El Viajero: Guía de Viajes de EL PAÍS

Sobre el blog

Un blog para gente a la que le gusta cocinar, viajar, estar al día en modas y tendencias y, sobre todo, comer bien. Un diario de experiencias personales relatadas con desenfado y sentido del humor. Cocineros, recetas, restaurantes, personajes, secretos de cocina y recomendaciones insólitas que no te puedes perder.

Sobre el autor

Isidoro Merino

José Carlos Capel se licenció en Ciencias Económicas, pero lo que realmente le gustaba era cocinar. Lleva 25 años ocupándose de la crítica gastronómica de este periódico y preside Madrid Fusión. Después de haber escrito decenas de libros, ha convertido su afición en un modo de vida.

Los blogs de el viajero

05 jun 2011

Brunch o bufés

Por: José Carlos Capel

Huevos benedictine

¿Por qué llamamos brunch a lo que son simples bufés? De tanto confundir los términos   nos ha llegado a parecer normal. Al menos en Madrid donde ciertos hoteles y restaurantes sirven supuestos brunch a horarios desfasados en comparación con el rito anglosajón. Nada que ver con esos desayunos tardíos que sustituyen a un almuerzo y que a partir de las 10,30 tanto éxito cosechan en Nueva York. En nuestra ciudad se retrasan entre 2 y 3 horas y se convierten en comidas de fin de semana disfrazadas de relamida modernidad.

Hoteles como el Palace, el Ritz o el Intercontinental abren sus comedores a partir de las 13,30 con escenarios semejantes. Grandes mesas repletas de comida con bandejas frías y calientes, canapés y pijadas pretenciosas. Supuestas tentaciones que arrebatan a una clientela entregada. En el fondo, rutinarios desayunos de hotel resueltos tipo bufé a los que se añaden platos calientes con objeto de aparentar algo. Puras acciones de mercadotecnia destinadas a atraer a una clientela casi siempre escurridiza en los difusos “week end”.

¿Cuál es la razón de su relativo éxito? La informalidad y la cantidad. Suponiendo que un cliente pueda pagar sus precios, por una media de 70 euros (más o menos) se come hasta reventar. La calidad es escasa pero es lo que menos importa. En lugar de promocionar sus brunch estos hoteles deberían anunciar “All you can eat”, es decir, coman Vdes. lo que quieran por un precio cerrado.

Ramplonería de la que se salva el hotel Europa Decó, que comienza el servicio a las 11 y rodea su oferta de cierto glamour. No es un “Desayuno con diamantes” pero se aproxima al concepto. Lo sirve en su glass bar y cumple con el protocolo del bloody Mary, las ostras y los huevos benedictine. Y todo por 40 euros, un precio más moderado.

Justo hoy acabo de probar el brunch de Jockey que ha comenzado a servir los domingos este histórico local, que en su nueva etapa ofrece un servicio a la carta más refinado que los incomodísimos bufés. Por 75 euros,  bebidas y champagne incluidos, presenta un surtido en el que no falta ninguno de los platos fetiche. Primero los huevos (fritos, en tortilla, revueltos, en gelée) con dos especialidades desiguales. Correctos los benedictine y muy poco afortunados los escalfados con muselina de trufa negra, cuya salsa no es otra cosa que tinta de calamar. Luego, una ensaladilla rusa mediocre y una ensalada de bogavante aceptable. Y entre los grandes hitos, sus ostras ( Daniel Sorlut nº 2) y un jamón excelente.

Tan destacable como la pularda asada al estragón con guarnición de espinacas a la crema y patatas soufflés. ¡Qué gran cocina clásica permanece agazapada en este lugar¡ Aunque no vale nada su tarta de manzana, la tabla de quesos y algunos postres como los churros con chocolate y las crêps flameadas superan las expectativas. Lo de Jockey tampoco es un brunch en sentido riguroso pero supera a los demás en esta ciudad.       

