Homenaje al médico

Por: | 09 de febrero de 2011

Toda mi vida he estado pendiente de los médicos. Siento por ellos una reverencia muy sincera. Con las excepciones que haya, son profesionales abnegados que hacen del dolor ajeno su preocupación activa; generan a su alrededor una confianza que sólo se puede ganar desde la dignidad que desprende el oficio de curar. Muchas veces trabajan, en este país, por ejemplo, en situaciones muy precarias que otros profesionales no aceptarían en el desarrollo de sus propias actividades, y aún así persisten en el cuidado de los enfermos con una dedicación eficaz y emocionante. La fe que ellos generan en los demás es fe en la vida, en la continuidad de la vida, en la desaparición del dolor. Habrá otros oficios igualmente beneméritos, pero no conozco un oficio tan imprescindible y al mismo tiempo tan hermoso. Vaya por ellos este brindis de febrero, que es un brindis sentido a lo largo de toda una vida. 

Hay 19 Comentarios

Una bebé con papitos.

Siempre pensé que eran popitos pero me sopla experta y me dice que papitos. La cosa es que no es exactamente el papo. Esta persona tiene razón, pero los mofletes que cuelgan me gustan como popitos. En fin, no siempre se gana.

Gracias Juan, por lo que en cierta medida me pueda afectar. No siempre es reconocido nuestro trabajo. En todas partes cuecen habas (como diriamos en mi tierra), pero algunas veces, que trabajo cuesta roer esas habas.

Gloria P

Cuando se está en situación de riesgo grave por enfermedad, es cuando vemos la utilidad de los servicios hospitalarios.
Esta sociedad no seria la misma sin la excelencia de los médicos y el personal sanitario en general.
Se ve tristeza como en los hospitales no obstante, estos profesionales trabajan períodos de 24 horas seguidas sin descanso en una labor de vida o muerte para los enfermos o heridos que llegan a urgencias.
Nunca lo entendí, ni lo entiendo aún.
Las autoridades sanitarias seguro que lo saben.

Y saludados los médicos toca ahora hacer otros brindis por esos maravillosos paisanos que nos cuidan. Hip, hip por los jueces! hip, hip, por los banqueros! hip, hip por los obispos! hip, hip!
qué maravila de país, Exxpñña!
Vaya cloaca, en un plis plas.

Siempre he admirado a los médicos.Gracias Juan por acordarte de ellos. Me hubiera gustado ser médico o estar casada con uno o tal vez tener un hijo doctor pero no ha sido
así. He sido voluntaria en diferentes hospitales y mi admiración por ellos no ha disminuído. Somos exigentes con los médicos queremos que aparte de ser acertados en nuestro dagnóstico sean humanos, que nos traten con mucho amor, que nos hagan sentir que somos su único paciente. Desde Lima Perú un brindis por nuestros esforzados doctores que se parten y reparten, especialmente entre los más pobres.Grandes saludos, Ce

Desde Valencia, instalado en la perplejidad procesal, sugiero que alguien versado en leyes me explique el siguiente embrollo. El PP está personado en el sumario GURTEL y sus derivados como ACUSACION PARTICULAR, pero sin embargo actúa como defensor de los presuntos corruptos y les facilita por conocer como acusación todo el sumario los argumentos para su defensa, de igual modo presenta recursos e unión de las defensas, para obstruir y dilatar los procesos. En Valencia el presidente del Tribunal, De la Rúa - amiguísimo confeso de Camps y que no se abstuvo de juzgarlo- lo absolvió siendo su fallo revocado duramente por el Supremo y nadie lo procesa por PREVARICACION MANIFIESTA-
Sin embargo la Cospedal dice y el Esteban Glez Pons insiste en que el PP colabora con la justicia y no admite corruptos en sus filas y al tiempo dicen que Camps,Fabra,Ripoll,Cotino, Blasco,Rambla,Milagrosa,Rita, Rus,Prim,etc.....son ciudadanos honrados y todo es un delito de la policía,el gobierno, los funcionarios y los jueces- menos cuando les absuelven a ellos- es decir masacran el estado de derecho, como si fueran un partido anti sistema, no entiendo nada..... o no

Decía Feuerbach que cuanto más grande era la divinidad, más pequeño era el hombre. Son paradojas o quizá no. Prohibieron el cigarrillo y ahora España se ahoga. Déjenme morirme sano, por favor. Sano y, si es posible, ignorante. Efectivamente, es un buen momento para invocar a los médicos, sobre todo a los psiquiatras.

