El Viajero: Guía de Viajes de EL PAÍS

Sobre el blog

Un blog para gente a la que le gusta cocinar, viajar, estar al día en modas y tendencias y, sobre todo, comer bien. Un diario de experiencias personales relatadas con desenfado y sentido del humor. Cocineros, recetas, restaurantes, personajes, secretos de cocina y recomendaciones insólitas que no te puedes perder.

Sobre el autor

Isidoro Merino

José Carlos Capel se licenció en Ciencias Económicas, pero lo que realmente le gustaba era cocinar. Lleva 25 años ocupándose de la crítica gastronómica de este periódico y preside Madrid Fusión. Después de haber escrito decenas de libros, ha convertido su afición en un modo de vida.

Los blogs de el viajero

30 may 2013

Delicias de calle y el Container City de Bogotá

Por: José Carlos Capel

Bananos fritos, crujientesEl lunes no quería despedirme de Colombia sin intentar una ruta gastronómica de calle.

Algo que para mí se convierte en un rito emocionante cuando se trata de lugares donde respetan la tradición

Hace tiempo que aprendí que para rastrear la comida callejera hay que dar de lado a los prejuicios. Y dejarse tentar por aquello que te ofrecen en cada esquina por insólito que parezca. Solo así se descubren esas delicias del genuino street food que no figuran en folletos para turistas.   

En compañía de mis dos amigas colombianas, Milena Cárdenas y Verónica Arboleda. empezamos con un desayuno tardío en el precioso restaurante / tienda Abasto, muy recomendable, que se abastece de productos locales.

Fue allí donde su elegante propietaria y cocinera Luz Beatriz Vélez, nos preparó un surtido de arepas. Algunas deliciosas, además de un chocolate autóctono que me resultó de gusto extraño. Más aún cuando Luz me confesó que lo habitual es tomarlo -- hecho insólito -- mojando tropezones de queso fresco. 

Eran las dos de la tarde cuando, por fin, llegamos a Candelaria, centro peatonal de la ciudad. Zona noble donde, entre edificios históricos bellísimos, se despliegan legiones de vendedores ambulantes. Recalamos primero en un puesto de obleas untadas de arequipe, una suerte de dulce de leche. Deliciosas.

Luego apareció una vendedora de hormigas culonas, de temporada, afrodisíacas, según rezaba su propio cartel, que me recordaron a los chapulines mexicanos. Tras una breve pausa pasamos por la taberna “La Puerta Falsa” donde no tomamos su famoso ajiaco, sino un cubilete de nata de leche hervida que vendían para llevar. Excelente.

Nuestro errático callejeo nos llevó hasta una vendedora de chontaduros cocidos que tomé con sal y miel. Frutos súper nutritivos de textura harinosa y gusto muy particular. Y enseguida el clásico vendedor de bananos fritos, churros y papas andinas, finísimas, que de haber estado fritas en aceite de oliva no tendrían nada que envidiar a mis favoritas en España, San Nicasio http://www.sannicasio.es/ o Sarriegui http://www.sarriegui.com/.

Al final tomé un vaso de tinto o negrito como denominan en la calles de Bogotá a la infusión de café. Vendedora de obleas con arequipa, una crema dulcePero los verdaderos acontecimientos gastronómicos estaban aún por llegar. Milena nos acercó a media tarde al barrio Barrancas, justo a la calle 156.

Fue allí donde probamos unas arepas portentosas y un chorizo suculento en puestos diferentes y, finalmente, la gran noticia, una lechona rellena de carne con arroz, cuya piel crujía como un barquillo. Bocado excepcional. Algo para volver y repetir.

Y todavía tuvimos tiempo, en la calle 93 de tropezar con un recinto insólito, apodado Container City, http://www.planb.com.co/bogota/restaurantes-en-bogota/sucursal/container-city/60510 montado con contendores industriales reciclados. Armazones metálicos intactos pintados de colores en cuyo interior se alojan restaurantes y pastelerías cuyas especialidades -- hamburguesas, sushi o pizzas-- , se degustan en una zona común que se llena al anochecer. Algo parecido sucede en la calle 95, donde se encuentra La Perla y Burger Town, dos contenedores con la misma aplicación.

 Que nadie me diga que la calle no es siempre fascinante. Un semillero de pistas gastronómicas de toda índole, además de una fuente de inspiración. En twiter: JCCapel Luz Beatriz Vélez, propietaria de Abastos, cocinera que se abastece de productores colombianos
Vendedora de arepas en las calle 156 en Barrancas. Excelentes Puestos de venta de frutas frescas deliciosas. Algo habitual en las calles de Bogotá Chontaduros asados y frescos, frutas con un poder nutritivo excepcional Vendedor de café Vendedor de fritos, papas andinas, churros y bananos Sin comentariosVendedora de lechona junto a su carrito lechona rellena Lechona asada. Bocado excepcional, en la calle 156 de Barrancas. Piel crujiente como un barquillo Hormigas culonas, saben parecido a los chapulines mexicanos. Una exquisitez de temporada Cartel que pregona las propiedades de las hormigas Vendedora de hormigas culonas Un cliente se sirve en un contenedor convertido en barContenedor con vertido en pastelería Estructura montada con contenedores superpuestos que dan lugar a una espacio comercial repleto de restaurantes y pastelerías que se alojan en el espacio de un contenedor

 

 

 

 

27 may 2013

El erre de Freixa en Cartagena de Indias

Por: José Carlos Capel

Brigada del restaurante erre, que aseosra Ramón Freixa en Cartagena de Indias. A la derecha Víctor Fernández, su brazo derechoPor razones que desconozco me había imaginado que el restaurante erre que asesora Ramón Freixa en Cartagena de Indias se encontraba en la ciudad antigua. Error de bulto. Se halla en el hotel turístico Las Américas http://www.hotellasamericas.com.co/ , al borde de la playa y no lejos de aeropuerto.

