Pablo Ordaz

Roma contra los centuriones

Por: | 12 de abril de 2012

Imagen 8

Hay, a la sombra del Coliseo y también del Panteón, centuriones octogenarios que arrastran en un carrito de la compra su espada mellada y unas plumas rojas que el tiempo fue destiñendo. Pero son la excepción. La mayoría tiene un perfil mucho más feroz. Disfrazados de cualquier manera, con los calzones Nike asomando bajo la túnica, la cota de malla esculpida en PVC y una espada de madera lista para acorralar a los turistas desprevenidos, lo único auténtico de su indumentaria es el móvil de última generación por el que hablan a voces. No ofrecen, desde luego, la mejor imagen de Roma y de ahí que, hace unos días, las autoridades les advirtieran de que tenían que alejarse del monumento y regularizar su situación. Montaron en cólera, se amotinaron subiéndose al Coliseo –con pancarta y todo, para alucine de los turistas— y, finalmente, el jueves a mediodía la policía municipal, primero por las buenas y luego por las malas, intentó alejarlos del monumento. La que se lió...

Hay dos formas de contarlo. Una es en serio. Como si los hechos no hubieran ocurrido en Roma. Habría que decir entonces que la policía municipal llegó y advirtió a los falsos centuriones, a los dueños de los camiones-bar y a los vendedores ambulantes de que, en virtud de las ordenanzas que velan por el decoro del anfiteatro, tenían que alejarse o serían desalojados. Tal vez en otra ciudad, los aludidos hubieran hecho caso. O, si no, los agentes habrían actuado en consecuencia. Pero no en la vieja Roma, donde la permisividad –cuando no la complicidad— de las autoridades municipales con quienes ocupan la calle de forma abusiva es total y cobra trienios. No hay lugar turístico en Roma --¿y qué lugar no es turístico en Roma?—que no esté invadido por músicos que vociferan durante horas las mismas tres canciones armados de amplificadores infernales, estatuas humanas que compiten por la foto con las fuentes de Bernini y dueños de restaurantes convencidos de que japoneses y americanos han viajado miles de kilómetros con la única intención de degustar sus pizzas. A su vera, doy fe, decenas de amables policías hacen la vista gorda…

Por tanto, no es de extrañar la sorpresa de los aguerridos centuriones cuando comprobaron que, esta vez, la cosa iba en serio. O, mejor dicho, presuntamente en serio. Porque aquí viene la otra forma de contarlo. La forma romana de contarlo. Y para ello no hay mejor ayuda que el vídeo colgado en la web del diario La Repubblica. Vean la teatral intensidad de la refriega, las amenazas, los insultos que se cruzan, la caída en el área de uno de los manifestantes, el gesto congestionado de los policías, hasta la amenaza de uno de los figurantes (esto no sale en el vídeo, pero lo refieren los presentes) que, en el éxtasis del lío, grita:

--¡Que me prendo fuego!

Y vean, también, que no pasa nada. Me apuesto las plumas descoloridas del centurión octogenario que dentro de unos días, si no mañana mismo, las centurias romanas –que, por cierto, estaban formadas por 80 hombres, igual que en Cádiz los cuartetos pueden ser de tres— volverán a esquilmar turistas, espada de madera en mano, a la sombra del Coliseo. Nunca pasa nada. La belleza trimilenaria de Roma y, sobre todo, la paciencia infinita de los romanos lo aguantan todo.

(Foto: Tony Gentile. REUTERS)

 

Hay 12 Comentarios

Excelente publicación, se ve la verdadera esencia de esta gente matones nada mas.

o es de extrañar la sorpresa de los aguerridos centuriones cuando comprobaron que, esta vez, la cosa iba en serio.

Ciò che abbiamo fatto per meritare questo?

Tutte le nostre vite siamo stati nel Colosseo.

Perché non può persone cercare una via d'uscita alla crisi?

Non è giusto.

I centurioni vogliono guadagnare soldi extra .

Me ne fregga un cazzo!!!


