Green Jobs

Sobre el blog

Actualidad sobre las oportunidades de negocio de la Economía Verde, el Medio Ambiente, la Energía y la Sostenibilidad, sin olvidar los nuevos nichos de mercado relacionados con el cambio climático y la eficiencia energética.

Sobre EOI

Escuela de Organización Industrial

EOI Escuela de Organización Industrial es la escuela europea de referencia en la formación en gestión medioambiental y energética, siendo la primera escuela en desarrollar este tipo de programas en 1976. Desde entonces, EOI ha abierto líneas de especialización en energías renovables, gestión del agua y huella de carbono, con especial atención al emprendimiento en los sectores productivos de la Economía Verde. En sus cursos se han formado más de 35.000 pymes que se suman a la comunidad de 80.000 antiguos alumnos de la Escuela. EOI, fundada en 1955, es una fundación pública del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.

Programas de Medio Ambiente, Energía y Sostenibilidad

Sobre los autores

Profesores del área de Medio Ambiente, Energía y Sostenibilidad de EOI Escuela de Organización Industrial.

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Transformando Green Jobs

Por: | 18 de julio de 2014

Los blogs, como la materia, ni se crean ni se destruyen. Simplemente, se transforman. Por eso, desde hoy, trasladamos a la blogosfera de EOI este lugar de encuentro y conocimiento compartido que siempre ha supuesto Green Jobs. Un blog en el que profesores de los programas master de EOI relacionados con la Economía Verde han analizado las diferentes realidades, novedades y acontecimientos que se han producido en este ámbito.

Economia verde okDe los post publicados, de gran valía todos ellos, se extrae un claro mensaje: el futuro de la economía pasa por un desarrollo sostenible, la apuesta por una Economía Verde y por otra forma de gestionar y hacer la economía, desde una apuesta decidida por la responsabilidad social corporativa.

Y como éste es un camino del que aún queda mucho por recorrer, EOI sigue manteniendo esta apuesta a través de nuestra blogosfera y sus diferentes espacios. Aquí nuestros profesores y alumnos comparten a diario experiencias y conocimientos, como base fundamental para el desarrollo de la sociedad, y dentro de ésta, la economía y la gestión de empresas.

Logo_blogs.pngAsí que, ¡da el siguiente paso y sigue nuestros blogs! En la blogosfera están las entradas más recientes de todos los blogs de EOI. Pero si te interesa un tema en concreto, tienes dos opciones. Puedes seguir en su espacio personal a algunos de nuestros expertos como Fernando Nájera, Leda Stott o Carmen Vallejo. Pero también hay espacio para los demás profesores y alumnos, a través de los blogs de los programas master de EOI relacionados con la Economía Verde y la Sostenibilidad:
-Executive MBA Internacional en Empresas del Sector Energético (Online)
-Master en Energías Renovables y Mercado Energético

-Master en Ingeniería y Gestión Medioambiental
-IMSD International Master in Sustainable Development and Corporate Responsibility
-Master en Ingeniería y Gestión del Agua
-Master Executive en Desarrollo sostenible y Responsabilidad corporativa

-Master Executive en Energías Renovables
-Master Profesional en Ingeniería y Gestión Medioambiental
-Master en Gestión del Medio Ambiente en la Empresa

No os olvidéis de que en EOI todo el conocimiento se comparte también a través de SAVIA con cientos de vídeos, presentaciones, podcast y estudios sobre medio ambiente, industria y energía. 

Y volviendo a lo dicho al principio, Green Jobs pasará una vez más, de ser un entorno virtual a un espacio físico de la mano de CONAMA 2014. El Congreso Nacional del Medio Ambiente vuelve a su cita bianual y EOI estará presente, de nuevo, con un espacio propio.

¡Nos vemos en las redes! Síguenos en Twitter, Facebook, Linkedin y Google Plus.

A menos de un año de 2015, cuando finaliza el plazo fijado para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, tenemos claro que se ha avanzado sustancialmente en abordar la cuestión del acceso a servicios básicos tales como la sanidad, la educación, la energía y el agua y el saneamiento. Sin embargo, también sabemos que dichos avances han sido desiguales de unos países y regiones a otros y que es necesario realizar grandes esfuerzos para poder garantizar la prestación de servicios básicos hasta “el último tramo” de la población. En esta categoría se incluye a todas aquellas personas que viven en condiciones de pobreza extrema y que sobreviven con menos de 1,25$ al día, muchas de las cuales ven su situación de marginalidad agravada como consecuencia de factores tales como género, etnia y situación geográfica.

El reciente estudio que hemos llevado a cabo para el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN)  del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid (itdUPM), nos sugiere que los nuevos modelos de alianzas multisector pueden ofrecer soluciones innovadoras, localmente pertinentes y sostenibles para cubrir las deficiencias en el acceso de los más pobres y vulnerables a los servicios básicos. Estos modelos reúnen los conocimientos, recursos y el saber de distintos actores pertenecientes a los sectores público, privado y de la sociedad civil, e incentiva a aquellos que viven en la “base de la pirámide” a asumir roles activos en la provisión de servicios. Asimismo, su principal interés no es simplemente garantizar un acceso más amplio, sino ofrecer también un servicio de buena calidad.

El estudio, para el cual hemos contado con la colaboración de Building Partnerships for Development in Water and Sanitation (BPD), Enlace Hispanoamericano de Salud (EHAS) y ONGAWA, incluye las lecciones aprendidas de cinco modelos de alianzas dedicadas a subsanar las deficiencias en la calidad y en la prestación de servicios básicos para grupos vulnerables. Estos modelos son:

