El cambio en el puente de mando del Banco de España (BE), con la llegada de Luis Linde y Fernando Restoy a los puestos de gobernador y subgobernador, es algo más que un relevo. Para la institución significa la oportunidad de recuperar la imagen de prestigio que había logrado a lo largo de muchos años y que se ha deteriorado en unos pocos. Pero, aunque parezca difícil, no es una tarea hercúlea. La entidad tiene una base consolidada y, aunque es verdad que la imagen se ha desvaído de forma preocupante, el prestigio sigue ahí. El resto de bancos centrales consideran al español como un ejemplo de buen hacer y no dudan en situarlo como uno de los mejores del mundo.
En ese sentido, algunos de los responsables de entidades financieras se han acercado a los micrófonos en el momento que han tenido la ocasión para reseñar esa circunstancia. Lo hizo con énfasis, por ejemplo, el presidente de Kutxa Bank, Mario Fernández, durante una intervención en el curso sobre la crisis del euro organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander el lunes: "Es una tarea urgente reestablecer la competencia del Banco de España, que es el mejor supervisor de Europa. Al margen de la figura del gobernaodr y subgobernador, hay una estructura de una extrema competencia que ha sufrido un descrédito tan grande como injusto". "Es vital reparar el daño causado a la entidad porque es injusto, no porque nos vanga bien", añadió apuntando a los pactos políticos.
El mismo mensaje envió al día siguiente Roberto Higuera, vicepresidente del Banco Popular y representante de la banca en el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), una persona que tiene mucho que pintar en el asunto. Higuera también aprovechó su presencia en el citado curso para destacar la categoría del BE y la necesidad de recuperar la buena imagen.
No van a ser lo últimos. Parece haberse instalao en el sector la idea de que la reconstrucción empieza por ganar fuerza desde el organismo supervisor y la toma de posesión de los nuevos mandos es el momento del comienzo. En ese sentido, el pacto entre Gobierno y oposición para formar el tándem que gobernará el BE es elogiable, aunque tenga algunos matices dignos de destacar como el hecho de que se haya elegido un gobernador de 67 años que deberá dejar el cargo dentro de tres por jubilación, lo que asegura el nombramiento de otra persona de la confianza del PP para los siguientes seis. Pero, al margen de eso, tanto Linde como Restoy tienen un perfil profesional que encaja perfectamente en la idea de recuperar la conexión con el cuerpo de inspectores, rota de forma drástica con Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), y mejorarla con los otros colectivos. Tanto Linde como Restoy conocen la casa y saben cómo hacerlo. Por eso, y porque el prestigio sigue siendo un activo de la entidad, no resulta tan complicado recuperar la imagen y achar a andar de nuevo. Eso no quiere decir, sin embargo, que estén todos los problemas resueltos ni que todos dependan del BE. El Gobierno tiene que hacer que España esté más presente en Europa.