Una lectura rápida de los Presupuestos del Estado, además de la atenta escucha del parlamento hecho por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en su presentación en el Congreso de los Diputados, no supone ninguna novedad sobre lo que ya se sabía. El goteo de novedades que el Gobierno ha ido dejando caer en días pasados ha sido suficiente como para saber dónde iba estar el mayor recorte, qué se iba a hacer con la Seguridad Social, qué impuestos iban a sufrir subidas o no, la amnistía fiscal... Y que, efectivamente, el Ejecutivo se va a centrar en lo que Montoro resumió con una frase definitiva: "Nuestro primer objetivo es el déficit, el segundo es el déficit, y el tercero es el déficit". No hubo sorpresas de última hora.
Dicho esto todo el mundo parece de acuerdo en que el ajuste que lleva este Presupuesto, el más duro de la democracia, es obligatorio para cumplir con el objetivo del déficit que tanto obsesiona a Montoro, a Mariano Rajoy y a Europa. Pero, inmediatamente, todos los partidos de la oposición han hecho eso (oposición) y los tacharon de una cosa u otra: “Injustos e ineficaces” (PSOE), “antisociales” (IU), “cicateros” (PNV); “poco rigurosos" (CiU)... Y, la verdad, es que tiene algo de todo, incluso de lo que dice el Gobierno. El propio Ejecutivo ha empleado todos los calificativos negativos que ha podido para poner la venda antes de la herida a sabiendas de lo tenía entre manos. Pero esa, la de los Presupuestos, es su alternativa para salir de la crisis y evitar, según dicen, que el país sea intervenido.
Una lectura más sosegada, a la que sin duda los expertos ayudarán a hacer a medida que pasan las horas, descubrirá las trampas --si las hay, que las habrá-- y los entresijos que siempre guardan las grandes cuentas del Reino. En ese sentido, hay quien opina que se podía haber optado por buscar el mismo resultado por un camino distinto, o al menos con menos dificultades. Les resulta difícil que se pueda reducir el déficit en tres puntos del PIB como marcan los Presupuestos y sin aplicar una subida efectiva de impuestos, principalmente el IVA, que se toca tangencialmente junto a la reducción de exenciones en el Impuesto de Sociedades.
Lo más fácil ha sido pegar el tijeretazo por la parte de la inversión pública. Precisamente, y aunque en el seno del Gobierno ha habido consenso prácticamente generalizado, en este punto se ha mareado más la perdiz en cuanto a la cantidad, ya que supone un recorte importante para hacer que tire la economía y generar empleo. Dicho esto y siendo el ajuste obligado por tantas razones esgrimidas, está claro que la obsesión por cumplir el objetivo del déficit descuida el crecimiento, por no decir las políticas sociales y culturales. Y eso, claro, sin inversión pública es difícil que se logre. Hay que pensar que no se va a repetir en años posteriores, porque la reactivación económica debe ser tan prioritaria como la de reducir el déficit, que ya se verá si se cumple.
De momento, quedémonos con esas cifras: 27.300 millones (casi un 17%) menos de gasto corriente de los ministerios; el coste de la deuda es superior a ese recrote de los ministerios; un 36% menos de inversión pública; los gastos de personal crecen un exiguo 0,7%, aunque el sueldo de los funcionarios sigue congelado; el gasto en pensiones crece un 3,2% y se lleva el 37,1% de los recursos; los gastos de protección social caen un 3,9% especialmente en fomento de Empleo, Sanidad, Educación y Cultura; el gasto en I+D cae un 25%, casi al nivel de 2006... Se puede seguir.
Hay 5 Comentarios
A mi no me la dan con queso. España no tiene ninguna necesidad de plegarse a Merkozy. Es más, estoy cada vez más convencido, de que España tiene la clave de todo esto. España está en condiciones de exigir a Alemania y a Francia. No al revés. Si España decidiese decir simple y llanamento NO, la UE se encontraría en una situacióin muy difícil. La subsistencia de la UE depende de España. Si España se sale del euro, la UE se descoyunta. No están en condiciones, ni Alemania ni Francia, ni nadie, de exigir nada a España. Lo que ocurre es que Zapatero se achantó en un ataque de pánico, y Rajoy está encantado con estas políticas impuestas por Merkozy. Aunque la crisis acabase ahora mismo y el paro se detuviese, el daño ya está hecho, y recuperar todo ese tejido laboral, casi 6 millones de parados, sería una proeza que necesitaría muchos años. A mi no me preocupa cuándo va a acabar la crisis, pues algún día lo hará, dentro de un año, dos a lo sumo tres, pero acabará. La cuestión es saber en qué condiciones quedaremos la mayor parte de los ciudadanos. No hace falta ser un lince para sospecharlo. Buenas noches
Publicado por: Jorge | 06/04/2012 23:04:05
Lo que me resulta más indignante es que Rajoy sólo haya hablado sobre los Presupuestos desde la sede del PP. ¿Y los ciudadanos que no le votamos? ¿a nosotros no nos dice nada? Es una total falta de respeto a las instituciones y a la democracia. Debería salir y dar una rueda de prensa en la Moncloa. Dar todas las explicaciones necesarias a todos los ciudadanos, y no sólo a los suyos. Es absolutamente vergonzoso.
Publicado por: carmennublo | 05/04/2012 19:07:54
Comparto las opiniones del cineasta Robert Guédiguian,
recogidas por Gregorio Belinchón:
..."Está desapareciendo la clase media"...
..."Me di cuenta de cómo han cambiado las cosas: La cantidad de pobres crece y crece, porque cada vez hay más gente que cobra el salario mínimo...
..."Ya no hay unidad en la clase trabajadora, antes clase media"...
..."El futuro de nuestros nietos es muy negro porque serán más pobres"...
...ahora mete el dedo en la llaga para llamar la atención sobre las jóvenes generaciones abandonadas por los grandes sindicatos, gente que ni siquiera puede ser calificada de mileruista. Con sus actores habituales y su adorada Marsella, pero con más mala leche que nunca...
Publicado por: Felizísima Fortuna | 05/04/2012 2:22:44
El gasto desbordado si límites en lo público por los gestores votados democráticamente, y a costa de los ciudadanos que tendrán que pagar, ese es el gran problema.
No se puede estirar la mano más que la manga.
A plena luz del día y sin tapujos.
Y sin límites.
Y en el peor de los casos, metiendo el cazo a tope, que son cuatro días.
Y a plena luz del día.
Con consentimiento del personal y con alevosía.
Tenía que llegar el momento.
Y llegó.
Pero el pato lo pagarán los de siempre.
Ay de mí decía decía el mañico.
Pero lo que es seguro, es que nos podemos dar todos por fastidiados durante un tiempo largo.
Porque el ojo está puesto en el lomo de los que aun pueden dar más.
Y sin contemplaciones.
Se ve a diario.
Publicado por: Pau | 04/04/2012 12:24:03
La bolsa baja,la sobrina de riesgo sube, los parados aumenta, a ver si se va de una vez Zapatero y llega Rajoy pa que solucione esto.
Publicado por: Miguelillo | 03/04/2012 23:45:48