Estuve viendo en Roma la exposición Bacon/Caravaggio, o viceversa, montada en Villa Borghese, un centro fantástico para exponer a dos grandes maestros de la pintura. Debo decir, sin embargo, que la superposición opaca a ambos genios, que por separado hacen una guerra estética y moral en la que son imbatibles, pero cuyo diálogo está, me parece, exagerado por la voluntad de juntar para congregar más público en estas galerías en las que la belleza termina apabullando. Los comisarios de la exposición han aprovechado gran parte de los Caravaggio que guarda Villa Borghese y han importado otros tantos cuadros de Bacon; han aprovechado algunas singularidades biográficas (el carácter violento, o supuestamente violento, de ambos, la pasión compartida por el retrato, la búsqueda de la luz, la discusión con los cuerpos), y han querido crear un clima que acaso hubiera funcionado si alrededor no hubiera tanta competencia pictórica y escultórica de la colección propia de Villa Borghese, con la que convive esta muestra a veces de manera atosigante. Vi la exposición rodeado de un público que me parece que padecía similares confusiones a las que padecí yo, y eso me alivió, porque en algún momento creí que mi pérdida en el laberinto de las comparaciones era singular, personal y exclusivo. No sé si alguno de ustedes vio ya esa exposición; si es así, me gustaría contrastar esta opinión que se refiere, por supuesto, a la oportunidad del conjunto (juntar a Caravaggio con Bacon, que en principio puede resultar atractivo) y no a la calidad grave, extraordinaria, de ambos artistas. Un detalle más: en estos museos es cada vez más atosigante entrar, aunque sea muy fácil salir. Has de comprar las entradas por Internet, y has de ir a una hora precisa; allí has de hacer varios tipos de colas, para recoger la entrada física, para dejar el bolso, para entrar en la exposición... Y la aglomeración hace luego que sea casi imposible mirar los cuadros y las explicaciones. Un gran número de personas optan por escuchar las explicaciones de unos artilugios móviles, lo que ofrece la impresión de que están hablando constantemente por teléfono. El conjunto ofrece, pues, una cantidad enorme de inconvenientes que contrasta con el atractivo de la muestra y el indudable interés que despierta la posibilidad de ver juntos a estos genios. Lo siento, pero así lo vi.
Subo ahora el post. Mañana temprano viajo a Argentina, y es posible que por la mañana me resulte difícil. Espero cumplir desde allí con la cita diaria, si los hoteles y los wi fis no me juegan malas pasadas.