  • Luz en Casa (Cajamarca, Perú): Un programa desarrollado por la Fundación ACCIONA Microenergía (FUNDAME) que ha desarrollado una empresa de carácter social, Acciona Microenergía Perú (AMP), la cual suministra electricidad en zonas rurales remotas, fuera de la red principal, mediante un modelo de pago por servicio asentado en la interacción con la comunidad local. El programa ha dado como resultado, hasta la fecha, la instalación de 3.000 Sistemas Fotovoltaicos Domiciliarios (SFD), y el aumento de los ingresos familiares debido, en parte, a la reducción de los gastos en energía y a que al tener luz por más tiempo, se pueden permitir realizar otras actividades productivas.
  • TulaSalud (Guatemala): Una alianza que promueve mejoras en el servicio de salud para las comunidades rurales aisladas, haciendo uso de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) para impartir formación al personal sanitario local y ofrecer servicios de telemedicina. El proyecto ha dado formación a casi 1.300 profesionales y ya hay 195 tele-facilitadores de la comunidad local atendiendo a una población cercana a 330.000 habitantes. Como resultado de todo ello las tasas de mortalidad materna muestran una clara mejoría.
  • Negocios Inclusivos de Saneamiento (Cochabamba, Bolivia): Un eco-sistema, orientado hacia el mercado, para la prestación de servicios en las zonas periurbanas, facilitado por la ONG internacional Water For People, la cual realiza campañas sociales de marketing y ofrece un servicio de calidad a bajo coste a través de emprendedores locales. WFP está instalando Baños Ecológicos Secos (BES) en Cochabamba que son un 40% más económicos que los inodoros de cisterna tradicionales. En torno a los BES, además de estar promoviendo ofertas adaptadas a las necesidades de las familias, se están desarrollando también sistemas de crédito y de servicios.
  • Ciudad Saludable (Perú): Un sistema integral de gestión de residuos sólidos formado por una serie de alianzas en torno a la cadena de valor de la gestión de residuos y a la inclusión socio-económica de los recicladores. En 2010, Ciudad Saludable creó 35 microempresas, como invernaderos, plantas de producción de fertilizantes orgánicos, empresas de reciclado de papel y vertederos sanitarios, creando 320 empleos en 20 ciudades y beneficiando a 3 millones de personas en la ciudad de Lima.
  • Unidad de Agua y Saneamiento de eThekwini (Durban, Sudáfrica): Una unidad municipal de agua y saneamiento que trabaja para ampliar los servicios mediante actividades de divulgación y alianzas con el sector académico, el sector privado y las fundaciones internacionales. Las cifras de sus avances recientes muestran que el 92% de la población tiene ya acceso básico al agua y el 76% a servicios de saneamiento básicos.
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Sistemas Fotovoltaicos Domiciliarios (SFD) en una vivienda en Cajamarca (Perú)

Este estudio, a su vez, nos sugiere que el éxito de estas iniciativas de alianzas radica en la habilidad de los actores participantes para desarrollar innovaciones en las 4P:

    1.      Innovaciones en el Producto: adaptando o aprovechando los productos o servicios existentes, con frecuencia en torno al empleo de nuevas tecnologías.

    2.      Innovaciones en el Proceso: cambiando el modo en que se crean o prestan los servicios mediante procedimientos de colaboración.

    3.      Innovaciones en el Posicionamiento: redefiniendo el modo en que se prestan los servicios con soluciones que se adaptan a éstos cuidadosamente o están diseñadas junto con los grupos destinatarios.

    4.      Innovaciones en el Paradigma: cambios en los modelos mentales subyacentes que son los que dan forma a lo que el servicio ofrece.

El énfasis en conocer e involucrar a los usuarios finales en los distintos modelos de servicio es el alma de su éxito. Este tipo de enfoque reconoce el carácter polifacético de las poblaciones de la “base de la pirámide” y ha permitido la identificación y movilización de recursos y conocimientos locales, desconocidos hasta entonces, como son los conocimientos, la experiencia y las habilidades emprendedoras de la comunidad, que pueden servir para mejorar el acceso a los servicios básicos. En este sentido, la “innovación en el paradigma” anteriormente señalada, refuerza amplios conceptos del negocio inclusivo y del empresariado social, los cuales reposicionan al usuario final como agente activo (y no como beneficiario o destinatario) en la creación de soluciones sostenibles para la prestación de servicios básicos.

Aunque la replicación y la potenciación de este tipo de modelos es lo deseable, debe prestarse cuidadosa atención al estudio de las variables y pertinencias culturales de cada contexto. Asimismo, es también importante asegurarse de que en la adaptación se tienen en cuenta, desde el principio, los sistemas existentes a lo largo de toda la cadena de valor y su sostenibilidad económica.

Eficiencia energética y tratamiento de agua potable

Por: | 09 de julio de 2014

El agua, una sustancia que se usa y rehúsa constantemente, es reciclada por el ciclo hidrológico. Para los usuarios del agua directamente afectados por la calidad de la misma uno de los pasos más importantes para proteger la salud es asegurarnos de que el agua disponible para beber es potable, un paso no tan fácil de alcanzar. No podemos decir cómo es la calidad del agua simplemente mirándola, ya que sabemos que puede aparecer clara en un vaso y contener tóxicos químicos, o patógenos víricos o bacterianos, causantes de enfermedades.

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David Casero Rodríguez. Ingeniero Técnico de Obras Públicas y profesor de EOI

Hasta hace unas decenas de años la calidad de un agua destinada a un abastecimiento se centraba principalmente en que el agua estuviera exenta de sabores, olores, no fuera muy dura y no contuviera bacterias patógenas, confiándose en gran medida en que el poder autodepurador de los embalses o ríos, y la protección de las zonas de captación eran suficientes para lograr una aceptable calidad que se completaría con un tratamiento simple de decantación, filtración y desinfección, así como hacer determinadas comprobaciones generalmente bacteriológicas del agua en la red, ausencias de sabores y olores y presencia de ligeras concentraciones del desinfectante empleado. 

Hoy día y más aún de cara al futuro, y como consecuencia de la polución creciente y los mayores avances de la técnica y la ciencia hay que considerar además otros caracteres que inciden de forma perjudicial en la salud del consumidor (pesticidas, detergentes, subproductos de la desinfección y otras sustancias orgánicas e inorgánicas así como protozoos, virus, bacterias, etc).

Para potabilizar el agua, las poblaciones utilizan plantas  de tratamiento y una amplia variedad de tecnologías que van desde el simple desbaste o filtración gruesa, los filtros de arena y la desinfección, hasta procesos químicos y mecánicos de gran complejidad.

Las operaciones de potabilización más simples comprenden una desinfección mediante un agente oxidante y una filtración en arena, hasta las más complejas que comprenden procesos de desinfección con ozono, filtración a través de carbón activo y procesos de filtración por membranas (ultrafiltración y ósmosis inversa).

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La elección de un tipo de proceso u otro depende de la calidad de agua en origen, a mejor calidad menor intensidad en el proceso de tratamiento, todas las aguas superficiales y subterráneas constituyen ecosistema no cerrados que contienen sustancias en disolución, en suspensión y organismos vivos y a su vez estos ecosistemas están recibiendo aportaciones naturales y otras no tan naturales, derivadas de actividades humanas y productivas diversas.

