Por Jordi Fabregat, director del Executive Master en Finanzas
¡Qué lejos quedan los días en que, mientras subíamos en el ascensor con el vecino del quinto, hablábamos del tiempo y del futbol! Ahora, antes de llegar al segundo, ya discutimos si el Banco Central Europeo bajará los tipos de interés o si subirá la prima de riesgo. Las finanzas y el análisis económico han entrado con fuerza en la vida cotidiana, esperemos que para no volver a salir. Seguramente, muchos errores que todos hemos cometido en el pasado se deben a una excesiva confianza en el sistema y, posiblemente, a una formación insuficiente para la complejidad del entorno financiero. Tanto los particulares como las empresas hemos tenido que adaptarnos a conceptos nuevos para nosotros, como swaps, deflación, consolidación fiscal o stress test. La toma de decisiones siempre ha sido complicada porque necesariamente ha de hacerse en entornos inciertos. Pero en la crisis que se inició en el 2007 hemos visto circunstancias que posiblemente eran demasiado difíciles de prever y de ahí la aparición de cisnes negros.
Entendemos que será vital que, para evitar la repetición de los errores cometidos, se introduzca una formación económica antes de la universidad. La propensión al gasto y al ahorro se define en la época juvenil, y luego es muy difícil cambiar determinados comportamientos. Hemos de conocer bien nuestra capacidad de gasto y de endeudamiento y saber cuándo cruzamos límites peligrosos. Ya sabemos que la problemática española tiene un factor de desapalancamiento general, tanto de los particulares como de las empresas y el Estado. En una época de tipos de interés bajos es demasiado tentador endeudarse sin tener en cuenta que, luego, esta deuda contraída debe devolverse.
Nuestros jóvenes ya están cambiando algunos paradigmas que parecían inamovibles. Y no sólo “pasar” de querer tener un coche. Los que ya hemos superado los cincuenta recordamos la ilusión que de cumplir 18 para poder conducir. Ahora, para desesperación de los fabricantes de automóviles, ya no les interesa tener un coche. Si salen, quieren beber y si pasean, van en bicicleta. Pero también abandonan la obsesión por comprarse un piso. Es mucho mejor alquilar y tener la facilidad de movimiento, en muchos casos indispensable para encontrar trabajo. Es necesario que tengamos un mercado profundo de alquiler de viviendas para tener más posibilidades de reducir el dramático paro que tenemos.
Algunas de estas reflexiones las intentamos compartir con nuestros estudiantes, incidiendo en la importancia de que los directivos actuales tengan en cuenta otros factores al tomar decisiones y no sólo el beneficio económico. Es vital entender la responsabilidad social que tenemos al tomar decisiones financieras y que hay que preservar el capital humano de las organizaciones.
Estamos muy satisfechos con el resultado del ranking de nuestro Master of Science en Finanzas, aunque queda mucho por mejorar y la adaptación de los contenidos y metodologías a los requerimientos del entorno debe ser contínua. Celebrémoslo brevemente y continuemos trabajando.
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