Parece contrastado que los moluscos bivalvos gozan del profundo sabor que les otorga toda una vida filtrando el agua en la que moran, acumulando así en sus carnes aquellos componentes físicos y químicos que reconocemos como marinos. Y si bien es cierto que los percebes pueden traer a nuestros sentidos la fuerza que transmite el batir de las olas contra las rocas que los soportan, los mejillones la tranquilidad de las aguas remansadas y las ostras la finura de la carne atravesada mil veces por frías aguas minerales, también lo es que si queremos probar la fuerza que contagia la salinidad del Mediterráneo nada mejor que probar unas caixetes, también llamadas por biólogos y otros expertos Arca noae.
Caixetes
Aunque para hacerlo tengamos que dirigirnos de forma casi obligatoria a algún punto de la costa que recorre el norte de Castellón o el sur de Cataluña, lugares estos donde casi en exclusiva se suministra el citado marisco. Mediadas de tamaño, con aspecto osco -casi una roca- las caixetes encierran en sus durísimas y fibrosas carnes las esencias primitivas del mar, quizás porque nunca fueron criadas, sino tan solo recogidas en aquellas condensadas aguas.
Podemos ir, si así acontece, a Vinaroz, donde en el bar El Puerto, justo a la orilla del que da nombre al local, y a la vista de los barcos, nos los cocerán para que podamos intentar desentrañar el misterio que encierran si logramos abrirlas con pulcritud.
Coriáceas, no podemos abandonar el empeño en engullirlas, así suponga un arduo esfuerzo para nuestros molares, que nuestro paladar agradecerá.
A la vez, y ya instalados en el local, podemos intentar otro exótico sabor y curiosa textura, cual es el que nos proporcionan las anémonas u ortigas de mar, que rebozadas y fritas encandilan.
La comida se completa en el inmediato restaurante El Faro, donde –si la suerte nos premia con sus dones y la tienen en sus neveras- podremos degustar una magnífica ventresca de atún, o su alternativa hecha tataki, unos langostinos del lugar y alguno de los arroces que en generosas cantidades hacen referencia del lugar.
Para aliviar la digestión una nueva ginebra – y van 10.000- con la que combinar el agua tónica de nuestro satisfacción.
Restaurante El Faro
Tataki
Anémonas
Langostinos
Arroz con pulpo
Gin tonic
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