¿Cada vez que mira repentinamente al astro rey (sin gafas de sol) o a alguna luz brillante suele sentir un molesto cosquilleo en la nariz y comienza irremediablemente a estornudar varias veces?
Sí es así, sepa que pertenece al 18-35% de la población mundial que posee un misterioso reflejo: el estornudo fótico, estornudo por luz brillante o el onomatopéyico síndrome ACHOO por el acrónimo en inglés de "Autosomal dominant Compelling HelioOphthalmic Outburst" (en ciencia nunca faltan cachondos mentales que pongan nombres ocurrentes). Se caracteriza por la aparición de uno o más estornudos ante la exposición repentina a una luz brillante. Cuanto más intensa sea esta luz o cuanto mayor contraste haya entre la oscuridad previa y la luz posterior más probabilidades habrá de que se desencadene. También es muy típico que exista un periodo de latencia en el que no se producen más estornudos fóticos hasta que no transcurra un determinado tiempo.
A pesar de la elevada frecuencia de esta característica peculiar en la población (que algunos clasifican como enfermedad) y de que existe constancia de ésta desde antiguo (probablemente desde la Antigua Grecia), poco se conoce al respecto sobre ella. Sí se sabe que puede ser un rasgo genético hereditario y, por tanto, transmitirse de padres a hijos. Sin embargo, no se sabe bien cuál o cuáles son los patrones de herencia ni cuál es la mutación que lo causa. A veces, puede seguir un patrón autosómico dominante (basta con heredar el gen "anormal" de uno de los padres para adquirir este reflejo). También se sabe que es más frecuente en personas caucásicas.