¿Qué riesgos para la salud existen cada vez que un paciente termina su charla con el médico y se queda con cuestiones que no comprende o no le han explicado? ¿De qué manera afecta ello al pronóstico de la enfermedad, a sus expectativas de curación y al cumplimiento correcto del tratamiento?
Los profesionales sanitarios cuentan con multitud de estudios que les informan sobre los efectos beneficiosos y adversos de sus tratamientos farmacológicos y físicos, de sus cirugías, de las hospitalizaciones... Pero muy poco se sabe sobre los efectos adversos que podrían existir cuando el paciente sale de la consulta con dudas importantes sobre su salud y su enfermedad. Dicho de otra manera, muy poco se sabe de las consecuencias de una deficitaria comunicación entre médicos y pacientes. Y esta cuestión no es, ni mucho menos, irrelevante, como muestra un preocupante y reciente estudio publicado en la revista Journal of Clinical Oncology.
En el mencionado estudio se entrevistaron a 384 personas que fueron diagnosticadas de un cáncer de pulmón incurable entre el año 2003 y 2005 y estaban recibiendo radioterapia. La finalidad de las entrevistas era conocer las expectativas que tenían sobre qué conseguirían con este tratamiento de radiación, que no tenía otra finalidad nada más que la paliativa (disminuir los síntomas de la enfermedad). Los resultados arrojan una realidad inquietante: casi dos tercios de los pacientes creían que la radioterapia era para curarles y no para aliviar los síntomas de su enfermedad. Más concretamente, un 20 % de los pacientes creían que era "muy probable" curar su cáncer y otro 25 % pensaba que era "algo probable". El 40% sí que comprendía que este tratamiento no tenía para nada una finalidad curativa.