzgado por los 129 delitos que el fiscal le imputaba en la causa que tenía abierta en la sección primera de lo penal de la Audiencia Nacional y que incluían robo, amenazas, sustracción de menores, homicidio, falsedades, tenencia ilícita de armas, atentados y quebrantamiento de condena. Este último se refería a su famosa fuga del penal de Santa María (Cádiz) en la Nochevieja de 1970, relatada en un reportaje publicado en EL PAÍS en 2012. A ese penal llegó en junio de 1966 tras dos fugas.
“Yo no era más valiente que el resto, pero tenía cadena perpetua y el miedo es inversamente proporcional a la condena que tienes, así que decidí seguir", declaró más tarde sobre su determinación a fugarse una vez más. Dos años y medio vivió fugitivo hasta que fue detenido por última vez. detención referida más arriba.
El 13 de noviembre de 1978, hoy hace 35 años, comenzó el juicio en el que fiscal solicitaba penas de 1.119 años de cárcel por delitos contra la propiedad; 46 por falsedad en documentos; 126, por sustracciones de coches; 34, por atentados; 22, por tenencia ilícita de armas; 5, por quebrantamiento de condena; 5, por una amenaza, y 11 por la sustracción de sus hijos. Su abogado defensor fue Juan Mari Bandrés. La defensa en ese juicio se centró en destacar la rehabilitación social de Eleuterio Sánchez, que había nacido en un grupo marginal, los quinquis, y vivido en un ambiente delictivo durante gran parte de su vida. "Ya no soy ningún peligro para nadie" dijo en su última intervención ante el tribunal.
Se celebraron dos sesiones y el juicio quedó visto para sentencia. Como anécdota, Bandrés, el abogado defensor de El Lute, rebatió el delito de quebrantamiento de condena con una argumentación que había utilizado poco antes Blas Piñar en un curso de Derecho Procesal: "El preso tiene derecho a escapar de la cárcel, del mismo modo que el funcionario tiene la obligación de impedírselo".
La sentencia de la Audiencia Nacional condenó a 813 años y 10 meses de cárcel a Eleuterio mientras sus hermanos Manuel y Raimundo recibieron sentencias condenatorias de 138 y 106 años de cárcel. En la sentencia, los propios magistrados proponían conmutar la pena de cumplimiento de prisión por seis años de caución de conducta. [La caución de conducta significa que el condenado debe presentar un fiador que se responsabilice de que no va a cometer ningún delito, pues si lo hiciera la conmutación de la pena quedaría sin efecto.]
El Supremo, en abril de 1980, aumentó las penas. Para El Lute, 1.022 años. Para sus hermanos Manuel y Raimundo, 403 y 334 años respectivamente. Y en cuanto a cumplimiento efectivo, 30 años para los 3 condenados. Dos meses después de esta sentencia, EL PAÍS informó a sus lectores de que Eleuterio Sánchez fue el compositor de la canción ganadora del Festival de Benidorm, interpretada por Jerónimo.
Un año más tarde, el 19 de junio de 1981, el Gobierno le concedió el indulto total argumentando que "el cambio de Eleuterio Sánchez parece tan completo y sólido que se puede calificar de irreversible".
Eleuterio declaró al abandonar emocionado la cárcel de Alcalá de Henares que "la libertad me ha costado dieciocho años de cárcel, con cortas interrupciones de fugas. Es más de la mitad de mi vida, ya que ahora tengo 39 años."
Detención en Salamanca, el 14-6-1966, de Eleuterio Sánchez, con el brazo en cabestrillo y acompañado por dos guardias civiles, tras fugarse de un tren en marcha. / EFE
Eleuterio Sánchez pasa por las instalaciones de Régimen Abierto de la cárcel de Alcalá de Henares / CHEMA CONESA
Hay 4 Comentarios
Hoy se amnistía fiscalmente a delincuentes, como si de víctimas se tratara
Publicado por: Belén Mtnez. Oliete | 16/11/2013 14:47:12
Me parece importante subrayar su testimonio: "Nunca maté a nadie a pesar de lo que se ensañaron conmigo" así como la condena que solicitaba el ministerio fiscal: "1.119 años de cárcel por delitos contra la propiedad; 46 por falsedad en documentos; 126, por sustracciones de coches; 34, por atentados; 22, por tenencia ilícita de armas; 5, por quebrantamiento de condena; 5, por una amenaza, y 11 por la sustracción de sus hijos"
11 años por la sustracción de sus hijos y más de 1000 por delitos contra la propiedad.
Independientemente de que se aprecie cómo en aquellos años, las sentencias en la práctica te mataban en vida sin que el acusado hubiera matado a nadie, lo cual no se comprende ni siquiera moralmente; me gustaría destacar cómo se ha condenado actualmente a personas a las que habiendo perdido el empleo y la vivienda, se les ha condenado a seguir pagando su hipoteca. O el nivel de impunidad que supone para las víctimas que más de 300 asesinatos por terrorismo continúen sin ser juzgados ,que unos 100 hayan prescrito o que más de 1000 personas amenazadas que habiendo perdido su libertad o su trabajo durante décadas, continúen sin ser atendidas.
Publicado por: Belén Mtnez. Oliete | 16/11/2013 14:46:16
Nacer en un torno tan miserable es realmente lamentable. Está claro que esa clase de entorno produce desequilibrios mentales. La causa reside en una sociedad que funciona sin valores sociales. Luego, no solo hay que curar al que delinque, también hay que curar la mente colectiva con realidades sociales fundadas en la ética, y no con simples ideologías que se usan para encubrir las hipocresías.
Publicado por: RAMÓN | 15/11/2013 12:05:09
Restrospecter
http://www.youtube.com/watch?v=1MfQ1YBhWp4
http://www.youtube.com/watch?v=KKooPPsEyWM
Publicado por: Jose | 14/11/2013 19:37:49