Carlos Fuentes en todas las orillas

Por: | 16 de mayo de 2012

El día anterior una broma cibernética había atribuido la maldición de la muerte a un gran escritor latinoamericano, de modo que ayer tarde, cuando me avisaron mis compañeros de México de que circulaba por la red la noticia de que era cierto que había muerto Carlos Fuentes pensé que éramos otra vez víctimas de un error inducido por la mala fe.

Esta vez era cierto, fue cierto en seguida; la mala noticia era noticia, muy mala noticia. De inmediato vinieron a mi mente muchas de las imágenes de Fuentes, e insistentemente me llegaron fotos imaginadas de la vida de la que fui testigo, y en todas ellas aparecía el escritor de La región más transparente agarrado a las orillas, asomándose físicamente a las orillas: en una piscina en los adentros de Madrid, en la playa de Formentor, en Lanzarote, junto a José Saramago, en las orillas del Paraná..., en la orilla del Mediterráneo, en Aix-en-Provence, al lado del Támesis, en Londres, con Ricardo Lagos.

Vestido siempre como si fuera a asistir a un estreno, a una cena, a un almuerzo, a una conferencia, con sus camisas recién planchadas y de tejidos rotundos y suaves, de colores cálidos pero claros, camisas blancas, caqui, azules, su pierna cruzada, su blasier azul, su mano señalando sus propios argumentos con su dedo que el esfuerzo ingente de la escritura lo había curvado absolutamente... Fuentes aparecía siempre con el aspecto juvenil con el que Francisco Peregil lo describe en su excelente relato de su último encuentro con él. En Formentor, por ejemplo, mantuvo al periodista, a este periodista, de pie firme, con el magnetófono alzado, durante una hora, hablando de su literatura, de pie, como si de pronto fuera a seguir andando entre los peñascos oscuros de aquella playa clara.

En Lanzarote compitió con Saramago subiendo y bajando aquellas montañas de lava. Siempre aparecía Fuentes atlético, al amanecer de cualquier orilla... Hasta Londres. En noviembre de 2011 ya Fuentes tomaba taxis para trayectos cortos, ya buscaba descanso en sus caminatas cada vez más cortas, y aunque la elegancia de la discreción le reclamaron silencio sobre esos cansancios que él relativizaba dando la impresión de estar siempre en forma los que le conocían más de cerca sí podían apreciar que este hombre incansable, este muchacho de 83 años, ya sentía dentro de sí el cansancio del siglo, la verdadera dimensión de la edad y del tiempo. En el libro que hizo con Lagos termina diciendo Fuentes que ya no entiende nada, del mundo que vivimos "Yo no entiendo nada".

Lagos me decía anoche que era imposible imaginar a Fuentes, al Fuentes anterior, al brillante orador que buscaba en las palabras la explicación del malestar del mundo, diciendo que no entendía lo que estaba ocurriendo. Él estaba cansado, como el mundo, el mundo está cansado, al borde de una orilla de la que resulta difícil recuperarse. Él veía esa orilla, esa es la última orilla que vio, hasta que se le acercó fatalmente la orilla de la muerte. 

Hay 16 Comentarios

http://blogdeantonioroblesylavida.blogspot.com.es/2012/05/carlos-fuentes.html
Dime si lo has podido leer. Saludos

Que rico artículo que demuestra a un Carlos Fuentes, lleno de vida, pero esta también te cobra los años vividos, ocho decenas es un privilegio vivirlas en esta América dónde muchos ni siquiera llegan a la mayoría de edad porque mueren de desnutrición, diarrea o hambre.

Grave la falta de este faro en las orillas de México, además de su obra que desentraña el carácter de nuestra compleja sociedad indiana.

Hola, amigos. ¡Qué alivio poder compartir nuestra pena por la marcha de Carlos Fuentes! Cada vez que uno veía su foto y leía sus artículos, era como una inyección de vida, de coraje, de ánimo para seguir en la lucha. Ahora ya no. Nos hemos quedado un poco o un mucho más pobres. Habrá que ir a sus libros, entre ellos EN ESTO CREO. Fe en la vida, en la lucha del hombre, en los valores, en la belleza, en el arte, en la amistad...Un hombre creyente y por eso joven, aunque también su juventud se acabara. CARLOS FUENTES trató de darle identidad a una cultura espléndida como la mexicana, trató de que sus paisanos creyeran en sí mismos, así como todos los hispanoamericanos. Esa relación con los gringos, llena de cortesía, pero también de dignidad y sentido crítico, con el que pudo aliviar la realidad de un país como el suyo: ¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos!
Cordial saludo.

Saludos Dumi.

