Los Millares

Por: | 06 de octubre de 2010

Le han dado a José María Millares Sall, el autor de Liverpool, poeta canario recientemente fallecido, el premio Nacional de Poesía a título póstumo. Ha habido aquí crónica de Javier Rodríguez Marcos, que donde pone la información pone la poesía, y una apreciación muy honda, y ciertamente melancólica, de Diego Talavera sobre la significación que Millares tiene en la poesía hecha desde Canarias. Elsa López también ha escrito un artículo sobre las características de la poesía de Millares Sall, que fue el último premio Canarias de Literatura de hace más de año y medio. Este nuevo premio, que él ya no podrá disfrutar, ha llenado de íntimo regocijo a los que hemos creído que esa poesía de Millares representa el desafío de la modernidad en la literatura canaria de antes y de después de la guerra. Pero no era del premiado exclusivamente de quien quería hablar hoy. Quería referirme a esa familia insólita que dio, entre otros, al propio José María, a Agustín y a Manuel Millares, entre otros hermanos, hijos o nietos de esa saga que representa en las islas la pasión por crear y por juntarse con otros para crear. José María es la poesía de vanguardia, la búsqueda de una metáfora que sea esencia del viaje extraño que es vivir. Agustín es el compromiso, la poesía con todos. Y Manolo Millares queda en la pintura y en el arte contemporáneo como la expresión de la rabia del creador en contra de la insistente pesadilla de vivir, la tachadura constante, el regreso a las fuentes para tacharlas o para ponerlas de manifiesto, la combinación del pasado y el porvenir como partes estéticas de una misma incertidumbre. El premio nacional a José María, que se une ahora, en la memoria de su vida y de su obra, a aquel premio que se le dio en su propia tierra, pone de relieve una poética que resume muy bien las inquietudes de vanguardia de un siglo insular, y no siempre insularizado, al que no se le ha hecho justicia ni aquí ni allí, y es más grave esa injusticia cuanto más de manifiesto se pone la lejanía que a veces viven poéticas extraordinarias a las que los oídos del exterior prestan una atención desdeñosa que ahora se remedia. ¿Tarde? Lorca le dijo a Miguel Hernández: "Los libros de poesía van lentos". La poesía tiene su ritmo. Como dijo Diego Talavera en su escrito de ayer en elpais.com, el mejor premio de José María Millares era el premio de escribir. Y ese lo tuvo cuando quiso.

Hay 18 Comentarios

Chapuza | 06/10/2010 18:41:30, otra valiosísima aportación que revela el mensaje insidioso oculto en comentarios que pueden parecer inofensivos, porque el mejor premio para el trabajador no es trabajar; ése el mejor premio para el capitalista! Felipe González lanzó el mismo mensaje antisocialista cuando dijo que había que decirle a la gente que hay que trabajar más por menos y que el nivel de productividad no lo puede marcar el que menos trabaje sino el que más trabaje, o sea el que más plusvalía genere para el capitalista : http://www.elpais.com/articulo/espana/Gonzalez/cosas/van/mal/militancia/pura/dura/elpepuesp/20100610elpepunac_24/Tes

Muchos en este blog no saben lo que es la plusvalía a pesar de ser la base del sistema que defienden sin tener ni idea de que están tirando piedras contra su propio tejado. Dejo esta sencilla explicación de wikipedia para ayudarles: "Plusvalor o plusvalía es el valor que el trabajo no remunerado al trabajador asalariado, crea por encima del valor de su fuerza de trabajo y que se apropia gratuitamente el capitalista. Es la forma específica que adquiere el plusproducto bajo el modo de producción capitalista y forma la base de la acumulación capitalista." http://es.wikipedia.org/wiki/Plusvalor A que ahora se entiende todo?

John Doe | 06/10/2010 15:52:12, otro comentario agudo y certero que vuelve a decir las verdades que muchos no quieren oir. Jutta | 06/10/2010 12:52:44 gracias, coincido contigo van camino de recibir lo que se merecen. Abrazos fuertes a todos los camaradas!

Me gustaría que vinieran a Rusia Jdoe, Chapuzas y su alegre muchachada. Encontrarán aquí muchos entrenados para que triunfen sus propuestas y no sigan perdiendo el tiempo en este blog que no les entienden ni quieren entenderlos. Aquí somos más pacientes aunque también podéis acabar requeteostiaos si lo que predicáis es tan falso como creen el resto de participantes en este blog. Y podéis entrar en los blogs de pjota, intereconomía y demás antipersonas que pululan y hoy por hoy ni siquiera osáis asomar el morro, pero desde rusia lo podéis hacer sin peligro. Olvídense de Juan y sus colegas, vénganse ya para acá a rusia que es vuestro distrito natural. Con dos corjones.

