No viene sólo el poder de fuera, sino también de dentro. No sólo de los búnkeres que nos construyen dentro quienes sobre nosotros lo ejercen; sino también de la inspiración, de la razón, de la poesía, de la pasión, el amor, el sentir, el vivir, el corazón, el cerebro, las ideas, las convicciones, los sentimientos que en nosotros se iluminan y generan, las pulsiones de vida que emanan del alma, y siquiera pálidamente la reflejan, nos hacen ser nosotros, estar en nosotros, ser. Y por eso las queremos y las buscamos. Pues no nos conformamos con interpretar meramente el papel para nosotros por otros o desde el poder escrito en la gran obra del teatro del mundo y de la vida; sino queremos ser persona antes y después, por encima y por debajo de nuestro personaje, y escribir incluso nosotros el argumento de la obra y nuestro papel en el mundo y en la vida. No, no nos conformamos por ello y para ello. En ello vivimos.
No ha de extrañar entonces que no le baste a quien aspira al poder total construir un búnker en el interior de cada individuo; sino que ambicione también que nadie más pueda construir nada allí dentro. Ni desde fuera, ni desde dentro. No ha de extrañar, no, que no le bastara a Enver Hoxha – como decíamos en la anterior entrada de la serie de este blog dedicada a la aproximación a la epopeya y el drama de la siguiendo el hilo conductor del proceso de construcción de los búnkeres reflejado en el poema Búnkeres de mi Guía poética de Albania – con construir un búnker en el interior de cada albanesa y cada albanés, hasta que llegue el día que salgan con él adentro del vientre de su madre. No bastaba, ciertamente no: sólo los búnkeres que construye el poder total pueden habitar en el interior de los destinatarios del mismo. Sueña el constructor ese interior como un desierto o una nada habitada tan sólo por sus búnkeres. Habitada, en definitiva, tan sólo por él.
Y sin embargo
Sabe que será más complicado construir
los búnkeres
de dentro
que los búnkeres
de fuera,
sabe que será
lento,
sabe que no será
fácil,
que algunos se darán
cuenta,
que algunos tienen ya
un alma tan grande
que no puede encerrarse
en un búnker,
o están demasiado mal
acostumbrados
a la nefasta tarea
de pensar
y a preguntar por qué,
que algunos creen en la razón
y otros que el corazón
alcanza a ver
las razones que la razón
no alcanza,
y otros creen en Dios
y en la vida más allá
de la vida,
y otros en la libertad
y la justicia,
o simplemente
en el hombre
y en la vida
que no puede ser encerrada
en un búnker,
y hasta algunos son incluso
poetas
que escriben con la vida
en el mundo
y en la vida:
por eso no contempla su Plan
tan sólo
la construcción de los búnkeres
en el interior de todos las hijas y los hijos
de las águilas
que sea posible;
sino también
la contención
y el aislamiento
de quienes no se dejan
encerrar el alma
en un búnker
y hasta intentan incluso
despertar las conciencias
dormidas
de quienes poco a poco
van siendo bunkerizados
por dentro.
¿Qué hacer cuando se sabe eso?. ¿Qué hace quien ambiciona el poder total, quien quiere ejercer totalmente el poder para que su poder acabe siendo total, cuando lo sabe?.
Destruir, aislar, impedir cualquier otro poder que pueda construir en el interior de las mujeres y los hombres sobre los que quiere ejercerlo, cualquier otro edificio o paisaje, cualquier otro mundo que no sea el encerrado en sus búnkeres. Desde fuera, o desde dentro.
Desde fuera, pues no siempre ha sido en las sociedades humanas total o único el poder emanado del control de la fuerza y el monopolio de la violencia organizada, o de las constituciones y las leyes de los hombres, o de su voluntad y acción colectiva. No siempre y no solo ha emanado de las mujeres y los hombres el poder; sino también de Dios. De Dios, de sus mandamientos y sus leyes en el cielo; y de sus representantes en la Tierra. De Dios, cuyo poder y reino no es solo de este mundo, ni solo sobre él y sobre la vida se ejerce; sino también sobre la que hay más allá de la muerte. Y por ello frente a él ni siquiera la muerte o la vida, lo que a ella o en ella hacerse pueda, puede resultar amenaza.
