El último día de 1940, "con malestar crónico y días en cama, fiebre estable y un desánimo difuso", Dionisio Ridruejo escribió en su diario: "Ningún año es malo cuando está vencido". Lo cuenta Jordi Gracia en su muy recomendable libro "La vida rescatada vida de Dionisio Ridruejo" (Anagrama). Quebradizo pero firme, aquel falangista de la primera hora, al que luego la vida, y las ideas, le llevaron primero lejos de Franco y después lejos de las ambiciones totalitarias que abrazó cuando aún no tenía treinta años, sintió siempre ese vapor melancólico que traduce aquella frase, traída hoy aquí por dos razones: para decir que 2008 ha sido un año cabrón, por razones mundiales y hasta personales, y para decir que ya está vencido, hoy se vence, esta noche acaba la vigencia de esta letra endiablada que hemos tenido todo el año sobre nuestras cabezas como un sol picudo, como una nieve negra. ¿Está vencido? Lo dudo. 2008 ha incubado un huevo fétido, que se romperá en 2009, y cuyo olor ingrato nos alcanzará hasta en las pituitarias más ingenuas. Tuve un amigo, desgraciadamente muerto ya, que decía que cuando en el ambiente soplaba un aire feroz él se encerrada en sí mismo, se agachaba, dejaba que pasara el temporal y esperaba a que el aire se serenara. Ahora en El Médano el aire es sereno, e incluso nítido, no hay temporal, pero alienta en mi alma, y en mi entendimiento, la sensación de que algo muy malo pasó y de que algo muy malo ha de pasar, y que este cabrón año no ha venido con una goma de borrar sino con una goma de ensuciar. ¿Un año vencido? Los vencidos somos nosotros, el año se va, y no va a la cárcel; ha sido un año delincuente y traidor, de modo que merecería el olvido. Pero los años son como los malos recuerdos, y como la basura, regresan cuando parece que retorna el sueño; revueltos ahí, en el duermevela, son como las pesadillas. Pero, en fin, esperemos; de momento les regalo esta foto que hice hace unos días volviendo de La Gomera, que es la isla que se ve al fondo, serena, como si en efecto se encerrara en sí misma y dejara pasar la tormenta (que sufrió, por cierto, el día anterior). Le mando la foto a Natalia, que es la que hoy está de guardia, y espero que le llegue a tiempo para que sea mi simbólica postal de despedida. Y mañana no tenemos periódico. Lean un libro. Lean ese libro de Jordi Gracia. Entenderán mejor porque hay que saber antes de decir.