Los zapatos de Reyes

Por: | 27 de diciembre de 2008

La persona que me regaló hace años los dos zapatos de bronce que guardo entre mis cosas no tenía ni idea de la importancia que tuvo en mi infancia, hace más de medio siglo, un par de zapatos. Era costumbre entre los de nuestro barrio, y supongo que entre los de muchos barrios, dejar unos zapatos en las casas donde esperábamos regalos, y también era costumbre que llevaras esos zapatos a la casa de tus padrinos. Entonces ya yo era muy insistente, y le insistí a mi madre para que me acompañara a la casa de mis padrinos, con un par de zapatos sobre la que ellos deberían depositar los regalos que me trajeran los Reyes Magos, en los que aún creía. Cuando llegué a la casa, aquellos dos señores me recibieron con una jaculatoria que me ha acompañado siempre:

--Niño, ¡esta no es una zapatería!

Y me volví con los zapatos. Entonces me dejaban los Reyes cosas muy estrambóticas, o al menos insólitas; un a vez me dejaron un camión hecho de alambres (en Tenerife decimos vergas), que había fabricado mi hermano, que él mismo pintaba cada año de diferentes colores, para que siempre fuera un camión diferente. Y los suecos vecinos me regalaron una vez el primer coche de juguete fabricado industrialmente que llegó a mi pueblo y que era de color rojo.

Nunca más volví a dejar zapatos, y hace un tiempo que regalaron, precisamente, este par de zapatos que me recuerdan a Dickens y a Chaplin, y que tengo entre mis cosas como un emblema. Lo que no podía saber aquella persona que me regaló este par ni nadie es que de pronto este par de zapatos iba a adquirir este fin de año el carácter metafórico que ahora tienen los zapatos.

Pzapatos

Hay 32 Comentarios

Aunque sigo indignada por lo que dije anteayer, aquello de adjudicarme una cosa que yo no he escrito, ref. GATOS CAGANDO , (imagínate que el toti que firma UNO, comenta que se cargó a su abuela, ..y van y me lo adjudican a mí)En fín...pasémos a otro tema.Tanta bobería con los zapatos... yo tenía de pequeña unos de invierno y otros de verano y si me iban pequeños antes que se acabara el verano...me cortaban la punta, de los zapatos claro, para que el dedo fuera creciendo.Esto es lo que había , y tan felices..

Mira "Para um caderninho de Natal", en http://www.comunique-se.com.br/index.asp?p=Conteudo/NewsShow.asp&p2=idnot%3D50063%26Editoria%3D874%26Op2%3D1%26Op3%3D0%26pid%3D212047%26fnt%3Dfntnl&rss=on

os deseo felicidades en este nuevo AÑO 2.0009.

Sí, Iago.Sí. Yo sé de lo que hablas. Aquel pañuelo blanco y aquel par de calcetines.
No había nada más; pero era el mundo entero en su sonrisa.
Yo tenía 17 años.
Yo sé lo que digo.

Con esa nostalgia que nos acicala de manera rara estos días, barrunto que desde siempre supe quienes eran los reyes magos. El primer día de reyes del que tengo memoria recuerdo a mi madre decirme con una alegría contagiosa, mi madre siempre contagia alegría, que había que llevar al balcón los zapatos, que esa noche venía los reyes magos a traer los regalos a los niños. Más que lo de los reyes, me atrajo lo de jugar a abrir el balcón y salir a poner los zapatos al lado de la escarcha y los pirulís de hielo que colgaban del tejadillo. Con los zapatos en una mano y de su mano en la otra, allá fuimos a dejarlos. Me ahogaba una curiosidad inmensa, creo que era miedo, sobre lo que podía pasar durante la noche si venía gente extraña por allí trepando por el balcón. A ver qué pasaría. Luego ya dentro, con la alegría, que ya dije antes de mi madre, y mucho humor me fue explicando la historia de la navidad y de los reyes magos… aún me llegan las risas que nos arrancaba a los ensimismados oyentes… Y así me fue venciendo el sueño, se fue desvaneciendo todo y me dormí.
A la mañana siguiente me vinieron a despertar. ¡Vamos al balcón a ver que nos han dejado los reyes! ¡Vamos! Varios envoltorios desbordaban la capacidad de los zapatos. Con la ilusión y ánimo que me trasmitía la parroquia entera, me lancé a rasgar el primer envoltorio de plata… la cosa no prometía mucho porque reconocí que lo que envolvía la cosa eran dos o tres papeles de plata reciclados del chocolate de toda la vida. Pero… ¡oh, milagro! Apareció debajo del envoltorio ¡una cebolla! sana, entera, con todo su color… y me la habían dejado para mí… era mi regalo… traían de verdad cosas a los niños… la sobé, la acaricié y más contento que unas castañuelas me fui a por el segundo envoltorio… qué otra cosa me podían haber traído, me preguntaba ilusionado… ohhhh, mammaaa… una cebolla y… ¡un pimiento!… un pimiento rojo, mamáaaá… y a por el tercero… envuelto en papel de estraza como el que siempre daban en la tienda… un juguete, el gallito kikirikí que silbaba… era un silbato de plástico, con forma de gallito, le soplaba en cola y silbaba… jo, si silbaba… Aún recuerda mi madre la mañana que les dí sin parar de soplar al gallito en la cola.
Os aseguro que fuí el niño más feliz del mundo ese día… Eran tiempos muy duros. A esos padres sí que les debemos. ¡Tanto!