 Si el sábado pasado con 35º C de temperatura y una humedad próxima al 90% pude terminar mi recorrido por esta preciosa ciudad colonial fue gracias a la ingestión de frutas. Cartagena es todo colores. A los chillones vestidos de las palenqueras que monopolizan la venta de dulces se suman los puestos de frutas tropicales, cocos y limonadas, uno de los tesoros gastronómicos de Colombia. Puro street food en versión caribeña.

A media mañana probé un fantástico helado de uchuba (alquequenje) en la heladería Paradiso, que me había recomendado mi amiga Cristina Botero. Luego un jugo (zumo) de maracuyá en la pastelería Mila (www.pasteleriamila.com) y después por el equivalente a 1 euro el agua de un coco cortado a machete. Hasta le compré un banano a una palenquera para que me dejara hacerle una foto.

Antes de la cena  tuve tiempo de picar algunas cosas interesantes. En el Club de Pesca (www.clubdepesca.com) me encantaron las arepitas de anís con cangrejos. Y en el restaurante La Tinaja (La Matuna Plazoleta Joe Arroyo), un cebiche de camarones con salsa de tomate, entre otras cosas. Ramón Freixa en su restaurante en Madrid

No visité el restaurante “La Cocina de Pepina”, el alma culinaria de Cartagena, porque, según me dijeron, ella estaba enferma. En cambio, me atreví a entrar en el mercado Basurto al aire libre, que atienden afro descendientes, un viaje antropológico por la cocina del Caribe. Solo para devotos de las emociones fuertes y donde no tuve arrestos para probar nada.

Y así llegó la hora de la cena.

Ramón Freixa, no me había dado pistas del lugar que asesora desde octubre (www.errederamonfreixa.com)

Se trata de un restaurante de vistas panorámicas, propiedad de la familia Araujo, que ha decorado con acierto otro español, Nacho García de Vinuesa http://www.gdev.es/home.html, con estudio en la propia Cartagena.

En ausencia de Freixa nos atendió su brazo derecho, el cocinero gallego Víctor Fernández.

Me habló largo y tendido de las dificultades que ha tenido para localizar proveedores de carnes y pescados y se lamentó varias veces de los elevados aranceles que pagan los vinos en Colombia.

Como afirma el propio Freixa en la web de esta casa, la carta de erre es un recorrido de raíces catalanas entre Cartagena de Indias y Madrid. Un restaurante donde se sirven tapas, platos desenfadados (bistró) y creativos. ¿Especialidades? Más españolas imposible: gazpacho, pan con tomate y jamón, tortilla de patatas con chorizo, huevos rotos con patatas, langostinos al romesco, croquetas, bravas, pescaíto frito, coca con setas y queso, piquillos confitados, rabo guisado, etcétera.

 El mayor acierto de Freixa y su equipo es que están incorporando productos colombianos a  recetas españolas en una suerte de fusión inédita. Entre ellos, el delicioso pez león http://blogs.elpais.com/gastronotas-de-capel/2012/06/el-depredador-del-caribe.html, al que hay que extinguir para proteger el medioambiente.

Palenqueras, con su traje típico, vendiendo frutas en la calleDe momento, parece que esta oferta ha sido acogida con agrado en Cartagena. ¿Quién dijo que la comida popular española no viajaba bien por el mundo? En twiter:@JCCapel Vista nocturna del comedor de erre
Comedor de erre, decorado por García de Vinuesa Panorámica nocturna de Cartagena desde la terraza de erre Pulpo en su jugo, tierno y sabroso Pez león, el depredador del Caribe. De carne muy fina y tersa con suave gusto a marisco Arroz meloso con trompetas y pata Croquetas de jamón, francamente buenas Patatas bravas con papas criollas Torrija con helado, uno de los postres más solicitados en el erre de Cartagena Heladería Paradiso, excelentes helados de frutas. En la foto la dependienta muestra un helado de uchuba (alquequenje) Las palenqueras monopolizan el comercio de dulces en Cartagena. Puesto callejero Otra vendedora de calle Cartel de la Alcaldía Vendedora de pescados fritos. Se comen con yuca hervida. Mercado afro de Basurto. Solo para quienes disfrutan con las emociones fuertes Vendedora de comida en el mercado de Basurto con sus cazuelas con distintos guisos Arroz negro de cangrejos en el mercado de Basurto, espacio de transacciones al aire libre que controlan descendientes afro
Palenquera en su puesto de frutas     

 

 

 

23 may 2013

La escuela de Bilbao y la cocina colombiana

Por: José Carlos Capel

Aprendices del Centro Nacional de Hotelería Turismo y Alimentos de Bogota, junto con el monitor La fotografía que ilustra esta entrada corresponde al equipo de aprendices de cocina del Centro Nacional de Hotelería Turismo y Alimentos (SENA) de Bogotá http://www.sena.edu.co/, donde almorcé ayer con el claustro de profesores.

Antes, durante tres horas largas, habíamos desarrollado un cursillo de formación con 150 alumnos aspirantes a cocineros. Se trata de una escuela oficial que imparte enseñanza gratuita a quienes lo necesitan. En definitiva, una importante labor social del gobierno colombiano. Los famosos jugos (zumos) de frutas colombianas, complemento imprescindible de las comidas

Hablamos con los alumnos respecto a la despensa de su país, de la fusión culinaria indígena española, patente en sus recetas, y hasta tuvimos tiempo para repasar algunas de las tendencias y modas que marcan en estos momentos la cocina.

Enfrente me encontré con aspirantes entregados a su futura profesión, ávidos de conocimiento, que absorbían todos nuestros comentarios con entusiasmo.

