Jorge Rafael Videla [en la foto, de EFE, en una imagen sin fechar] murió hace un año, el 17 de mayo de 2013, a los 87 años en una celda de la cárcel Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires. El dictador falleció por causas naturales mientras cumplía cadena perpetua por el asesinato de 31 presos en una cárcel de Córdoba en 1976, en plena dictadura. Delante del Tribunal que acabaría condenándole, Videla reivindicó la Junta Militar que gobernó el país desde 1976 hasta 1983, así como cada uno de los crímenes cometidos por el estado en ese periodo. Más allá de los familiares de muertos y desaparecidos, Videla murió sin ofrecer disculpa alguna a los argentinos que sufrieron un cambio social radical que pretendía borrar el pasado y construir un futuro ligado al de la Junta Militar. Buen ejemplo de eso fue la nueva vida que empezó en el año 1979 para la ciudad de Federación, en la provincia de Entre Ríos.
“Mi hogar ya no existe”. “Mi pueblo está bajo el agua”. Son afirmaciones recurrentes de los habitantes de Federación. La mayoría de los federaenses no tienen la posibilidad de volver a la casa de su infancia, o al colegio donde estudiaron. En 1979, la construcción de la presa hidroeléctrica de Salto Grande sumergió su pueblo y les obligó a trasladarse a una nueva ciudad, construida desde cero. Actualmente esta historia queda escondida tras la gente ataviada con batas y chanclas que pasean por sus calles. El Parque Termal municipal, inaugurado en 1994, es el principal pilar económico de la ciudad, y uno de los reclamos turísticos más destacados de la provincia. El agua siempre ha sido un elemento inseparable de la naturaleza de Federación.
La presa de Salto Grande aparece a unos 70 kilómetros de la ciudad. Está ubicada en el río Uruguay, compartido entre el país homónimo y Argentina. En 1938 ambos estados estudiaron de qué manera podrían aprovechar sus aguas y en 1946 crearon la Comisión Técnica de Salto Grande a través de un convenio binacional. En un principio la obra tenía que edificarse bajo el mandato de Juan Domingo Perón, pero la falta de ratificación del gobierno uruguayo, que no llegó hasta 1958, no lo hizo posible. Fue en 1962 cuándo se finalizó el proyecto. En 1974 se autorizó el inicio de la obra, y en 1979 se empezó la construcción del lago artificial que dejaría la mayor parte del territorio de Federación bajo el agua. Por esta razón, en 1973 la Comisión Técnica había acordado erigir una nueva ciudad para los federaenses.
La huella de la dictadura
El ayuntamiento de Federación quiso que el traslado desde el viejo emplazamiento a la nueva Federación fuese participativo e involucrara a los ciudadanos. En esta línea, se organizó un plebiscito popular en enero de 1974. Los federaenses eligieron entre tres posibles nuevas destinaciones, y se impuso por mayoría de votos la conocida como La Virgen-Federación, actual terreno dónde se ubica el municipio.
El trabajo para construir la nueva ciudad comenzó entonces, pero quedó interrumpido a partir del 24 de marzo de 1976. Ese día, un grupo de militares liderados por el teniente general Jorge Rafael Videla detuvo a la presidenta Isabel de Perón y estableció la Junta Militar, presidida por el mismo Videla, comunicando a los argentinos a través de la televisión y la radio que desde entonces el país quedaba bajo control del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. Empezaba lo que el ejército denominó Proceso de Reorganización Nacional. La dictadura que duraría hasta 1983.
Capilla del viejo emplazamiento.
En lo que afecta a la ciudad de Federación, en primer lugar la Junta Militar no garantizó la construcción de la ciudad, lo cual provocó una reacción inmediata de los federaenses. Silvana Miller era sólo una niña de seis años en 1979, pero recuerda perfectamente la incertidumbre que provocó la falta de implicación de la dictadura: “La gente se reunía en la plaza o delante de la Iglesia para debatir sobre cómo conseguir la edificación de la nueva ciudad”. Por su parte, Dina Burna, actual responsable del grupo de trabajo de la Biblioteca Popular Rivadavia, considera clave la lucha de los ciudadanos para conseguir que el nuevo emplazamiento fuese una realidad: “La comisión que representó nuestros intereses en Buenos Aires fue vital”. Se trata de una comisión de federaenses que en septiembre de 1976 emprendió un viaje a la capital para hacer recapacitar a la dictadura en su intención de no construir un nuevo emplazamiento para la ciudad. Finalmente, el 25 día de ese mismo mes, los militares cedieron: la nueva Federación se iba a construir.
