Si tenemos en cuenta que el consumo energético “per cápita” y el nivel de desarrollo social y económico de un país van de la mano, que países que concentran una gran parte de la población mundial, como es el caso de la India y China, están aumentando de forma rápida su nivel de desarrollo, y que aproximadamente un 20% de la población mundial no tiene aún acceso a la electricidad, parece evidente que el consumo energético mundial experimentará un importante aumento en los próximos años.
Por otro lado, también resulta evidente que son los combustibles fósiles (carbón, gas natural y petróleo) los que dominan actualmente el mercado energético, pues abastecen aproximadamente el 80% del consumo mundial de energía primaria. Esta situación no es nueva, pero su conveniencia empezó a ser discutida y puesta en tela de juicio como consecuencia de la crisis del petróleo que tuvo lugar en los años 70 del pasado siglo. En aquel momento se puso de manifiesto la conveniencia de reducir la dependencia de los combustibles fósiles y buscar su sustitución en las llamadas energías renovables.
Una vez pasada la crisis de los años 70 y con la vuelta del precio del petróleo a niveles bajos, disminuyó el interés por las energías renovables. La sociedad en general se despreocupó de este tema, hasta que las voces que alertaban sobre las nefastas consecuencias que tendría el cambio climático que estaba produciendo el rápido incremento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera se empezaron a oír. Dichas voces levantaron curiosidad en unos, inquietud en otros, y en la mayoría de las personas indiferencia. Informes apoyando y negando el cambio climático se han ido sucediendo durante un par de décadas, hasta que ya nadie cuestiona dicho cambio climático y el efecto acelerador que en él está provocando el masivo uso de combustibles fósiles.
Informes cuya objetividad nadie se atreve ya a poner duda, como los emitidos por la Panel Internacional para el Cambio Climático (IPCC) están mostrando una realidad que nos amenaza a todos los habitantes de la Tierra. Cuando leemos en dichos informes las nefastas consecuencias que tendría llegar a una concentración de 450 ppm (partes por millón) de gases de efecto invernadero en la atmósfera, teniendo presente que ya estamos por encima de las 375 ppm, es cuando comenzamos a darle a este asunto la importancia que merece. Cuando tenemos en cuenta el incremento de desastres naturales que se están produciendo como consecuencia del mencionado cambio climático, así como del gran aumento que están teniendo enfermedades con un marcado carácter medioambiental, como las alergias y enfermedades respiratorias, o cuando escuchamos los avisos de alerta sanitaria en nuestras ciudades por haber sobrepasado con creces el nivel de contaminación definido como peligroso para las personas, o cuando vemos las imágenes de ciudades en las que la población apenas puede respirar debido a la gran contaminación producida por los combustibles fósiles, es entonces cuando no tenemos más remedio que pensar en este problema.
Es en este punto cuando recuerdo dos frases recientes de Mario Rodríguez (director adjunto de Greenpeace España): “Vivimos una degradación ambiental sin precedentes”, “El medio ambiente no debe pagar los platos rotos porque no tenga madre ni padre”.
Pero, por desgracia, los humanos solemos pensar sólo en nosotros y en el momento en el que vivimos, y no en las generaciones futuras, lo que nos lleva a considerar, erróneamente, que este problema no es nuestro, pues aún nos permite seguir teniendo una vida “normal”, sin ser conscientes de que es más que probable que la contaminación que nos rodea ya esté afectando a nuestra salud, aunque aún no lo notemos de forma fehaciente en la mayoría de los casos.
Tanto por el creciente efecto nocivo que tienen en el medioambiente, como por los recursos limitados que existen de combustibles fósiles, parece claro que el cambio hacia un mercado energético más sostenible en el que el consumo de combustibles fósiles sea mucho menor que el actual y una parte importante de la demanda energética mundial sea abastecida mediante energías renovables, parece inevitable. Más allá de los esfuerzos realizados por los poderosos lobbies asociados a los combustibles fósiles y al oligopolio eléctrico, la realidad de que el actual sistema energético es insostenible en el tiempo acabará por imponerse, y la única solución para establecer un sistema más sostenible pasa, ineludiblemente, por usar las energías renovables de forma masiva.
El principal inconveniente que se les achaca a las energías renovables más abundantes a nivel mundial (la solar y la eólica) es su discontinuidad en el tiempo, lo que dificultaría poder garantizar a los consumidores el suministro de energía en cualquier momento. Pero, afortunadamente, se ha comprobado que entre la energía solar y la eólica existe una magnifica complementariedad en el tiempo cuando se consideran regiones extensas, como es el caso de Europa. Efectivamente, se ha visto la excelente complementariedad que existe entre le energía eólica en los países del centro y norte de Europa, y la energía solar en los países del sur de Europa y norte de África. Los estudios realizados han puesto de manifiesto que Europa podría abastecerse exclusivamente con energías renovables, ya que a la natural complementariedad entre la energía solar y la eólica (la energía solar es abundante durante el día, mientras que la energía eólica es más abundante durante la noche) hay que sumar el gran grado de gestionabilidad que posee la energía solar gracias a los sistemas de almacenamiento térmico que ya están comercialmente disponibles y que muchas centrales termosolares españolas ya están utilizando eficazmente para generar electricidad cuando no hay radiación solar.