Por ello,
La primera medida
es decretar constitucionalmente
la inexistencia de Dios:
Albania será con orgullo
el primer Estado
confesionalmente ateo
de la Historia;
destruidas sus iglesias
ortodoxas y católicas,
sus mezquitas y teke,
o reconvertidas en gimnasios,
en escuelas,
en depósitos de armas
o en almacenes de trigo,
cortadas las barbas blancas
de sus imanes y obispos
o cortadas también sus cabezas
y desterradas las circuncisiones
y los bautismos
a las catacumbas,
declarados el Evangelio y el Corán
libros prohibidos
quemados en las hogueras
de las plazas mayores
y desterrados sus sacerdotes y hoxhas
a la prisión
o a la tumba:
Dios no existe,
y la religión no es ya
el opio del pueblo:
es palabra del Gran Líder,
y no de Nietzsche,
ni de Marx,
ni de Dios;
y así lo mostró
el pabellón del ateísmo
del Museo Nacional de Historia
de Tirana.
No solo se ha dado históricamente en Albania esa pugna, esa tensión entre poder civil y poder religioso: está presente de una manera u otra en las sociedades humanas desde que en ellas ambos poderes conviven, desde que el poder civil emerge y se afirma frente al religioso, desde que las ideas se erigen frente y junto a las creencias como motor de la Historia. Refleja de alguna manera una tensión inherente a la naturaleza del ser humano, entre lo terrenal y lo trascendente. Mas ha sido el albanés el único Estado en la Historia en declarar constitucionalmente la inexistencia de Dios.
Constitucionalmente, en efecto, pues la Constitución albanesa de 1.976 establecía en su artículo 37 que “el Estado no reconoce ninguna religión, y promueve el ateísmo para implantar una visión del mundo materialista en el pueblo”. Y en consecuencia con ello, el Código Penal albanés de 1.977 impuso penas de prisión de tres a diez años por “propaganda religiosa y producción, distribución o posesión de literatura religiosa". Y un Decreto estableció que los nombres de inspiración religiosa islámica o cristiana – fueran de santos, profetas o cualquier otro inspirado en las escrituras – no eran conformes con los estándares políticos, ideológicos y morales del Estado; y por ello los ciudadanos que los tuvieran debían cambiar de nombre. Muchos adoptaron nombres históricos o antiguos – como si en España proliferaran repentinamente, por poner un ejemplo, los Viriatos o las Gala Placidia, y desaparecieran los Manueles y los Josés, las Marías y las Isabeles – o nombres inventados o que expresaban conceptos abstractos o ideales – de ahí la proliferación de los “Ilir”, que en albanés significa “libre”-. El Estado, de hecho, publicaba regularmente una lista de nombres paganos, históricos, simbólicos o inventados que se consideraban apropiados. Y consecuente y correlativamente cambiaron también de nombre las poblaciones que tenían nombres de santos o con connotación religiosa, o las calles, o cualquier otro edificio o lugar público.
Si bien en 1976 se consagró en la Constitución el dogma de la inexistencia de Dios, no empezó entonces la campaña de promoción y predicación del ateísmo, sino en 1967, como parte de la Revolución Cultural, que en la estela de la de Mao, Hoxha puso en marcha, que contempló como parte esencial de la misma la erradicación de las creencias religiosas como manifestaciones de atraso y superstición que debían ser arrolladas por la modernidad, contemplando ésta así mismo otras políticas como la promoción de la situación de la mujer, la reducción de la Administración o esas experiencias de trabajo en el campo que se invitó a tener a los miembros de la Asociación de escritores, que Kadaré recoje en una de sus novelas. No le faltaron a la Revolución Cultural sus guardianes rojos, que promovieron campañas ateístas, destrozando iglesias, tekes o mezquitas o quemas de libros sagrados.
Desapareció así cualquier muestra de culto público, y la práctica de la religión arrinconada en las catacumbas de la clandestinidad. O simplemente amputada de cualquier manifestación, pues incluso dentro de la familia existía el miedo a la delación, siquiera fuera involuntaria, de los niños.
Y fueron destruidas numerosas mezquitas, o tekes bektashíes, iglesias católicas u ortodoxas, o sinagogas, mandatada por decreto la supresión de sus minaretes o campanarios, conservándose intactas tan solo algunas en consideración de su valor cultural o histórico, como la mezquita Ethem Bey en la Plaza Skanderbeg de Tirana, que, construida en el siglo XVIII, constituye un caso singular, posiblemenete único, de sincretismo, al reflejar sus frescos, que recuerdan la estética de los que podríamos encontrar en la época al otro lado del Estrecho de Otranto, no solo motivos geométricos, sino también ciudades o jardines o bosques o frutos, sin duda uno de los edificios icónicos y referenciales de la capital.