Pero no es oro todo lo que reluce. A partir de entonces el proyecto de la ciudad quedó inmerso en la falta de transparencia. Argumentando la falta de trabajo del anterior gobierno, y aprovechando que este no había comunicado prácticamente nada a la población, la Junta Militar hizo el proyecto a su medida. Carlos Mazurier, ahora trabajador de la Comisión Administradora para el Fondo Especial de Salto Grande (CAFESG), entidad gestora de los excedentes económicos que genera la represa, considera que la dictadura estafó a los federaenses: “La junta militar solo respetó la ubicación, pero no el modelo de ciudad”, cuenta Mazurier.
En la misma línea se manifiesta Carlos Pinselli, uno de los arquitectos que trabajó en el proyecto del nuevo emplazamiento. Según Pinselli la ciudad se urbanizó según criterios militares y sin respetar el proyecto original. “Se eliminaron todos los sitios dónde la gente pudiera reunirse, como las plazas o un centro cultural que había proyectado”, afirma el arquitecto. “Hasta se eliminaron unos puentes que comunicaban las veredas porque según los milicos podían provocar libertinaje”, añade.
Pese a todo, no es raro encontrarse con federaenses que a día de hoy aún consideran que Jorge Rafael Videla fue el gran artífice de la edificación de la nueva ciudad. La justicia que suponía construir una nueva ciudad para los vecinos fue visto para muchos como un gesto de gracia del dictador hacia el pueblo. A día de hoy, Federación aún continúa dividida entre los que otorgan todo el mérito de la construcción del nuevo emplazamiento a la lucha ciudadana y aquellos que afirman que “gracias a Videla tenemos ciudad".
Jorge Rafael Videla saluda a Augusto Pinochet en Puerto Montt (Chile) en 1978. / Getty
La dictadura sabía perfectamente que la construcción de la ciudad era una oportunidad única para colgarse medallas. De hecho, en un primer momento estaba previsto que el inicio del traslado al nuevo emplazamiento se celebrara el 24 de marzo de 1979, coincidiendo con el aniversario del golpe militar. Pero las condiciones meteorológicas lo impidieron, dejando la celebración del evento para el día 25. El mismo Videla presidió el acto, acompañado de las autoridades municipales.
La inauguración de la ciudad ponía fin a un traslado compulsivo, del que aún hoy los federaenses guardan un vivo recuerdo. Instantes después de abandonar sus casas para siempre, muchos vieron como las topadoras empezaban a destruirlas. Otros, como Gustavo Combis, prefirieron no verlo. Combis, que en 1979 tenía 17 años se fue de la ciudad antes de que empezara la demolición y volvió al cabo de 45 días, cuándo ya había nacido la nueva Federación. “No quise ver cómo acababan con todo”, sentencia. En Federación se distingue la forma que tuvieron de tomarse el traslado los vecinos en función de su edad. Graciela Racedo, actual responsable de la Secretaría de Turismo, era una joven de 14 años entonces: “Tenía muchas sensaciones nuevas, muchas expectativas”, aunque reconoce que mucha gente mayor “murió de tristeza”.
Alguien puede pensar que la expresión corresponde más bien a un recurso poético que a una realidad palpable, pero nada más lejos de la realidad. Pocas cuestiones suscitan tanto consenso entre los federaenses como el sufrimiento que el traslado de 1979 supuso a sus mayores. Rubén Darío Tallarico, vecino de Federación, hace una comparación muy ilustrativa: “Del mismo modo que un árbol viejo muere cuándo lo intentas trasplantar, los federaenses de más edad no soportaron el cambio de entorno”. “Es un precio muy alto tener que sacrificar personas en nombre del progreso”, concluye Ofelia Bordón, actual encargada del Hogar de Ancianos de la ciudad.
Los primeros días
La junta militar inauguró una ciudad dónde no había nada. Cuándo los federaenses recuerdan la primera imagen que conservan de la nueva Federación, la inmensa mayoría coincide en señalar que “no había un solo árbol, ni siquiera un poco de hierba”. De hecho, en Federación no se vio un árbol hasta medio año después de la inauguración de la ciudad, concretamente el 16 de setiembre de 1979.
Más allá del entorno natural, la distribución de los vecinos en sus nuevas casas también marcó la nueva idiosincrasia de Federación. Se les asignaron diferentes tipos de viviendas en relación al dinero que cada uno pudiera pagar por ella, y aunque años más tarde las casas pasarían a ser únicamente suyas, en un principio los federaenses se tuvieron que hipotecar. Todas tenían, o tendrían al cabo de poco, lo necesario para habitarlas (por ejemplo, cocinas eléctricas). Los gobernantes prometieron que la ciudad pagaría la electricidad más barata del país como recompensa al sacrificio que había supuesto el traslado. Una promesa que a día de hoy sigue sin haberse cumplido. Además, había un problema añadido: todas las casas eran iguales.
