No es muy común este paisaje en El Médano. Llueve, es una lluvia fresca y prehistórica a la vez, golpea con todo su valor plomizo en la cresta de las olas, y convierte la soledad de la mañana en una manta gris que se adentra en el horizonte y lo elimina; desde esta ventana sólo veo la lluvia en calma y gris; los charcos de la orilla son más transparentes y profundos, más cercanos, y la sombra de la lluvia se adentra en el día como si lo quisiera elimninar, como si quisiera prolongar la luz de la madrugada. Es el agua de los sonidos, cae con una contundencia chiquita, como si esperara en algún momento a lanzar un puñetazo de agua, pero ahora llueve armónicamente, casi suavemente, como una mano maternal. Tengo al lado un te caliente, miro por la ventana, aparto el cristal, y entra un frío también plomizo, respetuoso pero constante, y de pronto parece que estuviera en otra latitud e incluso en otro año, la carraspera del catarro acompaña la mañana también como una premonición inversa, como si yo fuera aquel muchacho que escuchaba la lluvia desde la ventana y luego salía, una vez repuesto el sol, a oler la tierra mientras se iba secando y se aliviaba, al tiempo, el asma que me había tenido postrado tras los cristales. Es una sensación parecida, pero han pasado tantos años que esta rememoración es como un fantasma que me ha venido a visitar dejándome por fuera de casa un regalo extraño, el paisaje de la lluvia mientras miro. O mientras vivo.
Hay 33 Comentarios
Ya de regreso de una cena, no he podido meterme en la cama sin pasar por la bendita computadora y hojear las últimas páginas del post de hoy. Es que se me ha hecho una necesidad. Hemos construido un espacio tan afectuoso que ¿Cómo no cuidarlo? Es como, cuando más jóvenes y antes de entregarnos a los vaivenes caprichosos del insondable Morfeo, pasábamos por la habitación de nuestros hijos a ver si, allí, se daba por reinado al equilibrio. Un arrumaco, una caricia de buenas noches, una frazada desacomodada que requería nuestro ajuste, y entonces ahora sí, felices y a la cucha.
A ver... me había ido dejando el blog antes que Ferran publicara su bellísima narrativa.
Siento, en ellas, con la de JC incluída, una íbérica factura que, en curiosa resonancia, me transportaron a las íntimas y exquisitas narrativas del genial lisboeta frente a la ventana, dando a la Rua dos Douradores, donde el paisaje externo y el interno se mezclan en una cópula feliz. Ahora, ya no interesa su discriminación porque todo ello es el artista y a su vez, el lector embobado y seducido quien, entregado a esa dicha, es llevado de las narices por los rumbos que se le antoja a la poesía.
Gracias a ambos y disculpadme la barrabasada de las comparaciones, no pretendo de crítico sapiente nada, sólo me dejé contar lo que surgía.
Gracias a tí también Iago. Y ¿Cómo no permitir nuestras fusiones si mi canto es, precisamente, a la construcción de ese ser, sutil, que resulta del encuentro? El tercero que incluye la suma de los dos y donde éstos, en franca entrega, se potencian.
Que tengais muy buenas noches.
PD
Gracias nuevamente por tus calificaciones Paco y por la sugerencia a Adsuar para que, reincorporada, nos deleite con su presencia.
Publicado por: adriandorado | 31/12/2008 3:21:11
Creo que hace vete a saber cuanto, estuve allí, en el Médano y en Rosas viviendo en esas lluvias. Pero no lo llegué a saber hasta os leí. Llego de hacer 1200 km. en coche, descuajaringao acabo de llegar, pero leeros ha sido una bendición por lo que dormiré como un bendito.
Gracias, Juan. Gracias, Ferrán.
Qué razón tienes Miguel Mora son como tu dices "rearme ético de afirmacción" frente a la barbarie de estos días.
Maririu, gracias por tu aserto, como siempre preclaro: "si cada cual hace lo suyo, será suficiente adriandorado". Adriandorado, (en homenaje) aquí permitirá, estoy seguro, que él seamos todos.
Juan, el articulo sobre Guardiola me ha gustado mucho. A él tambien le gustará. Podríamos volver a leer su encuentro con Azcona... Adsuaaaar... ¿crees que sería posible?
Buenas noches. Un abrazo. Gracias a todos, ha sido un gran dia del blog.
