SANTA: EL CONCEPTO ¿Por qué alguien medio normal querría vivir en el Polo Norte sobre un montón de placas de hielo flotantes? O quedarse despierto toda la noche volando por el cielo distribuyendo regalos a niños de dudoso mérito? Hay un punto en el que el altruismo se vuelve enfermizo. O bien es un siniestro encubrimiento para una estafa internacional; un hombre sin domicilio plausible, sin ninguna fuente aparente de riqueza, baja por la chimenea después de la medianoche, mientras que los decentes ciudadanos, respetuosos de la ley, están metidos en sus camas ¿no es esto, al menos, motivo de alarma? Ilustración del libro The Twelve Terrors of Christmas, Edward Gorey & John Updike.
Solo unos dedos virtuosos, repletos de anillos, que no podían parar de moverse, de hacer puzzles, de coleccionar todo tipo de objetos extravagantes y que nunca contestaban el teléfono (a no ser que siguieses la claves secretas de comunicación), podían dar al mundo más de un centenar de libros ilustrados, entre ellos The Gashlycrumb Tinies, The Doubtful Guest y The Wuggly Ump; y un remarcable número de ilustraciones para publicaciones como The New Yorker y The New York Times, y para una gran variedad de autores, como Charles Dickens, Edward Lear, Samuel Beckett, John Updike, Virginia Woolf, H.G. Wells, Florence Heide y muchos otros.
Edward St. John Gorey (Chicago, 1925 - Hyannis, 2000), nunca tuvo un aprendizaje artístico formal, salvo un semestre en el Chicago Art Institute, o la influencia de su abuela Helen St. John Garvey, una popular artista y escritora de felicitaciones, y de su madrastra Corinna Mura, aquella cabaretera que nos deleitó con La Marsellesa en el Rick's Café de Casablanca. Quizás esta falta de rumbo y definición en muchos aspectos de su vida le llevó a experimentar, a arriesgar y a ser tan peculiar como ocurrente, original y único; “Si estás haciendo un disparate, tiene que ser algo horrible, porque si no fuera así, no tendría sentido. Estoy tratando de pensar si existe un disparate soleado, un soleado y divertido disparate para los niños, ¡oh!, qué aburrido, aburrido, aburrido. Como dijo Schubert, no hay música feliz. Y es cierto, en realidad no la hay, y probablemente no hay disparates felices tampoco.”
EL ARBOL DE NAVIDAD ¿Supongamos que pierde el equilibrio bajo el peso de los adornos en forma de bombas? ¿Supongamos que alberga termitas que emigran a los muebles? Hay algo horrible en un árbol, que se encontró a la intemperie y se abandonó a su suerte en la sala de estar, con un montón de extremidades con parálisis y una peluda, y esa desalmada sangre fría. Por la noche, se le puede oír crujir y sorber el agua de la cubeta. Ilustración del libro The Twelve Terrors of Christmas, Edward Gorey & John Updike.
The Twelve Terrors of Christmas (Los doce terrores de la Navidad), escrito por John Updike e ilustrado por Edward Gorey, fue un éxito instantáneo para la Gotham Book Mart. En 1993, se publicó simultáneamente una edición de lujo de 126 ejemplares de tapa dura y una edición limitada de 500 copias (de bolsillo). Este libro resultó ser tan popular que en 1994 una primera edición comercial fue publicada en envoltorios de color verde pálido. The Twelve Terrors of Christmas siguía siendo tan aclamada que, en 2006, Pomegranate editó una reimpresión de tapa dura (con cubiertas verdes) que todavía está disponible. Un sencillo y agudo recopilatorio, lleno de un humor sarcástico e inquietante, ideal para todos los que nos vemos atrapados por el estrés de la fiestas navideñas y queramos añadir una nota cómica y oscura a estas luminosas tradiciones invernales… Porque, ¿de qué sirve el humor si no es para cuestionarnos a nosotros mismos?
MIEDO A NO REGALAR SUFICIENTE Conduce a los mareos en los centros comerciales, a las fracturas de pie en las escaleras mecánicas, al esguince de pulgar y de muñeca durante la manipulación de paquetes, a las lesiones faciales y de ojos en los autobuses embotados de gente y a la sensación de desorientación y de empobrecimiento inminente. Ilustración del libro The Twelve Terrors of Christmas, Edward Gorey & John Updike.
Las historias ilustradas y dibujos de Gorey, con su aire desdichado y tenebroso, enmarcados en las épocas victoriana y eduardina, tuvieron un seguimiento de culto desde su origen, pero Gorey llegó a ser mundialmente conocido a través de su introducción animada a la serie de la PBS, Mystery! en 1980, y por sus diseños para la producción de Broadway de Drácula en 1977, con la cual ganó el Tony Award al Mejor Diseño de Vestuario y fue también nominado para el Mejor Diseño Escénico.
Gorey dejó la mayor parte de su patrimonio a un fondo de caridad en beneficio de los gatos y los perros, al igual que otras especies, incluyendo los murciélagos y los insectos, dejando así constancia de su amor a los animales y su poco interés por los humanos.
SANTA: EL HOMBRE Holgada barba de nylon, una mueca en la cara, traje rojo barato, extraño olor a borracho cuando te sientas en su regazo. Si es un pez gordo ¿por qué está desempleado durante once meses al año? Hay algo aterrador y fuera de tono en él, como uno de esos payasos de Stephen King. Ilustración del libro The Twelve Terrors of Christmas, Edward Gorey & John Updike.
Imágenes del libro The Twelve Terrors of Christmas, cortesía de Goreybooks. Los derechos de todas las ilustraciones pertenecen a Edward Gorey, Edward Gorey Charitable Trust o al editor.
Hay 3 Comentarios
¡Ah, menudo regalo navideño! Desde los años 70 Gorey nos obsequió con tres tomos de surrealismo macabro que son básicos para entender la ilustración underground contemporánea, pero que además remite a iconografías más familiares para el gran público (sí, por supuesto, Tim Burton). ¡Hay que paladearlo!
http://panicattic.blogspot.com.es/2012/09/amphigorey.html
Publicado por: malaparte | 26/12/2013 13:44:55
¿alguien ha visto alguna vez a un niño confiado y sonriente mientras se sienta en el regazo de Santa Claus o de algún rey mago? ¿no es inquietante pensar que un desconocido entrará, con nocturnidad y alevosía, en el refugio familiar aprovechándose de que todos duermen?
Publicado por: Klisman | 26/12/2013 12:50:37
Por fin se ve la luz al final del túnel, y esa voz que siempre se la quiere acallar, se cuela por la rendija y dice lo que muchos muchos muchos están deseando de gritar, ..........nos quedamos con las luminosas tradiciones invernales, todo lo demás, ya queda obsoleto, y ha llegado el momento de que necesita un cambio.
Publicado por: Biolonchelo | 25/12/2013 21:26:44