Dina Burna cuenta que al principio los vecinos no identificaban las viviendas y se equivocaban sistemáticamente. Eran iguales por fuera y también por dentro: “Tratabas de buscar que cada rincón de la casa tuviera algo de vos”, comenta Burna. Cecilia Moretti, entonces una niña de 6 años, recuerda que “la gente ponía algún elemento delante, como una silla o una maceta, para identificarlas y los niños los cambiábamos de sitio para gastarles bromas”.
Sin embargo, para Favio Castro, 44 años, esa igualdad urbanística trasciende el nivel de anécdota para convertirse en una herramienta que borró la identidad: “Destruyeron todo lo que nos identificaba, obligándonos a aceptar algo nuevo como si fuese la única solución”.
Antigua iglesia de Federación, último edificio que se mantuvo en pie de la zona derrumbada.
Treinta y cinco años después, una de las divisiones de opinión presentes entre los federaenses es señalar cuál es su hogar. Para algunos ya no existe y para otros la Federación actual ya no es la “nueva”, sino su casa. Muchos federaenses consideran que el Parque Termal significó el resurgir del pueblo y que todo el sufrimiento vivido hasta entonces quedó compensado por el nuevo referente económico de la ciudad.
Pero también los hay que creen que el progreso económico presente y la evolución de la ciudad no pueden sustituir el pasado que quedó inundado en 1979. “Aquí continuamos nuestras vidas, pero mi pueblo murió” considera Gustavo Combis. Por otra parte, Favio Castro también considera insuficiente el proceso de memoria histórica de Federación: “A los que han olvidado su pasado a cambio de una casa bonita, yo les diría que es un error ser únicamente lo que posees”.
A día de hoy, Federación no dispone de ninguna infraestructura pública que almacene todos los documentos históricos del traslado, ni de los primeros años en la nueva ciudad, o de los últimos en la vieja. La Biblioteca Popular Rivadavia está luchando para construir un archivo histórico, pero de momento chocan con la negativa de la municipalidad: “La negativa se debe a las prioridades de los gobernantes”, afirma Gustavo Combis, uno de los responsables del proyecto de la biblioteca.
Sin duda, la edificación del archivo sería un primer paso hacia la recuperación de la memoria en Federación. Pero aún quedan muchos más pasos por avanzar. Si hoy mismo alguien se pasea por la parte del viejo emplazamiento que no quedó inundada solo podrá ver ruinas del antiguo hospital, del antiguo hogar de ancianos y de otras edificaciones que han quedado en manos del tiempo y el olvido.
Andreu Merino Vives (Barcelona, 1989) es periodista.
Hay 12 Comentarios
Federico o sos muy joven y desconoces los hechos y la historida de tu propio pueblo, o no sos federaense, pero los datos que vertís en tu comentario son incorrectos desde el principio a final. Los que hablaron en la nota son todos hijos nacidos en la vieja ciudad de Federación y doy fé que vivieron el traslado y todo el proceso, así que son absolutamente representativos. Vos en cambio detrás de tu anonimato no sé a quien a representas. Si sos Federaense nos reunimos y avanzamos en el diálogo si es de tu interés para introducirnos en la historia que nos une, si sos anónimo no podremos hacerlo. Por favor infórmate y sé cuidadoso cuando das tus opiniones en estos temas, porque sabes que? es de público conocimiento que SÍ MURIERON MUCHOS ANCIANOS con el traslado, y es un tema demasiado delicado para que aportes desinformación o negación de los hechos. Saludos seas o no seas federaense.
Publicado por: Silvana Miller | 02/06/2014 16:48:13
Sergio Racedo, lo invito personalmente a contactarnos y hablar sobre este tema, creo que ud se está en un error al creer que tenemos esta ciudad gracias "a la aceptación de los militares", lo invito a tomar un café o mate como buenos vecinos y a reflexionar sobre nuestra propia historia. Hay mucho documentos escritos y videos validan la historia la cual dice claramente que la ciudad sobrevivió gracias a la movilización de los propios pobladores y a la presión de los medios de prensa. Es delicada la línea de que accedieron a la fuerza o presión o por "buenos". Saludos respetuosos.
Publicado por: Silvana Miller | 02/06/2014 16:15:06
Sra Susana Gimenez, ud está en un error. en el año 1946 Argentina y Uruguay firmaron el acuerdo para el aprovechamiento del río Uruguay, creándose de este modo la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande.
En el año 1974 la Comisión Mixta dio la orden de la iniciación de las obras. En esta etapa más de 4.500 operarios llegaron a trabajar de forma ininterrumpida. En 1979 se conformó el enorme embalse y la primera de las catorce turbinas comenzó a funcionar generando energía eléctrica. Por favor verifique sus datos antes verter sus opiniones, no necesitamos más violencia, sino claridad, verdad y respeto (el periodista, como todos, puede incurrir en algún error pero puntualmente aquí no es malintencionado) pues se necesita un espíritu de conciliación y verdad y no belicoso e injurioso. Muchas gracias.