María isabel, pienso que tiene usted toda la razón. Premiar a una persona fallecida es, con el debido respeto, una sandez, una boutade propia de los "ansones" chiripitiflaúticos que pueblan las neblinas espesas de esa nuestra carpetovetónica "cultura" patria con grumos de esnobismo y de altanería que provocan la risa y el cachondeo generalizado.

Es, además, un acto de profunda INJUSTICIA hacia una persona a la que se ha tenido en el olvido durante toda su vida, y ahora vienen cuatro listillos a reivindicarlo como si fuera la octava maravilla del mundo.

Que no cuela, SEÑORÍA, que los pájaros no maman, don Ansón.

Anson, Luis María, Luis, (Ansón), retírate ya, hombre, no persistas, no sigas dando el espectáculo ni la murga, que ya te vale, Luis Perales, que vas a pasar a la historia como el paradigma surrealista del chotis y del retruécano. Dad el premio a quien se lo tenéis que dar, antes de que palme, como a Eugenio de Nora, que la gente no es tonta, Anson, que ya estamos hasta las narices de que los "Chiquitos de la Calzada" como tú estén dando lecciones todos los días...

Anda, salao!, que eres de un LEAL que asusta, camarado!

No voy a entrar en la cuestión de los premios en general, pero sobre los premios a título póstumo, seguramente faltan premios en la vida, pero no creo que sobren después de la muerte. ¿Quién sabe si lo ven? Y si es así ¿quién sabe si se ríen o lloran?

Querido Manuel Rico, gracias por tu contribución. La naturaleza de los blogs me parece que neutraliza lo exhaustivo. Ahí queda, pues, la referencia que a mi me faltó.

http://www.youtube.com/watch?v=ZBe35NDrKWs
Joan Manuel Serrat - Llegar a viejo

La saga de los Millares arranca (por si hay que poner un inicio) con Agustín Millares Torres (historiador, notario, compositor, novelista y fundador de periódicos y de iniciativas civiles y culturales como el Museo Canario). Sin extenderme por las ramas familiares, seguimos por dos de sus hijos, Luis y Agustín, son considerados los creadores del teatro costumbrista canario, novelistas y autores del primer léxico de Gran Canaria. Luevo vendrían los Millares Carló, Agustín, el paleógrafo exiliado y Juan, el padre de los Millares Sall, depurado por la dictadura y al que hace apenas dos años se recuperó con la publicación de los cuatro tomos de sus obras completas: poesía, ensayo, teatro, cómics... Para no extenderme, les invito a ver este homenaje visual realizado con poemas, música, dibujos, cuadros, esculturas y el amor de sus hijos al que Manolo dedicara el título de una serie de su obra: Mutilados de paz.
http://www.youtube.com/watch?v=McmLUiOw2dc

Dice Juan: "...el mejor premio de José María Millares era el premio de escribir. Y ese lo tuvo cuando quiso". En principio, Juan se hace eco de lo dicho por otro, pero yo he leído al otro y no he visto que lo haya dicho http://www.elpais.com/articulo/cultura/titulo/postumo/elpepucul/20101005elpepucul_8/Tes Quizá se me ha pasado. En todo caso, el mensaje de Juan es que trabajar, o sea, en este caso, escribir, ya es un premio por sí solo. En mi opinión, la "idea" es una versión remozada de otras, como "el trabajo os hará libres" o "el trabajo dignifica al hombre". Esas creencias, aparentemente nobles, en realidad sólo tendrían sentido en una sociedad socialista, jamás en una sociedad esclavista como el capitalismo. Alguien muy llorado aquí, cantaba: "Con el trabajo bien hecho, sólo el buey siente alegría, que el hombre además de eso, sabe lo que es plusvalía".

La ideología dominante amalgama realidad y ficción para disfrazar el mundo de explotación en el que vivimos: como si fuera socialista, pero con apropiación privada. Todos hemos de ayudar a los bancos, pero los bancos sólo se ayudan a sí mismos. O las empresas españolas hacen esto o lo otro, aunque en realidad no existan empresas españolas, sino empresas cuya sede está geográficamente en España, mientras que sus auténticos propietarios son de cualquier sitio y los beneficios van a cualquier parte. El propietario no es la comunidad de españoles, sino el capital. Y el capital no tiene nacionalidad o, si pretende tenerla, es sólo con fines oportunistas.

Y, volviendo al post de ayer, rechazo radicalmente lo de "Vemos en los políticos defectos que son propios de cualquier ser humano, de los periodistas, de los médicos, de los arquitectos o de los bomberos". Si comparamos las funciones respectivas, me extrañaría que cualquiera de los citados tuviera la influencia social tangible, material de un político profesional. Es una comparación demagógica. Porque lo que nos importa de los políticos es su función social, no sus vidas personales, ni sus "defectos" compartidos con el resto de la especie. No es una cuestión de moralina barata, ni de simplezas. El fondo del asunto es que los políticos no cumplen la función social que nos interesa que cumplan: la administración en nombre de todos. Gobiernan en beneficio de la clase dominante, que es el objetivo de la democracia burguesa, la falsa democracia.

