18 mayo, 2007 - 21:50
18/05/07
Vuelvo de viaje bastante afónico, afonía de aviones y taxis con aire acondicionado. Parezco, afónico, un aspirante a alcalde enfermo de mítines. Un poco así anda Torres Vela, candidato socialista en Granada, aunque yo no esté cansado de hablar, sino de estar callado. María Victoria Cobo, en su crónica en el Ideal de Granada, presenta a Torres Vela tomando pastillas para la garganta, como un profesor después de muchas clases, y se pregunta si no hay análisis de dopaje para los políticos en campaña.
En el aeropuerto me compré una novela ("L' Egoïste romantique", de Fréderic Beigbeder) que, da la casualidad, se plantea lo mismo a propósito de los ganadores de premios literarios. La novela de Beigbeder es un diario personal y, ante un escándalo de dopaje deportivo, el narrador se interroga: ¿imagináis al jurado del premio Goncourt obligando al ganador a hacerse análisis de orina para verificar que no ha escrito la novela bajo los efectos del alcohol o los estimulantes?
Se celebra el festival de Cannes mientras corre la campaña electoral. El escritor del diario imaginario de Beigbeder escribe: "Sábado. En Cannes hay policías apostados por todas partes, para impedir que los excluidos entren en fiestas donde los ricos desobedecen todas las leyes".
Hoy pongo una canción de Françoise Hardy, Gin Tonic.
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