La verdad es que la historia me recuerda a algo similar que me paso a mi de pequeño, justo cuando fui a ver que me habian dejado los reyes en casa de los vecinos, el palo que me dieron fue de ordago!

*** dijo...
Ay Lucía, Lucía, me extraña de usted.
Era el zapato de La Cenicienta.
Lo del taco roto debe ser una licencia poética. Yo que usted me lo hubiera quedado, por ahí me traía suerte.

1 de junio de 2007 20:21
***** dijo...
tiene arreglo.., lucia.
tiene arreglo..
esperar deriva de esperanza?
falta mucho caminar...
"tienes por bién llorado, lo llorado, por bién reido, lo reido, porque lo que el árbol tiene de florido..., víve de lo que tiene sepultado"
el zapato es "nuevo".
el zapato no es ningún "zapato".
Quienes te quieren lo saben.

2 de junio de 2007 0:07
Premio consuelo para Lucía Folino dijo...
Agradezco a **** y a **** sus alentadores comentarios a un poemita simple, que nació un frìo dìa de invierno, en que caminaba por la calle en que vivo y nacì (Zeballos, en Avellaneda) y se presentò esa imagen real ante mì, con una claridad lumìnica que muchos transeùntes no alcanzaron a ver y asombrarse porque los trajines diarios muchas veces nos impiden esa posibilidad.

Ahora me encuentro mucho más ocupada que entonces y rara vez, aparece un zapato de cuero negro,
de mujer, casi nuevo, con un taco roto en un umbral.

La magia requiere contemplaciones y la supervivencia exige ir dejàndolas de lado.

Mirar es un lujo. La Poesìa, un privilegio, en paìses como el nuestro.

Lu.

2 de junio de 2007 9:04
Premio consuelo para Lucía Folino dijo...
Ay, me olvidaba.
Lo del taco roto no es licencia.

Aquel zapato estaba ahì recordàndome que la espera era absurda.

(Los tacos de zapatos se rompen con facilidad cuando se los usa como martillo, por ejemplo).


Copio los comentarios al poema anterior por dos motivos:
Primero, porque hoy estuve leyendo los conceptos sobre magia de Taylor, mencionados por Freud en una de sus obras primigenias.

Segundo porque hablando de Reyes y Zapatos es muy oportuno, para recordarme que los martillos deben ser de hierro.

Y una yapa:
Porque es el cumpleaños del maldito serrat (Copani dixit) y después de la mezquindad demostrada en su gira ultramarina multimillonaria con el otro pajarraco neurótico, donde priorizó cartera y bodega (a los 65 años ¡qué despropósito!) me recuerda que cada cumpleaños deberé agitar mi bandera zapatera para que todos sepan quien es quien en este mundo.


El bombardeo de la franja de Gaza me tiene colapsado.
No doy hoy para más.
Besitos/azos.

Retrocede unos días y encuentra a los culpables que tienen nombre, apellido y alias.


No dirás que no le pedí a los Reyes (por medio de una carta al Zapatero)
que se dignaran mirar fuera de sus estúpidos ombligos.