El coste de uno u otro tipo de tratamiento también es muy diferente tanto desde el punto de visto energético como de gasto en reactivos para el tratamiento del agua, si tratar agua potable con tecnologías de tipo convencional tiene un consumo energético medio de 0,23-0,30 kWh/m3, el tratamiento con tecnologías de filtración por membrana eleva el gasto energético hasta 1,8-3,5 kWh/m3. Esta diferencia es de 1-2 euros por metro cúbico aproximadamente entre uno y otro tipo de tecnología.

La eficiencia energética de los procesos de filtración por membrana es muy alta, la utilización de bombas con turbinas para recuperación energética de la presión del agua de rechazo, ha conseguido disminuir el consumo energético hasta los 2,8 kWh/m3 en grandes instalaciones y también dependiendo de la salinidad del agua bruta.

Estos nos lleva a pensar la importancia que tiene la calidad del agua en origen (a mejor calidad el proceso de tratamiento es menos intenso y viceversa), y las posibilidades energéticas que presenta el agua en la naturaleza, desde la producción eléctrica en presas, pasando por el aprovechamiento de las aguas mientras circulan por las conducciones hasta la producción de electricidad utilizando la fuerza de las mareas.

Con la nueva revisión de la legislación de calidad de aguas, que aumentará las exigencias de los procesos de tratamiento de agua para alcanzar unos estándares de calidad más elevados, y con la disminución de las reservas de agua dulce que se prevén a futuro por la disminución de las aportaciones, debemos reflexionar sobre la necesidad de conseguir una eficiencia energética mayor en las instalaciones de potabilización, ya que el consumo eléctrico va a aumentar así como su precio y debemos plantearnos la utilización de equipos de alta eficiencia energética, utilización de fuentes de energía alternativas, etc. Existe un campo abierto de posibilidades para intentar que el precio del metro cúbico de agua no aumento en exceso.

Hay dos fuentes renovables de energía, la eólica y la solar, que poseen un potencial mucho mayor que las otras. Tanto la energía eólica como la solar son dos fuentes energéticas que están disponibles en una amplia zona de nuestro Planeta. Basta ver el mapa solar de la figura 1 para tomar conciencia de que son muchos los países que poseen un buen potencial solar, por lo que son muchos los países que podrían usar esta fuente de energía renovable para satisfacer sus necesidades energéticas. Esta amplia distribución geográfica supone una clara diferencia con respecto a los combustibles fósiles, pues estos se hallan disponibles en un número muy limitado de países.

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Eduardo Zarza, profesor Electricidad Termosolar en EOI, Responsable de la Unidad de Sistemas de Concentración Solar CIEMAT- Plataforma Solar de Almería (PSA)

Hay cifras que ponen claramente de manifiesto el enorme potencial que posee la energía solar para satisfacer nuestras necesidades energéticas; algunas de ellas son las siguientes:

-  la energía correspondiente a la radiación solar que incide sobre la superficie de la Tierra es más de 3000 veces superior al consumo de energía primaria en la Tierra.

- si se instalasen centrales termosolares (sistemas que generan electricidad mediante sistemas solares térmicos de concentración, www.protermosolar.com, www.estelasolar.eu) en una parcela cuadrada de 300 km de lado se produciría una cantidad de electricidad igual a la consumida actualmente en todo el mundo

- si se instalasen centrales termosolares en el 1,5%-2% de la superficie desértica que hay actualmente en la Tierra se produciría suficiente electricidad como para abastecer la demanda mundial actual

Así pues, podemos decir que la radiación solar supone prácticamente un recurso energético inmenso, renovable e inagotable, lo que le confiere un gran atractivo a la hora de analizar las posibles vías para lograr un mercado energético sostenible bajo en carbono.

Obviamente, el mero hecho de que la radiación solar suponga un enorme potencial no es en sí mismo condición suficiente para considerarla como una buena alternativa al actual problema energético y medioambiental, pues no nos serviría de nada dicho potencial si no disponemos de una tecnología adecuada para su aprovechamiento. Y en este aspecto debemos tener presente que ya existe una amplia variedad de tecnologías para el aprovechamiento del recurso energético inherente a la radiación solar, como son: los sistemas fotovoltaicos, los sistemas de producción de agua caliente y las centrales termosolares. Una de estas tecnologías, la fotovoltaica, ha alcanzado ya un nivel de costes muy competitivo, mientras que otra, los sistemas de agua caliente sanitaria, posee un coste bastante asequible actualmente, y otras, las centrales termosolares, aunque poseen aún un coste claramente superior al de los combustibles fósiles, muestran un alto potencial de reducción de costes que les posibilita llegar a ser plenamente competitivas en unos 10-15 años, lo que haría innecesarias las ayudas públicas actuales.

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Clasificación de zonas según su nivel de radiación solar

Si a lo expuesto anteriormente le añadimos la reducción de las emisiones de gases de efecto invernaderos que conllevan los sistemas solares, parece evidente que se dan los factores necesarios para que podamos considerar que la energía solar es realmente una alternativa válida para solucionar el problema energético actual.

Pero a los factores positivos de la energía solar puestos de manifiesto anteriormente (amplia disponibilidad, buen nivel tecnológico y respeto al medioambiente), hay que añadirles en el caso de las centrales termosolares algunos más, como son: 

-          una alta creación de empleo, lo cual es algo a tener muy en cuenta en momentos como los actuales, en los que el nivel de desempleo de la población alcanza unos límites nunca imaginados. Basta tener en cuenta que una central termosolar de 50 MWe genera, solo para su construcción, el empleo equivalente a más de 600 puestos de trabajo a jornada completa durante un año, aparte de los 50 puestos de trabajo fijos para la operación y mantenimiento de la central una vez que esta entra en operación. En estas cifras no se incluyen los puestos de trabajo adicionales que se requieren para la fabricación y transporte de los componentes (reflectores, tubos receptores, estructuras metálicas, etc..). Si se tiene en cuenta la fabricación de componentes, la mano de obra implicada en la construcción de una central termosolar de 50 MWe equivale a unos 2000 puestos de trabajo a tiempo completo durante un año.

-          un fuerte efecto dinamizador de la economía local, pues una parte importante de la gran inversión que requiere una central termosolar se realiza de forma directa en la zona donde se construye la central. Este gran efecto dinamizador ya ha quedado patente en aquellas zonas de España donde se han construido varias centrales termosolares, como el Valle del Marquesado en la provincia de Granada, y en zonas de Extremadura y Castilla-La Mancha.

-          las empresas españolas son líderes indiscutibles a nivel internacional en las tecnologías de centrales termosolares, lo cual debe suponer un orgullo para todos nosotros como nación.

