Merece la pena pasearse, aunque sea solo por las paginas de los periódicos, por el Mobile World Congress (MWC) que durante estos días convierte Barcelona en la capital mundial de la tecnología móvil, que es algo así como la referencia del mayor progreso hacia el futuro. La capital catalana, y por extensión España, se ponen en el escaparate internacional, y eso sirve para ofrecer una imagen de modernidad mucho más necesaria en tiempos de crisis.
Pero más allá de esa circunstancia (importante), lo que destaca en este evento son los avances que, en materia de tecnología, se presentan en Barcelona. Los grandes de las telecomunicaciones (y no tan grandes) --hay 1.400 empresas de todo el mundo representadas-- se han trasladado a la ciudad mediterránea. Para ellas es el momento de poner sobre la mesa (habría que decir en el ciberespacio) las novedades seleccionadas después de meses analizando las ideas que surgían en los cuertles generales. Y, en ese sentido, no están defraudando. El MWC se convierte, por eso, en la feria del desconcierto. Los sabios de la tecnología presentan tantos logros y tantas expectativas que nadie sabe, al final, si aquello va en serio.
Y sí va. Para las empresas, operadoras y fabricantes, es como una reválida. La feria ha dado ya algunas noticias importantes: la alianza entre las grandes mutlinacionales (la española Telefónica, la británica Vodafone y la francesa Orange) para lanzar Joyn, el whatsapp de operadores; el acuerdo de Vodafone con VISA para pagar por móvil; el pacto de Telefónica con Mozilla para desarrollar móviles baratos de marca blanca en Latinoamérica para competir conlos de Appel, Google y Microsoft; las novedades de Nokia y otros fabricantes en moviles-cámaras... En fin, una larga lista que demuestran el atractivo de un sector, que también atraviesa dificultades por una crisis que es dura para todos y que obliga a actuaciones conjuntas como las citadas.
Es algo que está presnete entre los 60.000 vivtantes que han llegado de todo el mundo y que, entre otros atractivos, si tenían previsto alargar su estancia en Barcelona para ver a Messi este fin de semana, se van a encontrar con que el astro argentino tendrá que cumplir un partido de sanción por ciclo de trajetas amarillas. Que se conformen con Xavi, Iniesta y compañía.