Lamentablemente, la inminencia de la third world word es un hecho y nadie podrá parar el blue beam cuyas consecuencias venimos anunciando desde el año 2004.

A UN UMBRAL DE LA CALLE ESTANISLAO SEVERINO ZEBALLOS


En un umbral de la calle Zeballos
alguien dejó un zapato de cuero negro,
de mujer, casi nuevo, con un taco roto.


Un solo zapato.


¿Qué hacía allí un solo zapato de cuero negro,
de mujer, casi nuevo, con un taco roto,
sentado en ese umbral,
esperando, esperando...?


Domingo de reflexión, mientras los españoles del grupo Prisa se flexionan ante los monarcas.

Cuenta de la huelga de tu equipo, porfa.


LU

Juan, aquí estamos a las 10:37 el colectivo Recovecos, los de la radio. Ideando la revista y Javier Gómez que ha leído tus libros y el último le gusta especialmente está aquí y siempre le ha dado verguenza escribir en tu blog. Le digo que a todos nos cuesta entrar pero al final nos sentimo cómodos y lo comprometo a que mañana estrene tu blog.
saludos blogueros

Gonzalo Echayde da fe, como notaria en prácticas

El bombardeo de la franja de Gaza me tiene colapsado.
No doy hoy para más.
Besitos/azos.

Hola Sr Cruz: hay que ver que recuerdos inolvidables tenemos casi todos… y digo casi, porque… si es verdad que hay en el mundo muchos niños que nunca tuvieron un juguete, y además los sigue habiendo, que por no tener no tienen ni para comer y me parece una monstruosidad en pleno siglo XXI. Yo cuando fui niña, los Reyes no me traían nada, no era yo la única, entonces eran tiempos de posguerra y por lo tanto los dichosos Reyes eran muy pobres. Pero en esa ocasión teníamos los niños un gran ingenio e imaginación para hacer nosotros mismos barias clases de juguetes y le puedo asegurar que nos divertíamos y reíamos un montón y éramos bien felices dentro de la poca abundancia. Ahora mis nietos, y los de los demás, tienen demasiado y creo que eso no es bueno… se le da todo hecho y no se ponen a trabajar su imaginación, creo que está todo muy mal repartido, unos lo tienen todo y otros no tienen nada.

Un saludo muy especial a Francisco… otro a Maririu… y un abrazo. Sin exclusión de nadie por supuesto. Os quiero ser muy felices. Desde Pontevedra que e boa Vila. Bo nadal

Querido Juan esta entrada me ha conquistado, gracias por compartir con nosotros esto y más en estos días.
Me has inspirado, ya te contaré...es una sorpresa.
Felices Fiestas :-)

