Tenía muchas esperanza Fernando Martín puestas en su victoria judicial sobre Manuel Jove en el conflicto que les enfrantaba (y les enfrenta) por la compraventa de Fadesa por Martinsa. Sin embargo, el juez titular del Juzgado Nº1 de lo Mercantil de A Coruña desestimó la demanda de acción social de responsabilidad que había presentado, y además le ha impuesto el pago de 20 millones de euros por las costas. Martín reclamaba 1.574 millones por supuesta sobrevaloración de 37 activos en la opa pactada entre ambos ahora contendientes y que se elevó a 4.045 millones en septiembre de 2006. poco después estalló la burbuja inmobiliaria y Martinsa-Fadesa suspendió pagos.
Sin embargo, las cosas han ido por otro camino del esperado. El juez ha señalado en su auto que Martinsa adquirió acciones de Fadesa "y no sus activos a precio bruto razonable de mercado", así como que hubiera alcanzado un pacto de no agresión contra los dueños de Fadesa, cuyo incumplimiento supuso que Jove también le hubiera demandado. El empresario vallisoletano se queja, precisamente, de que el juez no ha tenido en cuenta el valor de los activos y solo el de las acciones.
Ante eso, Martín, asesorado por el despacho Gómez Acebo y Pombo, reunió durante toda la mañana de este jueves a su consejo de administración para orquestar una respuesta, ya que todavía tiene la posibilidad de recurrir el auto a una instancia superior, la Audiencia Provincial de A Coruña y, en ultima instancia, al Supremo. El consejo decidió que los abogados estudien el tema y que un tercero independiente y experto también lo estudie. Otro consejo la próxima semana volverá a abordar la cuestión y, entonces, es probable que se decida recurrir. Tiene un plazo de 20 días, y Martín es partidario de hacerlo.
Es curioso que Jove trató de desviar el caso a Madrid presentado en la capital una demanda contra Martín, en la que solicitaba que él y Antonio Martín (consejero delegado) fueran declarados culpables del concurso de acreedores y fueran inhabilitados por 15 años y condenados a pagar 1.800 millones a los acreedores. De haber prosperado el caso se habría desviado a Madrid, que precisamente es lo que no quería Martín. Este deseaba que siguiera en manos del mismo juez que había levantado el concurso de acreedores que había presentado la inmobiliaria. Lo que son las cosas.
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Desde donde residíamos, en una gran ciudad, no había un trasporte público que le permitiera llegar a tiempo al trabajo. A veces iba en el coche de un compañero y otras cogía el primer transporte público que le acercaba a la ruta de empresa (transporte habitual entonces)
Publicado por: thesis911.com | 23/02/2012 22:24:21