30 jul 2011

Dos sangrías para los que no le gustan las sangrías

Por: José Carlos Capel

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Acabo de leer un artículo en Le Figaro (27 de julio de 2011) que os comento de forma rápida. Lo escribe Emmanuel Rubin a propósito de la cocina española. Después de criticar algunos de nuestros platos populares despedaza la sangría que tilda de bebida surrealista, digna del museo de Dalí en Figueras. No sin cierta ironía el comentarista se ríe de qué los españoles mezclemos vinos pobretones con ensaladas de frutas. ¿Tiene razón este francés que presume de paladar fino? Se reconozca o no la sangría pierde terreno frente al tinto de verano. Parece que su competidor refresca más y se prepara al instante. Y encima no está malo. De hecho, cada vez se ven menos jarras en los chiringuitos y restaurantes de playa.

Nada raro porque las sangrías hay que elaborarlas previamente y, según sea la receta, pueden convertirse en algo demasiado alcohólico o azucarado. ¿Bebida de playa y solo de merenderos? Cuidado con los prejuicios, la sangría puede resultar una pócima o algo más refinado ¿A qué llamamos sangría? A una bebida fría de vino rebajado con limonada o gaseosa en la que se han macerado previamente frutas de temporada. Tragos de baja graduación ideales para acompañar las comidas estivales. Pero las reglas no siempre se cumplen. A veces están tan cargadas de alcohol que se alejan de la idea.

Yo detesto esas en las que flotan tropezones mustios de melocotones, albaricoques, peras y plátanos. Las mismas que se presentan en jarras de cristal con serpentinas de cáscara de naranja enroscadas al asa, en cuyo interior se agazapan copas de vermú, brandy, curaçao o triple seco. Mezclas rematadas con palitos de canela y mucha azúcar. ¡Qué desastre¡ A los ingleses, que las pusieron de moda a mediados del XIX, principales responsables de adicionar alcohol al vino azucarado, conviene recordarles que la sangría no es un cóctel, que no se hace al instante y que tampoco es un ponche porque no se toma caliente.

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Las dos recetas que os aporto se desmarcan del resto Que yo sepa la de frambuesas la inventó Clodoaldo Cortés en la época gloriosa del restaurante madrileño Jockey. En su versión original es extremadamente elegante. Se dejan macerar frambuesas en un vino de borgoña durante 3 horas con algo de azúcar. Luego, antes de salir a la mesa, se vierte una botella de champagne recién descorchada. Las frutas perfuman el vino y el champagne la chispa necesaria. Con rioja y cava no es igual pero resulta fantástica. Mi receta de sangría blanca tampoco tiene nada que ver con las “zurras” o “cuervas” que se elaboran La Mancha. Consiste en macerar rodajas de lima en un vino blanco afrutado al que se añaden hojas de hierbabuena. En ambos casos es imprescindible el cava seco.

Sangría de frambuesas:

 2 botellas de rioja de crianza

¼ kg de frambuesas

azúcar

1 botella de cava seco

hielo en cubitos

Dejar macerar en la nevera en un bol grande el rioja con las frambuesas durante 4 horas. Añadir cubitos de hielo y azúcar al gusto. Revolver suavemente. Antes de servir añadir el cava

Sangría blanca

2 botellas de vino blanco de Rueda afrutado

2 limas cortadas en rodajas finas

azúcar

1 botella de cava seco

un manojo de hierbabuena

hielo en cubitos

Macerar en la nevera en un bol grande el vino con las limas en rodajas durante 4 horas. Añadir cubitos de hielo y azúcar al gusto. Revolver suavemente e incorporar las hojas de hierbabuena. Esperar ½ hora, y rociar con el cava.

Hay 32 Comentarios

Señor Capel, me declaro un completo inútil respecto a cocinar 'a ojo'. Le agradecería si pudiese indicar aproximadamente qué cantidad de azucar debe añadírsele para que no quede demasiado dulce ni demasiado seca con las cantidades de vino y cava mencionadas. Un saludo y enhorabuena por su blog

La verdad es que este verano he probado dos sangrías muy diferentes: una ligera y refrescante y la otra que estaba cargada de alcohol, que casi te tumbaba. Me quedo con la primera definitivamente.

Saludos.

