Por Jordi Fabregat*, Director del Master Ejecutivo en Finanzas de ESADE y profesor del Departamento de Control y Dirección Financiera
Ya sabemos que la situación es mala. Pero ahora, coincidiendo con la
presentación de su informe anual, el FMI nos ha recordado que el año 2013 no
será especialmente mejor. De los 105 países clasificados por el crecimiento del
PIB esperado para 2013 ocupamos la posición 104. Sólo nos supera Grecia que
decrecería un 4%. No sé qué opinará el Presidente Mariano Rajoy cuando vea a
Uganda en el puesto 23 creciendo al 5,7%. Bueno, imagino que reconocerá que no
somos Uganda.
El punto fundamental es que la previsión para España es un decrecimiento
del 1,3% EN 2013, bastante en línea con lo pronosticado por la mayoría de
analistas, excepto el Gobierno. En efecto, en los presupuestos generales del
Estado para 2013 se supone un decrecimiento del 0,5%. La consecuencia inmediata
sería que los ingresos del año próximo serían inferiores a la previsión, habría
un paro mayor, hasta el 25%, y evidentemente el déficit publico se resistiría a
bajar al 4,5% y se mantendría en el 5,7%. De hecho el FMI no ve el déficit en
la mítica cifra del 3% hasta 2017, tres años más tarde que la previsión del
Gobierno. La deuda pública seguiría creciendo hasta superar el 100% en 2014,
pero ello tiene en cuenta que la banca española requerirá los 100.000 millones
para recapitalizarse. Si al final es suficiente con los 40.000 que se han
comentado, la deuda bajaría 6 puntos sobre el PIB pero superaría el 90%.