En Colombia la pasión por la cocina es incuestionable. Las escuelas disfrutan de un éxito creciente y los restaurantes de la ciudad registran llenos sin precedentes.

Las fotografías que siguen no hacen justicia a los platos populares que prepararon los aprendices junto a sus maestros. Y como complemento una dulcería peculiar, muy golosa, además de sus famosos jugos (zumos) de frutas, tesoro de la cocina colombiana. Si su trayectoria no se trunca estoy convencido que Colombia se convertirá en un futuro no lejano en una de las potencias culinarias de Latinoamérica. Dulces colombianos, mini mantecadas, almojábanas, chicharrones de cuajada, enyucada, pastelitos de arroz y banana Mini arepas con Huevo Minitamal con hojas de banano, arroz, papas, carne y huevos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La cocina colombiana y la Escuela de Bilbao

Con el tiempo justo y salvando los atascos de la ciudad, llegamos a media tarde a una cita que me despertaba una curiosidad tremenda. Me lo habían comentado y quería saludar a sus promotores.  

De acuerdo con lo previsto, la famosa escuela Superior de Hostelería de Artxanda, Bilbao http://www.escuelahosteleria.com/ abrirá oficialmente sus puertas en Bogotá el próximo 29 de julio, día de Santa Marta, patrona de la hostelería, según me dijeron.

Nos recibió su director Paco Orobitg, gran profesional, quien nos mostró las instalaciones. “ Estamos dando los últimos toques y nos faltan detalles. El lunes recibiremos a Joseba Lozano, director de Bilbao”, me dijo.”Funcionamos en régimen de franquicia. Se trata de la primera escuela de cocina europea instalada en Latinomérica.     

Colombia es el país que está experimentando el mayor crecimiento en la hostelería de este continente”. Cartel exteriorAunque no pude dar un vistazo al plan de formación entiendo que será una réplica del de Bilbao. www.ehbc.edu.co   “Los alumnos estudiarán dos años aquí en Bogotá y luego en Bilbao, donde terminarán de graduarse”

Mientras visitábamos el edificio, Orobitg se deshacía en explicaciones con su habitual entusiasmo.  “Las cocinas las ha montado Fagor. Disponemos de dos grandes espacios, uno para la exhibición y otra para la formación. Vamos a inculcar a nuestros alumnos cuestiones básicas en este oficio, aptitud, actitud y valores, ese es nuestro objetivo. Ya hemos comenzado a recibir las primeras solicitudes ”.

Enhorabuena y suerte, fueron las palabras que le dije a Orobitg al salir de este nuevo enclave de nuestra cocina en Colombia. En twiter:@JCCapel Francisco Orobitg, director de la Escuela, al fondo, junto con su equipo. En primer plano Juan Manuel Osorio, director académico Cocinas de formación instaladas por Fagor Cartel en el interior del edificio Fachada del flamante edificio que ocupa la Escuela de Hostelería de Bilbao en Colombia Aula de catas de vino

 

 

 

 

 

 

 

 

 

21 may 2013

Aguas mágicas, el poder de las palabras

Por: José Carlos Capel

Camilo Zárate, a la izquierda, junto con su equipo en las cocinas del restaurante "Suburbio", BogotáAyer, nada más llegar a Bogotá mis amigos me anunciaron que teníamos mesa para cenar en el restaurante Suburbio. Local todavía poco conocido que regenta Camilo Zárate, cocinero que durante algunos años ha trabajado en Australia. Un lugar de interiorismo sencillo, muy en la línea de los neobistrots y locales austeros que arrasan en estos momentos en Paris, Nueva York y Londres.

Sobre las mesas nos encontramos distintas variedades de frijoles, 16 tipos de tomates, pan de kamut, cafés en grano y algunas cervezas artesanas.

Antes de empezar me preguntaron si iba a tomar agua. Naturalmente, contesté. En Colombia he probado algunas finísimas. Y, fue así como inicié una experiencia singular ajena a consideraciones gastronómicas.

Sobre las mesas la camarera colocó varias botellitas de 20 water, agua pura procedente de los Andes colombianos, cuyos envases llevan impresas palabras concretas. Términos que prometen sumergir a quien las toma en un mundo de energías positivas asociadas.

“Elige la que prefieras. Tenemos agua de salud, de amor, paz, libertad, perdón, alegría, gracias, prosperidad  y yo soy”. Dos aguas con las palabras mágicas

Al ver mi gesto de extrañeza uno de los comensales se explayó en explicaciones. Estas aguas han sido refinadas molecularmente con música y con palabras, de acuerdo con una investigación muy rigurosa realizada por científicos japoneses.

“La idea pasa por algo tan sencillo como rentabilizar la energía positiva que deriva de ciertas palabras. Y al hacerlo aumentar a su vez la calidad intrínseca del agua.” 

No entendí nada pero mantuve el tipo con una sonrisa.

Al salir del restaurante mi amigo Boris Mejía me dijo “Uno cree en lo que quiere creer y a veces las cosas suceden” Es cierto. Recordé entonces el realismo mágico de la portentosa prosa de Gabriel García Márquez.

“Si a la vida no se orienta por estímulos positivos no vale nada”, volvieron a repetirme cuando me iba. Visita la web de esta casa www.20water.com,  y entenderás lo que significa”.

Fue lo primero que hice al llegar al hotel y confieso que me quedé perplejo. ¿Serán ciertos los experimentos de esos japoneses?

Durante la cena yo había tomado dos tipos de aguas, “Paz” y “Gracias”, ambas muy finas. No sé si lo hice de forma intencionada o mi gesto respondió a un impulso insondable.

Lo cierto es que me he levantado contento, descansado, dejando atrás el jet lag que siempre me mata.

