Se suceden en Valencia, durante las últimas fechas, aperturas de establecimientos de restauración, instalados en todos los casos por experimentados profesionales del sector, que intentan nuevas aventuras a la vez que relanzar la actividad económica en el campo de operaciones que les es propio.
Un factor común une a los nuevos restaurantes, sin excepción: el intento riguroso de proporcionar la máxima calidad al menor precio posible. La crisis económica se deja sentir de forma inapelable entre los consumidores, que rebajan el presupuesto destinado para cada comida, no obstante permanecer fieles a la moda de comer fuera de casa, ya sea por las distancias al hogar, ya sea por la pérdida de las costumbres familiares.
Moderación en el precio y retorno evidente a los platos habituales, no tanto a los llamados “de cuchara”, que siguen en horas bajas, sino a aquellos que proporcionan sabores contundentes amén de reconocibles. Las croquetas – clásicas o sofisticadas- se sitúan en lugar preferente de los nuevos bares, incluso de los gastrobares, y las ensaladillas, las carnes picadas y la pasta en sus mil y una variaciones forman el núcleo de las comidas más económicas.
No obstante lo antedicho también se producen instalaciones que intentan superar lo ya conocido, introduciendo en el mercado culturas lejanas tratadas con brillantez para un mercado que las acepta ya sin ninguna reticencia ni menosprecio.
Es el caso de Komori, que Rafael Honrubia y su hijo Ignacio han ubicado en el interior del Hotel Westin, uno de los más señalados hoteles valencianos. Asesorados por los propietarios del muy famoso Kabuki madrileño, proponen la cocina japonesa que los caracteriza, fusionada como es su costumbre con pinceladas occidentales.
Como es normal sushi, sashimi y toda suerte de variaciones con los habituales ingredientes del arroz y del pescado –aquí, de una calidad impecable- y otros más infrecuentes que sorprenden de forma positiva, como los huevos mezclados con el atún o las pequeñas hamburguesas perfumadas con el sabor de la trufa negra. Algunos homenajes al producto valenciano, tratado con el ideario japonés, como las quisquillas –sorprendentes y sabrosas sus cabezas, cocidas al vapor y por tanto templadas- o las anguilas, un recuerdo de la Albufera, fritas y crujientes.
Además impecables cortes de toro, pez mantequilla y otros pescados blancos, que se aliñan con salsas como la ponzu, mojo canario y papa arrugada o paté de trufa blanca.
Limpia decoración, completa carta de vinos y otras bebidas adecuadas a los productos a degustar, y unos ajustados precios en relación con lo ofrecido, adornan el resultado final del restaurante.
Komori
Calle General Gil Dolz (Hotel Westin)
Valencia
Teléfono 960 045 635
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Publicado por: ◄◄◄◄◄◄ADELGAZA YA!!!!►►►►►►► | 05/11/2012 18:22:03