Creo sinceramente que lo expuesto anteriormente da un SI como respuesta clara a la pregunta adoptada como título de este Post: ¿Es la energía solar una alternativa real al problema energético?

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Central termosolar GEMASOLAR (propiedad de TORRESOL Energy)

España es un “País con Sol” y con empresas situadas a la vanguardia en el campo de la energía solar, por lo que en mi opinión desde las diversas administraciones debería defenderse sin tibieza esta opción energética, no solo para uso interno, sino como fuente de exportación de tecnología y conocimiento, dejando a un lado el impulso constrictor en el que resulta fácil caer en tiempos de una fuerte crisis económica que erróneamente empuja a pensar que todo lo que reduce el gasto público es bueno, incluido el recorte de inversión en I+D (semilla para el futuro) y de ayudas temporales a tecnologías que son claramente prometedoras, como es el caso de las centrales termosolares, y que devolverán con creces al País las ayudas que, como cualquier tecnología emergente, necesita al principio de su vida para alcanzar la madurez.

 

Nota: Para más información sobre el tema de este Post, el lector puede consultar las siguientes referencias:

1. A.T.Kearney/ESTELA. “Solar Thermal Electricity 2025 - Clean electricity on demand: attractive STE cost stabilise energy production”, June 2010. Disponible en www.estelasolar.eu

2. Deloitte/PROTERMOSOLAR. “Impacto Macroeconómico del Sector de Energía Solar Termoeléctrica durante los años 2010 y 2011 en España”. Disponible en: www.protermosolar.com

3. ESTELA. “Solar Thermal Electricity. Strategic Research Agenda 2020-2025”. www.estelasolar.eu, 2013

4. OECD/IEA. “Technology Roadmap for Concentrating Solar Power”. 2010, disponible de forma gratuita en Internet en la dirección:

http://www.iea.org/publications/free_ new_Desc.asp?PUBS_ID=2262

5. OECD/IEA. “World Energy Outlook 2010”. Libro publicado por la Agencia Internacional de la Energía, con ISBN: 978-92-64-08624-1. 2010

6. Steinmann, W.; Tamme, R. “Latent Heat Storage for Solar Steam Systems”. Proceeding del congreso SolarPACES 2006, celebrado en Sevilla (España), del 20 al 23 de junio de 2006.

Responsabilidad Social e Innovadora

Por: | 22 de mayo de 2014

Muchos analistas coinciden en la idea de que estamos saliendo de la crisis. Lo que no parece tan claro es cómo estamos haciéndolo. Un hecho que me sorprende, y también me preocupa, es que al preguntar a economistas, políticos y empresarios sobre cuál es el modelo para crecer de forma sostenible, o bien dan argumentos evasivos, o directamente no tienen respuesta o, lo que es peor, afirman que la solución es volver al modelo que nos ha llevado a una de las mayores crisis económicas de España.

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Juan Pastor Bustamante, Profesor de creatividad e innovación de EOI

Una de las grandes lecciones que estamos aprendiendo con esta crisis es que las respuestas más innovadoras están viniendo desde lo micro. Profesionales, emprendedores y pequeñas empresas se conectan y tejen redes de colaboración. Empiezan a tener visibilidad social conceptos como microfinanciación (crowdfunding), préstamos colectivos (crowdlending), espacios de trabajo comunes (coworking). Estos son solo unos ejemplos de la cantidad de términos nacidos para describir nuevas fórmulas de conectarse desde lo individual a lo colectivo. Puede objetarse que estas tendencias actuales tienen carácter coyuntural, pero nada más lejos de la realidad: están aquí para quedarse. Lo micro trabajando en red es capaz de repensar, crear, transformar y asimilar a mayor velocidad tanto nuevos como viejos conceptos.

La agilidad, flexibilidad y creatividad que detecto en muchas microempresas y pymes no la vislumbro en la gran empresa. No es únicamente una cuestión de tamaño, también lo es de actitud ante el cambio. El cierre de multitud de empresas que se habían quedado obsoletas ha propiciado un talante positivo de apuesta por la modernización (renovarse o morir) en las nuevas empresas y en las que han logrado mantenerse. Es más, estoy constatando cómo la pequeña empresa reinterpreta y adapta conceptos como Responsabilidad Social Corporativa (RSC) e Innovación.

Muchos de los profesionales y docentes que trabajamos en la Escuela de Organización Industrial (EOI) ayudando y asesorando en la creación y consolidación de empresas, comprobamos día a día como muchas micropymes incorporan, desde su constitución, la responsabilidad social corporativa a través del triple balance, que consiste en medir y valorar el impacto financiero, social y medioambiental de la actividad empresarial. Pese a ser pequeños empresarios o profesionales, no solo se preocupan de lograr unas cuentas saneadas, sino que son conscientes de que su contribución –mediante el cuidado del medio ambiente o la sociedad donde se desarrolla su actividad- es un diminuto grano de arena que puede convertirse en una gran playa paradisíaca. En estos casos, la decisión de contribuir no se consulta con ninguna junta de accionistas. Casi siempre depende de un reducido número de personas y en muchas ocasiones de un único empresario. Pero su compromiso está produciendo el efecto Sí se puede entre otras empresas de similares características, especialmente como consecuencia de su difusión a través de las redes sociales.

Los empresarios y emprendedores no están copiando los modelos y las acciones de responsabilidad social corporativa de las grandes empresas, sino que están utilizando su creatividad, o apoyando la creatividad de otros, cediendo productos, servicios u horas de trabajo.

Pero paradójicamente, en lugar de estimular y apoyar esta ebullición creativa que nace de lo pequeño, se intenta regular –como está ocurriendo con el crowdfunding-, o se legisla sin demasiado acierto –como ha ocurrido con el mecenazgo o micromecenazgo-, sin encontrar la tecla acertada para impulsarlo como se merece.

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En España, al igual que en muchos otros países sin tradición ni cultura de apoyo a la creatividad e innovación, está naciendo una primera generación de empresarios y emprendedores creativos e innovadores. Ya no hablamos de casos aislados. Nos referimos a cientos y miles de personas en grandes ciudades, pero también en medianas, pequeñas y en el mundo rural, que se plantean hacer las cosas de forma diferente, original. Emprendedores que están repensando, reinventando muchos productos y servicios, integrando modernidad y tradición sin renegar de ninguna de las dos. Esto es una excelente noticia que debe festejarse y, sobre todo, respaldarse.