¿Y si el poder mágico de estas aguas fuera cierto? ¿Y si la UE comprara botellas de esta casa y se las enviara a la canciller alemana Ángela Merquel cambiaría el pesimismo que aqueja a Europa en estos momentos? En twiter: @JCCapel Pargo y corvina en papillote con salsa de frutas a las tres arepas, de maíz, arroz y yuca. Ñoquis con papas andinas, salsa de tomate y queso fresco colombiano, uno de los platos de la cena Surtido de la firma 20 water Texto explicativo en el que se detalla el análisis molecular de las aguas y su receptividad a palabras concretas Tres de las botellas presentadas en la mesa    

18 may 2013

Pedro Subijana, si la alta cocina hablara...

Por: José Carlos Capel

Pedro Subijana y Félix Echave, jefe de cocina, junto con su equipo en las cocinas de AkelarreNada mas encontrarme con Pedro Subijana en San Sebastián, en Diálogos de Cocina http://www.dialogosdecocina.com/2013/, le solté que quería visitar su Aula de Cocina, como él la denomina.
Espacio anexo a las cocinas del restaurante Akelarre http://www.akelarre.net/public_home/ctrl_home.php donde, con la ayuda de su ayudante, Borja García Argüelles, realiza diferentes actividades. En definitiva, un taller de I+D en el que suceden cosas importantes.

A la entrada el divertido mural del artista guipuzcoano Tomás Hernández.Caricatura de un cocinero bigotudo que no es Pedro aunque lo parezca. 

Es aquí donde Subijana da cursos a su equipo, celebra jornadas de trabajo con científicos vascos como los de Azti Tecnalia http://www.azti.es/ y acoge sesiones de graduación y masters específicos con alumnos del Basque Culinary Center http://bculinary.com/es/home
Pero además, y esto es lo que me parece singular, recibe a clientes del restaurante que antes de sentarse a comer tienen interés en descubrir secretillos de la alta cocina.
Pedro Subijana durante una de sus charlas en el Aula de Formación de AkelarreSolo para grupos y previa reserva.

Pedro atiende en persona y explica uno a uno las técnicas necesarias para elaborar los aperitivos de su menú, antes de pasar al comedor y proseguir con el almuerzo.
Y esa fue nuestra experiencia.

Mientras disfrutábamos de una copa de txacolí, Subijana y sus dos ayudantes fueron elaborando ante nuestros ojos arenas de gambas, esponjas de erizos, mejillones con su cáscara comestible, piedras de playa ... A medida que estas fruslerías estaban listas las íbamos probando. Incluso vimos preparar el falso tarro de yogur con azúcar manitol que se sirve en los postres.
”La gente no se imagina el trabajo y las técnicas que hay detrás de la alta cocina. Cuando nos ven trabajar se asombran.”   Mural del artista guipuzcoano Tomás Hernández, que preside la entrada del Aula de Formación de Pedro Subijana

En los últimos 35 años Subijana ha creado platos que figuran con todo derecho entre los hitos de la cocina española contemporánea. Algunos tan señalados como los huevos Igueldo, la lubina a la pimienta verde, el gintonic en plato y la langosta destilada. La misma que me sirvieron en el restaurante “Vue de Monde” http://www.vuedemonde.com.au/, en Melbourne, sin reconocer la autoría de Subijana.

Cuando pasamos al comedor y comenzamos la degustación de su menú, antes de cada bocado me iba preguntando con más curiosidad de la habitual cómo estaba elaborado aquello.

Me pareció que los trampantojos, chispazos de humor y sorpresas agazapadas que caracterizan las recetas creativas de este cocinero tenían una intencionalidad que la mayoría de las veces olvidamos.

Lo cierto es que saboreé su menú como nunca. En parte porque Akelarre se encuentra en uno de los mejores momentos de su trayectoria, pero también por el efecto de concienciación de la experiencia previa. Y no será porque yo no haya visto demostraciones parecidas.

Bandejas del denominado Jardin Marino que Subijana y su equipo elaboran a la vista de los clientes desvelando los secretos de cada pieza. En el fondo de cada plato arenas de gambas, y de izquierda a derecha, hoja de ostra, mejillón con su cáscara (comestible), esponja de erizos, piedras de playa (chalotas y maíz) y coral de alga codium (tempura con sabor a percebe)Como me dijo Pedro,  “Cuando los clientes conocen las técnicas precisas para hacer alta cocina, valoran y disfrutan mucho más los platos que les servimos” Si la alta cocina hablara... . En twiter: @JCCapel Pedro Subijana recorta con unas tijeras las esponjas de erizos para darles forma En la TV que preside el Aula de cocina, Subijana proyecta imágenes. La que se ve corresponde al acto fundacional de la Nueva Cocina Vasca, año 1977. Luis Irizar, Subijana, Arzak, Ramón Roteta, Arguiñano, Tatus Fombellida... Trufa con huevo inyectado. Otro juego de equívocos deliciosos. A Subijana le encanta engañar la vista. En el plato huevo frito, patata, panceta, polvo de tropetas, "pintura" de espinacas, acelga roja, vinagreta y jugo de trufa Carpaccio con setas al parmesano. El plato no es lo que parece El carpaccio es de pasta, elaborada en casa por Subijana con pimientos del piquillo. Da la sensación de comer un fiambre aunque sea puramente vegetal. Foie gras fresco a la sartén con escamas de sal y granos de pimienta en grano. Ni la sal, ni la pimienta, que se sirven en la mesa son lo que aparentan. Los clientes se asustan cuando ven sobre su plato tal cantidad de aderezo. Uno de los chispazos de humor que le gusta prodigar a Subijana Perlón (rubio) y su kokotxa con hoja de ostras y "alubias de mejillón", esas legumbres oscuras que se ven en la base de la fotografía, con intenso sabor a mejillón Rodaballo con piel crujiente y su falsa kokotxa (recompuesta con carne de rodaballo) Bacalao sobre paja comestible, uno de los muchos golpes de humor que Subijana prodiga durante el almuerzo Lomo de liebre asado al humo del castañar Buey glaseado, pimiento rojo, deinte de ajo y col transparente "Xaxu" con helado espumoso de coco. Huevo, almendra y coco. Un homenaje al confitero Gorrotxategui de la confitería tolosana El tarro roto de yogur y frutos rojos Espuma de limón y helado de menta con ron Pedro Subijana con sus ayudantes en el Aula de formación. A la derecha Borja García Argüelles, a la izquierda un becario peruano de conocimientos avanzados, César Zamora

