Imaginemos una ONG cuyo socio fundador consigue en el breve espacio de siete años generar 21 millones de afiliados para impulsar el activismo y el empoderamiento ciudadano por internet a escala global. Pongamos que, además, entre los referentes del socio fundador se encuentren empresas (hecho curioso) como Apple (ejemplo razonable, aunque sorprendente) y Wal-Mart (una empresa de reputación más dudosa que más bien suele despertar la ira de la mayoría de las ONGs existentes).
Otro caso. Pongamos una entidad dedicada a la lucha contra la pobreza y la reducción del despilfarro de comida (su fundador insiste en poder el énfasis en la palabra “despilfarro”) y que consigue recaudar el equivalente a dos millones de euros mensuales en comida con una plantilla fija de 7 personas y unos 120 voluntarios, trabajando todos ellos con criterios de excelencia profesional (y logística) al alcance de pocas empresas (no digamos de entidades sin ánimo de lucro).
Otro caso. Supongamos un organismo público-privado generado para introducir medidas de mejora de la gestión pública vinculadas a la economía de la conducta (en el ámbito de la salud, de la prevención del fraude económico, del ahorro energético...) y cuyo criterio de funcionamiento básico sea conseguir un ahorro equivalente a diez veces su presupuesto anual (600.000 euros) en un plazo de dos años. Con el compromiso de disolverse caso de no conseguir el objetivo. (Algunos cargos políticos locales deben estar frotándose los ojos en este momento).
Finalmente. Pensemos en unos mercados de intercambio de bienes y servicios donde no se acepta el dinero corriente ni ningún tipo de apoyo público más allá del permiso para utilizar la vía pública para reunir a centenares de personas. Todo ello sin otro proyecto que el de deshacerse de aquellos bienes que no utilizan (ropa de bebé, libros, artículos domésticos…) para conseguir intercambiarlos por otros de mayor utilidad.
Estamos hablando de AVAAZ, El Banco de Alimentos de Barcelona, El Behavioural Insights Team del gobierno británico y los mercados de intercambio de bienes. Ideas que consiguen aportar soluciones diferentes a problemas sociales acuciantes por vías alternativas a las hasta ahora utilizadas. Cuatro ejemplos de innovaciones sociales que se edifican alrededor de variables como el impacto social, la colaboración transectorial, la sostenibilidad económica, la innovación abierta o la escalabilidad y la replicabilidad. Todos ellos ejemplos cercanos, estudiables e implementables. Sólo necesitaremos un poco de voluntad y tiempo. Nada más.
Más información: Antena de Innovación social. Vías hacia el cambio sistémico, de Heloise Buckland y David Murillo. ESADE. 2013
Hay 2 Comentarios
Las iniciativas siempre despiertan mi interés, aún asi no tengo clara cual es su efectividad real, a veces encontramos que algunas ong's de este estilo maquillan sus "resultados" para ganar mas relevancia, aunque ese no debiera ser su objetivo.
Publicado por: cirugia bariatrica | 22/04/2013 10:27:47
En los tiempos que corren vienen bien iniciativas para evitar el despilfarro, sobre todo de comida. También vienen bien algunos consejos para llegar a fin de mes, como los que dan en este artículo:
http://noticiasfavoritas.com/consejos-para-sobrevivir-en-tiempos-de-crisis-y-llegar-a-fin-de-mes/
Publicado por: Alejandro | 22/04/2013 10:13:41