Entré hace unas horas, largas ya, a leer el tema del día y me dije... psss... pues no escribo. Es que los reyes, por muy magos que sean hoy día, no me resuenan en demasía. Si hasta me parece un poco prematuro pues faltando el tiempo cansado, harto epilogante de la nochevieja y el consecuente chispazo aliviador del nuevo día, mi clima interno es otro.Ellos vienen después. Los tres magos eran, fueron, y por acción del recuerdo siguen siendo el cierre de un tiempo excepcional, mítico, arqetípico sin el cual- admitámoslo pues está incorporado y forma parte de nuestra cultura - estaríamos aún mas desorientados, perdidos, e incomprendidos de lo que estamos. El hombre necesita de hitos, signos, símbolos. marcas, mitos, señales de cambio....
Pero hoy no quiero discurrir acerca del valor de los arquetipos sino contarles como, una vez manifiesto el desinterés participativo, continuó mi pensamiento dando vueltas inmerso en mis neuronas. Me acordé de los reclamos de quienes se quejaban por que no habías propuesto temas que ellos suponen deberías haber abordado. Y me ví reflejado, con el rechazo de los zapatos de reyes, en ese reclamo como si estuvieras obligado a cumplir, transformándote en una voz autorizada que debiera responder a un imaginario modelado por esa necesidad imperiosa de decir lo que otros quieren oir. Obviamente esos anhelos han excluído, de nacimiento y de cuajo, tu necesidad y deseo. O sea que para ese imperativo ya no eres un otro con sus vivencias, sino que te obliga, estatuaria y broncíferamente, con el brazo estirado y el índice señalando el horizonte a decir: ¡Allá está la meta camaradas!
Claro que una actitud así calmaría a la tribuna pues no hay nada mas exultante que los discursos forjados en trincheras de combate, paridos a la luz de fogonazos mortales donde se esuche el silbido de las balas. Como si esta fuera la única manera de demostrar el compromiso social, político y, obviamente, el ideológico.
De cualquier manera, debo confesarte que me tiene sin cuidado, por mí puedes pensar con los matices que se te ocurran, lo que me interesa es sentir cómo me modifica, a mi, tu obra.
Entonces, repasando tus dos últimos libros, digo que no es tu vertiente mas marcada poner en primer plano, precisamente, el auscultamiento de problemáticas sociales imbrincadas con conyunturas políticas. Lo ideológico lo tocas, si, como pinceladas acompantes de otros emergentes y aclarando tus miradas pero no son el meollo discursivo de tus cuitas.
Hurgas en el hombre, preguntándote a través de la memoria, encontrando en cada vuelta de rosca un nuevo entendimiento de qué y cómo va la cosa. Ficcionando los hechos, de ser preciso y para demostrarte, demostrarnos, la inasible y volátil materia con la que estamos construidos.
Ya estoy, y desde hace un buen rato de ello, proyectando en estas líneas mi experiencia creativa. Esto es lo que recojo en tus escritos, la maravillosa sincronía experiencial, supongo coincidencias que produce la edad y que, ésta, le imprime al ser humano.
Me preguntaba entonces, y bien podría ayudarme en la tarea, algún escritor idóneo y mas aclarado que yo, porqué la historia registra con tanta pregnancia los hechos exteriores producidos, por ejemplo, por un revolucionario que intenta modificar los anquilosamientos regresivos que toda sociedad impone a sus miembros (unas más, otras menos) y tiene tanta tendencia a ignorar a quien introyecta esa lucha hacia su interioridad y, en acto tan libertario como el anterior, logra superar las negatividades que han quedado impresas en nosotros, precisamente, por la educación autoritaria con que occidente nos criara.
Una de ellas es, por ejemplo, la pretensión que el otro piense como yo deseo, que así se conduzca y actúe escribiendo, en este blog, las cuitas de mi interés ignorado sus necesidades.
Bueno, pues a mí, por muy de izquierda que nos digamos, eso me huele al mas rancio fascismo, a la imposición más dictatorial y hasta a bastarda manipulación.
Me alegro que no entres en ese juego.

Me pregunto yo: ¿Joan Miró ha sido menos libertario que Camilo Cienfuegos?

Maestro Cruz
Hoy cumple 65 años SERRAT,tenemos la inmensa suerte de seguir oyendolo y poderle desear que cumpla muchos más y que nos regale su sensibilidad y buen gusto en forma de poemas sonoros.Sus amigos entre los que se encuentra el Maestro Cruz tienen la inmensa fortuna de poder disfrutar de su lado intimo y más personal que lo disfruten tambien muchos años,ellos y nosotros
PD.Felices fiestas Margot y lo mejor en el proximo año
Saludos Paco

Es verdad .
Nosotros aquí gozando de lo simbólico de estos días y del encanto de esa música qye van soltando los recuerdos, y allá tan cerca y tan lejos , la ilusión hecha trizas quiebra hoy sus caminos , y todo es dolor y todo es cansancio de que la Tierra se nutra de nuevo de triste y roja savia humana .
Osú, seguimos y seguimos de locura en locura , a oscuras , y sin más ruta que la que deja la amargura de las respuestas militares de unos y otros .
Los tambores de guerra no admiten más sonido que el de los proyectiles y el llanto de las victimas .
Por Dios , ¿ Es que la VIDA no puede curar a estos paises de semejante fiebre y delirio ?.

PD: No quiero olvidarme, tanto que se habla de la violencia, en este blog, de la de México.
Que en Gaza, los israelíes han matado, mucha gente de jamás y a otros que no eran de jamás.

LOS ZAPATOS QUE NUNCA CRECIERON

Estaban allí.