 

15 may 2013

Bubbles & Dogs, lo sofisticado y lo básico

Por: José Carlos Capel

Perspectiva de la barra de Bubblesdogs
¿Si digo burbujas y perritos alguien sabe a qué me refiero? ¿Y si cambio la frase por champagne y salchichas, queda algo más claro?

Bubbles&dogs http://www.bubbledogs.co.uk/home es uno de los locales de moda en Londres. Un bar de champagne donde no se sirve caviar, que presume de sus perritos para gourmets con 14 especialidades. En otras palabras, un negocio para ganar dinero.

 Aburridos de leer comentarios elogiosos en TimeOut, y en los suplementos de ocio de otras publicaciones británicas, el pasado 27 de abril decidimos ponernos a la cola para averiguar lo que se cuece dentro. Por supuesto, no admiten reservas, salvo para grupos de 6 personas en adelante.

Empezaba a oscurecer y llovía cuando la risueña recepcionista nos anunció a pie de calle que calculáramos 45 minutos de cola. Nada nuevo. Hace un mes en Nueva York soporté esperas parecidas para probar hamburguesas que me decepcionaron.

Las fotos que acompañan esta entrada son bastante malas. Carecen de luz y están medio borrosas. Eso sí, reflejan el ambiente del local en penumbra con mesas altas y taburetes incomodísimos donde una clientela joven se apretuja entregada. Un cuchitril neo chic que ha conectado con cierto público londinense. 

Cuando por fin nos tocó el turno, nos acomodaron al filo de la escalera, sobre la misma barandilla en una repisa inverosímil. El ruido era atroz y no había forma de entender al camarero. Al cabo de 15 minutos llegaron nuestros perritos y dos copas de champagne Vilmart de un “petit vigneron” que elegimos a ojo.

Después del primer mordisco no daba crédito. Me encontré con una salchicha de piel dura y sabor mediocre. La acompañaban guarniciones que me parecieron grasientas.

¿Tan difícil es encontrar buenas salchichas en Londres? En absoluto. Pizarra en la que se destacan algunas de sus especialidadesDejamos los perritos casi intactos, nos bebimos el champagne, muy bueno, pagamos la cuenta 34,88 Libras (44 euros) y salimos aturdidos. En aquel momento y pese a la lluvia, la cola seguía creciendo. Aparte, Bubbledogs tiene una mesa del chef, de reserva inabordable, para muy pocas personas.

Aunque lo que sucede en los países anglosajones no sea extrapolable a otros lugares hay tendencias que parecen imponerse en grandes ciudades. Bajo la lluvia me fui haciendo reflexiones.

Está claro que montar un negocio urbano de éxito no requiere ni la presencia de un cocinero famoso ni inversiones desmesuradas. Basta con desarrollar una idea y ponerla de moda con una agencia de comunicación que maneje los hilos. Con frecuencia la comida pasa a un segundo plano.

Empiezo a pensar que el movimiento hipster y la llamada subcultura contemporánea merecen un análisis sociológico porque poseen más miga de la que parece. http://es.wikipedia.org/wiki/Hipster_(subcultura_contempor%C3%A1nea)

No se explica de otra manera que los neobistrós de moda en Paris y muchos de los locales efervescentes en Nueva York y Londres ofrezcan interiorismos tan austeros, al filo de lo cutre.

Los clientes se arremolinan donde pueden. La incomodidad no es un factor disuasorio, al contrario
¿Alguien es capaz de explicarme la afición por las colas?  En Nueva York se habla mucho de esa generación de jóvenes cocineros que no reservan mesa y, sin embargo, cuentan con una clientela incondicional que soporta incomodidades en la calle  http://newyork.grubstreet.com/2012/10/new-york-restaurant-line-reviews.html

De momento solo tengo clara una cosa. El mundo de la hostelería está cambiando deprisa y sus movimientos me desbordan. En twiter: @JCCapel Factura por el coste de dos perritos y dos copas de champagne, 34 libras, unos 44 euros aproximadamente
El placer de degustar un buen perrito, parecen pensar estos dos clientes risueños Clientes junto a la barra Perspectiva del local, angosto, repleto de mesas altas

 

 

 

 



 

 

 

 

 

 

 

12 may 2013

Las misteriosas raíces del hojaldre

Por: José Carlos Capel

Para demostrar la finura de sus masas estiradas, el pastelero turco Nadir Güllü, con la ayuda de dos operarios, colocó las banderas turca y española detrás de una de estas "gasas" enrolladas.Tan finas como para poder leer un periódico Las fotografías que acompañan esta entrada valen más que cualquier comentario. Con la ayuda de mi Iphone en menos de 30 minutos el pasado día 6 conseguí retener imágenes de una rama de la cocina dulce / salada que considero fascinante. No es extraño que Ferran Adrià afirmase que le habría gustado haber inventado el hojaldre

¿Dónde se crearon las masas hojaldradas? En Francia no, por supuesto, aunque el pastelero y arquitecto francés Antoine Carême (1783/1833) reglamentara el número de pliegues ideal para que fueran perfectas (“L´art de la cuisine française”)

En Roma y Grecia se conocían técnicas rudimentarias que llegarían al imperio otomano. Fue durante este periodo -- aseguran los pasteleros turcos -- cuando se perfeccionó el procedimiento, posiblemente en la época de Soliman I el Magnífico (siglo XVI), y precisamente en las cocinas del palacio Topkapi http://www.karakoygulluoglu.com/ 

La experiencia que acabo de vivir en Estambul junto al pastelero Nadir Güllü, propietario de la firma Karaköy Güllüoglü http://www.karakoygulluoglu.com/ merece un análisis.  Se trata del más famoso obrador de la ciudad por la finura de sus backlavas, pastelitos hojaldrados que se adornan con frutos secos.

