Tumbarse bajo el sol: Sin lugar a dudas, la actividad estrella del verano. Millones de personas recostadas frente a la costa, el río o la piscina, con los cálidos rayos del sol incidiendo sobre su cuerpo, ajenos (la mayoría) a muchos de los potenciales riesgos y beneficios que esta actividad tan simple conlleva. ¿Cuáles son las dos caras de la moneda de tomar el sol?
Los beneficios de tomar el sol
Uno de los beneficios mejor conocidos de tomar el sol es la síntesis de vitamina D. Esta vitamina la obtenemos de dos formas: A través de la dieta (especialmente a través de alimentos como la leche) o través de la radiación solar. La fuente más importante de obtención de vitamina D es, con mucha diferencia, la radiación solar (en torno al 90%) mientras que sólo un 10% es aportado por la dieta.
En nuestro cuerpo tenemos una serie de lípidos (el colesterol es el más conocido) que, por acción de los rayos ultravioletas, se transforman y se convierten en vitamina D. Tanto la dieta como la exposición solar son necesarias para aportar la suficiente cantidad de vitamina D y no es raro encontrar en países nórdicos déficits de esta vitamina debido a largas temporadas sin sol (para compensar, tienen muchos alimentos enriquecidos en vitamina D, así como también suplementos con esta vitamina).
El principal papel de la vitamina D es la absorción de calcio en los huesos, asegurando su correcta mineralización. Por eso, un déficit grave de esta vitamina supondría raquitismo en niños debido a la insuficiente mineralización (con alteraciones y debilidad de los huesos y retraso en el crecimiento) o a osteomalacia y osteoporosis en adultos. Sin embargo, el papel de la vitamina D no queda recluida a los huesos, ya que tiene un rol importante en otros muchos sistemas del ser humano. Por esa razón, déficits leves de esta vitamina se ha visto que tienen influencia en aumentos en la frecuencia de ciertos tipos de cáncer (especialmente de colón). El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos dedica un extenso monográfico sobre este asunto. Pero la cosa no queda ahí: Cada vez hay también más pruebas científicas que indican que déficits leves de vitamina D están implicados en una mayor aparición de enfermedades autoinmunes (psoriasis, diabetes, esclerosis múltiple, lupus, etc.). También existen ciertos estudios que relacionan déficits de vitamina D con problemas de hipertensión, aunque la evidencia científica es todavía débil y no hay nada claro al respecto.
Para asegurarnos una exposición solar que garantice la síntesis de vitamina D en suficiente cantidad, debemos estar expuestos al sol de la mañana al menos 10 minutos diarios. Aunque esta duración puede variar según en qué punto del planeta nos encontremos. En zonas de exposición más directa al sol, como el ecuador, el tiempo necesario sería menor y conforme fuéramos acercándonos hacia los polos este tiempo se iría incrementando.
Otro de los beneficios de tomar el sol que suele pasar más desapercibido (porque aquí no ocurre casi nunca) es la prevención en el trastorno afectivo estacional. Este tipo especial de depresión se produce por largos períodos de tiempo sin sol especialmente en invierno y otoño (de nuevo, los países cercanos a los polos son los que están en riesgo). El principal tratamiento para este trastorno sería la aplicación de luz que simula la radiación solar (fototerapia).
Los perjuicios de tomar el sol
El lado oscuro de la radiación solar se debe a los rayos ultravioletas. Los que más afectan a la piel son los rayos UVA y UVB (por suerte, la capa de ozono filtra los rayos UVC y no llegan hasta nosotros). Ambos tipos de rayos son dañinos en exceso, los UVA envejecen la piel y los UVB provocan quemaduras solares. Además, también incrementan el riesgo de cáncer de piel (más los UVB que los UVA), debido a que provocan mutaciones en el ADN de las células cutáneas. El melanoma, el carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular son los tres tipos principales de cáncer de piel que se incrementan debido a la exposición solar. Los más vulnerables a los efectos negativos de los rayos solares son los niños y adolescentes, además de aquellos con la piel más clara.