Cuando aquel día después de tantos años de no leer mis antiguos libros , subí , llegué , recorrí con los ojos aquellas páginas en las que un día puse tanta atención y tanto examen, y ví de pronto como habían envejecido y como llevaban en sí , las arrugas , el color y el olor amarillento del tiempo y de épocas ya muertas , uno por uno, ante mí desfilaron los recuerdos:

" Como una lanza , como una espina,
caen sobre la inocente paloma,
del humo nacidas ,las silabas destructivas."

" ¿ Serpiente tu veneno has preparado?" .
Ninguna de aquellas páginas llevaban ya la necesaria arcilla para la reconstrucción y la edificación de aquel canto olvidado . Los recuerdos , algunos , no merecen ser dignos de salir a vivir de nuevo .
Y no obstante allí estaban ellos y otra vez se abrió la puerta y se escuchó el canto:
" Mientras la música dura el tiempo se detiene."
Ufff.. ¡ Cuánto tiempoo!
Allí , allí .. Tenían ocho años , ¿ Ocho? . Si, sí , ocho . Esa edad en la que "te odio" puede significar " hazme caso" o "dame lo que quiero" y en la que los valores ya no se adquieren "dentro" sino que se toman de aires iguales .
Eran marrones , altos de suelo y portaban un enorme sello verde estampado en su dorso.
Volatín , volatín , te asalta la nostalgia y huyes , errante , en la dirección del viento que sostiene el juguete y que te encumbra en la ilusión y el frágil sueño .
Cordones de mariposa inocente gravitando sobre todas las cosas no sientes todavía que la alegría del sol y del buen tiempo , es una alegría fugitiva .

Se llamaban " gorilas " y eran ,de todos ,todos los zapatos del mundo , los más adecuados para bailar ,saltar, correr , jugar a la regañá, y subir colinas .
Especiales para el otoño y el invierno , les gustaban los gatos porque eran libres y aleteaban sobre las necesidades de la tierra y porque siempre andaban ( igualitos , igualitos que ellos mismos ) más absortos e interesados en las aficiones o acechando o jugando entre los pies o entre las hierbas , que pensando en el cobijo, la comida o el agua.
Los perros también eran sus amigos y raro era el que no se amoldaba a sus pasos como se amolda el agua a los vasos o el aire a los sonidos .
En realidad a los "gorilas" les gustaban casi todos los animales de la Vida . Todos, menos uno ,que subido sobre dos piernas y con cara de no ver en una T más que dos rectas que se tocan o la 22 letra de un abecé aburrido , les exterminó la ilusión y la alegría y les espantó el gozo con una noticia llegada desde el otro lado del mundo . De ese otro mundo donde el sueño y la imaginación no son sino flores de barro flotando en un cielo apresurado .
¡¡ Los Reyes Magos no existían!!
¡ Mama, cómo lloraban aquel día aquellos zapatos con enorme suela de goma !.
Pero ella gritó con todo su dolor sobre aquella "lanza" que partió la ilusión de sus lindos zapatitos "gorilas" , y de donde arranca el lindo sonido de las campanas sacó un canto y unas tijeras :

- " Mientras la música dura, el tiempo se detiene " . Te recortaré unos ojos y no crecerás nunca . Siempre la ilusión será tuya.
Y es por eso que aquellos zapatitos gorilas cada 6 de Enero siguen vivos aunque el pie que los calza ya sea viejo.


Maestro Cruz
Mis recuerdos de los zapatos del agua, turrón y pan para los reyes,lo he repetido con mi hijo y me encanta recordarlo,tengo uns padrinos maravillosos, él no está físicamente pero sigue en mi recuerdo, era un genio en su imprenta , me regalo el Quijote y el amor a todo lo impreso, recuerdo el olor a tinta y las letras tan bonitas que tenia.Ella siempre me enviaba desde Suiza un reloj que era la envidia de mis hermanos,que los heredaban y de mis amigos por no existir en España esos modelos.Antiguamente a los niños se les trataba muy diferente a como los tratamos en la actualidad.Felices fiestas Maririu y Corbalán espero que el Barca te regale una liga por los balones pintados tantas veces un abrazo y felices fiestas.
PD Un poema para quienes la tenemos, acontecer que es motivo de alegría y para quienes no la tienen que sea un motivo de recuerdo espero que lo más alegra y cariñoso que se pueda.