Estamos hartos de que los políticos nos metan en líos impresionantes con tal de defender a sus amos. Desde la guerra de Irak hasta la de Afganistán, desde la guerra de Argelia, hasta la de Vietnam. Desde Sarkozy hasta Berlusconi, desde Bush hasta Obama, desde Aznar hasta Zapatero. De crisis en crisis, sólo les preocupa imponer a cualquier precio una paz social suficiente para que los esclavos sigan produciendo plusvalía. Respetando la condición de que a los esclavos del centro del imperio hay que alimentarlos mejor que a los de la periferia, porque los tenemos en casa.

No aguantamos a los políticos y los vamos a echar: las marionetas que pone la burguesía en el escenario político ya no hacen reír a nadie, ya no estimulan a nadie, ya no se las cree nadie.

"Sabe lo que es plusvalía, ay, que no, que no es cosa de dormir, átate las alpargatas que sí, que sí es cosa de seguir". ¡Sigamos!

P.D. Para los interesados en análisis políticos y económicos burgueses, no marxistas, un poco más serios que de costumbre, aconsejo el boletín confidencial del Laboratorio Europeo de Anticipación Política/Europa2020, http://www.leap2020.eu/ Gaspard, no sé si lo conoces, pero creo que te puede interesar. Por cierto, no dices nada de Hungría... bueno, ahora que son capitalistas se les puede perdonar todo..., ¡como a Ford o a Toyota!

Maestro Cruz
Los premios póstumos parecen casi siempre, como una manera de reparar un olvido, a la carrera .Queda claro con lo que nos cuenta el Maestro, Dumi (siento mucho que un desgraciado te incomode) Victorio y los amigos canarios que la saga Millares es muy importante para las islas y para todos nosotros.
P.D.Yo si entiendo que si me borran mis comentarios, quiere decir que no soy persona grata en ese lugar, yo si entiendo que seguir y seguir y además con aptitudes de chulo piscina, retando y nombrando sin ton ,ni son, retrata y califica al sujeto.Que ya somos mayorcitos y que las jaculatorias y los sermones, acompañados de obviedades demagógicas están fuera de lugar y tiempo.Ahora que salga la voz de su amo en forma de multiniks y que se manifieste con ese verbo y esa mala educación tan propia y habitual.¿Esa es la guerra, que anuncio el jefe de la banda?
Saludos Paco

Aunque soy poco dado al cultivo del ego, querido Juan, llama la atención que en el relatorio de colaboraciones en El País sobre la obra de Millares obvies la crítica a la que remitía el enlace que Javier Rodríguez Marcos regogía en su artículo de ayer, titulada "Pulso existencial", que, con mi firma, apareció bien destacada en Babelia del pasado 14 de agosto. Ha sido, por cierto, la única crítica a su último libro (junto con Liverpool)aparecida en la prensa diaria de ámbito nacional.
Por si te apetece leerla, aquí te transcribo el enlace:
http://www.elpais.com/articulo/portada/Pulso/existencial/elpepuculbab/20100814elpbabpor_20/Tes
Lamento el olvido.
Un abrazo.
Manuel Rico

No deberían otorgarse premios a título póstumo. Sirven principalmente para tranquilizar las conciencias de quienes pasaron del premiado cuando estaba vivo y no le dan ni siquiera la opción de rechazarlo. Son una falta respeto hacia el muerto y, sobre todo, un negocio para los vivos. Y por vivos no quiero decir solo los que todavía respiran. Además, siempre se les llena la boca con el nombre del muerto a gente que siempre la tiene llena de todo lo que el muerto despreciaba. Qué asco debe sentir el muerto desde el otro lado. Si hay otro lado y si allí se siente algo por lo que pasa en este.

PS: Quien, como hemos visto aquí, "en defensa de la política" utiliza la censura, nos dice todo sobre la naturaleza de "la política" que defiende. Los que intentan desacreditar las opiniones de mis camaradas acusándolos de seguir mis dictados son tan conscientes de su falacia que han tenido que censurar hasta cuatro veces un comentario de Michel que evidenciaba lo contrario: http://seloqueborrasteis.wordpress.com/2010/09/30/se-lo-que-borrareis/#comment-13
Como Michel dijo, les digo yo también: "Algunos nunca podrán entender que quienes tenemos la conciencia de clase y el espíritu de solidaridad que les ha faltado a ellos toda la vida, a diferencia de ellos, no necesitamos “maestros” ni líderes."

