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Sobre el blog

Este blog intenta meterse en las cocinas donde se elaboran y se fraguan las noticias, dar claves sobre las decisiones de política económica y empresarial, aportar  pistas sobre las relaciones de poder de las personas que manejan los destinos del país, valorar la dimensión de la economía como determinante en la vida política y de los ciudadanos y analizar el alcance de las informaciones en materia económica.

Sobre el autor

Miguel Ángel Noceda

Miguel Ángel Noceda Llano, cántabro de Comillas, siempre ha estado ligado a la información económica. Lleva desde 1989 en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y es corresponsal económico. También ha sido presidente de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y es Vicepresidente tercero de la Asociación de la Prensa de Madrid.

El Banco de España envida fuerte en el MUS

Por: | 13 de abril de 2014

El Banco de España (BE) se quiere sacar la espina que lleva clavada desde que perdió el representante en el comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), donde siempre había estado, tras la marcha de José Manuel González-Páramo hace dos años, que había sustituido a Eugenio Domingo Solans, uno de los integrantes del primer consejo de la entidad. A eso hay que añadir la jubilación de Antonio Sainz de Vicuña como director general de Servicios de Legales del BCE, con lo que España se quedaba totalmente fuera en ese concierto europeo.

Esas circunstancias han perjudicado mucho la imagen de la entidad, según reconocen internamente, por lo que el organismo regulador español se ha movido con diligencia para recuperar influencia y colocar cargos de importancia en el Mecanismo Único de Supervisión (MUS), en cuyo consejo ejecutivo figura su subgobernador del BE, Fernando Restoy.

El MUS será el encargado de centralizar la vigilancia de las entidades financieras europeas, las más grandes (130) de forma directa y el resto de forma indirecta. El objetivo es que no se repitan casos como el de Irlanda o España, que acabaron con el rescate total o parcial de su banca, y homogeneizar el tratamiento. El organismo comenzará a funcionar a pleno pulmón a partir del 4 de noviembre. Antes someterá a los 130 bancos más grandes de la zona euro al análisis de su balance y a un test de estrés.

El proceso de incorporaciones de funcionarios se ha iniciado ya y muchos ocupan sus puestos, aunque su configuración se prolongará hasta mediados de 2015. En ese sentido, el BE ha logrado tener un representante entre los cuatro directores generales que tendrá el MUS. Se trata de Ramón Quintana, que deja el cargo de director general de Supervisión del BE y que se encargará de la Dirección General 2, que se centrará en la supervisión directa de los 100 bancos que forman el segundo nivel de las entidades financieras europeas.

La primera, que se encargará de las 30 principales entidades, la ocupará el alemán Stefan Walter, exjefe de supervisión de Ernst & Young. El finlandés Jukka Vesala, ex subdirector general del banco central de su país, será responsable de la supervisión indirecta de todos los otros bancos de los países que participen, y el también alemán Korbian Ibel, que viene del Commerzbank, se ocupará de los servicios horizontales y especializados a las otras tres unidades.

En el siguiente escalón hay cinco subdirectores y uno de los cargos lo ocupa la española Margarita Delgado, que será la número dos de la Dirección General 1. Además de ella, hay dos franceses, un italiano y un alemán. Y en el siguiente, con 15 jefes de división, aparecen cuatro españoles (José Vicente Martínez Lisande, Linette Field, Óscar Meléndez y Víctor Guerrero), que incluso podrían aumentar. Aguas abajo, aparecen los jefes de sección e inspectores. En total, habrá entre 60 y 70 españoles sobre 700 personas en el nuevo organismo de supervisión. Es decir, en torno al 10%, lo que supone un alto grado de integración teniendo en cuenta que hay 17 países integrantes de la zona euro.

Esta salida masiva de funcionarios españoles a Fráncfort responde a la política de promoción del BE y su preocupación por tener presencia activa en las instituciones europeas aprovechando el prestigio del que goza la inspección española en el entorno europeo. Eso ha supuesto, no obstante, que se esté produciendo una importante descapitalización humana del plantel de la entidad. A corto plazo, genera problemas; pero, según fuentes internas del BE, representa una inversión a futuro porque, además de elevar el poderío español en el BCE, permite la promoción interna dentro de la institución que gobierna Luis María Linde.