Según datos de la OMS, cada año se diagnostican en el mundo de 2 a 3 millones de personas con carcinoma basocelular y espinocelular. Por suerte, el pronóstico suele ser bastante favorable en la mayoría de los casos. Otro asunto muy distinto es el melanoma, cuyo pronóstico es muy sombrío ya que tiene una gran facilidad para producir metástasis (extenderse a otras partes del cuerpo). Cada año, a alrededor de 130.000 personas se les diagnostica un melanoma y se estima que aproximadamente 66.000 personas mueren al año por esta causa.
El cáncer de piel es un asunto que resulta de especial preocupación para la salud pública. Cada año, en España, aparecen 50.000 nuevos casos de cáncer de piel y se está produciendo un incremento evidente a lo largo del tiempo como consecuencia de la excesiva exposición al sol de la población. Si tenemos en cuenta que la mayoría de las consecuencias de una exposición excesiva al sol no se ven hasta décadas después, debemos ser conscientes que estamos viendo la punta del iceberg de lo que está por ocurrir.
Además del cáncer de piel, las quemaduras solares y el envejecimiento cutáneo, que son los signos más evidentes del daño por el sol no hay que olvidar que los perjuicios por la radiación solar no quedan relegados sólo a la piel: Un 20% de los casos de cataratas (opacificación del cristalino) se deben o están más avanzadas debido a la radiación solar.
Un aspecto desconocido del riesgo de la exposición solar excesiva es su papel como inmunosupresor, pudiendo favorecer las infecciones (se ha constatado que favorece la reaparición del herpes labial) o disminuyendo la efectividad de las vacunas.
La virtud del equilibrio
Muchas de las actuaciones que realizamos a lo largo de nuestra vida tienen influencia sobre nuestra salud, para bien o para mal. Sin embargo, algunas de estas actividades pocas veces pueden etiquetarse como completamente dañinas o completamente beneficiosas. Incluso aficiones tan perjudiciales como fumar o tomar distintas drogas psicoactivas tienen, paradójicamente, beneficios particulares que, eso sí, no suelen compensar los perjuicios generales creados.
Como en todo, en el equilibrio está la virtud. La actividad de tomar el sol es compleja de etiquetar como perjudicial o beneficiosa si no profundizamos más allá. Por un lado, es necesario para nosotros recibir ciertas dosis de radiación solar si queremos sintetizar con garantías la vitamina D y prevenir distintos tipos de cáncer (especialmente de colón). Pero, por otro lado, también sabemos que la radiación solar es uno de los factores de riesgo más evidentes de cáncer y envejecimiento de la piel.
Por tanto, si recibimos la suficiente radiación solar necesaria para producir bastante vitamina D y para reducir el riesgo de distintos tipos de cáncer pero sin llegar al exceso de sol que supondría un aumento de cáncer y envejecimiento de la piel, entre otras enfermedades, podríamos decir que es una actividad beneficiosa. Cualquier exceso o defecto de exposición solar fuera de estos límites supondría una actividad dañina.
Tan malo es que no te dé el sol prácticamente nunca (especialmente siendo niño) como pasarse los días muertos bajo el sol o la campana de rayos UVA disfrutando de un permanente bronceado (que, no olvidemos, es un signo de agresión solar en la piel). La dificultad en hallar la dosis justa de radiación solar se debe a que dependería de muchas características de cada persona, especialmente de su fototipo, de las condiciones ambientales en las que se encuentra (estación, latitud, etc.) y en que aún no sabemos qué dosis de radiación solar acumulada podría considerarse segura. El equilibrio, sin duda, es una cuestión de salud, pero llegar a él se vuelve a veces difícil cuando hay tanta complejidad de factores detrás (y algunos posiblemente que aún desconozcamos).
Hay 15 Comentarios
Alvaro:
No, la principal razón por la que nos quedamos blancos fue consecuencia de la selección natural cuando el hombre migró desde África a zonas donde la luz solar incidía mucho menos. La dieta pudo influir más o menos, pero el principal factor fue la radiación solar menor en zonas del norte.
