Nos preguntábamos cuáles son las bases, las ideas subyacentes en que se fundamenta el relato occidentalista, cuáles sus consecuencias e implicaciones al finalizar Occidentalismo: los argumentos del relato, la anterior entrada de la serie que en este blog estamos dedicando al occidentalismo, en la que analizábamos los elementos del discurso o relato occidentalista, fruto de la inversión del relato cosmogónico occidental que caracteriza al Occidentalismo, como señalábamos en la entrada inicial así titulada.
Preguntas cuya respuesta procede abordar sosteniendo que el occidentalismo se fundamenta en una visión maniquea según la cual el progreso y el desarrollo, el gran salto adelante realizado por Occidente a partir de la Revolución Industrial, se basó en un espíritu científico de averiguación de la causa y efecto de las cosas que habría llevado al hombre al dominio de la naturaleza y la técnica, a la creación y la producción, a la transformación del mundo, sí, pero también de sí mismo, de ese contacto con el espíritu y con Dios, con lo trascendente, propio de las sociedades agrarias, afirmando una secularización que aparta a Dios de la economía y de la política para dejarlas en manos de los hombres.