Tras cumplir con las implacables medidas de higiene que impone la casa, incluido el esterilizado de pies y manos, entramos en un simulacro de quirófano donde cerca de 40 operarios se afanaban en conseguir láminas finísimas. Al extender las mantas finísimas de masa yufka sobre la mesa toman aire y se inflan antes de irlo perdiendo poco a poco.

Tantas veces como les pregunté si se trataba de pasta filo (estirada al estilo griego o tunecino) me respondieron que en turco se denomina yufka.

Los operarios estiran las bolas de harina, sal y agua (hamur) con la ayuda de larguísimos rodillos hasta obtener algo parecido a piezas de tela trasparentes. “Gasas” que se espolvorean constantemente con harina para evitar desgarros. Velos tan finos que través de ellos se puede leer un periódico. Y no exagero nada..

Cuando Güllü se enteró que éramos españoles colocó detrás de una de sus piezas las banderas turcas y española, perfectamente visibles, en un gesto estudiado..

Estamos hablando de un hojaldre finísimo que se obtiene por la superposición de decenas de láminas. Algo extenuante.. Grabado de Soliman El Magnífico

Para hacer las backlavas vierten mantequilla derretida en el fondo de moldes rectangulares y, una a una, superponen hasta 50 láminas. Las cortan en rectángulos y las rocían con más mantequilla fundida antes de introducir los recipientes en el horno. Al salir y todavía en caliente Güllü vertió almíbar caliente por encima.    

Probé un trocito espolvoreado con pistachos molidos y creí que estaba mordiendo aire. 

Luego nos ofrecieron trocitos de börek,  una suerte de empanada salada, rellena de queso y carne. También espléndida.

En el restaurante Mikla http://www.miklarestaurant.com/ el cocinero Mehmet Gurs, que lidera la evolución de la cocina turca, nos sirvió unos lomos de sardinas en papillote de pasta yufka, con salsa de yogur aparte. Excepcionales. Sin comentarios. Las masas ya terminadas (yufka), vuelan sobre las mesas antes de ser enrolladas.

Es un poco absurdo, pensé en ese momento, que en Europa muchas cocinas creativas se esfuercen en buscar vías inéditas sin conocer las posibilidades de técnicas centenarias como las que brinda este milhojas mediterráneo.  En twiter: @JCCapel  "Aterrizaje" de los velos sobre las mesas del obrador formando globos de aire El pastelero Nadir Güllü vertiendo almíbar sobre las bandejas de backlavas al salir del horno Cortando las backlavas formadas por 50 capas finísimas superpuestas Börek, una empanada salada, basada en la misma técnica, rellena de carne picada y queso. Otra delicia Surtido de backlavas con pistachos, nueces y frutos secos. Ligerísimas, igual que barquillos El pastelero Nadir Güllü con sus surtidos de backlavas Bandeja de backlavas al salir del horno. Mordiscos de aire Dos operarios y el pastelero jefe colocando las banderas turca y española detras de una de sus mantas estiradas, un prodigio de finura Otra perspectiva de las "gasas" volando Operario estirando las "gasas"  Para evitar desgarros deben espolvorear las masas con harina constantemente Obrador de la pastelería en Estambul. Un quirófano con polvo de harina Mehemet Gürs, cocinero que lidera la evolución de la cocina turca en su restaurante Mikla Lomos de sardinas envueltos en pasta yukka, papillote excelente, a la salsa de yogur. Restaurante Mikla

 

 

09 may 2013

Hispania London by Marcos Morán

Por: José Carlos Capel

Marcos Morán con su brigada de cocina en el Hispania LondonAcababan de dar las dos de la tarde cuando, en pleno apogeo, abandonamos el almuerzo  que el pasado 30 de abril ofrecía la organización de “The World´s 50 Best” a modo de despedida a periodistas y cocineros. Estábamos en la plata 39 de la torre Heron donde se aloja el restaurante SushiSamba (http://sushisamba.com/location/london), el día después de la gala que coronó a los hermanos Roca.

Apenas pudimos disfrutar de las vistas y nos perdimos una prometedora comida de fusión japo /brasileña / peruana.

Llegábamos tarde a la cita con Marcos Morán http://www.restaurantecasagerardo.com/ en el flamante Hispania London (http://hispanialondon.com/) y nuestro avión salía pocas horas más tarde.

 En la puerta nos aguardaba Javier Fernández Hidalgo, cara visible del proyecto, que a su vez preside la Cámara de Comercio de España en Londres. Cuando apareció Marcos me surgió una pregunta. ¿Serán capaces estos asturianos de sacar adelante semejante locura?

El reto que plantea el local se resume en cifras de vértigo: 900 metros cuadrados en los bajos del Lloyds Bank, en Lombard Street, corazón de la City. Dos plantas, 50 metros de fachada y estancias con techos de 8,5 metros. Un venerable edificio, obra del arquitecto Tommy Tait, autor de los famosos almacenes Selfridges, de cuyo interiorismo se ha ocupado Lorenzo Castillo, que ha reformado en Madrid el hotel Santo Mauro.