Oscar no debes retirarte de la red. Muchos seguimos tu trabajo

Verissimo lo que nos faltaba es que el Estado nos regule todo, desde las mezclas de vino hasta la ensaladilla rusa. La cocina es libertad. Te quieres parecer a los franceses. No estoy de acuerdo

Muy buena la receta de quiche lorraine de José Fernandez. La probaré con vino blanco

No solo los peruanos, argentinos, mexicanos e ingleses, ademàs de los espanyoles tomamos sangrias o clericot (claret cup). Los italianos también mezclan frutas y vino de una manera parecida. En los escasos dias que llevo en Cerdenya he probado dos derivaciones del famoso còctel Bellini, que inventò Giuseppe Cipriani en el Harry' s Bar de Venecia. Las variantes son bien sencillas. Vino prosecco (spumanti o frizzanti) con jugos de frutas. Con melocotòn el auténtico Bellini, con fresa (rossini) y con zumo de mandarina (mimosa) Os aseguro que no estàn nada malos. El mismo juego se puede ensayar con cava.
PERDON de nuevo por la ortografia. Imposible controlar los acentos con el ordenador italiano que me han prestado.

Hay que decir que por mucho que este hombre critique la sangría, yo que vivo en Francia, aquí te pueden poner coca cola "amarga", llamarla sangría, y hay detrás están todos los franceses contentos "bebiendo sangría", surrealista vamos

Faltas, la palabra Azucar funciona como femenina,aunque es ambigua, por tanto "mucha azucar" es correcto, igual que "esta arma". Solo se antecede de los articulos masculinos "el" "un" y "ningun", los demas van en femenino.
Un saludo y muy buena pinta esas sangrias.

Gastòn, cuando estuve en Lima el pasado mes de septiembre, probe una bebida con chicha morada, frutas y vino que me pareciò una sangria estupenda.
(Perdon otra vez por la ortografia de este ordenador italiano)

Gastòn, cuando estuve en Lima el pasado mes de septiembre, probe una bebida con chicha morada, frutas y vino que me pareciò una sangria estupenda.
(Perdon otra vez por la ortografia de este ordenador italiano)

Hola amigos, contesto a Susie y a Belen Fernandez que nos dan su visiòn desde Mexico y Argentina.
La palabra clericot, proviene de la expresiòn inglesa "Claret Cup". Se trata de una bebida que segùn quien la elabore puede ser parecida o idéntica a la sangria. En este post sobre la sangria ya os comentaba que los ingleses comenzaron a adicionar frutas y licores al vino a mediados del XIX. Fue en la India de la mano de funcionarios britànicos para paliar el calor de los meses tòrridos en el Punjab. Por supuesto el primer brindis era por la reina. En Londres lo preparaban en el hotel Savoy que ha estado 3 anos de reformas.
NOTA Mil perdones por la ortografia. Escribo desde la isla de Cerdena desde un ordenador italiano en el que me vuelven loco los acentos. Por supuesto no tiene ene(enye)

Entonces cómo funciona esto del "mucha azúcar"? Por dios, a ver si aprendemos a escribir bien.

Leo comentarios que me han encantado, los que hablan de la improvisación y la picardía. Me hace pensar que ésa es la razón por la que en España no exista una homogeneización sobre lo relativo a la hostelería, como otros tantos comentaban.
Sinceramente, creo que nunca la habrá. España no tiene el chauvinismo francés o el marketing italiano, se deja llevar por la improvisación y las referencias locales, el "en mi casa lo hacemos así". Y no me digan que no sé de lo que hablo, que vivo en centroeuropa, donde a la crema se la llama sopa y no hay salsa sin nata, y para colmo soy valenciano, esos seres tan acostumbrados a encontrar engendros llamados paella en sus propias ciudades que se debaten entre el amor y el odio y en debates de cafetería y foro de internet, para concluir que la mejor paella es la de sus madres.
Sinceramente, me gusta la sangría. Un acto de salvación para el vino discreto que de otra manera no encontraría su lugar. Además es una bebida social, porque una borgoña carísimo se lo puede trincar un/a señor/a riquísimo solitariamente para ahogar sus penas (visto por estos ojos) pero una sangría es sinónimo de sol y alegría y buen tiempo y un grupo de amigos que ríen juntos alrededor de una gran jarra morada.
Porque ya lo dice su nombre, un nombre sangriento y vital... Personalmente encuentro pretencioso, pijo y sin fundamento llamar sangría a un cóctel de color blanco o transparente o rosa o verde. Pero ya dije que es una cuestión personal, en mi casa lo hacíamos así!

La sangría con una rica Quiche Lorraine puede resultar genial debajo de una sombrilla. Ahí os paso mi receta. Rica,rica.

