Por Josep M. Lozano, profesor del Departamento de Ciencias Sociales de ESADE e investigador sénior en RSE del Instituto de Innovación Social.
J. G. March, en su reflexión sobre las organizaciones y su dinámica, distingue entre exploración y explotación, y sostiene que un requisito fundamental para la adaptación inteligente es mantener el equilibrio entre la explotación de lo que ya se conoce y la exploración de lo que se puede llegar a conocer. Sabiendo —añado yo— que “conocer” aquí no se reduce a lo cognitivo o meramente intelectual, sino que incluye la acción: es conocer para hacer, en el hacer y desde el hacer.
Si algo ha sido la RSE en los últimos años para muchas personas y organizaciones ha sido exploración. Exploración vinculada a la acción transformadora, que ha generado muchas capacidades dignas de convertirse en explotación, afortunadamente. La pregunta que hoy debemos plantearnos, siguiendo a March, es si en estos momentos la actitud explotadora ha ido ocupando terreno en detrimento de la actitud exploradora, estamos perdiendo el equilibrio entre ambas, equilibrio que el propio March considera fundamental para lo que califica como adaptación inteligente.