MADRE
Te digo al llegar, madre,
que tú eres como el mar;que aunque las olas
de tus años se cambien y te muden,
siempre es igual tu sitio
al paso de mi alma.
No es preciso medida
ni cálculo para el conocimiento
de ese cielo de tu alma;
el color, hora eterna,
la luz de tu poniente,
te señalan¡oh madre! entre las olas,
conocida y eterna en su mudanza
Juan Ramón Jiménez ,diario de un poeta recién casado,El País ,colección de poesía
Saludos Paco

A mi me dejaban cosas bonitas, pero eso sí la sociedad no era consumista, como ahora. Se regalaba en Reyes, recuerdo que hasta los doce años peleaba porque mis compas me decían, los reyes son los padres, fue muy triste descubrir que tenían razón, pero hombre la vida me depara otras tristezas, como por ejemplo que la Democracia es una gran mentira. Y si los Reyes vienen en camellos, por el desierto, porque los niños africanos andan descalzos y no pueden poner los zapatos...que pena, no. Como dijo Ma. Elena Walsh:

El reino del revés

Me dijeron que en el reino del revés nada el pájaro y vuela el pez,


que los gatos no hacen miau y dicen yes


porque estudian mucho inglés


vamos a ver cómo es el reino del revés,


vamos a ver cómo es el reino del revés.


Me dijeron que en el reino del revés nadie baila con los pies,


que un ladrón es vigilante y otro es juez


y que dos más dos son tres.


Me dijeron que en el reino del revés cabe un oso en una nuez,


que usan barbas y bigotes los bebés


y que un año dura un mes.


Me dijeron que en el reino del revés hay un perro pequinés


que se cae para arriba y una vez no pudo bajar después.


Me dijeron que en el reino del revés un señor llamado Andrés


tiene mil quinientos treinta chimpancés que si miras no los ves.


Me dijeron que en el reino del revés una araña


y un ciempiés van montados al palacio del Marqués


en caballos de ajedrez.


Estas fechas están llenas de lugares comunes. Hay quien las aborrece porque incitan al consumo o porque le desvelan ausencias que nunca se irán del todo. A mi me sorprenden y por eso me encantan. Me sorprende la ternura, ver sonrisas en rostros casi siempre adustos, los regalos que nos hacemos, la felicidad que nos deseamos... Es una bendita epidemia que nos contagia y nos hace retornar al territorio de la niñez. Y es tan grato. Con todo, lo que más me subyuga es que me evoca personas, olores,... recuerdos.

Recuerdo que me trajeron hasta la cama un cabritillo recién parido, tenía las patas muy largas, se le desmadejaban sobre las baldosas azules y no podía mantenerse en pie. Fuera, los cables que traían la luz tenían un cilindro blanco de escarcha. Era Navidad.
El abuelo, en estas fiestas, con toda la familia sentada en la mesa, cortaba la barra de turrón del duro con el cuchillo de matar y un martillo. No sé cómo pero conseguía que las porciones fueran idénticas. Saltaban añicos apelmazados de almendra, azúcar y miel que los nietos cazábamos al vuelo como trofeos.
Mi primer pantalón largo era de pana gris. Me liberaba de la desnudez de las piernas y de la densidad congelada del aire. Era un signo de que dejaba atrás la niñez. Entonces no sabía que también perdería la inocencia. Lo estrené un día de Navidad.
Aquel día de Año Nuevo hubo un caballo tordo que piafaba cuando yo salía de la cuadra y relinchaba cuando me veía. Me acerqué, acaricié su cabeza y en la camisa inmaculada de fiesta se dibujó un lamparón de babas. Unos azotes y a cambiarse para ir a misa.
Siempre hubo una diminuta cesta de madera recubierta con paja trenzada, con la que se iba a pedir el aguinaldo a los allegados. Está en el desván de la casa de mis padres. Si la abres huele a rosquillas de anís y a bollos de hojaldre bañados en polvo de azúcar.
También hubo un gato que ronroneaba sobre el poyete de la cocina de chapa. Lo prendí con dos dedos por el pescuezo y lo dejé caer sobre el hierro caliente. Las almohadillas negras de sus patas se chamuscaron. Mi mano tiene memoria del filo de sus uñas. Estas cosas sucedían en días como estos.
Puedo evocar el olor a pólvora de aquellos fulminantes rojos que vendían en tiras. Se ponían debajo del percutor de la pistola de calamina que me habían traído los reyes magos. Si se apretaba el gatillo detonaba con un sonido similar a los disparos que oíamos en las películas del Oeste. Jugábamos, los que tenían pistola eran vaqueros, los que no, indios.
Más tarde, mucho más tarde, me disfracé de Papá Noël. Escondí dentro de la casaca roja una almohada y ajusté el atuendo con un cinturón militar de charol. A los críos nos les salía la voz, el mayor tenía en los ojos el miedo y el misterio, el pequeño un par de lágrimas. Les di los regalos. No me reconocieron.
Los niños crecieron. Ataron un cabo de una cuerda a la cama y el otro a la mesa del dormitorio. Cuando entramos los reyes magos a dejar los regalos en sus zapatos relucientes de betún casi nos dejamos la crisma. Sólo se rompieron unas copas de licor y rodaron los platos con los dulces. Los niños no pararon de reír hasta mucho más allá de la medianoche.