¿Pero en qué puede consistir esta celebración y apoyo? Pues en asumir, como consumidores, clientes o prescriptores, nuestra capacidad desde lo micro para identificar estas empresas que están apostando por la innovación y que están mostrando un compromiso social y medioambiental. Más allá de identificarlas, si pasamos a la acción y nos convertimos en sus clientes o proveedores, o las recomendamos a través de nuestras redes sociales, estaremos produciendo un efecto positivo social y económicamente. No esperemos a que las apoyen otros, las grandes empresas o el Estado. Actuemos en aquello en que tenemos capacidad de decisión.

Porque para lograr cambiar nuestro modelo de desarrollo económico, necesitamos empresas más innovadoras, más ecológicas y más socialmente responsables. Ayudando a este perfil de empresas nos estamos ayudando a nosotros mismos.

La gestión de la sostenibilidad es el gran desafío de la empresa del siglo XXI, comparable con los retos de la revolución industrial y el capitalismo, respectivamente, en los siglos XVIIII y XX.

Quizás en el futuro, mirando hacia atrás, lo llamarán la “evolución empresarial”.

¿Pero, se puede gestionar la sostenibilidad de una empresa?

Realmente no es un concepto nuevo. Además, hay empresas que llevan años haciéndolo, pero sin llamarlo así. Si no, ¿cómo es que existen empresas centenarias?

John Scade, Managing Director MAS Business y Profesor del IMSD en EOI
John Scade, Managing Director MAS Business y Profesor del IMSD en EOI

Entonces, si no es nuevo, ¿qué está cambiando?,  ¿qué hace falta para que las empresas evolucionen?, ¿por qué hace falta que ahora las empresas dediquen su atención a la gestión de la sostenibilidad?, ¿por qué es tan importante?

Estamos viviendo en los últimos años un cambio continuo en el entorno en el que operan las empresas que está derivando en una evolución radical en la manera de gestionar una empresa.

Hasta hace relativamente poco, la gestión de cualquier empresa estaba basada esencialmente en un control exhaustivo de la información. Además, la velocidad de innovación era relativamente controlable. Sin embargo ahora no es así, y éste es el cambio importante al que enfrenta cualquier empresa.

Antes, las decisiones empresariales estaban basadas en información confidencial, las empresas marcaban los tiempos y podían disponer del tiempo suficiente para analizarla y tomar sus decisiones.

Ahora, cada vez más, las empresas están obligadas a tomar decisiones sin disponer de toda la información e, incluso, tampoco pueden mantener la confidencialidad de la misma ni las propias fuentes.

Este nuevo escenario, se complica aún más al exigir que las empresas asuman la responsabilidad por sus impactos, más allá de sus tradicionales ámbitos de control. Esta nueva responsabilidad, en el mundo de la sostenibilidad, se conoce como accountability.

Accountability es un término reconocido en el contexto de sostenibilidad pero que no tiene un equivalente en español, que capte su sentido completo. Accountability significa, además de rendir cuentas de las acciones, también asumir las consecuencias de las mismas frente a los grupos de interés y, para ello, incluye el dialogo y el compromiso con ellos.

Sostenibilidad icono genérico

La empresa que pretende perdurar en el tiempo tiene, por tanto, que ser capaz de fomentar un dialogo y compromiso de calidad con sus grupos de interés.

Con este fin se desarrollaron la serie de normas AA1000 de AccountAbility y, en particular, la  norma AA1000SES (2011) Stakeholder Engagement Standard (Compromiso con los Grupos de Interés).

Esta norma proporciona las bases para la participación efectiva de los grupos de interés, incluida la forma de identificación de los mismos y los temas relevantes para ellos, y de esta forma permite a la empresa atenderlos para permitir el desarrollo de su actividad y asegurar su sostenibilidad.

La aplicación de las normas de la serie AA1000 ayuda a la empresa en su gestión de la sostenibilidad, proporcionándola la información relevante.

Esto supone todo una revolución para las empresas, que indiscutiblemente va a marcar la nueva forma de gestión empresarial para el siglo XXI.

Negocios y cambio climático: paradoja u oportunidad

Por: | 29 de abril de 2014

Cuando pensamos en el cambio climático, la primera imagen que nos viene a la cabeza está asociada con aspectos negativos, como eventos catastróficos o alteraciones en los sistemas naturales o humanos. Efectivamente, los costes humanos y económicos del cambio climático serán muy sustanciales y, según todos los estudios, muy superiores a los costes que conllevaría frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.

Kepa Solaun
Kepa Solaun. Profesor del IMSD en EOI y director general de Factor CO2

Sin pretender alterar esa percepción, con este artículo pretendo mostrar cómo, además de los aspectos a los que hemos hecho referencia, el cambio climático puede ser una oportunidad para las organizaciones empresariales. De hecho, paradójicamente, sólo aprovechando algunas de estas oportunidades podremos reducir la severidad de estos impactos y nuestra vulnerabilidad a los mismos.

Para trasladar este mensaje, utilizaré la jerga tradicional, diferenciando entre cómo mitigar y cómo adaptarnos al cambio climático. Con la mitigación nos referimos a cómo podemos reducir las emisiones y mejorar los usos del suelo para reducir la concentración global de gases en la atmósfera. Con la adaptación, por su parte, abordaremos actuaciones de ajuste que reduzcan nuestra exposición a los daños derivados del cambio climático y aprovechen sus oportunidades.

La nueva aventura de la reducción

Tras la reciente publicación de las primeras conclusiones del quinto informe de evaluación del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, se confirma que es muy complejo conseguir los objetivos que la comunidad internacional se había fijado en materia de limitación de emisiones. De hecho, en el momento en el que más contundente es la información científica, la acción política al respecto se muestra más laxa y falta de respuestas. En otras palabras, hay un abismo entre la necesidad científica y la voluntad política.

Kepa Solaun bombillaSin embargo, cuando nos salimos de la arena de la gran política internacional, nos sorprende la enorme cantidad de iniciativas que se están desarrollando. Numerosos países están desarrollando incentivos de mercado para hacer frente a las emisiones o están diseñando instrumentos para fomentar los proyectos de reducción de emisiones. Amén de iniciativas fiscales o regulatorias. De los grandes planteamientos globales dirigidos por lo público, como el primer Protocolo de Kioto, hemos pasado a un territorio más débil y complejo, que podríamos llamar federal, donde conviven múltiples iniciativas público-privadas surgidas desde abajo, que aspiran a integrarse.

En este nuevo entorno, el rol de las empresas es esencial. Lo primero que podemos intuir es que poner en marcha este creciente número de iniciativas requiere de ingentes dosis de inteligencia y estructuras de conocimiento, en torno a las cuales se está creando un potente sector que ofrece soluciones, tecnologías y alternativas. A medida que emitir sea más costoso, la viabilidad de propuestas alternativas será necesariamente mayor. Esto no sólo incluye energías renovables, sino gestión de residuos, transporte o incluso telecomunicaciones.

