12 mayo, 2007 - 20:31
12/05/07
Me dice un amigo de Jaén que está de acuerdo conmigo: algo pasaría si pudiéramos votar listas abiertas. Cada partido ofrecería su lista, y cada votante marcaría sus favoritos para concejal mezclando candidatos de todas las listas, si así lo prefiriera.
Yo lo preferiría.
En las ciudades y pueblos es fácil conocer quién es cada uno, el temperamento personal, por decirlo así, de cada candidato, sea del partido que sea, y los electores deberían poder elegir sus candidatos, seleccionándolos entre distintas listas, más allá del partido al que pertenezcan.
Este procedimiento cambiaría la política. Cambiaría los partidos. Cambiaría la forma de hacer las listas electorales.
Cada votante formaría su propia lista, entre todas las listas que propusieran los partidos, y al final del proceso electoral podría cantar la canción del Sr. Chinarro: "Pudo ser un amor del montón, pero todo el montón era mío".
Ese estribillo lo cantan ahora los partidos, que harán por siempre sus listas del montón sólo suyo.
Yo canto con el Sr. Chinarro: "Pudo ser, pero nunca fue nada, y en nada se queda el montón". La canción se llama "Del montón", y está incluida en el disco El mundo según Sr. Chinarro.
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