Lo lamento mucho, poco eco se ha hecho de su muerte, en Las Palmas quizás eclipsó la noticia la llegada de Vargas Llosa para recoger su titulo de Hijo Adoptivo que se le concedió el año pasado, y claro se lo dió Cardona Alcalde actual.
Ayer dió una charla en el jardín de la Facultad de Humanidades, todo eso es posible que no se enteraran muchos de la muerte de uno de los Grandes de la Literatura Latinoamericana. es posible.
Saludos amigos Paco, Antonio, Juan luis Mañanas y a ti Juan, porque pocos son los que nos tienen en la actualidad literaia. Desde La Isla de Gran Canaria. Un Abrazo.

Don Antonio:
Supongo que se refiere a que he dicho poco de lo que se pueda discrepar. Creo que su perplejidad procede de que, ante la muerte, toda acumulación de comentarios y pareceres resulta ser, al cabo, trivial. Sobre Fuentes, las anécdotas de don Juan Cruz no son menos insustanciales que las imágenes y apreciaciones de un servidor. Pero esa acumulación de vaguedades ocurre siempre que alguien atraviesa el urbral de la consciencia para no volver. El que esto escribe podría ser escueto y preciso, centrarse en la persona y no extenderse en consideraciones generales derivadas del hecho concreto de la desaparición de don Carlos Fuentes, escritor mejicano, sin añadir impresiones o imágenes sugeridas por la forma que han adquirido las circunstancias particulares de su muerte, pero si así lo hiciera no sería tan entretenido escribir. La "verborrea"- que no es tal, por cierto, sino simple engarce de eslabones sucesivos a una a cadena de pensamiento transformada en palabras- va dejando línea tras línea en la página en blanco o en la pantalla de un nuevo documento en el Office y, después de unos minutos, resulta que ha acumulado un texto de proporciones en principio inesperadas. Por ejemplo, aquí podría poner abrupto fin a esta intervención, que no tiene una intención precisa, o bien podría seguir durante un rato hasta que fuera la hora de cenar, elaborando sin parar frases relacionadas entre sí. En conjunto, lo que de ahí resultara no serían nada comparado con la idea base de la falta de comprensión sobre ciertos momentos de locuacidad pero, por el mismo sentido que adquiere el tiempo durante la escitura, esa nada, precisamente por asentarse en cierto número de construcciones lingüísticas, no estaría vacía. El que alguien estuviera dispuesto a reconocerlo o no es algo independiente de la disposición mental de quien escribe y, en cualquier caso, lo cierto es que tampoco importa lo más mínimo. Ya ve, burla burlando ha salido otro párrafo de dimensiones comparables al anterior.

Si va bien, tendré motivos de felicidad. Y quiero honrar a Fuentes con tu entrada.

Ánimo a ti también Antonio.

Witness, Núnca tanto ha dicho tan poco, pero le aconsejo que mantenga su relación con los amigos de Juan, pues la veo como terapia de su verborrea.
Salud y Resistir.
PD Anímo amigos, Paco José Luís Mañana . . . . .

Maestro Cruz
Hoy es un día triste para la literatura universal y en especial para México y para España. Este cervantino impenitente y me atrevería a decir este ser humano renacentista pues dominaba todos los campos de las artes, era un gran mexicano pues quería y le dolía su país al que sirvió como diplomático, era un amante de España pues tuvo profesores exiliados que lo marcaron y le influyeron y era un hombre de izquierdas que no tuvo miedo a criticar los comportamientos erróneos según su criterio de los dirigentes de izquierdas. El que no le concedieran el Nobel con todos mis respetos después que no se lo dieran a Borges y se lo dieran a C.J.Cela no tiene la menor importancia, pues pasará la historia universal de la literatura como uno de los grandes .Por ultimo quiero darle las gracias por los momentos que me dio de felicidad al leer sus novelas .Mi deseo por ultimo es que descanse en paz
Saludos Paco