A mediados del siglo XIX ya se había calculado que, si toda la población francesa capaz estuviera trabajando, podría alcanzarse el mismo nivel de producción del país con cinco horas de trabajo diarias, cuando la jornada media era de 14. ¿Quién se quedaba las otras horas de trabajo, las otras horas de vida? ¿Cuánto ha avanzado la tecnología, la productividad, desde entonces?

Pronto harán falta batallones de psiquiatras en formación cerrada y armados hasta los dientes para explicar a los trabajadores españoles cómo es posible que peligren las pensiones y que haga falta subir la edad de la jubilación, cuando al mismo tiempo hay multitudes de parados. ¿Cómo se explica el derroche de fuerzas productivas?: por la rentabilidad. Ponerlos a trabajar para que paguen las pensiones y para que, incluso, los trabajadores puedan jubilarse antes, no es rentable. Lo rentable es decir que las pensiones peligran y que la reforma era inevitable.

Viva esos médicos egipcios de la plaza de la Liberación del Cairo, o esos tunecinos de Sfax, de Gafsa, de Sidi Bousid, curando a revoltosos que rápidamente se transforman en revolucionarios. Y viva los médicos cubanos en Haití, curando a esclavos que un día serán hombres.

Jutta, Anamari, Los Periodistas, Max, Michel y todos los camaradas, ¡abrazos fuertes!

Hace unos años me hicieron un electrocardiograma en un hospital y me pareció que estaba en una cápsula espacial. Pensé que se habían confundido de prueba y le dije a la enfermera: lo mío era un "electro". Eso es lo que le hemos hecho, me respondió. Los avances tecnológicos al servicio de la medicina son imparables y no dejan de sorprendernos, pero lo que a mí me sorprende más todavía es que, en estos tiempos que corren, todavía haya médicos capaces de pararlo -el tiempo, quiero decir- para levantar los ojos del ordenador y mirar al paciente, hacerle preguntas, escuchar las respuestas, y para valorar ese conjunto de señales que ya no forman parte de los protocolos, pero que tanta información aportan.

Por eso me gustan especialmente estas palabras de Valentín Fuster: "...Y cómo vas a mejorar la calidad de vida si no sabes nada acerca de los sentimientos y circunstancias del paciente, si no sabes de qué se queja, cuándo se fatiga? Eso las máquinas y los números no te lo dicen. Es el paciente quien debe contártelo y el paciente es un ser humano afectado, no una computadora." ("La Ciencia y la Vida", de Valentín Fuster y José Luis Sampedro con Olga Lucas).

Yo también brindo por ellos: ¡A su salud!

Yo también les aplaudo.
Sobre todo por su falta, en general, de corrupción.
Su deber es prevenir las enfermedades y tratar de curarlas o de que mejoren en función de los recursos que no administran.
Muchas gracias, doctores, facultativos de la salud.
Cuando los que tratan de suplantarlos sean expedientados, brindaré por su conciencia.

Juan, yo he debido de tener muy mala suerte, unas cuantas veces ya. Por favor dime a que medico vas para que me cambie.

Me sumo al brindis del anfitrión. De paso, y por la parte que me toca, agradezco a Antonio Corbalán que también se acuerde de su Maestro. En los tiempos que corren es de agradecer.

¡Mi brindis por los Miguel Mora!
Y ojalá sean menos las excepciones de las que nos dice Miguel,
ojalá y ¡Salud para todos!

