Graciela Mochkofsky

Por qué ya no importa la corrupción en América Latina

Por: | 28 de enero de 2012

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Todos los fines de año desde 1995, la ONG con sede en Berlín Transparencia Internacional difunde su Indice de Percepción de la Corrupción, un ránking en el que casi todos los países del mundo (en el último, de diciembre de 2011, fueron 182) son calificados con puntajes de cero a diez según el grado de corrupción en su sector público.

Diez equivale a la ausencia de corrupción. Cero, a la corrupción absoluta. Por supuesto, ningún país obtiene nunca un cero o un diez.

Lideran el ránking, por lo bajo, los países más corruptos. En estos países, la publicación del índice suele provocar que, durante algunos días, el tema se instale en el debate público --al menos, en el que ocupa a los medios de comunicación--. Aparecer abajo fastidia, naturalmente, a los gobiernos de esos países, y entusiasma a los que, como Nueva Zelanda o Dinamarca, viven en lo más alto de la lista. Por lo general, los de abajo suelen quedarse abajo y los de arriba suelen quedarse arriba, y los que están en el medio pueden decir que subieron algún escalón u ofuscarse porque lo bajaron.

Pero ¿para qué sirve, realmente, este índice?

Un ejecutivo de una ONG latinoamericana que difunde el índice de Transparencia Internacional en su país y que participa de los debates sobre su confección me explicó que “siempre hubo críticas metodológicas internas y externas”, y que él mismo piensa que tiene muchas fallas. Por ejemplo:

-Como la metodología de confección cambió a lo largo de los años, no se puede comparar un año con otro, aunque uno de los mayores atractivos de tener un índice anual desde 1995 es, justamente, decir que el país tal mejoró o empeoró y es lo que se hace, inevitablemente, cada vez que se difunde un nuevo índice.

-El ránking está hecho en base a sondeos que Transparencia Internacional no hace ni maneja; en cambio, confía en lo que le dice un manojo de organismos internacionales –el Banco Mundial, el Asian Development Bank, el African Development Bank, la Fundación Bertelsmann, Freedom Bank, la unidad de inteligencia de The Economist, entre otros—que reflejan la opinión de sus expertos. De una simple mirada al listado surge la conclusión inevitable (esta es mi opinión, no la del ejecutivo) de que se trata de expertos con una visión más o menos homogénea (y parcial) sobre cómo se hacen las cosas en el mundo. En algunos casos, se pregunta a hombres de negocios que tienen contratos con el Estado acerca desu percepción sobre la corrupción, pero nunca se les pregunta sobre su conocimiento directo (parece que nadie quiere autoincriminarse).

-El ránking, por tanto, sólo se ocupa de la corrupción de los funcionarios públicos, pero no de su contraparte, el sector privado.

-No incluye los resultados de otro índice de Transparencia Internacional, el Barómetro Global de Corrupción, un masivo sondeo mundial que refleja la opinión de los ciudadanos: encuestadoras internacionales preguntan a miles de personas en el mundo cómo perciben la corrupción pequeña (la que afecta sus vidas día a día, como el pedido de coimas de funcionarios o policías) y la corrupción grande (negociados en el Estado).

Entonces, ¿para qué sirve este índice de corrupción o cualquier otro del mismo tipo?

“Su función es la creación de conciencia: que el problema existe –replicó el ejecutivo--. El cambio en términos de transparencia y control pasa por el costo político que tiene la corrupción. Pero si no hay conciencia pública, no se convierte en un tema de la agenda política y no influye en el voto como premio o castigo a los funcionarios”.

El principal problema, abundó, es justamente que la corrupción no es ya un tema de debate público central en América Latina.

Y como a la gente no le importa, a las ONG que viven del discurso de cambiar las políticas públicas, se lamentó, “no nos dan pelota”.

***

El ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti lamentó esta semana esa falta de interés en una columna en el diario La Nación de Buenos Aires: "Decía Fernando Henrique Cardoso hace unos días, en una conferencia en Punta del Este, que estamos viviendo en América latina una suerte de anestesia, que obtura la sensibilidad frente a los fenómenos de corrupción o de ilegalidad". Para Sanguinetti --que encuentra pruebas de este desinterés en ejemplos muy particulares y discutibles, que más parecen destinados a atacar a la izquierda por otros motivos--, ello se debe a la bonanza económica de la región.

