La ministra de Fomento, Ana Pastor, tiene desde hace varias semanas encima de la mesa un documento, no muy extenso, de la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE) en el que esta hace una serie de propuestas para el próximo Plan de Vivienda que el ministerio tiene que aprobar para el próximo cuatrienio (2013-2016). El sector esperaba que Fomento lo tuviera listo para octubre con el fin de poder calibrar su alcance y tratar de introducir algunas medidas si fuese preciso antes de su entrada en vigor. Sin embargo, hasta la fecha no ha tenido noticias más allá de algunas declaraciones sin demasiado contenido de la ministra y algunas largas cambiadas.
La APCE no ha recibido ninguna respuesta de Fomento. pero no deja de moverse. También ha pedido reuniones con los ministerios de Economía y Hacienda para hablar de otros temas, además del plan, que también afecta a ambos departamentos. En ese contexto, José Manuel Galindo, presidente de la patronal, se reunió hace un par de semanas con Cristóbal Montoro, a quien planteó temas de fiscalidad, vitales para el sector. Falta un encuentro con los responsables de Economía, con los que hay que abordar el banco malo, en el que van a acumularse los activos inmobiliarios de las entidades financieras. Y eso importa mucho al sector.
Todo depende de la importancia que se quiera dar a un sector como el de la vivienda, que en otro tiempo no muy lejano era la locomotora de la economía nacional. A juicio de Galindo, no es que “la economía vaya a salir de la crisis por el sector inmobiliario; pero tampoco saldrá sin él”. Es decir, forma parte del tren como un vagón necesario sin necesidad de ser la locomotora.
Sabiendo que la vivienda es básica y en la actual coyuntura de dificultades presupuestarias, falta de financiación y caída de la actividad y el empleo, Pastor avanzó la semana pasada en Barcelona (en el salón Meeting Point) la intención de fomentar la rehabilitación y el alquiler como vías para dar una respuesta a los problemas. Pero no llega a publicar el plan. El sector aplaude esa orientación, aunque “siempre que no menoscabe la vertiente de la compraventa”. APCE cree indispensable que, además, se cuente con un plan de financiación que lo haga viable y se pueda producir una vivienda “accesique y asequible”.
En ese sentido, para que sea asequible, propone optimizar los factores que conforman los costes: el suelo (simplificar y acortar trámites y plazos y reducir el porcentaje de reservas), la ejecución (adecuar la normativa autonómica y local a la estatal), los financieros (reducir plazos de gestión y disminuir las coberturas exigidas ante la imposibilidad de los bancos de conceder ayudas) y la fiscalidad y las tasas (bonificar coyunturalmente las tasas y los impuestos y adecuar el pago de impuestos a la materialización).
Desde el lado de la demanda, plantea acomodar el nivel de ingresos, la capacidad de ahorro y la posibilidad de obtener financiación del demandante al precio de venta o renta. Hay dos maneras de acceder a una vivienda, el alquiler o la compra. Ante la restricción presupuestaria y la falta de financiación, el Plan de Vivienda puede ayudar con medidas fiscales como tener un IVA superrreducido y adecuar el pago del IVA al ritmo del préstamo de la vivienda, entre otras.
En la actualidad, la proporción entre venta y alquiler es de 83/17 a favor del primero y un stock de vivienda nueva de 680.000. Para que se fomente el alquiler, el sector propone que se facilite la salida del stock de vivienda protegida posibilitando el paso de venta a alquiler y viceversa y flexibilizando las condiciones actuales como los límites de edad. Asimismo, propone reducir a un año el plazo para ejercer la opción de compra y reestructurar las modalidades de préstamos.
Tan principal como eso es que el plan sea “realista”, además de “ágil, flexible y coordinado”. Y, en este punto, es el que quiere que Fomento ponga el acento, en el sentido de que se canalice un Plan de Financiación, para el que piden que haya un 95% de cobertura en vez del 80% actual, ampliar a más de cuatro años el plazo de carencia de la amortización y crear una Comisión de Seguimiento que verifique el cumplimiento de los objetivos. Y como añadido, otra petición: “Destinar un porcentaje de la ayuda pública para la reestructuración bancaria a la financiación del plan”.