1. Aprender a preguntar
Desde hace varios años he tenido la oportunidad de ser profesor ("persona que declara públicamente su conocimiento") en ámbitos diversos. De todas las experiencias vividas destacan esos momentos en los que en la mirada de una alumna o alumno se adivina un "¡eureka!", un movimiento que empieza a enlazar conceptos ajenos y propios, ideas antiguas y nuevas, abandonando un rol pasivo. En nuestro contexto de enseñanzas regladas y planes de estudios, en los que la motivación primera del estudiante es superar pruebas para completar una carrera que lo acredite como trabajador capaz, no es tarea fácil abrir caminos en los que la curiosidad, la creatividad y el aprendizaje autónomo transiten libremente. Pero existen grietas y hay que aprovecharlas.
Estudiantes y profesores acostumbramos a aprender métodos probados que dan respuesta a preguntas que muchos otros ya han planteado y respondido antes que nosotros. Con mucha menos frecuencia dedicamos nuestros esfuerzos a aprender a preguntar. Y en mi opinión, precisamente ahí, en la pregunta, empieza realmente el aprendizaje. En frase de Paulo Freire:
Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho.
Aprender a preguntar obliga a buscar preguntas que sean relevantes para uno mismo y para la comunidad en la que convive. Aprender a preguntar obliga a dejar las muletas y caminar con autonomía. Aprender a preguntar es un desafío que nos obliga a buscar nuestras motivaciones auténticas.
2. La investigación es un proceso colectivo
Desde hace varios años he tenido la oportunidad de participar en diversos proyectos de investigación. He aprendido que la pregunta relevante, el afán por aprender, el deseo de desvelar, no siempre son los motores principales en el mundo de la investigación. El dicho publica o perece es indicativo del paradigma actual, que promociona la cantidad y no tanto la calidad, los números por encima de lo relevante o necesario. Sobre la investigación y las preguntas, James W. Cronin, premio Nobel de Física en 1980, afirmaba hace unos años:
La motivación de la ciencia no es práctica, es simplemente el contestar preguntas, pero en muchos casos resulta a la larga extraordinariamente útil.
Y Ruy Pérez Tamayo, médico, investigador y académico mexicano, escribe:
Los resultados de la ciencia bien hecha no son anticipables, porque ésta consiste en hacer preguntas sobre lo desconocido.
A pesar de las simplificaciones a las que frecuentemente se recurre al relatar los descubrimientos e inventos, la investigación es un proceso colectivo. Nuevamente recurro a las palabras de un maestro. Piotr Kropotkin, en el capítulo "Nuestras riquezas" de su libro "La conquista del pan", escribe:
Hasta el pensamiento, hasta la invención, son hechos colectivos, producto del pasado y del presente. Millares de inventores han preparado el invento de cada una de esas máquinas, en las cuales admira el hombre su genio. Miles de escritores, poetas y sabios han trabajado para elaborar el saber, extinguir el error y crear esa atmósfera de pensamiento científico, sin la cual no hubiera podido aparecer ninguna de las maravillas de nuestro siglo. […] Cada descubrimiento, cada progreso, cada aumento de la riqueza de la humanidad, tiene su origen en el conjunto del trabajo manual y cerebral, pasado y presente. Entonces, ¿qué derecho asiste a nadie para apropiarse la menor partícula de ese inmenso todo y decir: "Esto es mío y no vuestro"?
3. Ciencia abierta
Este carácter colectivo, la interdependencia existente entre todos los que algo aportan al proceso investigador, está asociado a modelos organizativos abiertos, horizontales distribuidos, autónomos y cooperativos. Estos esquemas son la forma habitual de trabajo de la amplia comunidad del software libre, una comunidad-red que aumenta la autonomía individual y engrandece la robustez colectiva, de forma distribuida, cooperativa y sin mando. Progresivamente se abren camino también en el mundo investigador a través de un sinfín de iniciativas que promueven la ciencia e investigación abiertas.
Valgan tres ejemplos de lugares en los que es posible compartir conocimiento y herramientas, y en los que una buena pregunta se valora tanto como una buena respuesta.
- StackExchange, una red que agrupa a más de 100 sitios con más de 6 millones preguntas y más de 11 millones de respuestas sobre temas tan diversos como la fotografía, la cocina, la ingeniería eléctrica o la programación.
- GitHub, el almacen de código más grande del mundo, con más de 3 millones de usuarios y más 6 millones de repositorios.
- arXiv, una biblioteca con más de 800 mil artículos científicos en acceso abierto.
Termino con una famosa cita atribuida a Bernardo de Chartres, filósofo del siglo XII. Subraya, con humildad, la interdependencia entre nuestros progresos en el conocimiento y lo construido por otros.
Somos como enanos a los hombros de gigantes. Podemos ver más, y más lejos que ellos, no por alguna distinción física nuestra, sino porque somos levantados por su gran altura.
Hay 0 Comentarios