Mira que te lo tengo dicho

Sobre el blog

¿Qué podemos esperar de la cultura? ¿Y qué de quienes la hacen? Los hechos y los protagonistas. La intimidad de los creadores y la plaza en la que se encuentran.

Sobre el autor

Juan Cruz

es periodista y escritor. Su blog Mira que te lo tengo dicho ha estado colgado desde 2006 en elpais.com y aparece ahora en la web de cultura de El País. En cultura ha desarrollado gran parte de su trabajo en El País. Sobre esa experiencia escribió un libro, Una memoria de El País y sobre su trabajo como editor publicó Egos revueltos, una memoria personal de la vida literaria, que fue Premio Comillas de Memorias de la editorial Tusquets. Otros libros suyos son Ojalá octubre y La foto de los suecos. Sobre periodismo escribió Periodismo. ¿vale la pena vivir para este oficio?. Sus últimos libros son Viaje al corazón del fútbol, sobre el Barça de Pep Guardiola, y Contra el insulto, sobre la costumbre de insultar que domina hoy en el periodismo y en muchos sectores de la vida pública española. Nació en Tenerife en 1948.

Eskup

"5 de febrero de 1997. Firmado, Jaime Salinas"

Por: | 05 de febrero de 2011

Tal día como hoy, 5 de febrero, Jaime Salinas fechaba el epílogo que escribió para el libro de conversaciones que hicimos con él para que nos explicara el origen y el desarrollo de su fecunda relación con el oficio de editar. Conté aquí cuando murió Jaime, el 25 de enero, en Islandia, que ese libro, todavía en la forma de galeradas, corregidas en segundas pruebas, había desaparecido; no se publicó, ahora me lo ha recordado Mario Muchnik, que me lo encargó para Anaya-Mario Muchnik, porque Salinas estaba escribiendo sus propias memorias, que luego recibieron el premio Comillas de la editorial Tusquets. En el transcurso de esa espera, cerró la editorial y el libro se perdió para su publicación, y se distrajo, por unas razones o por otras, de nuestras propias estanterías, las mías y las de Ruth Toledano, la joven poeta que me prestó su amistosa ayuda en aquellas interesantes conversaciones que sosteníamos sobre todo en la cocina del editor, en el barrio de Las Vistillas de Madrid. En su artículo en EL PAÍS, Ruth evocaba ayer esos días tan hermosos, de charla y de aprendizaje; ella misma estuvo buscando entre sus archivos aquellas conversaciones que ella transcribió, y yo busqué, en mis cajones sin orden, rastros de aquellos papeles, que Jaime tampoco guardó. Lo cierto es que unos días después de la muerte de Jaime, una buena amiga, Mariangeles Fernández, escritora, periodista, editora y profesora, me escribió una nota de la que deduje que ella, que había trabajado en Anaya-Mario Muchnik, podía tener esos papeles. Los tenía. Ella ya sabe la emoción que me produjo el hallazgo, cuyo encuentro ha sido uno de los momentos de melancolía feliz más grato que he tenido en mucho tiempo. Ahora he estado releyendo lo que entonces hicimos; Jaime era un hombre tímido y frágil, inseguro, como él mismo decía, pero sus juicios sobre la importancia cultural del editor en la sociedad, como centro de una estrategia que implica muchos valores, eran claros, certeros y valientes; vislumbraba ahí la catastrófica situación que permite que ahora la cantidad sea más importante, para valorar la importancia de un libro, que la calidad de lo que contiene; vale más lo que más se vende. Son muy interesantes, también, sus reflexiones sobre la actitud del escritor ante el editor. Le pregunté, luego de que me contara algunos sucesos que le produjeron tristeza o melancolía, en su relación con autores, cuándo acaba la gratitud de éstos hacia sus editores, y me dijo: "Cuando ya no te necesitan". La conversación termina con un diálogo sobre la memoria ("es recordar y olvidar") y sobre la propia palabra adiós ("no me gusta decir adiós"). Luego, en el libro, venía su epílogo, que firmaba, como era él, exacto y minucioso, el "5 de febrero de 1997", tal día como hoy hace catorce años. Como soy tan apasionado de las coincidencias (como Mariángeles, por cierto, que es tan cortazariana por ello mismo quizá) quiero dedicarle a ella, a Muchnik y a Ruth este recuerdo de unas conversaciones que hoy mantienen, en lo que se refiere sobre todo a la reflexión acerca de la importancia del editor en la sociedad, la vigencia que tuvieron cuando nosotros escuchábamos a Jaime ante los ventanales de su cocina en la calle Don Pedro.