Publicado por: iago | 31/12/2008 1:03:32
Queridos Juan Cruz y amigos blogueros. Antes de acostarme he vuelto por estos lares.
Ya ha empezado el último día del año, y me encuentro con dos textos que me invitan a la esperanza.
En primer lugar el de Ferran que es sencillamente maravilloso. Como otro compañero, Ferran, te doy las gracias por ese texto tan evocativo, tan poético.
Y en último térmico con el de Francisco Gómez. No sé si es que tienes alguna información que haya salido a úlitima hora (estaba trabajando en otra cosa y ni siquiera he entrado al blog previo paso por el periódico)o es un mero deseo, mejor dicho, anhelo. Si es lo primero, me uno a tu esperanza, Paco; si es lo segundo, tendrás también mi anhelo junto al tuyo.
También comparto contigo la referencia que haces a Adsuar. Soy de los más nuevos, y por tanto no he gozado tanto como otros lo habéis hecho de sus intervenciones.
Intuyo que en ciertas ocasiones la desmesura de algunos comentarios que son impertinentes, sin más, hayan podido llevar al límite de la paciencia a alguien y que haya decidido dejarnos o dejar de hacer pública su voz. Por supuesto nada que objetar, sólo faltaba, sin embargo, qué cierto es que su sabiduría se echa de menos.
Desde Segovia, feliz última madrugada de 2008 a todos.
Publicado por: AMANDO | 31/12/2008 0:21:34
Ferrán: desde hoy, fan tuya.
Yo, hoy, sólo dos líneas de uno de mis primerísimos poemas:
"Luchaban espuma y lluvia por acariciar la arena, ¿o por dominar la playa?"
Publicado por: T. Paz | 31/12/2008 0:01:21
Maestro Cruz
Espero que en los próximos días se vea un rayo de luz hacia la esperanza.Es muy duro que sucedan estos enfrentamientos y que los moderados no se impongan y por el contrario los más extremistas sean los protagonistas.Espero la paz sumido en una gran tristeza y perplejidad ,pues creía que las cosas se estaban arreglando entre estos dos pueblos que están obligados a entenderse.Hoy la lluvia del Médano ha dado para sacar la vena intimista que tiene el maestro y nos ha regalado una entrada genial y que augura un año esplendido en el blog.No puede dejar de desearos paz, salud y felicidad para todos y cada uno de vosotros.Lanzo una idea para quien quiera recogerla ,en nosotros mismos esta la fuente de la que emanan las soluciones de muchas cosas que nos ocupan y preocupan.Gloria P é Itziar feliz año y buenas fiestas.Corbalán piensas y analizas por eso eres y serás reivindicativo siempre y estarás con los demócratas y progresistas
PD.Adsuar te envío un muy cordial saludo y los mejores deseos de prosperidad y te confieso una pequeña pena que tengo, los nuevos y valiosos amigos llegados recientemente al blog no pueden disfrutar de tu sabiduría y acertados comentarios ,respeto tus decisiones, pero eres según mí humilde opinión muy valiosa y quería decirte que tú presencia me hace muy feliz.
Saludos Paco
Publicado por: francisco gomez | 30/12/2008 23:37:41
¡Gracias,Ferran!
Publicado por: Miguel Mora | 30/12/2008 22:46:05
Estimado Juan Cruz y amigos blogueros. Un precioso texto, en efecto, acerca de la lluvia o, más bien, de la lluvia contemplada desde la vida y las ganas de vivir. NO sé por qué la lluvia tiene algo de sensación, más que de episodio. Otros fenómenos de la naturaleza nos provocan sentimientos más efímeros y superficiales. La lluvia, cuando se sufre el aguacero ("me moriré en París, con aguacero, un día del que guardo ya recuerdo...") provoca el enfado, la molestia del paraguas o el horror de no tenerlo. Pero otra cosa, completamente distinta, es la lluvia contemplada. Nada tiene de común con esa impresión el esfuerzo del paisaje por hacerse perceptible, influyente, trascendental. Basta con asomarse a la lluvia para sentirte, al mismo tiempo, vulnerable y poderoso. Vulnerable, porque la lluvia siempre fija su cadencia al paso del tiempo. Poderoso, por la sensación de perduración que provoca, de repaso de experiencias, de recuento de la edad. Esa intermitencia de la lluvia que, fragmentada en gotas, no deja de serlo, quizás es una metáfora de nuestra propia forma de vivir, en escenarios y momentos que se sedimentan y constituyen una sola vida.