 “Habéis llegado tarde y casi se ha vaciado. Lo hemos tenido animado”, me dijo Fernández. 

A nuestro alrededor la barra con el “Tapas Bar”; aparte, una tienda gastronómica con productos españoles y jamón ibérico cortado a cuchillo, y un restaurante para 40 personas cuyas facturas oscilan entre 28 y 40 libras, precios muy razonables.

Paseamos por la cocina, espléndida, situada en la segunda planta, y saludamos a la brigada de Marcos.

En esa misma planta se encuentra el denominado Sherry Bar con una importante colección de jereces, debilidad de los ingleses.

Comedor del Hispania LondonNos sentamos en el comedor y probamos varios platos. Marcos se quedó con nosotros para que comprobáramos el nivel de lo que salía sin su presencia. Probamos más de media carta. Tortilla de patatas, anchoas de Santoña, albóndigas, croquetas de jamón y de compango, ensaladilla rusa, patatas bravas, alitas de pollo fritas, paella de carne, un cachopo (San Jacobo asturiano) arroz negro y torrijas. Todo bastante bueno.

¿Qué le gusta a los ingleses?, le pregunté. “Funcionan muy bien la tortilla, el pollo, los arroces y las croquetas. Sienten debilidad por los toques picantes y los platos con verduras. Aunque no comen conejo nosotros se lo ponemos a la paella pero no lo decimos”.

“Aquí solo se van a servir recetas españolas. Si uno de nuestros platos no gusta lo retiraremos. Lo que no vamos a hacer es adaptarlo al paladar británico. No vamos a hacer recetas “fashion” ni una cocina medio española. Tenemos que ser valientes”.

Paella de pollo, conejo y verdurasMarcos Morán no es accionista del Hispania London. Tan sólo asesor externo. La casa, recién inaugurada, lleva algo más de un mes abierta y parece que el local ha sido bien acogido.  Detrás del proyecto solo cuatro asturianos decididos a defender a muerte la cocina y los vinos españoles. Les esperan grandes esfuerzos para salir adelante  Necesitarán mucha suerte. En twiter:@ JCCapel Torrijas Tienda de venta de productos y vinos españoles Barra del Hispania London Albóndiga de ternera, muy sabrosa Anchoas de Santoña con emulsión de aceitunas verdes Marcos Morán y Javier Fernández Hidalgo, uno de los cuatro socios asturianos Arroz negro El típico cachopo (San Jacobo) asturiano, muy popular en el Principado, que Morán rellena con foie gras y manzana Croquetas, de jamón o de compango de la fabada, ambas deliciosas Alitas de pollo fritas, una de las especialidades más vendidas Ensaladilla con bonito escabechado y picos andaluces Tortilla de patatas, a los ingleses les gusta jugosa pero no demasiado líquida 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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08 may 2013

El café de los tres hervores

Por: José Carlos Capel

Taza de café turco en El Café de Pierre Loti. Espeso, achocolatado y con partículas en suspensiónNo suelo opinar sobre el café turco porque carezco de criterio para hacerlo. En las escasas ocasiones en las que lo he probado me ha parecido que algo andaba mal. Posos en suspensión, gusto achocolatado, textura harinosa y ningún aroma destacable.

Cuatro días en Estambul me han permitido reencontrarme con esta infusión, que apenas despierta interés entre los aficionados del resto del mundo.

Mi experiencia empezó en el turístico Café de Pierre Loti, sobre la colina del cementerio de Eyüp.

Alguien percibió mi curiosidad y me invitó a ver cómo se elaboraba. Pasé al interior y enseguida me preguntaron: “¿Muy dulce, medio o sin azúcar?” Medio dulce, les contesté. El camarero eligió una cafetera del tamaño adecuado para 4 personas, e introdujo 4 terrones de azúcar y otras tantas cucharadas de café molido. Vertió un poco de agua caliente y revolvió con una cucharilla. Llenó hasta arriba el recipiente de agua, lo cubrió con la tapaderita y lo puso a hervir sobre ascuas.

 A los pocos segundos la espuma sobresalía por los bordes. Vertió entonces  algo de esa espuma en el fondo de las tazas, y volvió a completar la cafetera con agua. Vuelta a empezar. De nuevo en el fuego hasta que de la cafeterita sobresalía nueva espuma con la que llenó hasta la mitad las tazas. Al tercer envite estaban llenas y el café terminado.

¿Es razonable que un café hierva tres veces aunque sea muy rápido?  Los aficionados al café y mis amigos Ricardo Oteros http://www.supracafe.com/tienda/products.php?l=4Salvador Sans http://www.cafeselmagnifico.com/ y  los del Forum del Café  http://www.forumdelcafe.com/ deberían decirnos algo.

Lo probé con cierta ceremonia y me llevé la decepción que esperaba. Al bajar a la ciudad repetí la prueba con otro callejero y tampoco me convenció.

Hornito alimentado por carbón donde las cafeteras hierven tres vecesAl mediodía -- que casualidad -- me presentaron al danés John Sytmen, importante hostelero turco, almorzando en Kantin (www.kantin.biz), uno de los restaurantes que más me han gustado. Sytmen me dijo que está promoviendo una Fundación para la  defensa del café turco y me facilitó una web  (www.turkkahvesidernegi.org) sobre su proyecto. 

“Queremos reglamentarlo todo porque nuestro café se está degradando. Tenemos que vigilar las procedencias, cantidades de azúcar,  nivel de tostado y grado de la molienda”, me comentó.  “Las moliendas cambian. El turco se hace con polvo de café. Para obtener una infusión en cafetera de émbolo cada grano se debe convertir en 300 partículas. Para el espresso italiano hay que lograr 2.500 partículas y para el café turco 40.000 partículas, polvo puro. Imposible hacerlo sin molinos especiales”. Carritos habituales en las calles de Estambul, más frecuentes en la zona asiática.