¿POR QUÉ el entrecot a la pimienta y la SANGRÍA (solo dos ejemplos) que nos venden en un restaurante de San Sebastián o en la playa de El Saler o en la de Maspalomas o en el Madrid de los Austrias difieren totalmente en cada uno de estos diferentes lugares, a pesar de llevar el mismo nombre en todos ellos? ¿POR QUÉ? PORQUE la Administración no regula. Y DEBIERA REGULAR y UNIFORMALIZAR todo cuanto se vende en hostelería. Y ello, sin que menoscabe la libertad e investigación que cada cocinero y barman considere oportuno realizar. Eso sí: cambiando o adjetivando el nombre.

Carlos Capel: (Tu nombre, escrito así, me suena a buena música y a baile precursor de...) Desgraciadamente, la sangría tan nuestra y que tanto alivió el cansacio de los segadores sedientos de la vieja España, ya no es lo que debió de ser siempre. Dos culpables: La Administración que nunca uniformó los componentes y cantidades exactas de todo cuanto se vende en establecimientos hoteleros y por culpa también de los que en su dia cambiamos la hoz de la siega por la bandeja del restaurante. La sangría, la sangría única y sin adjetivos, solo lleva de alcohol vino, brandy y licor de naranja. Todo lo demás no es sangría, sangría. UNA PETICIÓN a CARLOS CAPEL y a EL PAÍS: Inicien una campaña necesaria para que la Administración del Estado regule por Ley todo cuanto de comer y beber se vende en HOSTELERÍA, la primera Industria de España. Afortunadamente, siempre nos quedará MONTREUX , Suiza y sus escuelas de Hostelería, especialmente... donde sí está todo regulado y uniformalizado tanto componentes como cantidades. OFICIALMENTE REGULADO.

Yo hace años que hago una con vino de Gandesa, una copita de ginebra, una copita de brandy, limonada, azucar y melocotón de viña troceado, dejese unos dias en la nevera y aseguro que el resultado en muy bueno.

Si una sangría está bien hecha (bien ajustado el punto de alcohol y de dulzor) es una bebida estupenda. En Gijón hay sitios en que la hacen muy bien (en un tex-mex al que voy de vez en cuando la hacen maravillosamente, con un toque de tequila). Y desde hace unos años en muchos sitios hacen sangria de sidra (sin vino), que también pueden estar buenísimas, Como todo, si quien la prepara sabe hacerla bien....

En Argentina, sangria es la que se hace con vino tinto, y clericot con vino blanco, champagne, e incluso con sidra queda buenisima.La elecciòn de frutas es fundamental, el melocotòn imprescindible.

En México se llama Clericot a la Sangría ¿nombre afrancesado?

Dnde esté un vino pobretón de tetra-brick. para una sangría...que se quite el rioja crianza (menudo crimen)
un poquito de licor de manzana y limonada, tras el agua y el azucar, claaaaroo y melocotón de temporada, bueniiisimaaa

Artículo que como de costumbre la gente diestra da cuenta de que no es por alabar nada español, sino por vender vino que paga salarios. No entiendo porque la gente humilde, que bebe vinos murcianos, manchegos, aragoneses, no tiene nunca calado en ningún artículo de entendidos, ni siquiera cuando se trata de lugares con la mejor fruta para elaborar una exquisita sangría. Brindemos con Rueda, con Riojas y nos la demos de españoles cuando mercenarios somos

Qué mala es la envidia! Una buena sangría puede ser una bebida deliciosa. Yo recomiendo una que probé hace tiempo hecha con txakolí en San Sebastián, en un magnífico bar de pinchos, el Iturrioz 2. Buenísima!

Para los franceses, cualquier cosa que se haga en España es surrealista, espantosa, mala, de pésimo gusto. Cosa de nuestros vecinos, esos que comen cosas tan sumamente elegantes e hipercalóricas. Lo de ver como también los adelantamos en algo tan suyo como la cocina debe sentarles a cuerno quemado. Mundiales, tours, roladgarroses de esos y ahora también en los fogones.

La sangría siempre es buenísima cuando está bien equilibrada. El chef español, José Andrés, hace una sangría blanca con Cava, un toque de licor de peras, fresas y hierbabuena que está exquisita. Como usted bien dice, ni muy dulce ni muy cargada al alcohol.

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Sobre el autor

Isidoro Merino

José Carlos Capel se licenció en Ciencias Económicas, pero lo que realmente le gustaba era cocinar. Lleva 25 años ocupándose de la crítica gastronómica de este periódico y preside Madrid Fusión. Después de haber escrito decenas de libros, ha convertido su afición en un modo de vida.

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