Publicado por: Esther Samper | 16/08/2011 14:00:09
Es difícil llegar a un equilibrio cuando estar al sol es tan agradable, y más teniendo el mar o la piscina cerca para refrescarse de vez en cuando, pero se intentará. http://periodistayenparo.blogspot.com/
Publicado por: Mayte | 10/08/2011 9:37:27
Buen post, la información siempre viene bien, ahora que cada uno como siempre haga lo que mejor cra. Buen momento para el post.
http://schaeffers30.blogspot.com/
Publicado por: Sandra | 09/08/2011 11:59:09
Alvaro, creo que extraes demasiadas conclusiones de ese estudio.
Publicado por: Filfo | 09/08/2011 8:27:14
La dieta si puede aportar toda la vitamina D que necesitamos, de hecho fue el cambio de dieta hace 5000 años en Europa lo que hizo que nos quedaramos blancos
http://www.dietapaleolitica.es/showthread.php?t=486
Publicado por: alvaro | 08/08/2011 21:27:09
Filfo: Vestido de ropa de verano. No es necesario que la exposición solar sea a lo largo de casi todo el cuerpo.
Dr. Rodrigo Córdoba: Seguro que no me equivoco si digo que está especialmente sensibilizado hacia el tema del tabaco y eso le ha hecho ver una publicidad positiva que, realmente es inexistente en el artículo. Yo también estoy en contra de dicha droga, y en este artículo no se defiende el consumo por ningún lado ni se compara, por asomo, con tomar el sol. Creo que expresiones como "Incluso aficiones tan perjudiciales como fumar" lo deja muy claro.
Pero ya que estamos, y menciona el sesgo de supervivencia, debe usted saber que los estudios de casos y controles dónde se comparan fumadores con no fumadores de edades avanzadas, no tienen este sesgo.
Publicado por: Esther Samper | 08/08/2011 20:22:22
Dr. Rodrigo Córdoba:
Qué parte de
"Incluso aficiones tan perjudiciales como fumar o [...] tienen, paradójicamente, beneficios particulares que, eso sí, no suelen compensar los perjuicios generales creados."
no ha está clara?
Por lo demás, Dr. Rodrigo Córdoba, estoy de acuerdo con usted: hay que saber de qué se habla y documentarse bien. Podría usted empezar dando ejemplo.
Publicado por: Trurl | 08/08/2011 16:17:40
Comparar el equilibrio en riesgos/beneficios del sol con el tabaco es un despropósito. Los presuntos beneficios del tabaco no son mas que propaganda infundada. Los fumadores tienen menos Parkinson y Alzheimer porque no llegan a la edad donde se dan esas patologias. Eso se llama sesgo de supervicencia. El ligero aumento de riesgo por el aumento de peso al dejar de fumar supone un beneficio 100 veces menor seguir fumando ¿alguien utilizaria un fármaco adelgazante que fuese cancerígeno?Hay que saber de lo que se habla y documentarse bien.
Publicado por: Dr. Rodrigo Córdoba | 08/08/2011 15:48:42
Oye Zek, sabes aquello de: "no hay peor ciego que el que no quiere ver". Pues eso!
Publicado por: ola | 08/08/2011 15:05:33
Zek, no, la vitamina D no se suple con una buena alimentación. El artículo lo deja bien claro.
Publicado por: fran5 | 08/08/2011 13:00:56
o sea que los beneficios se reducen practicamente a uno, que ademas se suple con una buena alimentacion, mientras que los perjuicios van desde las quemaduras hasta el cancer... pues nada, a seguir potenciando el tomar el sol y las pieles morenas, no vaya a ser que se queden las playas vacias y se nos hunda el turismo... de pena.
Publicado por: zek | 08/08/2011 12:42:06
Esos 10 minutos diarios, ¿son en bañador o vestidos con ropa de verano? Gracias de un fiel lector tuyo desde los tiempos de Soitu.
Publicado por: Filfo | 08/08/2011 10:08:03
Me pregunto si la gente antes de comentar se lee los articulos...
Publicado por: Filfo | 08/08/2011 10:03:56
Yo creo que las bentajas de tomar el sol son tantas que las desventajas no me importan mucho jeje... De todos modos hay que tener moderacion y no pasarse de sol jeje
Publicado por: Gabrie | diseño de paginas web | 07/08/2011 22:52:34
Buen artículo como siempre Shora ^^
Publicado por: Kiwi | 07/08/2011 16:16:48