Pero para poder hacer un uso eficaz y eficiente de la gran complementariedad entre la energía solar y la eólica a nivel europeo es imprescindible disponer de una potente red eléctrica europea de transporte que interconecte los diversos países, de modo que la electricidad sobrante en unos pueda ser transportada de forma rápida a otros donde la necesiten. Las redes de transporte en corriente continua a 800 kV constituyen una excelente solución para esta necesidad, pues la tecnología para estas redes ya se está usando comercialmente en muchos países, como Brasil, Canadá o China, donde existen miles de kilómetros de este tipo de redes eléctricas. Mediante redes de este tipo pueden transportarse grandes cantidades de energía eléctrica a largas distancias, con unas pérdidas de transporte mucho menores que con las redes actuales en corriente alterna. De este modo, el transporte de electricidad a distancias de hasta 3000 km se haría con solo un 10% de pérdidas. Utilizando estas líneas de transporte en corriente continua pueden transportarse grandes cantidades de energía eléctrica desde un país a otro, para posteriormente distribuirla dentro del país receptor a través de su red de distribución en corriente alterna. La construcción de estas nuevas líneas eléctricas de transporte requiere, sin duda, de un consenso internacional que consiga la financiación requerida y elimine las tradicionales trabas que algunos países vienen poniendo para el aumento de la potencia eléctrica de interconexión con sus países vecinos.
Así pues, la sustitución del actual mercado energético, basado principalmente en los combustibles fósiles, por un sistema más sostenible, basado en las energías renovables, no es solo posible, sino imprescindible para evitar dejar a las futuras generaciones una hipoteca medioambiental imposible de pagar. Existen soluciones y lo que falta es aunar voluntades políticas a nivel internacional, para lo cual los ciudadanos debemos hacer oir nuestra voz, porque cuanto más tarde se acometa esta labor, menores serán las posibilidades de éxito antes de que los negativos efectos medioambientales sean inevitables. Creo que es pertinente hacer referencia aquí a una frase que oí hace ya mucho tiempo y que me impactó por la enorme carga de verdad que encierra: “la Naturaleza es tan sabia y funciona mediante unos engranajes tan precisos y eficientes, que antes de que el hombre acabe con ella, ella acabará con el hombre”. Y yo me pregunto: ¿son las nuevas enfermedades y los grandes desastres naturales más recientes una incipiente muestra de la sabiduría y eficiencia de los engranajes de la Naturaleza?
Pero no es momento para el pesimismo, sino para la concienciación sobre el problema y para transmitir a la clase política que este no es un problema trivial, por lo que deben situar entre sus prioridades la implantación de soluciones eficaces, pues haberlas, las hay, y España es uno de los países punteros a nivel mundial en tecnología de energías renovables. Para una vez que estamos a la cabeza del mundo en algo tan importante y positivo como son las energías renovables, no lo echemos por la borda y sepamos encauzarlo hacia la solución del problema medio ambiental que nos amenaza, a la vez que supondría una importante fuente de generación de empleo.
Hay 4 Comentarios
En relación con lo que ha comentado Juan Martínez, creo que pasar de un mercado energético basado fundamentalmente en combustibles fósiles contaminantes a un mercado dominado por energías renovables limpias no es "cambiarlo todo para que todo siga igual". Dicho esto, estoy de acuerdo con su apreciación de que también hay otras opciones que son interesantes, como la que él comenta del H2. En mi post solo he mencionado a las energías eólica y solar por que son las dos energías renovables con mayor potencial energético a nivel mundial, pero para mi siempre ha estado claro que un futuro energético sostenible no debe basarse en una o dos energías, sino en todas aquellas opciones que resulten sostenibles, utilizándose en cada lugar las que resulten mayoritarias ene se lugar.
Publicado por: Eduardo Zarza | 04/03/2013 14:36:52
Interesante artículo al cual me permito añadir un dato y cuestionar el fondo:
Según la IEA los combustibles fósiles reciben 5 veces más subsidios que las energías renovables.
¿Por qué acometer inversiones billonarias en redes de transporte con pérdidas del 10% o más?
La energía eólica y la solar son almacenables gracias al hidrógeno, ¿por qué no mencionan el H2 como vector energético? La respuesta es: porque entonces cambiaría el sistema energético y los oligopolios perderían el control.
Este artículo se podría enmarcar en la novela "El Gatopardo" y su célebre frase: "Cambiarlo todo para que todo siga igual"
http://www.linkedin.com/groups/Global-Hydrogen-Ambassadors-Network-3284455
Publicado por: Juan Martínez | 02/03/2013 13:11:52
No me cansaré nunca de decirlo:acercar la producción y el consumo es una solución. Y la edificación debe dar respuesta!
Publicado por: Víctor Moreno | 01/03/2013 14:41:11
Magnífico artículo. Un tema capital para nuestra civilización (la energía y sus implicaciones) tratado de forma resumida y clara para los legos como yo.
Si alguien conoce artículos así, que nos introduzcan en este tema, por favor que los postee. Gracias.
Publicado por: blaki | 28/02/2013 19:37:55