La facilidad con la que el periodista que opina a brote pronto se dirige a los oyentes, a los lectores o al televidente se ha multiplicado en progresión geométrica, por usar una comparación hecha anoche por uno de esos periodistas que comentó, nada más saberse que Madrid quedaba apeada de la aventura olímpica, este fracaso español.
El periodista de la progresión geométrica hablaba en televisión, que es donde el mensaje cala antes y se diluye en seguida. Para este periodista en concreto, esto había ocurrido porque a los miembros del COI habría que tratarlos como se trata a los mafiosos, casi todos ellos forman parte de grandes consejos de administración y además no le tienen simpatía a España ni a Madrid. Por otra parte, indicó el mismo colega, el presidente del COI, aunque veranea en Cataluña, odiaba a José Antonio Samaranch, y como se la tenía jurada finalmente inclinó la balanza hacia Tokio. Para acreditar todo eso el periodista no usó dato alguno, sino sus intuiciones concatenadas. Tampoco explicó si él mismo había avisado antes de esta sucesión suya de saberes.
Esta velocidad de disparo fue idéntica en muchos otros participantes en las distintas tertulias que se formaron tanto en las radios como en otros medios, como twitter. En este último sistema de comunicación rapidísima, leí de todo; entre otras cosas leí que lo que tumbó a Madrid fue la constancia que había en el COI de que este país sería incapaz de superar sus problemas con el dopaje. Asimismo, que la crisis económica había sido la causa del desdén olímpico. A las suposiciones siguieron las burlas y al final desdeñé yo mismo todos los aparatos que ahora se usan para comunicarnos y me fui a la cama con la sensación de que estaba rodeado de sabios cuya especialidad era el disparo veloz, kamikazes de la información que además no cuentan con verdadera información para decir lo que decían.
En esas estamos: mientras los compañeros que estaban en Buenos Aires buscaban a protagonistas que les dijeran qué pudo haber sucedido, cuando todavía ni los componentes del COI habían salido de sus madrigueras, reputados comentaristas sentados en sus poltronas madrileñas ya sabían todo lo que había sucedido y tenían una opinión con la que ilustrar la ignorancia ajena. Lo que demuestra este desparpajo es algo que me inquieta muchísimo como miembro de este oficio: periodista así lo puede ser cualquiera. Por eso mismo cada vez creen menos en nosotros.
Hay 28 Comentarios
Juan, tú eres honesto, por eso te inquietas y pareces no comprender. El periodista es algo más que coloreador de noticias. Va comunicando y formando opinión, que está en su derecho. Por eso te veo poco en tertulias de cuervos de sillón. Siempre recordaré tu traer los Heraldos negros en cierta ocasión. Saludos.
Publicado por: nicomartin | 08/09/2013 13:01:15
Desde hace mucho tiempo se confunde información con "opinión" (de grupo de amigos, de tertulias al amparo de un café...).
La información parte del conocimiento de las cosas. La opinión supone la plasmacion de las ideas del que opina sobre un hecho, de lo que le gustaría que ocurriera. Para qué la opinión tenga algún valor que permita descifrar o interpretar la información, previamente requiere de aquel conocimiento .
Ninguno de los medios que actualmente manejamos permite ni información veraz y sin ataduras ni opinión madurada.
Pero seguimos alabando a los medios sociales como paradigmas de la libertad de expresión.
Así nos va.
Publicado por: Fernando M. | 08/09/2013 12:48:28
Tiene usted, Sr. Cruz, toda la razón.
La lengua de aquellos opinadores de salón circula más rápidamente que la reflexión.
Para mi, se impone una dimisión de Botella que tiñe las piernas muy cortas para mesas tan altas.
Su función más importante de cara al visitante es barrer Madrid, regar la ciudad con agua y hacer desaparecer el repugnante olor a orín humano.
Pagamos impuestos para eso,en principio.
Lo demás, ya veremos.
Un saludo.
Publicado por: Bartolome | 08/09/2013 10:38:19