Más de 4000 millones de personas viven con menos de 4 dólares diarios. Estamos hablando de dos tercios de la humanidad que: 1) permanecen excluidos de nuestro sistema económico 2) suelen operar en la economía informal, 3) tienen un amplio número de necesidades básicas insatisfechas, 4) carecen de acceso a bienes y servicios para garantizar su propio desarrollo.
Sin embargo, si cambiamos la perspectiva, podemos observar el sector como un mercado estimulante y de rápido crecimiento con enormes capacidades empresariales y de consumo.
Esta nueva perspectiva ha permitido el desarrollo del concepto de modelos de negocio inclusivos, que consisten en "Iniciativas empresariales" económicamente rentables, y ambiental / socialmente responsables, que en una lógica de mutuo beneficio incorporan en sus cadenas de valor a comunidades de bajos ingresos y mejoran su calidad de vida a través de:
• su participación en la cadena de valor como agentes que agregan valor a bienes o servicios, proveedores de materia prima, o vendedores/distribuidores de bienes o servicios (proveedores o distribuidores); y/o
• su acceso a servicios básicos esenciales o necesidades básicas insatisfechas de mejor calidad o a menor precio” (consumidores). (WBCSD)
Una de las razones por las que me gusta apoyar, investigar y enseñar este tipo de soluciones es que buscan el beneficio mutuo. Veamos cuales son los beneficios para los principales involucrados.
Beneficios para las empresas
En primer lugar, considerar a los pobres como posibles consumidores, supone una oportunidad para las empresas de crecer y desarrollar nuevos mercados y se abren oportunidades para buscar fórmulas y diseñar productos y servicios que se adapten a las necesidades de estos mercados no cubiertos. El mejor y primer ejemplo de este tipo de cambio de paradigma son las microfinanzas, que han permitido a millones de pobres en el mundo entero acceder a servicios financieros de los que estaban excluidos.
En el marco de estos nuevos modelos, las empresas se benefician doblemente, generando rentabilidad y al mismo tiempo fomentando el desarrollo económico para los excluidos, lo que contribuye, a su vez, a mejorar su reputación. Además, la búsqueda de soluciones creativas para desarrollar productos y servicios que se adapten a nuevos mercados también impulsa la capacidad de innovar de la empresa. Por ejemplo, la multinacional de telecomunicaciones Motorola ha desarrollado un micro-teléfono según las características y las necesidades de un segmento de la población de bajos ingresos en India. El precio del teléfono es 30 dólares y fue desarrollado para poder dar instrucciones al usuario por medio de audio en lugar de texto, en el caso de que el usuario no sepa leer y escribir. Además, la pantalla es reflectante para que se pueda usar sin problemas en exteriores, y la batería tiene un tiempo de reserva de dos semanas (Hammond et al., 2007).
En segundo lugar, una visión de los pobres como posibles agentes que agregan valor, en tanto que proveedores de materia prima, o vendedores/distribuidores de bienes o servicios, también aporta beneficios a las empresas.
Este nuevo enfoque permite aumentar la fiabilidad en la cadena de valor ampliando las posibilidades de reducir costes y mejorar la flexibilidad y el crecimiento de las propias empresas en los países en desarrollo. En muchos casos, los negocios inclusivos también permiten mejorar los canales de distribución, aportando nuevos modelos de entrega de productos y servicios en los que la población de bajos ingresos se siente incluida. (de la Mata, 2012)
Beneficios para la Base de la Pirámide
Al diseñar productos y servicios a adaptados a las necesidades de la Base de la Pirámide los negocios inclusivos pueden ayudar a la población de bajos ingresos a satisfacer sus necesidades básicas de alimentos, suministros de salud, agua, saneamiento y vivienda, mejorando su acceso a estos productos o servicios.
Una vez incluidos en la cadena de valor, los pobres suelen incrementar su productividad a través del acceso a equipamiento de producción, servicios financieros, tecnologías de la información y a las comunicaciones, entre otros y mejorar sus capacidades de gestión y organización y de acceso a la tecnología.
El aumento de la productividad y mejora de sus capacidades y las nuevas oportunidades económicas que se les presentan, ya sea como empleados, proveedores, distribuidores o socios de las empresas les permite también aumentar sus ingresos y salir en muchos casos de su situación de exclusión y pobreza.
Debido a estos impactos positivos y a su potencial escalabilidad, los modelos de negocios inclusivos son considerados hoy en día por algunos sectores empresariales, grandes agencias de cooperación internacional y organismos de desarrollo, como una estrategia de superación de la pobreza que permite una participación activa del sector privado en los temas de desarrollo y la incorporación de comunidades empobrecidas en circuitos de mercado. En mi opinión es importante preparar a los futuros líderes y agentes de cambio para que sigan innovando en este tipo de modelos y por eso considero importante incluir estos temas en los programas de formación de Universidades y Escuelas de Negocio.
Existen algunos retos y barreras en el desarrollo de estos nuevos modelos de negocio pero también estrategias y mecanismos para superarlos.
Algunos ya has sido utilizados con éxito por algunas grandes empresas de distintos sectores y en grandes líneas se pueden son las siguientes:
- adaptar los productos y procesos a la realidad local buscando la innovación y la flexibilidad,
- invertir para reducir las restricciones de mercado,
- apalancar las fortalezas de los pobres,
- combinar recursos y capacidades, comprometerse en diálogos con los gobiernos y promover la construcción del tejido social.
La magnitud de las oportunidades de los negocios inclusivos y su potencial impacto positivo en el desarrollo de la Base de la Pirámide justifican el esfuerzo que supone superar las barreras iniciales.
Más recursos, vídeos, casos y artículos sobre modelos de negocios inclusivos: AQUÍ.