Coincido plenamente contigo Dumi. No justifico que se intente remediar, después de muerto, la valía de la persona. Me mantengo, al igual que la mayoría de los blogueros, en que después de la muerte ya los homenajes y los premios sobran. En este caso, el gran José María Millares estará, desde el Parnaso, muerto de la risa, ante la estupidez humana de entregarle un premio que él ya no puede recoger.
Un saludo triste desde Tenerife, la isla del Teide.

En mi humilde nombre: después de muerto no hay "remedio".Lo podría haber dicho Lorca, pero lo digo yo.

Mañanas, como vi que te preguntas por ese premio póstumo a Jose María Milares, es que muchas veces , según tendencias ideológicas se entra en un olvido extraño de gente muy valiosa , al que el reconocimiento de su trabajo le llega cuando ya se han ido. Y creo que no solo a Jose Maria o a cualquiera de la Saga de los Millares, a los que respeto y aprecio, pero no se traslada esa memoria fuera de las islas, por eso hay un libro Madrid en los poetas Canarios, que ha salido no hace mucho.
Quizás a Manolo Millares por sus arpilleras y su creación artística se le conoce porque se trasladó a Madrid.
Como titulaba su artículo Emilio González Déniz, "Jose Maria Millares Sall" en el Parnaso.
Todo lo que se diga bueno de esa Saga es poco.

Anoche dejé un comentario sobre los premios tardíos que le han dado a José Millares Sall. A mi por más que digas Juan que la poesía va lenta, una manera de hablar ,se lo dieron cuando ya no habitaba entre nosotros.
Yo no escribo artículos, solo puedo dejar mi opinión y es que casi siempre no damos valor a quien convive con nosotros o el tiempo va dejando marchitar (Leáse El Maestro Valle , por ejemplo, ) pero solo es una llamada de atención para que no vaya tan despacio todo, la memoria puede nublarse.
La Saga de los Millares es bien conocida en las islas y espero que en la Península, tb se tardó en reconocer a Agustin Milllares Sall como poeta, que lo recuerdo recitando sin micrófono su poesía cargada de Crítica social.
Sus hijos siguen en esa memoria histórica, Agustín Millares Cantero, tb recitaba la poesía sin micrófono, """Un fantasma recorre Europa"" empezaba un poema, y su voz resonaba por toda la Universidad.
Hombres inteligentes que siempre fueron fieles a sus ideas y a sus compromisos. Y no quiero dejar a Sergio Millares Cantero en su afán tb de no olvidar la memoría histórica de este pais, es una saga incansable y luchadora y con una vena creativa y comprometida, por eso y muchas cosas más no les podemos olvidar y por todo lo que pasaron mejor les honramos vivos, luego ya se verá.

No sé muy bien que significa un premio póstumo, supongo que es un reconocimiento al trabajo y a la tendencia de una obra creativa. En poesía esa tendencia está circunscrita en el poeta, en la persona y en su contenido, en su visión de la vida, en su forma de soportarla. Es una lástima que no le haya llegado en vida.
Un poeta o una poetisa es una persona muy estrechamente ligada a la actualidad del presente continuo que nos atenaza y además es una persona con una valentía incuestionable que se traza con más o menos dificultad en la tesitura de los versos.
Es una lástima que los ritmos de la poesía no se sincronicen con los del mercado y sus variantes, una verdadera lástima.

Juan, gracias por darme a conocer toda una saga, Los Millares, de gente preocupada por la creación.
Yo conozco al pintor, Manolo que una noche en Cuenca, nos emocionó sus pinturas.
Vibrante la prosa y emocionánte tus palabras sobre la vida y obra de los Millares.
En cuanto a la tardanza en el reconocimiento de la poesía, es unanime la opinión que en España, los jurados llevan veinte años de retraso sobre el reconocimiento de los valores en arte, literatura, poesía, teatro etc.
Espero que sea este él último Premiado, que se le concede Postúmo.
Salud y Resistir.

Jo, leerte sigue siendo un salto de emoción.

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Juan Cruz

es periodista y escritor. Su blog Mira que te lo tengo dicho ha estado colgado desde 2006 en elpais.com y aparece ahora en la web de cultura de El País. En cultura ha desarrollado gran parte de su trabajo en El País. Sobre esa experiencia escribió un libro, Una memoria de El País y sobre su trabajo como editor publicó Egos revueltos, una memoria personal de la vida literaria, que fue Premio Comillas de Memorias de la editorial Tusquets. Otros libros suyos son Ojalá octubre y La foto de los suecos. Sobre periodismo escribió Periodismo. ¿vale la pena vivir para este oficio?. Sus últimos libros son Viaje al corazón del fútbol, sobre el Barça de Pep Guardiola, y Contra el insulto, sobre la costumbre de insultar que domina hoy en el periodismo y en muchos sectores de la vida pública española. Nació en Tenerife en 1948.

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