O fueron reconvertidas para ser utilizadas como granero, cuartel, depósito de municiones o pabellón deportivo. A tienen el caso, a modo de ejemplo, de la catedral católica de Shkodra, la más grande de los Balcanes: quien la visite podrá ver en ella las fotos de cuando fue Palacio de los Deportes, canchas de baloncesto o saltos de potro en su interior, su exterior con el campanario derribado – como se nota en el diferente estilo del actual reconstruido – y sus fachadas revestidas.
O, por poner otro ejemplo, visite quien quiera hoy el lago de Ohrid, poblado por albaneses a una y otra orilla, sin embargo unos ciudadanos de Albania y otros de la Antigua República Yugoslava de Macedonia. Le sorprenderá tal vez que en el lado macedonio proliferen los monasterios ortodoxos – declarados por la UNESCO patrimonio de la Humanidad, e importante foco de atracción turística – y no haya ninguno del lado albanés. Mas no era así, no era tal la diferencia entre uno y otro lado del lago antes de que en Albania se declarara constitucionalmente la inexistencia de Dios: ese vacío, esa diferencia, esa ausencia de las iglesias de Dios a una de las orillas del Lago es fruto de ella.
Destruidos, también, o exiliados, encarcelados, ejecutados, reeducados o reconvertidos los sacerdotes católicos, los popes ortodoxos, los imanes musulmanes o bektashíes, los rabinos, los religiosos y religiosas, cualquier miembro de una iglesia o comunidad religiosa organizada, cualquier persona que pudiera dedicar su vida a Dios, o representarle en la Tierra, o creer en él o en sus mesías y profetas. Despojados de sus hábitos, en ocasiones humillados. Oí contar durante mi estancia en Tirana la historia de un sacerdote que, siéndole solicitadas sus alegaciones por el tribunal que le juzgaba, repuso que no tenía sentido hacerlas, pues dentro o fuera de la cárcel iba a estar en cualquier caso en una prisión.
Destruidos también los coranes y las biblias, los crucifijos, los rosarios, los iconos, las imágenes religiosas, cualquier objeto a través del que pudieran hacerse presentes en las vidas de las mujeres y los hombres nuevos Dios y sus profetas, sus vírgenes, mártires o santos.
Desterrados, o catacúmbicamente clandestinos, los matrimonios religiosos, los bautizos, las circuncisiones, las misas u oficios religiosos, las oraciones, el ayuno del Rabadán o la Cuaresma, los alimentos o las bebidas prohibidas, que mil ojos vigilan como posibles signos de falsa conversión al ateísmo.
Conversión al ateísmo, sí: la Albania de Enver Hoxha no fue solo el único Estado en la Historia en declarara constitucionalmente la inexistencia de Dios; sino también en promover proactivamente, misionalmente, proselitistamente, la creencia en ella. Confesionalmente: con la misma pasión, el mismo sentido de misión histórica, de mandato trascendente que ha alentado la fundación de las grandes religiones, convirtiendo o reproduciendo tal vez, subconsciente o inconscientemente, en el negativo las mismas exigencias que en el positivo, en el reverso la misma ambición y pasión que en el anverso, de algún modo con esa pulsión por reproducir su discurso de las religiones de Dios en los nuevos discursos cosmogónicos que pretenden reemplazarlo tras la muerte de Dios, que tan bien nos describe George Steiner en Nostalgia del absoluto.
La fe, la convicción, el dogma; mas también la razón, la explicación, la narrativa, el discurso cosmogónico, el catecismo o la Biblia. Necesita toda fe, todo dogma, de sus sagradas escrituras y sus ritos, sus explicaciones para niños y para adultos, signos, muestras y razones de la verdad revelada, en revelación. Que hagan la verdad verdad, como si no pudiera ser ninguna otra.
De su palabra (no-de-Dios, en este caso), y de su imaginario simbólico, su escenificación o representación: a tal propósito debió responder el pabellón del ateísmo del que se dotó el Museo Nacional de Historia de Tirana desde su inauguración en 1.981, que lamentablemente no podemos ver ya, pues fue suprimido tras la caída del comunismo. Lamentablemente, para cualquiera interesado en una escenificación única en la Historia, y para el interés y atractivo turístico de Albania, pues no hubieran faltado turistas ni faltarían hoy interesados en visitarlo.
Era la Albania que decretó constitucionalmente la inexistencia de Dios un país aislado del mundo: por eso pudo hacerlo. Mas también un país olvidado del mundo: difícilmente podría de otro modo explicarse que no fuera hasta 1.983 que la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en su reunión anual en Ginebra, considerara que el artículo 37 de la Constitución albanesa de 1.976 era incompatible con la libertad religiosa como derecho humano universal y con la Declaración para la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación basadas en la religión o en las creencias, tratando la opresión religiosa en Albania en sus debates a solicitud de Dinamarca.