Dos personas han caminado conmigo durante toda mi vida, mi Maestro y mi Medico.
Salud y Resistir

Me alegra tu entrada de hoy Juan Cruz, pues haciéndole este homenaje a los médicos en general, das pie, a que nosotros, como es mi caso, hagamos lo mismo en particular. yo soy de un pueblo de córdoba, en el que cuando era pequeña no había ambulatorio, bueno, en ese sentido, estamos muy desprotegidos (como en muchos pueblos de España) pero teníamos un medico para el pueblo, que en el mismo momento que se llamara, auxiliaba al que lo requería, podía ser durante el día o en la noche, don Martin, siempre estaba dispuesto a mitigar el dolor y dar consuelo con la magia de su sabiduría, a la vez que compartía con sus pacientes lo cotidiano de los episodios del pueblo. Nuestro médico de cabecera, y nunca mejor dicho. Don Martin
Saludos maestro

Una simple gripe o no tan simple da fe manifiesta de la eficacia que los profesionales de la medicina ejercen sobre uno, su conocimiento de nuestro cuerpo pone de manifiesto también nuestros temores, si has tenido una dolencia un tanto seria, la aparición del especialista disipa la turba con un reconocimiento correcto de tu cuerpo, si además es una persona afable y sincera te dedicará unas palabras que te ayudarán a enfrentarte a esa dolencia que apareció como un fantasma de la negritud, si se trata de una intervención tratará por todos los medios de minimizar los temores que te aquejan. Es cierto que hay mejores médicos que otros y pienso que en esa profesión la tranquilidad y el buen hacer son indispensables.

Juan, creo que es una de la profesiones vocacionales que más bien hacen al hombre.

Es además de la familia, crecemos visitandolo por lo menos cada mes, con las vacunas, cuando nos crecen los dientes, cuando nos enfriamos, cuando el tifú, el sarampio y cuando somos mayores, lo saludamos con cariño pues nos conoce, el cuerpo, más que nosotros mismos.
Y es al unico que le permitimos que nos llame la atención por los abusos de los vinos, de los dulces y otras cosas.
Mi medico es Bartolome, expecialista en el aparato digestivo, que me ha devuelto las fuerzas y las ganas de trabajar, de forma que a pesar de la edad, no piense en el retiro del guerrero, y además dentro de su bondad, es del barsa.
No puedo pedir más, parte de las consultas, siempre las iniciamos hablando de nuestros jugadores.
Me dice que, parte de nuestras enfermedades son llevaderas con optimismo y un tratamento correcto.
Salud y Resistir.

Comparto con Usted mi agradecimiento a los médicos, sin los cuales la vida, la mía al menos, sería una desesperación y un continuo preupar.
Creo que sí hay otros oficios dignos de mención sin los cuales nuestras vidas no serían tan placenteras como, por ejemplo, ponernos ante un ordenador y escribir. Son los que trabajan en las minas, son los que limpian las basuras, son los que desatrancan los pozos y otros oficios parecidos. También merece la pena hacer mención de ese pariente lejano del médico que es el psicoanalista que ayuda hasta el extremo de entrar en la mina personal de uno, ayuda a drenar las impurezas del alma y desatranca los conflictos.
En fin, que todos ellos merecen nuestro reconocimiento.
Un saludo,
Bartulik.

El oficio es efectivamente digno e imprescindible, la dedicación importante. Sólo por eso merece la pena sumarse al brindis, pero las excepciones son más de las que parecen.

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Mira que te lo tengo dicho

Sobre el blog

¿Qué podemos esperar de la cultura? ¿Y qué de quienes la hacen? Los hechos y los protagonistas. La intimidad de los creadores y la plaza en la que se encuentran.

Sobre el autor

Juan Cruz

es periodista y escritor. Su blog Mira que te lo tengo dicho ha estado colgado desde 2006 en elpais.com y aparece ahora en la web de cultura de El País. En cultura ha desarrollado gran parte de su trabajo en El País. Sobre esa experiencia escribió un libro, Una memoria de El País y sobre su trabajo como editor publicó Egos revueltos, una memoria personal de la vida literaria, que fue Premio Comillas de Memorias de la editorial Tusquets. Otros libros suyos son Ojalá octubre y La foto de los suecos. Sobre periodismo escribió Periodismo. ¿vale la pena vivir para este oficio?. Sus últimos libros son Viaje al corazón del fútbol, sobre el Barça de Pep Guardiola, y Contra el insulto, sobre la costumbre de insultar que domina hoy en el periodismo y en muchos sectores de la vida pública española. Nació en Tenerife en 1948.

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