La lluvia siempre nos somete al ejercicio del recuerdo, porque la impresión de inmovilidad algo solemne que inculca a las cosas, la tensión de un tiempo en suspenso que nos acerca, parecen proporcionarnos ese viaje hacia nosotros mismos, hacia lo que éramos seguramente deformado por nuestra capacidad de verificarlo ahora: porque nunca conseguiremos ser lo que fuimos entonces, cuando la existencia y la vida eran lo mismo, cuando nuestra adolescencia nos llevaba a la inmediatez del mundo, a no tener una relación interceptada por el prejuicio, sino sólo matizada por temores mágicos y esperanzas furtivas.
Recuerdo, sobre todo, ya que hablamos de mar, los días de chubasco en Rosas, cuando el día de verano se desordenaba de pronto, después de unos minutos de sombra, y el aire parecía estallar en una aflicción orgánica, mientras nosotros permanecíamos en silencio, asombrados por aquella intromisión que podía durar horas, exasperadas y vociferantes, dejando un aire húmedo y abierto, transparente, recién hecho. Habíamos podido ver cómo las nubes habían perdido su palidez y se habían enconado en como un puñado de ceniza que agrupara su amenaza sobre el puerto y las barcas oscilantes sobre el mar inquietante, cabizbajo y denso. Las gotas de agosto, gruesas como larvas alimentadas en el vientre de las nubes maternas, se desplomaban sobre el agua, sobre la arena de las calles sin asfaltar, sobre la ribera seca, hasta que el polvo innumerable y minucioso se convertía en una masa moldeable, que nos dejaba fabricar diminutos edificios y perfiles grotescos, como en la orilla del mar todos los días. En la ribera, donde nos reuníamos para apedreanos entre grupos de niños veraneantes y residentes perpetuos del pueblo, mezclados por afinidades de calle y viejas rencillas de familias, el agua se hacía compacta, anegando los puestos defensivos, la munición atesorada junto a las barracas construidas, asesinando a los animales que descubríamos bajo las piedras, dejando la vegetación asomando como restos de un naufragio o las zonas impunes de una tierra desolada.
Recuerdo, sobre todo, más que la alegría, la sensación de cansancio. Era el agotamiento de la naturaleza después de aquel esfuerzo inaudito, de aquel golpe propinado en la mitad del día, igual que si hubiéramos tratado de olvidarnos de ella y nos reclamara nuestra atención, como una amenaza. Tras esa vehemencia, después de esa conducta de atmósfera borracha y desesperada, llegaba algo distinto al silencio: una sensación de novedad y de vejez, al mismo tiempo, que no era contradictoria. La tierra reciente, dejando que sobre su espalda se evaporara el agua, llenándonos de olor a materia descompuesta y de aroma a cosas que parecían empezar en aquel momento: el bullicio de los insectos que brotaban de la calma, la prisa cautelosa de los gatos, la longitud cautiva del horizonte completamente limpio, el color vivo de las casas mojadas.
En Barcelona nunca tuve nada parecido. La lluvia no fue más triste ni más alegre. Quizás se la esperaba, y era terca y débil, cayendo con menos convicción pero con más tenacidad, con menos cólera pero con más resentimiento. Apenas desordenaba el paisaje urbano, tan compacto, de perfiles tan bruscos, tan hincado en un suelo artificial que parecía ajeno a todo lo que procediera del discurrir de la naturaleza, como un recinto inexpugnable o inconsciente. La lluvia no podía romper, sólo matizaba el color de las fachadas ásperas, inclinaba apenas las ramas de los pinos en el parque tan cercano a mi casa, tecleaba el lomo de los coches escasos todavía. Brillaba, en el asfalto, reunía fuerzas en algún charco aislado, tomaba envergadura junto a la acera, corriendo hacia las cloacas como un sorbo fétido. Pero nunca me sorprendió: sólo me decepcionaba por una fragilidad que se instalaba en los meses del colegio, como si la vida, fuera del verano y de aquel pueblo al que apenas he regresado, contuvieran la mayor y mejor parte de la vida que había cumplido hasta entonces. O como si la lluvia, y la vida entera en Barcelona, fueran un simulacro, un reflejo desvaído, un tiempo sin validez. Era un tiempo presuntuoso, pulcro, de vanidad y ficción, frente a la vida auténtica que estaba en otra parte, en otro tiempo, en aquella existencia excepcional y libre, en un pueblo pequeño, junto al mar sencillo, total, innumerable.