Palabra, difusión, predicación del ateísmo que ha tenido y tiene sus efectos, perceptibles todavía hoy: no en vano es hoy Albana uno de los pocos países con un grupo significativo, aunque minoritario, de ateos convencidos; un país donde no es difícil encontrar y conocer a quien se declare convencidamente ateo. En el que en el reciente censo de 2011, el primero desde 1.939 en que se ha preguntado a la población por su creencia o adscripción religiosa, un 2,5% de la población – 69.995 personas – se ha declarado atea. O tal vez tenga que ver con esa experiencia que Albania sea considerada por el informe Gallup de 2010 como el treceavo país menos religioso del mundo, en el que solo para el 39% de los albaneses la religión tiene un papel importante en su vida.
Pues Albania es, por esencia y supervivencia, un país fundamentalmente secular
Hay 13 Comentarios
COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años
Publicado por: Joaquin Gorreta | 27/10/2013 2:23:32
Mezclar hechos y construir mentiras. ¿Dónde y cuándo se ha constatado que las religiones -los hombres que las encarnan- favoreciesen la convivencia entre los seres humanos? El correlato necesario de la religión es la segregación, la crueldad y la violencia hacia el ser humano. No se ha visto nunca, ni se puede ver, que de la religión salga nada que se parezca a la democracia o a la verdad. Luego de su contrario....
Publicado por: Carmides | 31/07/2013 10:37:26
" No ha de extrañar entonces que no le baste a quien aspira al poder total construir un búnker en el interior de cada individuo; sino que ambicione también que nadie más pueda construir nada allí dentro." Hemos conocido y conocemos a quienes aspiran al poder total. Son seres TAN ENFERMOS, ya tienen tal grado de locura, que cuando se estrellen contra sus propios fracasos, posiblemente alguno vaya a recoger los restos de esa masa gris tan densamente deteriorada.
Publicado por: Beatriz Basenji | 27/07/2013 2:04:55
Hola, amigos. Si por lo menos con tanto ateísmo hubiera ganado el hombre... Pero ni eso: los más decididos dictadores en contra de la idea de Dios, acabaron erigiéndose ellos como dioses absolutos, llenándose de dinero los bolsillos, reprimiendo sin piedad a los conciudadanos, aislando al pobre país para que no se entere nadie de la miseria en que viven, etc., etc. Así pasó en la Rusia Soviética, en la Albania de Hoxa, en la Corea del Norte de Kil il Sum, etc. Los que quieren acabar con Dios no es para favorecer al hombre sino para favorcerse ellos. Así ha sido y así sigue siendo.
Publicado por: Francisco Tostón de la Calle | 26/07/2013 15:23:00
Quiero dar la gracias a Manuel Montobbio por habernos aportado un trabajo como este. Lo he leído con gran atención. Yo soy creyente en Cristo Jesús, soy un pastor evangélico español. La existencia de Dios en mi vida se me hizo real, un día, una tarde, en Madrid, cuando escuché un sermón en una pequeña iglesia Bautista, en el Barrio del Pilar. Sentí un gran impacto en mi interior cuando el mensaje apuntó a mi pecado. Nunca antes había sentido tal cosa. Hice una aceptación de recibir a Cristo como mi salvador y al día siguiente, yendo al trabajo a la calle Velázquez, don había una sucursal de SEAT, sentí que en mi interior estaba viviendo un poder y un gozo que me resultaban indescriptibles. Para mi no tiene ninguna importancia que se decrete constitucionalmente la inexistencia de Dios, yo se en quien he creído y se que ese ser es poderoso para guardarme y darme fuerzas para vivir creyendo en él, con o sin el permiso de las autoridades. Porque si vivo para él vivo y si muero, para él muero; entonces, sea que viva o que muera, soy de él.
Publicado por: Máximo Álvarez Alvelo | 21/07/2013 21:26:41
Las religiones son buenas separando, creando guetos, polarizando a las sociedades y generando fanatismo con todas sus calamidades derivadas de él.
El Estado no debería combatirlas, pero tampoco fomentarlas, o protegerlas y muchísimo menos financiarlas con el dinero de todos los ciudadanos.
Es tan absurdo declarar legalmente la inexistencia de Dios como dar por cierta su existencia.