 

03 jun 2011

Hamburguesas

Por: José Carlos Capel

Hamburguesa

No sé lo que está pasando pero me las encuentro por todos lados. Hamburguesas en versión mini o en tamaño grande como las del reciente Estado Puro de Paco Roncero (www.tapasenestadopuro.com); de rabo de toro en Ten con Ten; con queso en abundancia (Real Café Bernabeu); de buey wagyu con nachos mexicanos (East 47); con la carne cruda sin pasar por la sartén (Mui), o convencionales del estilo de La Kitchen (www.lakitchen.es

Que nadie me diga que me quedo corto, ya lo sé. Se trata de una lista somera de locales madrileños que acabo de visitar. Si me centrara en Barcelona sumaría más. Dobles, aplastadas, gigantes, con queso y tomate, beicon... ¡ Quien iba a decir que aquellos filetes de carne picada que surgieron en Hamburgo a finales del XIX iban a dar tanto juego¡ Las ingerían los emigrantes alemanes en sus travesías a Estados Unidos y saltaron a la fama en 1904 en la Expo Universal de San Luis. Llevamos más de un siglo con la receta. Y aunque siguen siendo un símbolo del “junk food” (comida chatarra), no merece la pena dedicar un segundo a MacDonald´s o Burger King. A mí solo me interesan en versión gourmet.

¿Alguien duda que a partir de lomos de vaca cortados a cuchillo puede obtenerse piezas magníficas como las que prepara Paco Ron en la barra de Viavelez  (Madrid)? De sobra es sabido que cocineros de campanillas las han adoptado con cierto espíritu trasgresor. Lo hizo en su momento Ferràn Adrià con su abandonado Fast Good, además de Sergi Arola en “Le Cabrera” inicial. Y -- lo más importante -- las han adoptado como especialidades emblemáticas el imprevisible francés Marc Veyrat (www.coznavera.eu), así como el famoso Daniel Bouloud, que las sirve con foie-gras en su restaurante neoyorkino y en versión normal en Londres en el Bar Bouloud (www.barbouloud.com) del hotel Mandarín Oriental. ¿La hamburguesa más cara del mundo? La que ofrecía (dudoso mérito) el restaurante Stik de Madrid a 85 euros la pieza en la primavera de 2006. Naturalmente, el local cerró. Toda una jungla entre la que os destaco tres casos singulares. El Filete Ruso ( 932 171 310) donde se elaboran con carnes de terneras biodinámicas. Las de Fábula (914 310 834 /Madrid) hechas a partir de bueyes de los valles del Esla (León). Y también las Kiosko Burger en Barcelona (www.kioskoburger.com) que las prepara con cordero lechal o al estilo japonés con salsa teriyaki. Por supuesto me gustan bastantes más. Entre ellas las de Alfredo´s Barbacoa (915 76 62 71), Horcher (915 220731), ambas en Madrid. Y otras dos más singulares en esta ciudad de las que os paso las recetas. La de Oven 180, fórmula de la abuela de Cristina Comenge, que se asemeja al típico filete ruso (bitoke), y la de Juanjo López Biedma (La Tasquita de Enfrente), a la que añade foie-gras.

¡Buen apetito¡  

 

Hamburguesa de La Tasquita de Enfrente

(Para 1 ración)

150 gramos de carne de vaca picada a cuchillo

 60 gr. De foie-gras fresco cortado en daditos

½ yema de huevo

Sal y pimienta

Amasar, dar forma de hamburguesa, enharinar someramente y pasar por la sartén.

(Debe quedar casi cruda)

Al servir rociar con 1 cucharada de jugo de carne concentrado. Acompañar de una patata cocida y frita con su piel.