Pero, mucho más importante, es que estas iniciativas han sido creadas para ofrecer incentivos adicionales a las empresas más eficientes. No podemos olvidar que, una batería importante de acciones para reducir las emisiones está relacionada con medidas a costes negativos. Es decir, con medidas que requieren una inversión pero que se pagan por sí mismas en periodos de tiempo razonables. Reducir las emisiones en las empresas es, en buena medida, ser organizaciones más eficientes, energética y productivamente, y ello redundará en una mejora de su competitividad.

Gestionando riesgos y oportunidades

La otra cara del cambio climático es la que tiene que ver con cómo podemos actuar para que los impactos esperados nos afecten lo menos posible. No se trata de dejar de actuar para reducir emisiones, sino de reconocer que, aún en el mejor de los escenarios, el cambio climático va a alterar las condiciones sobre las que gobiernos y empresas se van a desarrollar en los próximos años.

Kepa Solaun imagen 2Es en este sentido cuando los términos “adaptación”, “reducción de vulnerabilidad” o “resiliencia” cobran sentido. Cada vez más empresas son conscientes de la importancia de analizar cuáles son los riesgos climáticos que pueden afectarles a ellas o a su cadena de valor. Según un reciente estudio entre empresas avanzadas, un 32 % anticipa un riesgo de reducción en su capacidad de producción o trastornos en el mismo. Numerosas organizaciones están desarrollando análisis de vulnerabilidad para evaluar esos impactos potenciales y poder reaccionar a tiempo.

Pero aquí también existen oportunidades. Un mundo con cambio climático será sin duda un mundo peor, pero en el que surgirán oportunidades de nuevos productos en un mundo más adverso al riesgo. Existen muchas necesidades en relación con infraestructuras, con productos financieros o de diseño en general, con gestión de recursos como el agua o la energía,  que las empresas más avanzadas serán capaces de ver y aprovechar.

En resumen, existen numerosas oportunidades asociadas a la puesta en marcha de acciones contra el cambio climático. Todo parece indicar que en los próximos años veremos una proliferación mayor de las mismas, en un contexto en el que la llamada “financiación climática” debe ser decisiva en la incentivación de estas opciones, proporcionando estímulos para los sectores que disponen de soluciones.

El discreto encanto de la energía fotovoltaica

Por: | 14 de abril de 2014

En el año 2013 la energía fotovoltaica en el mundo marco un récord de instalación con 37.048MW nuevos, lo que hace un total de 136.700MW fotovoltaicos instalados .La previsión para el presente año es que se puede alcanzar la cifra de 55.000MW.

De los datos de este año se pueden sacar dos interesantes conclusiones una es el desplazamiento geográfico de las inversiones, Asia ha tomado el liderazgo que desde hace diez años ostentaba Europa en cuanto a potencia instalada.

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José Donoso Alonso. Director General UNEF (Unión española fotovoltaica). Profesor EOI Master Energía Renovables y Mercado Energético

A pesar de la ralentización del mercado europeo, motivada fundamentalmente por la caída de la demanda energética, Alemania que continua siendo líder en cuanto a potencia instalada en nuestro continente,  incrementó su capacidad en 3.300MW. Este crecimiento fue acompañado por Italia con 1.200MW, Reino Unido 1.100 MW, Rumania 1.100 MW y Grecia con 1000MW. Mientras en España nos quedamos en 102MW.En Asia han destacado China y Japón con 11.300MW y 6.900MW respectivamente.

Para el presente año se espera que continúe la misma tendencia  con 13.000MW a instalar en China y 7.200 en Japón. En E. se espera la instalación de 6.000MW. En Europa los líderes seguirán siendo Alemania y el Reino Unido que instalarán respectivamente  3.200 y 1.700MW.

La segunda conclusión interesante es que la motivación ambiental como motor de la instalación de plantas fotovoltaicas ha sido sustituida por la de la garantía de suministro y su competitividad económica actual.

La importante reducción de costes llevada a cabo por la energía fotovoltaica, un 80% en os últimos cinco años, ha permitido que en su último discurso sobre el Estado de la Nación el presidente Barack Obama haya podido afirmar que “cada cuatro minutos, otro hogar o empresa en Estados Unidos adopta la energía solar; cada panel que se instala tiene detrás a un trabajador cuyo empleo no puede subcontratarse en el extranjero”.

Frente al antiguo discurso de la energía solar cara y el viejo y tendencioso slogan “nuclear hoy, solar mañana”, nos encontramos con una realidad de un Hoy con una energía solar no solo limpia sino también competitiva económicamente y con una curva de aprendizaje que aún no ha tocado suelo  dentro de su desarrollo tecnológico convencional y que aún tiene campo de reducción a través de nuevos saltos tecnológicos.

A esta competitividad añade otras características: su tremenda flexibilidad para poder realizar desde plantas de centenares de MW hasta plantas de pocos kw y su nulo impacto ambiental. Lo que produce una falta de barreras de entrada  que permite un rápido despliegue del cual todos los agentes económicos pueden tomar part,e no solo las grandes corporaciones energéticas. Estas  características positivas también ha sido fuente de problemas cuando no se han implantado las regulaciones adecuadas.

Este éxito, particularmente en su aspecto de pequeñas instalaciones utilizadas para el autoconsumo,  está  abriendo un nuevo camino para el desarrollo tecnológico. Camino que lleva del autoconsumo al balance neto, la generación distribuida, las redes inteligentes y las ciudades inteligentes.  Camino futuro que está cambiando la forma   de producir y consumir energía situando al ciudadano en el auténtico centro de decisión  del mundo energético. En Alemania  estamos viendo un florecimiento de la recuperación de las antiguas compañías eléctricas municipales que están desarrollando esta vía.

Pero todo cambio revolucionario genera sus reacciones en contra y en este momento estamos viviendo a escala mundial  una reacción de los agentes actualmente dominantes en el mercado eléctrico para intentar imponer  por vía regulatoria barreras económicas que limiten o  impidan su desarrollo, atacando la libertad de mercado y la libertad individual de los ciudadanos. Interesante paradoja que cuando la energía solar no era competitiva se le reclamara constantemente que lo fuera y ahora que lo es se le ponen barreras para impedirlo.