Dos argumentos en contra de esta conclusión: 1) en 1997, durante tiempos de bonanza en la Argentina --un año antes de que comenzara la recesión que terminó en la crisis de 2001--, la corrupción figuraba en las encuestas como una de las primeras cinco preocupaciones de los argentinos y 2) la agenda de los ciudadanos, a los que preocupa mucho la inseguridad, el desempleo, la pobreza y la educación (preocupaciones que no parecen derivadas de la "bonanza") y luego, también, la corrupción.

En América Latina conviven hoy dos convicciones colectivas, según la exhaustiva encuesta continental que hace cada año la consultora Latinobarómetro, con sede en Chile:

1. que hay corrupción en el Estado y en las sociedades:

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2. que la corrupción no es uno de los principales problemas que afectan a los ciudadanos:

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¿Por qué la corrupción en el Estado ya no es un tema considerado crucial? Una hipótesis: porque en los años '90, con la adopción del neoliberalismo, reformas de mercados y privatizaciones en la mayoría de los países, los ciudadanos percibían que sus gobernantes llegaban al poder para enriquecerse, como motivación casi exclusiva. Hoy, la percepción es diferente; la crítica más frecuente (que divide a las opiniones públicas de varios de nuestros países) es contra gobernantes que buscan concentrar poder o perpetuarse, pero no se percibe que el enriquecimiento sea su objetivo central.

O tal vez hayamos caído en el cinismo.

***

Ya a fines de 2004, el diplomático y experto en temas de corrupción Francisco Nieto argumentaba en la revista Nueva Sociedad que

"Sin menospreciar los avances alcanzados, está claro que luego de una década de anticorrupción priorizada, se ha llegado a una encrucijada que impone propuestas novedosas que surjan de una ecuación que pondere equilibradamente las capacidades reales del Estado para asumir competencias anticorrupción; las posibilidades efectivas de los actores sociales para participar efectivamente en ellas; y los escollos o ventajas que en el mundo internacional encuentra la corrupción. Desde esta perspectiva se ve claramente que la anticorrupción no es un objetivo en sí mismo, sino un componente dentro de una estrategia general de gobernabilidad nacional. (...) 

Un tema que resultará complicado, pero necesario abordar, es el de la doble moral internacional. En ese sentido se deberá hacer un esfuerzo suplementario para sancionar con mayor rigor al sobornador transnacional; se deben encontrar fórmulas para limitar el espacio que ofrecen los paraísos fiscales y bancarios. En fin, se debe compartir la responsabilidad por la corrupción, más allá de limitarse a una cooperación internacional, que en la mayoría de los casos siempre se dirige a las mismas ONGs con los mismos planteamientos. 

Sería muy conveniente moderar el optimismo con los llamados códigos de ética, que se han convertido en el catálogo de lo imposible y han producido un marcado descreimiento popular. En ese sentido es muy conveniente superar el discurso del «deber ser» imposible, y concretar posibilidades a los ciudadanos a fin de que tengan «cómo poder ser». Con este objetivo las estrategias anticorrupción en el futuro deberán prestar atención prioritaria a la formación ciudadana para producir una verdadera participación y el surgimiento de estrategias locales. 

***

Hace unos años, durante una cumbre de Estados Unidos, Brasil, Argentina y Paraguay (152 en el ránking de Transparencia Internacional) en la Triple Frontera, pregunté al delegado paraguayo, Oscar Cabello Sarubbi, sobre una de las conclusiones del encuentro: la corrupción de las autoridades y fuerzas de seguridad era una de los principales obstáculos en el combate contra el crimen. Paraguay se había vuelto un sinónimo de ella: un Estado que durante años había organizado el contrabando de todo tipo de mercaderías, protegido a criminales internacionales o provisto nuevos documentos para automóviles robados en otros países del Mercosur.