 

Hamburguesa de Oven 180

 

700g de carne de buey picada
-100g de magro de cerdo picado
-2 huevos
-2 rebanadas de pan mojado en leche
-2 chalotas muy picadas
-un chorrito de brandy
-un chorrito de fondo de carne
-sal y pimienta
 
Para acompañar
-4 panes de hamburguesa
-1 tomate
-2 pepinillos en láminas
-100g de cebolla confitada
-100g de queso gorgonzola
-Lechuga, canónigos
-Ketchup
-Mostaza a la antigua
-Mostaza verde
-Patatas fritas
 
Modo
 
Mezclar la carne con el resto de ingredientes y dejar marinar en la nevera unas horas.
Hacer hamburguesas de 200g cada una y marcar en la plancha. Cubrirlas con cebolla confitada, pepinillo y queso gorgonzola y hornear.
Terminarlas con rodajas de tomate, lechuga y canónigos.

 

01 jun 2011

La alta cocina en el aire

Por: José Carlos Capel

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Ocho estrellas Michelín y 12 soles Repsol son los galardones que en conjunto ostentan los 4 cocineros que la compañía Iberia acaba de escoger para su servicio a bordo. Nada que objetar al nuevo equipo aunque algunos echásemos en falta la presencia de algún  vasco, tal vez Eneko Atxa. Tras lanzar la noticia, que dio a conocer el pasado 30 de mayo en el Casino de Madrid el presidente de la compañía Antonio Vázquez, los cuatro protagonistas, Paco Roncero, Dani García, Ramón Freixa y Toño Pérez cantinflearon sobre su compromiso para renovar las comidas en clase bussines. A falta de explicaciones concretas hablaron de producto. De la calidad de la despensa española y de su interés por incorporar alimentos escogidos.

En la nota de prensa un titular rutilante: “Iberia, el primer restaurante con 8 estrellas en el mundo”. Golpe de imagen llamativo que en el futuro podría diluirse como el humo. La compañía prescinde de su anterior asesor Sergi Arola y lo sustituye por cuatro nuevos de semejante envergadura. ¿Conseguirán estos chicos con tanto talento que se hable de Iberia por la calidad de su comida?  Mucho tienen que cambiar las cosas para que el tinglado funcione.

Y no lo digo por los cocineros ni por las empresas de catering (Gate Gourmet y Cremonini) encargadas de interpretar sus recetas, sino por el obligado recorrido que en todas las compañías siguen los platos calientes hasta servirse en el aire. Imaginemos un pescado. Llega congelado (preceptivo por el anisakis) a las cocinas centrales, se descongela y se precocina con su salsa. Se introduce en una barqueta, se cierra y se abate hasta  2º/4º, más o menos. En este estado, almacenado en carritos, permanece 4 / 8 horas en espera del servicio. Cuando se recalienta a bordo es como si el pescado volviera a cocinarse encerrado en un mini horno. Las probabilidades de que se pase son infinitas ¡Qué paliza¡ No hay producto que aguante, salvo algunos estofados pastas y arroces.

Por si no fuera poco otro peligro acecha en el aire. Parece ser que las tripulaciones, que equivalen al servicio de sala de un restaurante, defienden sus derechos y se niegan a atender instrucciones sobre la manipulación de las comidas. También aquí emergen los sindicatos. Me confesaba Toño Pérez que en el viaje que hicieron juntos a Nueva York le preguntaron a un sobrecargo en qué momento apagaban los hornos. “Cuando las comidas huelen”, le respondió todo ufano.

Conscientes de tantas dificultades, Paco Roncero y Ramón Freixa insisten en su idea de servir cocina fría, no manipulada a bordo, la misma que llevan consigo para su consumo algunos clientes Vip habituales. Es decir, una suerte de bufé frío: lonchas de jamón con pan tostado, foie-gras, anchoas, ahumados y ensaladas.

Si esto es así, Iberia va a auspiciar la mayor paradoja gastronómica de los últimos tiempos. La compañía ha contratado a 4 grandes cocineros para que practiquen la no cocina. En seis meses veremos los resultados. De momento, para ir avanzando yo les aconsejaría cambiar el café y el pan, bastante malos. ¿Y si se ocuparan también de los bocadillos de la clase turista? Ese sí que es el auténtico reto.

¡Suerte muchachos¡ 

 

El País

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