Le comenté entonces que el defecto de los que había probado es que estaban oxidados. Probablemente sus granos habían sido tostados y molidos semanas antes y expuestos al aire.

No me pude contener y le solté mi frase favorita: Comprar o almacenar el café molido es como conservar durante días una botella de champagne descorchada. Los aromas se escapan.

John Sytmen  no solo no me rebatió nada, sino que me dijo que esa era la preocupación de su grupo.

Hace tan solo unas horas, justo antes de salir de Estambul, me he tomado el último café turco en el hotel Conrad con su director, el guipuzcoano Iñigo Arruti. Y, para mi sorpresa  me ha gustado bastante. ¿Cómo lo habían hecho? ¿Alguna diferencia?

Por supuesto, habían utilizado un café recién tostado y molido al momento, menos pulverizado de lo que se hace habitualmente. Terraza exterior del Café de Pierre Loti¡Qué bien¡ El café turco puede mejorar.

Si se modifican las condiciones de la receta podría ser recuperable. Se trata de un hito de la cultura mediterránea que debería ocupar el lugar que le corresponde por historia y tradición. En twiter: @JCCapel Posos que deja al final de la taza el café turco. En Turquía hay grandes especialistas en leer el porvenir en función de los dibujos que forman los residuos Camarero de Pierre Loti preparando el café turco El danés John Sytmen, promotor de la Fundación para la defensa del café turco Colección de cafeteras en uso para preparar el café turco Interior del Café de Pierre Loti Rellenando las tazas, tras el segundo golpe de calor Tazas llenas tras el tercer golpe de calor, el cafe turco está terminado
    

 

04 may 2013

Street Food en estado puro

Por: José Carlos Capel

Vendedores de sandíaLlevo todo el día recorriendo la ciudad de Estambul sin el más mínimo descanso. Primero ejerciendo de turista y más tarde de viajero. A media mañana ya habíamos visitado Santa Sofía y el palacio de Topkapi, y por la tarde el Gran Bazar y el Bazar de las Especias. A un lado y otro riadas de gente recorriendo las calles y centenares de puestos de comida.

Estambul, igual que Bankog y México DF, son paraísos de la comida de paso. He probado de todo y he descubierto sabores inesperados. Me he acordado de Estanis Carenzo, patrón del soberbio restaurante Sudestada http://www.sudestada.com/ en Madrid que asegura que  muchos de sus platos proceden de los sabores de calle del sudeste Asiático. Y he pensado en David Muñoz (Diverxo) rastreador empedernido de rincones escondidos de China.

Esta entrada no tiene mucho que comentar, todo lo dicen las fotografías. He probado panes muy finos con semillas de sésamo negro y blanco, me he detenido para comprar unos caramelos (macun) de pasta blanda hilados al momento como si fueran piruletas y hasta he sido capaz de probar unos encurtidos -- tursu -- compuestos de pepino, repollo, sal y vinagre, en una solución ácida y salina que no me ha gustado. 

Me han encantado las albóndigas alargadas de carne vaca (koftecisi) que he comprado para llevar en el más famoso especialista de la urbe (www.sultanahmetkoftesi.com) , y me he atrevido con las tripas de cordero en madejas (kokoreçc), al estilo de nuestros zarajos, asadas en pinchos rotatorios.

Por si no fuera suficiente, he descubierto que cuando se habla de los famosos döner kebab turcos hay un nivel superior al que conocemos, a partir de rollos de carne prensada dorados al calor del carbón y no con llamas de gas, que suele ser lo habitual en todos los sitios, incluida la propia Turquía. Todos comen lo mismo, bocadillos de medias caballas hechas a la plancha en los barcos del muelle. Se hace cola, se paga y se busca acomodo donde se puede

Cuando ya caía la tarde llegué por fin, a los bajos del puente de Gálata. La última vez que estuve en este barrio, las medias caballas se freían en aceite. Ahora se hacen a la plancha en barcos que parecen salidos de Disney World o algo parecido. A pesar de todo los bocadillos de este pescado son excelentes.

Un día entero probando sabores nuevos y mezclas de especias que me han resultado desconocidas. Me he acordado también que algunas de las famosas creaciones de Ferran Adrià salieron de la calle, o de bares populares, como aquellas cigalas a la unilateral que sirvió un año en El Bulli descubiertas en un bar de Andalucía.

Se reconozca o no las calles de ciertas ciudades son verdaderos tesoros gastronómicos. Un placer para los viajeros curiosos y una fuente de inspiración para cocineros avispados. En twiter:@JCCapel Las albóndigas (kóftecisi) no son redondas sino alargadas Exprimiendo zumo de granadas, deliciosas Los exprimidores de zumos se reparten por toda la ciudad. Zumos de naranja y de granada, principalmente Vasos con encurtidos de pepino y repollo con sal y vinagre. Para paladares habituados Preparando piruletas de caramelo (Macun) Vendedor ambulante de bollosy panecillos Uno de los barcos restaurantes atracados junto al muelle de Gálata. Muy historiados, parecen salidos de un escenario de Disney World Despachando bocadillos de caballas a la plancha. Los cocineros trabajan en barco atracados junto al muelle Puesto de venta de mazorcas de maíz, hervidas y asadas. 0,70 céntimos de euro la pieza Tripas de cordero enrolladas y asadas al carbón. Se llaman kokoreçc y son el relleno de buenos bocadillos. Döner Kebab del bueno. Los cilindros de carne se hacen al calor de brasas de carbón, visibles en la fotografía y no llamas de gas, como suele ser habitual en casi todos los lados, incluida la propia Turquía Vendedor de panes, en el trayecto entre el Gran Bazar y el Bazar de las especias Puesto de helados, removiendo las especialidades con una paleta             

El País

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