El MUS constituye el primer paso hacia la Unión Bancaria que se prevé completar con un mecanismo único de resolución y un sistema armonizado de garantías de depósitos. Su creación fue decidida en junio de 2012 por los jefes de Estado o de Gobierno de la UE con el objetivo de mejorar la calidad de la supervisión en la zona euro, promover la integración de los mercados y romper el vínculo negativo que se había creado entre la confianza en las entidades bancarias y las dudas sobre la sostenibilidad de la deuda pública.

Una visita cargada de futuro

Por: | 06 de abril de 2014

La visita del presidente de México, Enrique Peña Nieto, el próximo mes de junio a España tiene, más allá del reforzamiento de las relaciones entre los dos países, una visión de alcance empresarial. Por un lado, Peña Nieto, que vendrá acompañado por una amplia delegación de empresarios, tratará de buscar inversiones para desarrollar distintos proyectos de su Gobierno, sobre todo en el campo energético. Por otro, intentará formalizar las relaciones entre Repsol y Petróleos Mexicanos (Pemex).  

Entre los empresarios que acompañarán al presidente mexicano, que se verá con el Rey Juan Carlos y se entrevistará con Mariano Rajoy, se da por seguro que figuren el presidente de Pemex y amigo suyo, Emilio Lozoya, y el de la cementera, Lorenzo Zambrano, que en estos momentos tiene pendiente de arreglar su deuda con la Agencia Tributaria española y que le puede acarrear una multa de más de 450 millones.

En este caso, es un asunto privado en el que ha habido distintas apreciaciones sobre la normativa fiscal, pero en el que poco puede influir Peña Nieto, aunque se interese por el estado de la situación y de las relaciones. Además, probablemente, cuando llegue a España ya se habrá resuelto. Pero el centro de atención está en la petrolera, que es otra cosa. Pemex es una entidad pública controlada por el Estado y, por tanto, el Gobierno tiene mucho que decir.

Aunque en el entorno diplomático se espera que, al menos hasta que el máximo mandatario mexicano venga a España, se produzca un impasse en el que se entierre el hacha de guerra, otras fuentes sostienen que  solo es  apariencia. Estas fuentes sostienen que, tras la junta de Repsol del 28 de marzo en la que Pemex se opuso a las medidas de blindaje propuestas por el grupo español, sus responsables han seguido meneando el árbol de la discordia y buscando pactos con otros posibles accionistas. Aseguran que Pemex ha  planteado una toma de participación de Repsol a un grupo ruso para  alinearse con sus intereses. Esta tentativa, que no sería bien vista por el nucleso duro de accionistas, recuerda el pacto de sindicación de acciones que en su día firmaron Pemex y Sacyr para tomar el control del grupo.

Esta asechanza contrasta con el clima que habría alcanzado tras la visita hace algunas semanas a Lozoya de Isidro Fainé, presidente Caixabank y vicepresidente de Repsol, con el conocimiento de Antonio Brufau, presidente de Repsol. Dicho pacto pasaba por recuperar una relación cordial. Asimismo, según otras fuentes, se habría planteado la posibilidad de que Repsol participe en proyectos de prospección y explotación de hidrocarburos con Pemex, así como en el Plan Energético que puso en marcha el Gobierno de Peña Nieto.

Fainé no se vio en aquel viaje con este, con el que ya ha estado en dos ocasiones en el escaso año y medio que lleva en el poder. Caixabank tiene una alianza estratégica con Inbursa, el brazo financiero del empresario mexicano Carlos Slim, para abrir oficinas en México en 2014.

Sobre el asunto de Pemex, la embajadora de México en España, Roberta Lajous, aseguró el viernes en el Foro España Internacional que “nunca hubo intención” por parte de Pemex de segregar y apropiarse de los activos. Lajous hizo “votos por que las diferencias que en algún momento hubo las podamos dejar atrás”. Quiso quitar hierro al asunto al atribuir a “lecturas de la prensa” y a la trascendencia del enfrentamiento “de lo que ha habido en realidad”.

La embajadora destacó la importancia de la relación entre un país exportador de petróleo como México y uno importador como es España, pero a la vez garantizó que hay un “terreno amplísimo” para que las empresas españolas puedan invertir en el sector de la energía en México. La embajadora defendió, en ese sentido, las reformas llevadas a cabo por Peña Nieto en su primer año de mandato, fruto del Pacto por México, que dan, dijo, “certidumbre jurídica” para las inversiones.

Esta reforma, que se ha estado debatiendo desde hace 18 años por los distintos gobiernos mexicanos, permitirá la incorporación de empresas privadas en la explotación de hidrocarburos, un sector que es monopolio del Estado desde 1938.

El País

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