Cruzábamos en un catamarán de Ciudad del Este a Foz do Iguazú o de Puerto Iguazú a Foz do Iguazú --ya no estoy segura--, el aire era tan húmedo y caliente que se sentía como algodón empapado, y el delegado, que estaba por irse a Australia como embajador de su país, sonrió con expresión de sabiduría. La corrupción, filosofó, “es un problema, pero no tenemos que centrar todo en ella”; es sólo “uno de los componentes de culpabilidad".

Lo miré con intriga. Completó: "La corrupción es como el pecado --me dijo--. ¿Quién no peca?”

Hay 47 Comentarios

Gracias por tan interesante articulo con el cual estoy de acuerdo; mucha gente en mi país Ecuador dicen: "que roben con tal que hagan obra" ; como dicen ustedes el cinismo ya es pan de cada día; Nuestro gobierno se ha destacado en estos últimos 7 años por ser el más corrupto de la historia; narcotráfico, corrupción y el terrorismo aun guardado pero listo para enfrentar al pueblo el momento que se está por llegar del levantamiento del pueblo contra el gobierno abusivo de CORREA

Estoy deacuerdo por decir que la notacion de los paises en el indice de percepcion de la corrupcion es perfectible, pero un tema como este es tan complejo! las opacidades gubernamentales solo pone de relieve la exsitencia quasi automatica de corrupcion en todos los paises del mundo. En mi opinion lo que pasa es que en algunos paises, la corrupcion es tan bien implanteada que parece pertenecer a los fundamentos del pais. Si un pais se ofusca porquer tiene un indice revelador de alta corrupcion, es que se tiene une voluntad de oclutar la realidad y mantenerse con este systema subterraneo.

Es imposible que países como Irán, Malasia o Corea del Sur figuren en la lista como bastante corruptos. En estos países delinquir es demasiado peligroso (especialmente entre aquellos que ostentan cargos públicos) como para que no sean considerados países poco corruptos. Este mapa es una falacia, y de las gordas.

Uy sí, sergio, tus antepasados expulsaron a los españoles después de exterminar a los indígenas de la argentina. Brillantísima historia militar, pero no contestas la pregunta de javi, ya hace 200 años, y vosotros qué?

Con relación a la corrupción, veo que algunos foristas españoles no aceptan la realidad y que por desgracia me atañe como nieta de españoles e italianos. Mi opinión es que hay algo en el geotipo de los latinos, sobre todo de estas nacionalidades que hacen que sean más desordenados y con tendencia a la corrupción, en comparación con los anglosajones y germanos. Desgraciadamente esto se ha potenciado por estos lados.
Esta es una percepción que tengo, que por supuesto no basada en un estudio metodológico.
Espero que a diferencia de la estrofa de la canción de Serrat ´....nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio...´, en este caso nos concienticemos y tenga remedio.

Precisamente señor Sergio Carioni. ¡Por ser este espacio abierto y libre, usted no debe acapararlo!. No solamente en este blog los foristas pedimos a este señor que si está tan interesado en divulgar sus conocimientos y/o opiniones abra su propio blog. De lo contrario es una falta de respeto a los demás.

En Europa, Norteamérica y en todos esos países que ocupan losprimeros puestos en las listas de Transparency International, pocos problemas resultan más insidiosos que la corrupción. Contemplarla en toda su extensión, en todas sus ramificaciones y efectos escapa generalmente a la capacidad de los ciudadanos corrientes. En los lugares en que aún los valores de la honradez personal y la probidad pública gozan del aprecio social, los comportamientos corruptos buscan vías subrepticias para no llamar demasiado la atención. Cuando un escándalo es revelado por la causa que sea ( como han sido en España los casos de los ERE de la Andalucía socialista o del cohecho impropio del juez Garzón), la indignación cunde en una forma u otra, aunque en no pocas ocasiones su reconocimiento vaya por barrios políticos y pueda llegar a producirse una ceguera sectaria que en poco se diferencia de la complicidad. Esa actividad clandestina, subterránea, disimulada de los que compran y venden poder en los países con una justicia más o menos competente y eficaz , con ser grave, no es la forma más peligrosa de corrupión. La invisibilidad que buscan el corrupto y el corruptor adquiere su grado más degradante cuando proviene del mimetismo cotidiano. La corrupción se hace invisible porque se hace ubicua y adquiere rango de normalidad porque se convierte en un elemento más de la existencia, que hay que tomar por descontado. Las apreciaciones de nuestra anfitriona quizá puedan explicarse por la progresiva evolución del subcontinente sudamericano hacia ese otro estado de cosas en que el pecado deja de ser capital para transformarse en venial atajo diario hacia el cumplimiento de los propios deseos. Y de ahí a elegir sin reparos y reiteradamente a políticos venales como los Kitcher o los Chávez, creadores de un régimen populista al viejo estilo pero reforzado por los medios actuales de propaganda y de control, hay apenas hay un paso.