Luego era cierto. Un gran escritor acababa de fallecer y la red percibió la convulsión en algún nudo más menos remoto para, enseguida, generar una onda de reacciones y comentarios. No debería extrañar el que una de las trayectorias de ese movimiento ondulatorio pasara por la cresta de la incredulidad. Uno de los versos del Dies Irae del Tomas de Celano reza: Mors stupevit et natura ( la muerte y la naturaleza se asombrarán); el asombro que produce lo inusitado parece mayor cuando está la muerte por medio y la confortable presencia de lo conocido se desmorona desde la memoria de un individuo eminente. Sí, los grandes también mueren. Los músicos dejan de componer y los escritores de encadenar palabras. Su pérdida resulta más llamativa que la del resto de los mortales pero, en cierta forma, conmueve menos que la de tantos anónimos como abandonan la consciencia para siempre todos los días. El hombre común apenas perdura unos días tras su desaparición. El artista alumbra criaturas que no son de carne y hueso, que no pueden por tanto morir sino con el olvido, que prolongan la existencia de una porción particular de tiempo y circunstancia vital como si de una isla viva en medio del océano se tratara. Artemino Cruz, por ejemplo, fijó un instante de la vida de Carlos Fuentes e inició, a partir de ese poso extraído de la mente de un mejicano mujeriego e intelectual, ególatra y descreído, buen conversador y sectario político, una nueva cumbre sobre las olas de la memoria que se apartaba del cuerpo y la sangre del escritor hasta tal punto que acabó por llevar a algunos a dudar de la noticia de su muerte, muchos años después de la separación entre el autor y su obra. Sí, es curioso el destino de los creadores y de quienes los conocieron. Aun después de confirmado el hecho, quizá algunos desconfíen intimamente de que esa obra tantas veces transitada, como la isla a la se puede ver festoneada de espuma cuando recibe el embate de la marea, no surja de una más profunda corporeidad inextinguible. Sin embargo, lo cierto es que esa isla no conecta ya con el fondo; flota y sólo si es anclada al ámbito de nuestra propia perspectiva permanecerá al alcance. De otro modo, la perplejidad de la muerte, al cabo de un lapso más o menos prolongado, también se extenderá a la minúscula forma que ha de derivar cada vez más lejos hacia el confín del horizonte. Y luego nada.

Sí, en la orilla de cada unas de las vidas nos ha cogido a todos su inesperada muerte sin entender nada de lo que está ocurriendo en el mundo que nos has tocado vivir. Por lo que a mí respecta, siento en lo más profundo de mi ser su definitiva ausencia de buen escritor que fue cuyas reflexiones y exposiciones quedarán para siempre en el recuerdo que los que pensamos que la literatura y las artes, todas sin excepción, alimentan la vida de los humanos. Sin embargo, comparto su incomprensión de lo que está pasando en el mundo, aquí y ahora, aunque estimo que no sólo corresponde a este lugar, momento y circunstancias sino que ha sido así, lo es y lo continuará siendo igual pase lo que tenga que pasar en el planeta tierra. Ocurre que para quienes sentimos debilidad por lo espiritual, en todos los sentidos de la vida, la deshumanización que nos toca vivir nos afecta más de aquellos otros que solo viven para lo material. Descanse en la paz del eterno silencio Carlos Fuentes, que nos ha dejado la inembargable herencia de su elegante y exquista obra para que podamos continuar disfrutando de su fecundidad humana y literaria.

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Una gran pérdida, invalorable, inconmesurable, su lenguage estará conmigo siempre, su forma de escribir que se parece tanto a la vida.

Lo siento mucho, muchisimo.
Que descanse en paz y que su literatura se siga leyendo como un ejemplo de lo que es la dignidad de vivir para escribir.

Juan, amigo mio nos estamos quedando sin referentes para seguir caminando con su alegría de vida, su bondad, su solidaridad con los que empezaban en este dificíl camino de escribir.
No deja de ser más tríste por su rapida perdida, y silenciosa.
Mis respetos a sus familiares y amigos más intimos.
Descanse en Paz.
PD. Me ha pillado releyendo " La Muerte de Artemio Cruz", su mejor libro, moderno aunque lo escribió en los años sesenta.

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Sobre el blog

¿Qué podemos esperar de la cultura? ¿Y qué de quienes la hacen? Los hechos y los protagonistas. La intimidad de los creadores y la plaza en la que se encuentran.

Sobre el autor

Juan Cruz

es periodista y escritor. Su blog Mira que te lo tengo dicho ha estado colgado desde 2006 en elpais.com y aparece ahora en la web de cultura de El País. En cultura ha desarrollado gran parte de su trabajo en El País. Sobre esa experiencia escribió un libro, Una memoria de El País y sobre su trabajo como editor publicó Egos revueltos, una memoria personal de la vida literaria, que fue Premio Comillas de Memorias de la editorial Tusquets. Otros libros suyos son Ojalá octubre y La foto de los suecos. Sobre periodismo escribió Periodismo. ¿vale la pena vivir para este oficio?. Sus últimos libros son Viaje al corazón del fútbol, sobre el Barça de Pep Guardiola, y Contra el insulto, sobre la costumbre de insultar que domina hoy en el periodismo y en muchos sectores de la vida pública española. Nació en Tenerife en 1948.

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