Publicado por: Ale | 21/07/2013 7:41:56
Se recuerda que buena parte de las constituciones en el mundo, SON LAICAS, es decir la mencion a una religion o dios, esta excluida POR LEY, esto debido a que podria provocar enfrentamientos y luchas de poder entre los diferentes credos existentes; se recuerda tambien que buena parte de ateos "convencidos", lo son por la razon, no por influencia de una doctrina del gobierno, que son mas numerosos que lo que señalan las estadisticas, pero prefieren no hacerse lios con las comunidades donde son minoria, y por razones de empleo, educacion, y relaciones sociales; y si, es un componente social basico de dominacion(junto al sistema educativo, comunicacion, y milicia), eso lo señala Althuser.
Publicado por: ramiro zamora a. | 20/07/2013 18:30:59
Para Ti "Moneda local" y para todos los que creeis pensar de similar frma: ...¿Hasta cuando seguireis traspolando la realidad religioso-política de España a los demás países? Yo he tenido "la suerte" de la vida de vivir en países donde no existe ni la realidad que tuvo Albania ni la de España. Entonces...¿dime?...¿en que puedes basar tu "razonamiento" si tu no tenido esas experiencias de vida? No des lugar en tu mente/alma a la posibilidad de que los que SÍ creemos en Dios somos gente sin criterio propio! ¿No te parece, "torero"?
Publicado por: santiago marquez perez | 19/07/2013 23:06:26
Pienso que el comentario de "Moneda Local" es incorrecto. Las religiones son necesarias para muchas personas. Gentes que no tienen el coraje para sentirse solos ante la vida. Necesitan normas y modelos externos que les ayuden a guiar sus vidas internas y relaciones con la sociedad.
Desde la época de las cavernas existen "ungidos" que se han encargado de esta necesidad de los débiles.
Hoy, si las religiones no existieran, alguien debería de crear una, para que ayude a vivir a los que la necesitan.
Publicado por: Jorge BV | 19/07/2013 16:10:23
Sr. Montobbio, de que supone , entonces,que se llenen los cuerpos, y se nútra a actividad de los hombres. Cual debería ser entonces el punto de encuentro entre personas, estados y naciones, u nítidamente. Que une lo humano, cree usted en la los derechos humanos universales.?
Publicado por: HéctorOziel | 19/07/2013 14:43:00
Mediano de nueve, en una familia del pleno fascismo, con buen@s herman@s por encima y por debajo, con varios consagrad@s a la religión como representantes de DiOz, con alguno de Éll@s, rechazando la categoría de obispos, aún considerándose con humildad, y considerándolos las grandes "cabazas", yo muy pronto comprendí, la idiotez de todos Éllos, entendiendo por ello, que solo los AteAz-Oz , (los que vivían en los OrRigenEz en la puerta del sitio de la dio(ZA), después los que no creían en el espíritu-ruah importado; a mi lado eran los únicos creyentes verdareros, así entendí perfectamente, cual razón tenía carlos el Marx, al contar sobre el opio del pueblo, lo mismo que sus contrarios, cuando esta razón ya no era suficiente, a la juventud se le drogaba para que nunca fuera Élla, la necesaria revolución, contra estos idiotas chupócteros, que predican el quietismo ó la salvación en el más AlLa, mientras ellos a cambio de estos favores a sus horribles señores, viven como diozEz...
Publicado por: PaAskoAl | 19/07/2013 12:29:00
Por esa regla de tres, creo que la mejor Constitución sería la que prohibiera pensar, y solo amar al que manda, ya sea bajo tierra (al topo) y o sobre tierra (al buitre)... y todo en paz y en las nubes gloria. ¡Ah, y que no se olviden de las hienas, que son muy buenas amigas de la carroña y de la camorra¡
Publicado por: RAMÓN | 19/07/2013 11:42:04
Pero que hace este tio escribiendo aquí, en el pais un periodico de izquierdas, cualquier persona o institución de izquierdas, deberia se mas consecuente y prohibir la mencion a Dios en todos los contextos en los que se persigua su publicidad, dar formato de autenticidad a cualquier religión, porque a pesar de no se comunista y quedarme un poco lejos eso de que la religión es el opio del pueblo, y demás zarandajas, lo cierto es que la religión es como se dice aquí una SUPERSTICIÓN y como tal tiene que se controlada, y mas teniendo en cuenta el inmenso poder de la religión aún en esta sociedad encaminada a la cultura, de hoy día. La religión ya es bastante apoyada por las instituciones que durante siglos y milenios, se apoyaron en ella para abusar y despojar al común de los mortales o sea yo, de todo lo despojable.
Publicado por: MONEDA LOCAL | 19/07/2013 9:37:35