Cuando en diciembre de 2008 celebrábamos el 30º aniversario de la Constitución, Javier Pradera escribió que "de aceptarse como cita autorizada para este tipo de celebraciones la cursi metáfora provinciana acuñada en 1996 -"la puesta de largo de una señorita de 18 años"- por un fantoche a cargo de la portavocía gubernamental del presidente Aznar, ahora cabría festejar el cumpleaños de una virginal solterona (el articulado permanece inmodificado, salvo el mínimo retoque impuesto por el Tratado de Maastricht al precepto 13.2) que sufre los achaques propios de la edad." Pradera se refería a Miguel Ángel Rodríguez, perpetrador de una frase que generó una polémica en la celebración del 18º aniversario de la Constitución y que quizá contó como mérito para que fuera elegido jurado en la elección de Miss España 1998, sólo un año después de perpetrar su "cursi metáfora provinciana".
Lo que dijo Rodríguez con motivo de que en 1996 cumpliera 18 años de vida, fue que si la Constitución fuera mujer, se vestiría de largo, y si fuera hombre, iría a votar. Ocurrió en la comparecencia semanal que tenía como portavoz del Gobierno tras la reunión del Consejo de Ministros y aunque en sí mismas eran unas palabras desafortunadas, el asunto no tenía enjundia para transcender de lo anecdótico. Pero entró en escena el vicepresidente Álvarez Cascos y no para pasar desapercibido. Pocos días después de las declaraciones de Rodríguez, la diputada del PSOE Cristina Alberdi formuló una pregunta en el Congreso al vicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos. Alberdi quería saber si compartía las declaraciones del entonces secretario de Estado de Comunicación. Hubiera sido fácil desactivar la polémica, pero actuó con torpeza.