... permítame dudarlo dn sergio carioni, "usted no cree en los otros"; cariñosos saludos "mi quijote de las pampas"...

Te lo pondré simple Graciela, ¿por qué el mundo está en crisis? origen en el wall street, ¿causa?, la corrupción especulativa consentida por los gobiernos de USA , o sea, falta de regulación en nombre del mercado libre y ahora legalizado mediante términos como "ciclos económicos". Si resulta que la ruina viene de países supuestamente avanzados y que están colocados en los tops de los indicadores de corrupción. La corrupción y la codicia tiene como premio ser rescatada por lso impuestos de los pueblos y de paso pagar grandes bonos de los ejecutivos.La pregunta es inevitable, si no le importa a los grandes y poca crítica se observa en sus sociedades y la justifican con ideologías mercantiles que extrañamente atan con libertad y democracia ¿por qué le iba a importar al resto del mundo ? , como verás, es doble moral intentar pedir a los otros lo que no aplican a ellos mismos y que tampoco se refleja en los indicadores de corrupción.

Graciela,no te preocupes.Tomo nota y gracias por este espacio de participacion: abierto y libre.Saludos,sc

Gracias a todos por sus comentarios. Dos observaciones: si el post hace hincapié en América Latina es porque este blog trata sobre ella y no sobre el resto del mundo, pero me parece que la discusión sobre qué continente es más corrupto no tiene sentido. Justamente mi comentario es crítico de un ranking basado en el criterio de organismos que tienen una idea sobre cuáles son los países serios y cuáles no que se ha demostrado equivocada. Mi segundo comentario es un pedido a Sergio Carioni. Sergio, sos bienvenido a comentar sobre los temas de mis posts, pero me parece una desconsideración hacia mí y hacia los demás comentaristas que intentes monopolizar la conversación. Ya ocurrió en el post anterior, y otros te pidieron lo mismo. Ahora te lo pido yo. Saludos cordiales.

Gustavo, sin exagerar! ...que quien puso "sabroso" el post fuiste vos. Con amistad, sc

Sergio sos un fenomeno. Saludos!

Javiramos, saludos. Para usted, tal vez, sería mas adecuado decirme "porque no te callas”! Pero le recuerdo que este es un post democrático y no monárquico y no es usted quien me va a decir a mi las veces que puedo o no puedo intervenir. Simplemente no me lea, así de fácil. Suficiente con la Comunidad Valenciana? No, no lo creo, y con Don Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias sus millones de euros y su honestísima y proba familia como les va? Para concluir estimado Javiramos, permítame recordarle a usted la historia: cuando afirma “nosotros nos fuimos de allí hace 200 años” usted la falsea. No, no se fueron, los derrotamos en el campo de batalla, los expulsamos. Con amistad y espíritu democrático, sc

"México jamás será facista, lo salva la corrupción" Luis Buñuel.
El peligro es el facismo. El candidato que viene a suprimir la constitución de 1917 e imponer la suya, el que viene a gobernar por aclamación en el zócalo, el que viene por su presidencia vitalicia lo que le reste de ciclo biológico exigida por el pueblo, que va a exiliar y a encarcelar a los que pueda, al mejor amigo de los marineros, al sol y esplendorosa luz de los trabajadores, la estrella que ilumina el camino ascendente de nuestra sociedad. Algo que no se dice es que México es ya una sociedad plenamente demócrata informada y culta, de acuerdo, una cultura mediática pero que jamás tolerará al facismo.

