Gernika, tras ser bombardeada el 26 de abril de 1937.
Por Ángel Viñas
Este 26 de abril se cumple otro aniversario de la destrucción de la villa foral en 1937. Los lectores españoles que se hayan interesado por el tema habrán podido ojear el libro, recientemente traducido al castellano, de la profesora Stefanie Schüler-Springorum, la segunda edición del libro del profesor Xabier Irujo y/o mi edición de la clásica obra de Southworth con un epílogo poniendo su trabajo al día de ciento quince páginas. No he visto (sin duda por ignorancia culpable) que ningún autor neo-franquista o para-franquista se haya dado por enterado. En una nueva -es un decir- biografía de Franco, presentada a bombo y platillo, sí he encontrado el enésimo refrito sobre este tema desde sus comienzos. Parece como si los autores tuvieran dificultades existenciales en reconocer que se trató de una acción terrorista efectuada por la Legión Cóndor en una campaña de estrechísima colaboración entre las fuerzas aéreas “nacionales” y las del Ejército del Norte mandado por el sanguinario general Emilio Mola. Todo lo que se ha escrito y documentado sobre estos aspectos desde, por lo menos, 1975 no parece servir para nada. ¿Por qué?