El caso más radical de estos planteamientos es el que estamos viviendo en España, con un borrador de decreto sobre autoconsumo  que no sabemos cuándo se publicará pero que, como un anti-Cid, está teniendo efectos antes de nacer. El resultado del “impuesto al sol” que en él se instaura hace inviable económicamente las instalaciones y está produciendo una paralización total del sector, ante el miedo de que finalmente se apruebe. No solo evitando la generación de 4.000 empleos anuales que se hubieran podido crear para una cuota de solo 200MW sino también produciendo la perdida de empresa, know- how y conocimiento que hubieran permitido que España fuera uno de los países que más beneficios hubiera obtenido del este cambio tecnológico. Al final llegará pero serán empresas foráneas las que se beneficiarán.

Pocos saben que la historia de la revolución Industrial podría haber sido muy diferente a como fue.  El primer barco a vapor se construyó en Alemania 60 años antes que el primer motor de ese tipo se construyera en el Reino Unido. Ese barco se quería destinar para cruzar el Rhin, pero los propietarios de los puentes existentes que vivían de los derechos de pontazgo, aludiendo a la ruina que les iba a producir y a las inversiones realizadas, la noche anterior a su inauguración lo destruyeron. El realizador del barco desmoralizado abandonó el país y se instaló en el Reino Unido.  Al final los barcos a vapor llegaron los pontazgos desaparecieron y Alemania perdió cien años. Esperemos que los decisores económicos y políticos no se comporten como nuevos luditas y no hagan perder a nuestro país oportunidades de desarrollo tecnológico y económico de las que tanto necesitamos. Los dueños de los puentes hubierna ganado mas asociándose al fabricante del barco.

Sostenibilidad creativa: El ingeniero que soñó con un cocotero

Por: | 02 de abril de 2014

En muchas ocasiones nos planteamos cómo mejorar ciertos procesos para que sean más sostenibles, para incrementar su rendimiento o simplemente para optimizarlo dentro de sus condiciones de contorno.

Sin embargo, pocas veces nos detenemos a contemplar cuan productivo es el tiempo que dedicamos al desarrollo de dichas labores o si realmente aportamos nuevas ideas ante los retos del día a día. Tal vez (y sólo tal vez…), deberíamos perder unos segundos y reflexionar sobre algunas ideas antes de volver a sumergirnos en la inmensidad de nuestro teclado.

¿Crear o producir? 

Aitor Díaz firma
Aitor Díaz Pérez “Profesor de EOI y Manager de Proceso en SADYT

Cualquier proceso de diseño implica ciertos “estándares”. Es decir, a poco que evaluemos cualquier ingeniería, nos daremos cuenta que la mayoría de trabajos relacionados con el diseño se basan en experiencias previas o proyectos similares que dicha ingeniería haya desarrollado.

Esta forma de proceder resulta fantástica y coherente, de hecho, “si algo funciona, ¿Por qué cambiarlo?”....Sin embargo, corremos el grave riesgo de no mirar un poco más allá e intentar mejorar estos diseños aportando nuevos enfoques que quizás nadie planteo en su concepción original.

Nuevos puntos de vista, soluciones absurdas que acaban siendo geniales, ideas que, por un motivo u otro, no nos atrevemos a “soltar” delante de nuestros jefes…Toda esta creatividad está perdiéndose sin remedio. Estamos mucho más preocupados (y con razón…) en conservar nuestros empleos que en intentar introducir aire nuevo a nuestros cálculos, diseños, proyectos…

Quizás sería mucho más sencillo si, de vez en cuando, desviáramos la mirada de nuestro monitor y recordáramos que una buena idea es mucho más valiosa que una reluciente pila de documentos.

Aitor Díaz 1

El ingeniero que soñó con un cocotero

Una de las grandes contradicciones con la que convivimos día a día (y a la cuál nuestras empresas hacen el caso justo…) es la deslocalización laboral y las grandes ventajas que puede conllevar.

Me explico, todos sabemos lo sencillo que puede resultar establecer una videoconferencia hoy en día. Disponemos de la tecnología y la infraestructura necesaria para ello, no obstante, suele resultar mucho más complejo realizar este tipo de comunicaciones desde la oficina que en nuestra propia casa.

Aun así, la gran mayoría de las jefaturas de nuestro país se niegan a adoptar modelos de trabajo que podrían resultar mucho más rentables y productivos, tanto para el trabajador como para la propia empresa.

En lo que al sector del agua se refiere, la gran mayoría de empresas estamos diseñando instalaciones a nivel global. Nos movemos hasta cualquier rincón del mundo, por tanto, ¿tan importante resulta para una obra en Australia (por ejemplo…) que su equipo de diseño este trabajando desde una oficina en Madrid o en la playa bajo la sombra de un cocotero?

Al fin y al cabo, el resultado final es lo que deberíamos tener en mente en todo momento. Estamos cansados (y ya incluso lo consideramos algo cómicamente utópico…) de escuchar “leyendas” sobre lo felices que son los empleados en ciertas empresas tecnológicas como “Google” o “Apple” dónde se prima el bienestar del trabajador para incrementar su rendimiento.

No obstante, seguimos empeñados en seguir ese modelo típicamente español que considera al trabajador tanto más productivo cuantas más horas este sentado en su silla. Da igual que estemos leyendo el “Marca”, utilizando redes sociales o pegando una cabezadita….nuestro jefe estará contento porque no nos movemos del sitio.

Pero no nos engañemos, no podemos culpar únicamente a nuestras jefaturas. Si algún compañero nos plantea la alocada idea de trabajar en bata desde casa lo más probable es que pensemos en la consecuente tomadura de pelo y el escaqueo menos sutil. En ningún momento se nos ocurrirá imaginar que dicho compañero está realmente implicado con su trabajo y lo único que quiere es optimizar sus horas de producción.

No todos los empleos son iguales, no siempre podremos aplicar las mismas reglas, pero las herramientas para compatibilizar familia, productividad, responsabilidad y creatividad ya están más que disponibles...¿Seremos capaces algún día de confiar en la auto gestión y utilizarlas?

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“El Equipo A”

Crear equipo. Suena fácil, ¿verdad? No paramos de escuchar esta sencilla expresión en competiciones deportivas y no nos cansamos de repetir lo orgullosos que estamos de nuestra cohesionada selección de fútbol.

Pues bien, intentemos aplicarlo a nuestros proyectos. Quitando esas rocambolescas técnicas de coaching que sufrimos de vez en cuando, ¿realmente nuestras empresas se esfuerzan en crear unión entre los miembros de un equipo de desarrollo?