Natural born majadero

Por: | 01 de febrero de 2011

Me pasé estos días en Nueva York buscando la manera de encontrarme con Mikel Urmeneta, creador de ingenios. Por unas razones o por otras, Urmeneta no me apareció por ningún lado porque tampoco obtuve ese contacto que, por otra parte, me robaron cuando me robaron el móvil un día en que yo sentía, en la playa, la misma felicidad de la que había disfrutado, también en una playa, el día que lo conocí, junto a su gran amigo, creador de ingenios también, Andreu Buenafuente. En nombre de aquel momento memorable lo quise buscar ahora en Nueva York, y recurrí a amigos comunes que quedaron en darme el número, hasta que ya el número no hizo falta porque yo me iba de Nueva York. Pero anoche, antes de entrar en el avión que me devolvió a este país descubrí una calva y detrás de la calva una pelambrera, de espaldas. De todas las calvas que acaban en abundante pelambrera esa sola podía ser la de Mikel Urmeneta, a quien veo en su blog a diario, Natural born majadero, antes Natural born julai, así que le grité ¡Mikel! por si fuera otro el de los pelos al viento el que miraba unos bolsos de viaje que están en la sala de espera según se entra a la izquierda. Era Mikel Urmeneta, una gran alegría encontrarlo. Hay personas a las que has visto una sola vez en la vida y cuya risa, su manera de estar, su conversación diversa, ya se quedan contigo para siempre, y este Mikel es una de esas personas. Estuvimos hablando en este rato, hasta que me dio un tranquimazin y ya quedé fuera de juego hasta esta mañana en que él y yo y todo el avión amaneció aquí como quien amanece en otro mundo. Él no sabe, o quizá sí lo sabe, que aquel día en que les entrevisté juntos a él y a Andreu fue uno de esos mediodías raros de la vida en que la felicidad de compartir unas horas trasciende la probable coincidencia de caracteres y ya se instala como un recuerdo imborrable, como ese instante de felicidad del que hablaba con su invariable melancolía el admirable Leonardo Sciascia. A partir de ese instante, cuya magia ayudó a propiciar Inés Ruiz Sastre, la directora del Museo de Arte Moderno de Ibiza, aquel encuentro se quedó en mi memoria, dio de sí un libro sobre mi padre que se tituló Ojalá octubre, cuya portada hizo Urmeneta, y ahora es, ese momento, ese libro, tales recuerdos, uno de los sucesos más hermosos que yo haya vivido en años. Por ese este encuentro con el Natural born majadero que inventó Kukuxumusu tenía y tiene una importancia sentimental que acaso sólo se puede explicar si uno lo escribe.  

Fin de partida

Por: | 01 de febrero de 2011

Dejo Nueva York, vuelvo a Espana, y escribo en un teclado del aeropuerto de Nueva York, el John Fitzgerald Kennedy. Hacia hoy un frio intenso, y el teclado tambien tiene frio, carece de acentos, no tiene las letras que usamos para distinguirnos del resto de Europa; hoy estaba la ciudad blanca, perfecta; comi con Elvira Lindo y con Antonio Munoz Molina, rodeados de nieve y de calor, esto es posible en Nueva York y en cualquier sitio, el calor habita por dentro, se expande como el aire y como la nieve ahora. Frio caluroso, como aquel postre al que me invito en Malaga Justo Navarro. Siento ahora que me voy de tantos sitios, me fui de Londres, me fui de Milan, me fui de Munich, me fui de Paris, me fui de Madrid, adonde vuelvo desde Nueva York, una sensacion de fin de partida, como de que el mundo se esta preparando para una nueva nueva revolucion que ya esta en marcha y ahora es tan solo la esperanza de una revolucion que esta prendiendo las velas de una fiesta posible que ahora es tan solo desgarro, grito, deseo de acabar con todo eso. Los periodicos estan llenos ahora de las noticias egipcias, pero este es el epifenomeno, lo que esta pasando ahi es el preludio de lo que pasara en el area, Estados Unidos esta actuando con la precaucion del que se prepara para que este fin de partida, que tanto le concierne, no le caiga demasiado abruptamente en el bolsillo de sus intereses, asi que se apresura a dar consejos que contenten a unos y a otros. La gran incognita ahora es para donde caera el tablero. Es un mundo que se mueve en la direccion contraria a los autoritaritarismos, pero el temor es que estos autoritaritarismos no traigan otros. Aun asi, es mejor que se tambaleen estos satrapas que durante tantas decadas fueron alimentados artificialmente por unos poderes que los han usado sabiendo que lo que ahora se denuncia esta ahi desde hace rato. Lo que ocurria se parece a la nieve sucia que habia hoy en algunas esquinas de la ciudad; quitaran esa nieve, pero volvera a haber nieve sucia. Y en el mundo limpiaran algunas esquinas, pero esta sensacion de fin de partida me lleva a pensar que volvera a haber nieve sucia en esos mismos lugares, como si fuera imposible mantener intacta y firme una esperanza. La tradicion dice que a una esperanza sigue una decepcion. Ojala no sea asi, pero la historia conspira para que no nos fiemos del todo de las nieves del esplendor. El avion sale. Hermoso Nueva York, antes y despues de la nieve. Y hermosa carretera, por cierto, donde he estado dos horas tratando de llegar, por los pelos, a este aeropuerto que a medida que nos acercabamos se alejaba mas.

El País

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