La playa de Las Canteras es uno de los acontecimientos de la humanidad. Entrar en ella, pisar su arena, adentrarse en el mar propiamente dicho, acariciar su orilla con los pies desnudos, es para mi un acto hondo y bello que tiene íntimas resonancias poéticas. Ayer, cuando hice todo eso, cuando volví a la playa de Las Canteras, en Las Palmas, recordé de nuevo esas emociones que me produce este lugar popular pero mágico, sencillo e íntimo, la playa de Padorno. Al final del hilo de arena, cerca del auditorio, ahí vi su casa blanca, la casa de su sueño, desde donde miró y escribió hermosos poemas de mar. Le eché de menos en los paseos y en las plazas, y en los bares que frecuentamos juntos, pero le sentí en la playa, en el mar y en la arena, como si no se hubiera ido nunca. Luego paseé por Vegueta, y fue también como si él me guiara por la belleza de su ciudad, cuya noche adoro.
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La siguiente dirección puede darnos un visión global de Padorno:
http://www.manuelpadorno.es
y, en parte, una curiosidad para los seguidores del blog:
http://video.google.es/videoplay?docid=5381099706727618055&hl=es
Publicado por: Odón Roca | 06/09/2008 11:59:07