Llamémoslo departamento, proyecto, equipo de trabajo…sea como fuere, el éxito o fracaso de estas unidades suele depender de las interacciones entre los miembros que las integran. De este modo, si nos encontramos con “jugadores” implicados y que se dejan la piel en el “campo” raro es el proyecto que, por complicado que sea, no llegua a buen puerto.

Parece una premisa bien sencilla, sin embargo, la mayoría de los puestos de gestión suelen olvidar estos pequeños detalles. Todos cometemos errores, todos podemos opinar del trabajo de nuestros compañeros y casi ninguno tenemos la sana costumbre de “mirarnos el ombligo” por lo que una tarea que puede considerarse simple puede convertirse en un autentico quebradero de cabeza.

Implicar a los “jugadores”, valorar, motivar, evaluar, agradecer y, por encima de todo…”escuchar” puede ser la clave del éxito para cualquier empresa que se atreva a lanzarse a proyectos imposibles.

A lo largo de años de experiencia, y después de muchos errores y aciertos, poco resulta más gratificante que observar cómo nuevos miembros de tu equipo se convierten en líderes (que no jefes…) y se enfrentan, en equipo, ante cualquier reto que se ponga por delante.

La economía verde nos anima a mejorar nuestras instalaciones, aumentar la sostenibilidad de nuestras acciones, y nos recuerda la importancia de los avances comunes frente a meros intereses privados y económicos. No olvidemos, pues, optimizar una de las fuentes de energía más importantes, nuestro trabajo.

El avance hacia un modelo pesquero sostenible es un compromiso ineludible en el marco de la reforma de la Política Pesquera Común (PPC) y oportuno, ya que se plantea en un momento en el que el sector pesquero español se enfrenta a importantes retos socioeconómicos y ambientales.

Atendiendo a los resultados del análisis de impacto realizado por nuestro equipo y presentado esta misma semana, parece que el camino hacia la sostenibilidad sería muy positivo. El impacto de la propuesta de actuaciones a desarrollar se concreta en 4.000 millones de euros de aumento en la producción agregada, la creación neta de más de 60.100 empleos y una reducción de emisiones cifrada en 418.456 toneladas de CO2.

¿Cómo se anda ese camino? En la propuesta señalada, el tránsito del modelo pesquero actual hacia uno sostenible en la próxima década, se apoya en ocho líneas estratégicas:

Maribel Martínez
Maribel Martínez, Profesora de EOI y Directora de Abay Analistas

1.Apoyo a la pesca artesanal con medidas que refuercen la rentabilidad de las explotaciones, principalmente a través de la recuperación del recurso en la zona del litoral; permitan la diferenciación del producto de pesca artesanal; y apoyen la diversificación de rentas de las comunidades pesqueras con un mayor desarrollo del turismo y de las actividades de formación y ocio ligadas a este tipo de pesca.

2. Eliminación progresiva de las artes de pesca más destructivas. No obstante, una parte de la flota de arrastre, en opinión de los expertos, podría reconvertirse a otras artes de pesca.

3. Ampliación de la Red de reservas marinas hasta alcanzar el 10% de la superficie marina, nivel requerido en el Convenio de Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica para 2020. Esta actuación, además, se considera clave en la recuperación de la biomasa y en la posibilidad de desarrollo de actividades turísticas vinculadas al sector.

4. Avance de la pesca de altura hacia la sostenibilidad a través de acciones concretas en los ámbitos de la certificación, la responsabilidad social corporativa de las empresas y la transparencia.

5. Limitación de las explotaciones de acuicultura, por ser ésta considerada, por la mayoría de los expertos, una actividad“no sostenible” en términos ambientales.

6. Medidas dirigidas a los consumidores, que mejoren sus niveles de información tanto sobre la sostenibilidad de los recursos pesqueros como sobre los productos concretos que éstos adquieren en los mercados.

7. Cumplimiento de los óptimos biológicos fijados en cada momento mediante el refuerzo de las medidas de control y un mayor conocimiento sobre las causas últimas de las variaciones anuales en ciertas especies.

8. Control de la contaminación en el litoral marino mediante el cumplimiento de la normativa referida al tratamiento correcto de las aguas residuales (Directiva 91/271/CE y Directiva 2000/60/CE “marco” de aguas).

En general, el paso a un modelo pesquero sostenible no requiere grandes inversiones sino que estriba principalmente en un nuevo enfoque estratégico que pone en el centro del modelo a la pesca artesanal y el respeto a los ritmos de renovación de los recursos. La inversión asociada a las distintas actuaciones es relativamente baja (2.725 millones de euros en 10 años) y, además, algunas de las partidas, como el presupuesto previsto para el control de la contaminación en el litoral marino, están ya contempladas en otros planes públicos aprobados. Por tanto, el esfuerzo adicional en términos de gasto público se cifra en torno a 1.350 millones de euros a lo largo de toda la década. Las actuaciones más importantes en términos presupuestarios son las relacionadas con la ampliación, con 49 nuevos espacios protegidos, de la Red de reservas marinas y el apoyo a la pesca artesanal. El resto de medidas requiere una dedicación de recursos públicos muy pequeña o nula.

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Tabla1. Impacto económico y ambiental del tránsito hacia un modelo de pesca sostenible Fuente: Elaboración propia

La creación neta de empleo, tanto en la pesca artesanal como en otras actividades, permitiría incorporar al empleo, de forma progresiva en la década considerada, a un importante número de mujeres (unas 28.500), jóvenes (cerca de 4.700) y trabajadores/as de edad intermedia (en torno a 33.350) aumentando la heterogeneidad del empleo y fijando estos colectivos en el territorio. De hecho, la mayoría de los nuevos empleos creados en el sector de la pesca se ocuparían por personas residentes en el ámbito rural (11.615). Además, algunas de las medidas contempladas (fomento del turismo pesquero, actividades de formación y ocio vinculadas a las reservas marinas,…) permitirían una diversificación significativa de las economías locales y mejoraría claramente sus niveles de competitividad.

En términos sociales, por tanto, un modelo pesquero sostenible mejoraría la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran actualmente las comunidades pesqueras porque aportaría más empleos en el sector pesquero, más empleos en otras actividades ligadas a los servicios de ocio y turismo y más oportunidades laborales para jóvenes, mujeres y personas de media y alta cualificación, reforzando su entramado económico y social.

Esta propuesta integral de tránsito hacia un modelo pesquero sostenible aporta una amplia batería de medidas concretas (y un análisis de impacto de las mismas) que debería favorecer un debate político y social más profundo sobre el sector pesquero actual y las implicaciones de avanzar hacia la sostenibilidad del mismo.

El País

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