Colosseo,rissa Centurioni vigili urbani


http://www.youtube.com/watch?v=QkNqL-sYHco&feature=related


Saludos.
Sólamente me gustaría precisar que se llaman centurias porque, al menos en principio, cien de ellas constituían una legión, no porque tuvieran cien hombres. Era una manera de dividir y articular una legión tanto a nivel administrativo como en el campo de batalla.

Vivo en Roma, y he de decir que los centuriones del Pantheon y del Colosseo son un colectivo más, entre los vendedores ambulantes de la chatarra del momento, los cantantes improvisados, las estatuas humanas y los fotógrafos oportunistas. Como en todo lugar turístico. Pero no son, con mucho, los que más molestan. Con todo, la verdadera causa es la permisividad romana que tan bien se describe aquí, pero esto no es necesariamente negativo. Es molesto pasear por Roma a menudo, si, pero toda la ciudad desprende un dinamismo y una libertad que muchas otras ciudades europeas deberían envidiar. Mucho peor son las hordas de turistas que no aportan nada y bloquean las calles y los lugares emblemáticos buscando siempre la foto-postal y caminando como bobalicones.

¿PORQUÉ NO HACERLO EN MÉRIDA AUGUSTA?

Tengo la suerte de haber llegado hace unos días de Roma. Primer viaje a Italia, a su capital, además por un excelente motivo, la boda de mi amiga Francesca.
Ví a los centuriones, sí, y en varias ocasiones se acercaron a mí ofreciéndome la foto. No me resultaron ni maleducados ni agresivos. Simplemente me pareció que trataban de conseguir un dinero para comer.
Lo que sí me pareció desagradable fue ver a los carteristas en el tranvía el domingo.
Pero bueno, no creo que por esto Roma se estropee, una ciudad así no la estropea nada (sólo una guerra o un terremoto) y todo forma parte ahora de mis recuerdos y aventuras del viaje. No olvidemos que viajar es una aventura.
Gracias Francesca por un día tan especial.

Ayer mismo volví de Roma. He estado 3 días. Es cierto que parece un parque temático, con montones de turistas por todas partes, faranduleros, hombres estatua y centuriones. Pero yo, como es la primera vez que voy, lo he visto tan normal, curioso porque no hay nada parecido en ningún lugar del mundo. Me ha gustado mucho Roma. Volveré.

La verdad es que según han ido pasando los años la cosa ha ido empeorando; conocí Roma un verano del año 99 y desde entonces he tenido la fortuna de visitarla en 6 ocasiones, la última hace 6 meses. Maravillosa ciudad, esplendida, pero con los años ha devenido en una especie de superparque tématico, anárquico y loco, lleno de masas de turistas más pendientes de la foto famosa que de otra cosa y que hacen imposible disfrutar de la ciudad y junto a estos un paisanaje local... ¡ejem! sin comentarios, gentuza de lo peor... entre los que cuentan estos mencionados "centuriones"... sucios y desaliñados, vestidos ridículamente, maleducados y agresivos; los que conocemos el tema los rechazamos rapidito pero enganchan a turistas despistados y los espectáculos son lamentables y bochornosos. Buena medida.

Yo estuve este verano en Roma y además de pasar mucho calor y sufrir un pequeño tumulto en el metro. No sufrí ningún vendedor demasiado pesado y creo que los centuriones, músicos y estatuas humanas no molestan a nadie. Que les pregunten a los japoneses que estaban como locos haciendo fotos.

Si quieren recaudar más dinero, que es lo que quieren. Que empiecen por los autobuses, nadie paga, al final me daba vergüenza pagar y tuve que dejar de hacerlo.

Cuando visité el Colosseo en 2009, uno de esos centuriones le dió un tremendo susto a una anciana asiática que esta terminó en el suelo luego de salir corriendo....

son verdaderos matones que chatajean a los turistas

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Sobre el autor

, ahora corresponsal para Italia y el Vaticano, fue durante los últimos años el corresponsal para México, Centroamérica y el Caribe. Desde principios de los 90, escribe reportajes en EL PAÍS.

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