Publicado por: Ferran Gallego | 30/12/2008 21:46:40
juan, y tu entrevista con Alma Guillermo Prieto?, ya se publicó? Quiero leerla!
Publicado por: daniel | 30/12/2008 20:25:33
Juan, tu amigo Lluís en su blog de hoy dice; "La agonía del periodismo".
Mientras estamos serenos viendo la caer la lluvia en tu playa.
Verdaderamente tengo un mal día, estoy pesimista, pero las noticias de hoy , las del telediario no me han sentado bien.
Hemos agotado el primer envio de libros del encuadernador, del libro "Memoria Grafica de Cartagena, 939-1970" de José Maria Gomez Vizcaíno Pagán.
Como ya te comunique, es un pequeñohomenage a las familias cartageneras pobres que con su sacrificio sacarón adelante a sus hijos y familas.
Y no se como con mi edade no me acostumbro a las masacres y las injusticias.
Salud.
Publicado por: Antonio Corbalán | 30/12/2008 19:59:01
Por cierto, Juan, te felicito: el texto nació redondo.
¡Bello!
¡Que maravilla cuando fluye la poesía, no?
Publicado por: adrian dorado | 30/12/2008 19:45:27
Juan, mientras ves la lluvia caer, a los Palestinos, sin que podamos hacer nada, ni siquiera rezas les valdría, les llueve misiles.
Mientras los sesudos bien informados, se pelean en la radio, explicando quién enmpezo primero para justificar la masacre que Israel esta logrando en la Franja de Gaza.
Cuando mas bombas y misiles, made USA, tiren contra los palestinos, más fuerza les da a Hamás y sus terroristas.
Es deseperante que el pueblo de Israel este olvidado los sufrimientos de sus antepasados con los Nazis.
Pareciera que padecen el Sindrome de Estocolmo, hacen lo mismo que le hicierón, primero les quitan la luz, despues no permiten que entren medicamentos, despues les introducen en almacenes o cierran entre muros y por último, si no mueren de hambre, de enfermedades, les envian una lluvia fina de misiles.
Dicen los Psicologos que quién es educado con maltrato, cuando se hace mayor es un maltratador, es lo que sufre el pueblo Israeli, fue maltratado y le sale el intinto de maltratador.
Salud.
Publicado por: Antonio Corbalán | 30/12/2008 19:40:23
Ya somos 195.
La belleza siempre es necesaria, aunque días que parecen que nazcan para no disfrutarla.
Publicado por: Mariano | 30/12/2008 19:28:01
Juan Cruz, amigos blogueros, buenas tardes noches.
Me asomo de nuevo para daros las gracias. Acabo de firmar en la página de Amnistía Internacional. He visto que con la mía son 163 las estampadas, supongo que en español. No sé muy bien como va esto. Da igual.
Gracias a Mar quien, me parece, ha sido la primera en ponernos sobre la pista de esta página, a Alena y Mariú que han firmado y a Adrián que además de firmarla, también se ha hecho eco de ella en su blog.
Miguel Mora, qué razón tienes en lo de que este texto de Juan Cruz es uno de los más hermosos que ha colgado. Yo no puedo afirmar tanto como tú, pues soy más nuevo, pero es lo que quise decir cuando escribí que me había recordado a "Ojalá octubre".
Feliz martes desde Segovia.
Publicado por: AMANDO | 30/12/2008 19:08:42
"El que pasa..." decían mis hijas cuando eran pequeñas, siempre decimos en este blog cuando alguien muere aunque sea de muerte natural, que la vida se para, que la muerte lo detiene todo, entonces que diremos cuando mueren tantos y no de muerte natural, asesinados como animales, zapatos solos que en la calle quedan bajo escombros, que diremos entonces, estará lloviendo en Gaza, que recuerdos les traerá a los pobres palestinos esa lluvia, o ya no pueden recordar melancólicos, los he visto desgarrados por el dolor, porque la vida para ellos no vale nada, o mucho, y por eso se defienden, con piedras o con lo que pueden.