Es latinoamérica a mucho orgullo por favor mas respeto a nuestra identidad q para ello a nuestros gloriosos antepasados les costo ríos de sangre, me choca q utilicen ese adjetivo eso se acabo hace milenios. Y hablando d corrupción mejor miren hacia dentro empezando por la MONARQUIA de uds. a ver que hacen las leyes ante todo lo ventilado y a nosotros déjennos en paz.

Por cierto, Sergio, aburres a las ovejas, deja de monopolizar el foro por favor. Sí teneis problemas y nosotros también, ya lo sabemos, ¿vale?

Sintiendolo mucho por los sudamericanos que postean por aquí. Ahora mismo, el mundo desarrollado ignora, no por desconocimiento sino por hastío, la corrupción en Sudamérica. Y la ignora, principalmente, porque se ve como un mal endémico. Por otra parte, los españoles ya tenemos bastante con la Comunidad Valenciana, como para andar preocupándonos con la corrupción al otro lado del charco, que la solucionen ellos solitos, que ya bastante han aburrido con el cuento de que sus males los provocó la metrópoli, nosotros nos fuimos de allí hace 200 años. Yo tampoco voy a echar la culpa de mis males a Fernando VII, teniendo a Botín vivo y coleando.

Con todo respeto para la periodista,...le recuerdo que a la parte de américa donde se habla español y portugues se le llama Latinoamérica y cuando incluimos a ustedes, le llamamos Hispanoamérica,....Indias, les llamaron ustedes para tiempo de la conquista,...ya hace varias siglos,..se siente un poco ofensivo,..con todo respeto. saludos desde El Salvador.

Aca en Brasil la corrupcion del gobierno Lula solo he sido la mas grande de historia porque los de Dilma estan a hacerla mas grande.
Jamas se ha visto un saqueo tan monumental al mi país.
Que dios nos protege de la izquierda podrida y corruPTa de Brasil.

Ya que cita a la RAE debería tener más cuidado con su redacción, o por lo menos sus editores...

margarita,no siga...que me lo voy a creer.sc

dn sergio carioni, admiro además su "talento de punto final", no hay "comentarista" más letrado que ud., felicitaciones!

Laura, saludos. Si usted desea le cuento en detalles como pasó de pobre a multimillonario Don Juan Carlos de Borbón, (sin meternos en el problemita del yerno, esos son centavos) o si prefiere como amasó su fortuna la familia Bush en Texas, los Kennedy en Massachusetts o, que se yo...hay tantos y tantos ejemplos. Podemos hablar de Sarkozy, él nuevo rico que vive en el Eliseo de Paris y la ONG de Doña Carla Bruni. Podemos hablar de la independencia de la justicia en Italia y el Sr. Berlusconi, o en España que hoy “juzga” al Juez Baltasar Garzón, o de la todopoderosa justicia imperialista de los EU y su campo de concentración en Guantánamo, las matanzas de civiles iraquíes en Haditha, en la provincia Anbar de Iraq. Que tema le gustaría a usted que abordáramos Laura dentro de los dos grandes tópicos propuestos por usted: enriquecimiento de gobernantes e independencia judicial? Como usted vive en Europa, ha viajado tanto “y si puede opinar” imagino que puede escoger de este breve menú o le sugiero otros mas. Como usted desee. Con amistad, sc

responda, cordiales saludos. Creo que no es un asunto de “los profesionales de la Lengua”. Es algo mucho mas sentido, profundo y que le corre por las venas a todas y todos los que nacimos al sur del rio Bravo. Te recomiendo leer, aquí en El País, en el Blog “Dejémonos de Historias”, de Fernando Gualdoni (argentino, nacido en el 68, jefe de la sección Internacional de El País y apasionado lector de historia y literatura iberoamericana) el Post del 4 de diciembre del 2011 que se titula: Llamémosle Indo América. Con amistad, sc

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Sobre el autor

Graciela Mochkofsky, periodista argentina, es autora de cinco libros de no ficción. Creó y edita, en colaboración, la revista digital el puercoespín. Ha escrito para los principales medios de su país y para varias de las revistas más importantes de América Latina. Es Nieman fellow 2009 de la Universidad de Harvard.

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