Tengo para mí que sólo tenemos un patrimonio inembargable e impagable, el que construimos con nuestros recuerdos. Esa fortuna nunca se gasta por más que la uses o la regales.

Me disculpen... quise decir I,m sorry...

MARIRIU... puedes encontrarme en www.solidaridadypaz.com comprenderás entonces... Saludos compañera...

Maririu... entendí perfectamente... pero quería dejar constancia de mi desazón... I,sorry...

Juan, me has hecho recordar la noche de Reyes, y la inocencia de esperar su llegada.
Nosotros, eramos 4, tambien poniamos los zapatos pero tras la puerta de la calle, con una taza de agua para los camellos.
Y mientras tú recibias un coche de alambre, pintado cada año de distinto color, yo he tenido durante cuatro, últimos años de mi inocencia, una pelota de goma pintada com,o di fuese de cuero.
Se perdia una semana antes de Navidad y aparecia envuelta en papel de estraza la mañana de Reyes.
Salud.

Beatriz, suponía que se comprendería que las babuchas se las lanzaba un periodista al rey de Marruecos como el irakí se las lanzó a Bush, lo que me parece ser la metáfora del año.

La entrada de hoy me recordó aquel niño de "Mi planta naranja-lima" de Mauro Vasconcelo. Creo que en el fondo te pareces a aquel Zezé que aprendió a leer sin que nadie lo enseñase, que cantaba para dentro, que el mejor juguete era su imaginación. Un hermano más que seguía a "Totoca" el hermano pragmático, que admiraba y odiaba el "demonio" que escondía su hermano pequeño. Y me recordó también aquella noches de reyes en la que los zapatos amanecieron vacíos y culpó a su padre por ser pobre mientras sus ojos se abrían como pantallas de cine. Ese niño que luego fue a lustrar zapatos de otros para comprar cigarros a su padre con tal de amedentrar su culpa por confiar en que el niño jesús nacía también en las casas pobres.

saludos blogueros

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Mira que te lo tengo dicho

Sobre el blog

¿Qué podemos esperar de la cultura? ¿Y qué de quienes la hacen? Los hechos y los protagonistas. La intimidad de los creadores y la plaza en la que se encuentran.

Sobre el autor

Juan Cruz

es periodista y escritor. Su blog Mira que te lo tengo dicho ha estado colgado desde 2006 en elpais.com y aparece ahora en la web de cultura de El País. En cultura ha desarrollado gran parte de su trabajo en El País. Sobre esa experiencia escribió un libro, Una memoria de El País y sobre su trabajo como editor publicó Egos revueltos, una memoria personal de la vida literaria, que fue Premio Comillas de Memorias de la editorial Tusquets. Otros libros suyos son Ojalá octubre y La foto de los suecos. Sobre periodismo escribió Periodismo. ¿vale la pena vivir para este oficio?. Sus últimos libros son Viaje al corazón del fútbol, sobre el Barça de Pep Guardiola, y Contra el insulto, sobre la costumbre de insultar que domina hoy en el periodismo y en muchos sectores de la vida pública española. Nació en Tenerife en 1948.

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