Ya firmé, y espero que sepan que estamos con ellos y que las cosas por su nombre, la lluvia no es agua son balas, que no mojan matan. ISRAEL GENOCIDA DE LOS PALESTINOS DE GAZA. BASTA YA
Publicado por: Nora Vázquez Aicardi | 30/12/2008 19:02:33
Hoy, el texto de Juan Cruz me parece uno de los más bellos que ha escrito en su blog. Me sorprende que nadie haya reparado en ello. La belleza, además, no debe de servir nunca como elemento de distracción – ante los días terribles de Gaza, por ejemplo – sino como rearme ético de afirmación de nuestra especie en momentos en que el Gobierno de Israel (con el apoyo o el silencio culpable de tantos otros) coloca al ser humano a niveles de crueldad en conflicto con la inteligencia y al lado de la atrocidad más execrable.
Publicado por: Miguel Mora | 30/12/2008 18:03:31
Lo de hoy es un llanto desconsolado, lágrimas plomizas que no cesan
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!
No se puede aplicar al capricho de un dios. La Dafne es tierra y el hombre no es ni siquiera hombre.
Saludos blogueros.
Queda mucho que llorar
Publicado por: natalia | 30/12/2008 16:42:20
Gracias, Mar, acabo de firmar y poner el enlace en mi blog.
Publicado por: adriandorado | 30/12/2008 15:24:00
gracias lo he transmitido en Francia por si...
y he firmado claro!
Si queréis más información directa he aquí una web:
(www..freegaza.org)
son los integrantes del proyecto: "Free Gaza",
un grupo de observadores internacionales de derechos humanos políticos, miembros de diversas ONGs y periodistas que han abierto, con el apoyo de cientos de donaciones de todo el mundo, una vía humanitaria por mar
para conectar
Chipre con el puerto de Ciudad de Gaza. A través de esta
vía entregan
medicamentos a los hospitales de la franja y pretenden
sensibilizar a la
comunidad internacional sobre las consecuencias humanas del
bloqueo de Gaza
Publicado por: maririu | 30/12/2008 15:20:38
Mar: acabo de firmar. Pertenezco a amnistía, pero no lo había visto.
Muchas gracias.
Madrid a punto de lluvia triste. O seré yo.
Publicado por: alena collar | 30/12/2008 14:36:07
Desde la web de Aministía Internacional puedes mandar un mensaje al ministro de defensa israelí.
http://www.es.amnesty.org/actua/acciones/israel-y-los-territorios-palestinos-ocupados-protejan-a-la-poblacion-civil/
Publicado por: Mar | 30/12/2008 14:17:35
Gracias Maririu, deberé revisar mi omnipotencia. Es que quisiera detener a cada bala con un verso y, al final de la jornada, ver resucitar todos los niños, hoy, injustamente masacrados.
Publicado por: adrian dorado | 30/12/2008 14:05:41
Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve.
Balada de otoño, Joan Manuel Serrat.
Qué canción más bonita ¿eh? Melancólica como pocas.
Publicado por: Mar | 30/12/2008 14:01:57
perdón, quise decir "llegar a ser"
Publicado por: Ernesto Allende Cafrune | 30/12/2008 13:18:30
Un frío plomizo, respetuoso pero constante.
Un frío que no irrumpe. Que entra como pidiendo permiso.
Como sabiendo ya que no va a ser recibido para quedarse.
Que le saludarán un instante para despedirlo con amabilidad.
Cerrando esa ventana.
Esa minúscula puerta elevada desde la que se ve un enhiesto y orgulloso guardacantón que un día, tal vez, soñó con llegar ser pilar de una casa solariega.
Saludos.
Publicado por: Ernesto Allende Cafrune | 30/12/2008 13:16:02
En Toledo también hemos despertado entre tonos grises, aunque a mí, personalmente, me encantan estas mañanas en las que aunque la oscuridad nos muestre el paisaje con tristes gafas de sol, el ambiente es tan melancólico e íntimo.
Cuando estudias fuera de casa, el volver se hace tan necesario como el respirar, y me alegra haber vuelto aquí, a mi casa, donde parece que nada puede dolerme, donde parece que no existe el daño.
Pero todo se esfuma cuando enciendo la televisión. Entonces entiendo que el gris es mucho más que el color de esta mañana. El mundo es gris, y grises nos volvemos.
Saludos grisáceos
Publicado por: Ana. P | 30/12/2008 13:10:18