Publicado por: Silvana Miller | 02/06/2014 16:05:36
Martín: No compares a Videla con Hitler...que lo ofendes a este último...a parte del periodista, el mal informado sos vos xq a la represa no la hizo Videla, como decis vos, la inauguró Isabel de Perón. Hay unas muy buenas enciclopedias en la biblioteca del congreso....vos sos argentino o un Coronel retirado?
Publicado por: Susana Gimenez | 24/05/2014 4:36:21
Soy de Federación, y me parece que el periodista, sin ser oriundo del lugar, intento describir algo de lo que sucedió, con algún pequeño error disculpable, que no es para defenestrarlo como hicieron algunos. En un artículo periodístico es imposible plasmar lo que se vivió en aquellos momentos. Y el papel lamentable y condenatorio de la dictadura fue real, que es cierto todo lo que dice y mucho mas. Han recortado presupuesto de edificios, lugares públicos, plaza, que después los federaneses fuimos recuperando. la memoria es nuestra... eso no nos quitaron
Publicado por: Mauricio | 24/05/2014 0:54:17
Estimado Señor: En principio debo decirle que se debería separar lo atroz de la dictadura militar de la obra Nueva ciudad de Federación, dado que si no era por la gestión de los federaenses y la aceptación de los militares, los habitantes nos hubiéramos tenido que arreglar reubicandonos en localidades vecinas. Sabido es que no estaba en la voluntad del gobierno constitucional del momento (peronista) la construcción de la ciudad de Federación, noticia que no era dada al pueblo por el Intendente de ese momento, esto dicho por quien era Diputado Provincial por el Departamento (no doy nombres por que son fallecidos, pero quien conoce los sabe). Por ultimo, coincido con Federico...se presentan errores en fechas y acontecimientos... Tal vez con mas investigación y asesoramiento adecuado se refleje la verdadera realidad de Federación.
Publicado por: sergio racedo | 23/05/2014 16:54:55
las fechas no coiciden con la realidad de la ciudad, estan mal los datos y los referentes que hablaron, no son referentes en us mayoria. no representtan a nadie. el escrito dice que en marzo del 79 una comision viajo a buenos aires para que se realice la nueva federacion, cuando el 25 de marzo del 79 se estaba inaugurando, informense bien, no confundan a la gente y en cuanto a que mucha gente murio por el traslado, es mentira. saludos un federaense
Publicado por: federico | 23/05/2014 14:48:04
Hola. Soy de Federacion, Argentina. Quiero decite Martin que te pongas en el lugar de los pobladores federaenses, imaginate que vengan un dia y de la nada te digan que tu ciudad va a ser inundada y te tenes que ir a vivir a otra ciudad. Pensa en la angustia de las personas que trabajaron toda la vida para hacer su casa y estar bien al enterarse que iban a tirar todo abajo. No digo que no habia que ir en busca del progreso pero la ciudad se contruyo muy rapido (yse construyo por el esfuerzo de los federaenses) y el cambio fue muy abrupto, muchas personas mayores no se adaptaron al cambio y fallecieron.
Publicado por: Darío | 23/05/2014 2:30:42
Bueno, la cosa da para un artículo porque sucedió durante la espantosa Junta de Viola y Videla. En Riaño hicieron lo mismo los pesoes y nunca se volvió a hablar de ello, aunque en su momento generase polémicas sin fin y grandes avalanchas de solidaridad para con los habitantes del pueblo... Yo no utilizaría una anécdota "menor" dentro del espanto de aquella dictadura para redactar un artículo sobre la Junta argentina, iría directamente al grano. Es como abordar el horror del franquismo a partir de "Plan Badajoz" o de sus tropelías urbanísticas... Un pelín menor y fuera de contexto como pretexto inicial...
Publicado por: Pep Inus | 22/05/2014 11:37:42
....¡¡¡desgraciadamente este par de asesinos,"descansan en paz",cuando por lo menos hubo que colgarlos de los compañones..¡¡¡
Publicado por: fernando huerta | 22/05/2014 2:20:07
ni que decir que todo tirano asesino "hace" cosas materiales,pero su preocupacion principal es estar al "aguaite" de enemigos que él mata impunemente..¡¡¡
Publicado por: fernando huerta | 22/05/2014 2:17:41
Criticar a Videla por haber hecho una represa porque a un par de viejos pobres y tontos les parecia bien seguir viviendo sumidos en el atraso y la pobreza es como criticar a Hitler por haber excargado el volkswagen escarabajo. La ignorancia de este periodista se ejemplifica en la descipcion de la foto del encuentro de Videla y Pinochet, en Punto Mont, un lugar que solo existe en su imaginacion, en lugar de puerto Montt , que es donde se produjo el encuentro.
Publicado por: Martin | 22/05/2014 2:05:31