Un Bartleby ibérico

Por: | 25 de marzo de 2012

Antonio Tabucchi, que acaba de morir tempranamente, creó una figura singular e inolvidable en la narrativa de los personajes literarios, Pereira, el obsesivo necrólogo que convirtió su oficio en una especie de manifiesto de la resistencia contra la mediocridad de la sociedad ibérica representada por el Portugal dictatorial en el que desarrollaba su oficio.

Con la paciencia del orfebre que no quería el alimento del brillo, en contra del brillo precisamente, puliendo el periodismo hasta las últimas consecuencias de sabiduría y modestia, aquel Pereira se mezcló con los personajes de Saramago o Pessoa para retratar de un solo trazo a los que resistían en medio de los temblores mezquinos del mundo en que vivían.

La paciencia suicida de Pereira viene ahora a mi memoria, con la noticia triste de la muerte de Tabucchi, mezclada con la propia presencia del escritor, orgulloso y modesto al mismo tiempo, amarrado como un aliento a su cigarro emboquillado, mirando fieramente pero atentamente desde detrás de sus gafas sin montura.

Tabucchi tenía, en su apariencia, en el juego estricto de sus manos, en esa poderosa mirada, en su modo de cruzar las piernas como si defendiera su intimidad de los intrusos, cierto aire del propio Pereira, o del Bartlkeby de Melville, y seguramente tanto de Bartleby como de sí mismo tomó el aire que le dio a ese personaje ahora legendario que, de modo inevitable, se mezcla, en la hora de su propia muerte, también con la recreación fantástica que hizo de él el mejor Marcello Mastroiani.

Lo que tienen las grandes figuras de ficción es que pasan a la historia adheridas a sus autores, a la figura misma de sus autores (Cervantes y el Quijote, Bovary y Flaubert, Pereira y Tabucchi), y este Tabucchi que se nos va es este Pereira que se nos queda para siempre entre los personajes que nos ayudaron a entender la paciencia y la tragedia de un oficio que ahora parece estar, como aquel escribiente terco, en la más pura de sus agonías.

Hay 6 Comentarios

Gracias, Juan, por esta emotiva despedida....como tú dices, este Tabucci que se nos va es este Pereira que se nos queda para siempre ....

Quizás Pereira fuera un Bartleby. O un Zweig que se encuentra en medio de la tostada. ¡a sus años!

"Requiem" es la mejor guía para disfrutar de Lisboa. Se inicia en el cementerio de "Prazeres", la próxima etapa de Tabucchi. Una gran pérdida.

Pereira y Barleby son resistentes pacíficos, y también son historias de giros de perspectiva, de cambios de parecer. Probablemente Tabucci, al requerimiento de dejar el tabaco pensó "preferiría no hacerlo", para tristeza de sus lectores. He sabido que su Pereira fue símbolo de la resistencia al primer Berlusconi. Requiem in pacem.
Salud, y gracias.

No pude leer sotiene Pereira, pero si pude ver la adaptación cinematográfica y me pareció que Marcello describió el personaje con una meticulosidad casi rondando la perfección, ya digo no he leido el libro pero lo que se desprende de la peícula es realmente delicioso, agrió, amargo y tendente a descubrir lo errabundo de ciertos detritos humanos.
Un relato así no nace como cualquier cosa, nace de las entrañas y de la meditación de lo que el escritor observa a su alrededor.
Un acierto por parte de Tabuchi, quien espero haya disfrutado de la vida.

Sostiene Pereira que, al menos, antes de que Tabucchi nos dejara el Caimán se hundió en la ciénaga. Amargo consuelo.

Los comentarios de esta entrada están cerrados.

TrackBack

URL del Trackback para esta entrada:
https://www.typepad.com/services/trackback/6a00d8341bfb1653ef01630341e7d5970d

Listed below are links to weblogs that reference Un Bartleby ibérico:

Mira que te lo tengo dicho

Sobre el blog

¿Qué podemos esperar de la cultura? ¿Y qué de quienes la hacen? Los hechos y los protagonistas. La intimidad de los creadores y la plaza en la que se encuentran.

Sobre el autor

Juan Cruz

es periodista y escritor. Su blog Mira que te lo tengo dicho ha estado colgado desde 2006 en elpais.com y aparece ahora en la web de cultura de El País. En cultura ha desarrollado gran parte de su trabajo en El País. Sobre esa experiencia escribió un libro, Una memoria de El País y sobre su trabajo como editor publicó Egos revueltos, una memoria personal de la vida literaria, que fue Premio Comillas de Memorias de la editorial Tusquets. Otros libros suyos son Ojalá octubre y La foto de los suecos. Sobre periodismo escribió Periodismo. ¿vale la pena vivir para este oficio?. Sus últimos libros son Viaje al corazón del fútbol, sobre el Barça de Pep Guardiola, y Contra el insulto, sobre la costumbre de insultar que domina hoy en el periodismo y en muchos sectores de la vida pública española. Nació en Tenerife en 1948.

Eskup

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal